Los personajes y la historia de Candy Candy son propiedad de Mizuki e Igarashi. Este mini fue escrito solo por el placer de hacerlo.
ENSEÑAME…
¿Estás segura Candy?
Claro mi amor, estoy segura.
¿Segura?
Ya te dije que sí. Sé que es mi primera vez y no tengo mucha experiencia. Pero tú tienes mucha ¿o me equivoco?
Pues… sería algo pretencioso de mi parte pero sí… tengo algo de experiencia.
Entonces qué esperas… ¡Ven enséñame!
Candy Observó cómo Albert se ruborizaba un poco y se preguntó por qué pero no le dio importancia. Le tomó la mano y lo guió a la cocina.
El la miró sorprendido y de repente se detuvo. Ella se volvió intrigada y le preguntó.
¿Albert, que te pasa?
¿Lo haremos en la cocina?
Claro, dónde más… te recuerdo que es mi primera vez.
Por eso, yo pensé en un lugar más íntimo, algo más apropiado… como tu habitación.
¿Mi habitación? ¿Estás loco? Haríamos un tiradero y que decir que la cama quedaría toda sucia… ¡Qué asco!
Pero pequeña, tu habitación sería lo más adecuado o prefieres el sofá, es muy cómodo.
¿El sofá? De plano no te entiendo… pero ¿Qué te parece el comedor?
¡Candy! No pensé que te gustara hacerlo en el comedor- Le dijo ya con la mente divagando.
Pues ahí podemos hacer un ensayo previo ¿No crees? Y luego terminaremos en la cocina ¿Qué te parece?
Entonces Albert no pudo contenerse más y la besó apasionadamente haciendo temblar a Candy. Cuando la caricia terminó, ella emocionada le preguntó.
¿Y eso porqué fue?
Es parte del ensayo… tú quieres que hagamos el…
¡ALBERT!- lo calló de súbito, comprendiendo- ¿Qué te imaginaste? Yo quiero que me enseñes a hornear ese pastel de chocolate que siempre te queda tan rico- le dijo con las mejillas encendidas.
Princesa yo pensé que tú… como dijiste que era… y luego yo… ¡Discúlpame!
Ay, Albert no te preocupes mi amor, sabes bien que te amo y que también ansío lo que tú deseas pero ahora no es el momento… recuerda que se lo prometimos a la tía Elroy.
¡Perdóname!- le dijo depositando un delicado beso en su mano.
Ven… vamos a practicar.
Le dijo Candy y lo miró pícaramente y Albert comprendió porque también cernir harina, batir huevos, ablandar mantequilla y saborear el chocolate puede ser erótico y más si la imaginación te hace una buena jugada… esta demás decir que el pastel nunca se horneó… pero que tal calentaron el horno.
By Tzitziki Janik.
