La noche cubria con su obsuro y azuloso manto los dominioos del santuario , iluminado sus bancas columnas con la palida luz de la luna menguante acompañado con el dulce titilar de las estrellas, era verano y la salada brisa marina perfumaba el ambiente apacible y soñador, que se enrdaba con las luces artificiales y la sauve musica de un cuarteto de cuerdas que amenizaban un banquete en una elegante mancion. Los invitados se colocaban en fila para ingresar a la fiesta, mientras montones de fotografos destallaban sus flashes captando las elegantes figuras de los invitados. De entre la muchedumbre la alta y escultural figura de un hombre en esmoking y capa se abria camino elegantemente, sus bellisimas facciones parecian ser besadas por la luz de la luna y su hermoso cabello ondeaba como una bandera gloriosa tras el, tan hermosa y majestuosa era su figura que hasta las mismas estatuas parecian seguirlo con la mirada extasiadas con tan deslumbrante y extraña vision. Ignorando totalmente al guardia de la entrada ingreso a la recepcion arrancando sonrisas y miradas de deseo de todo aquel que se delitase con su presencia.
Se trataba de la fiesta de compromiso de Sophia Kalonomos con Lazaro Loannidis, ambos hijos de importantes empresarios Griegos, aparentemente uno de esos matrimonios arreglados para afianzar ambas fortunas. Andrea, la madre de Sophia era una mujer madura de unos 40 años, pero su físico contradecía su edad a causa de su voluptuosa belleza la cual presumía vulgarmente embutida en un escotado y ceñido vestido rojo que le sentaba bastante bien a la esposa trofeo de Marko Kalomos quien tendría mas de sesenta años, barriga prominente y calvicie androgénica. Sophia, la chica que se prometería con el flamante hijo de los Loannis, era bella e inocente, sus rubios cabellos e infantil rostro combinaban perfectamente con el vestido de gasa rosa pastel que portaba, sonriendo resignada y cortesmente a todos los invitados.
Para madre e hija no resulto indiferente la presencia del apuesto desconocido que se paseaba solitario entre los invitados haciendo girar las cabezas de hombres y mujeres intrigados por la identidad del Adonis de cabellos celestes. La primera en abordar al santo de piscis fue Andrea, en su calidad de anfitriona se abalanzo con una copa de champagne y una sonrisa carmín para develar el misterio.
-Andrea- Bienvenido señor...
Dijo levantando una ceja insinuantemente.
-Aphrodite- Adam
-Andrea- Adam... que?
-Aphrodite- Solo Adam.
Dijo el sueco mientras sostenía la copa de Champagne.
-Andrea- Vaya que eres un hombre misterioso, todos hablan de ti, inclusive has eclipsado al mismísimo prometido de mi hija.
Dijo mientras hacia un discreto ademan señalando a los futuros prometidos en matrimonio que se encontraban a unos metros de distancia atendiendo a otros invitados. Aphrodite giro levemente su rostro en direccion a ellos cruzando miradas con la hija de los Kalomos produciendo un repentino rubor a la chica y arrancándole una leve sonrisa triunfal al mas hermoso de los 88 combatientes.
La noche fue avanzando y con el hipnotizarte encanto del de la doceava casa en pocas horas toda la recepción estaba rendida a sus pies, y a horas mas altas termino encerrado en una de las habitaciones de la mansión con Andrea, quien se entrego fogosamente a los brazos del sueco entre gemidos que le arrancaban sus envestidas, mientras la acaudalada griega se retorcía de placer al ser poseída por el hombre, de repente el picaporte de la puerta comenzó a moverse, Andrea miro aterrorizada al sueco a quien parecía no importarle dicha situación y solo continuo inmutable en su puesto. Al abrirse la puerta la esbelta figura de Sophia que miraba fúrica a su madre y al nórdico.
-Sophia- ¿Madre?... ¡Adam! ¿Como pudiste?
Aphrodite sonreía con malicia ante la escena que le divertía bastante. Andrea no sabia donde meter la cabeza por se descubierta en la cama con otro hombre por su propia hija, y al parecer un hombre al que su hija parecía conocer muy bien.
-Sophia- Adam... yo... yo rechace a Lazaros, lo rechace por ti! ¡y te encuentro aquí con mi madre!
-Andrea- ¿Que hiciste que?
Dijo la griega de cabello negro levantándose envuelta en una sabana.
-Sophia- Lo que escuchaste, madre, rechace el compromiso con Lazaros por Adam, pero veo que lo que dice mi padre es verdad, ¡que no eres mas que una zorra!
-Andrea- ¡Cuida tus palabras mocosa! que por lo que veo tampoco eres una virgen
El santo de piscis sonreía divertido ante la escena.
-Sophia- ¡Cuando mi padre lo sepa, te echara de casa, maldita prostituta!
-Andrea- ¿y de que casa va a echarme? si tu matrimonio con Loannidis iba a salvarnos de la ruina, pequeña zorra!
Dijo mientras ambas se golpeaban y jalaban los cabellos rodando por las lujosas alfombras de la propiedad. al mismo tiempo que el santo de piscis abandonaba la habitación tan elegantemente como entro, "suficiente diversión por una noche" reía entre dientes, disfrutaba mucho crear ese tipo de líos valiéndose de su belleza y encanto, realmente el sueco era un demonio con cara de ángel.
Al llegar al santuario el caballero de piscis se dispuso atravesar los templos de aries y tauro silenciosamente sin siquiera ser detectada su presencia por ambos guardianes, géminis desde hace mucho que estaba abandonado por lo que su paso por el tercer templo fue fácil y ligero como si de una fresca brisa se trátese, al subir las escaleras hacia el cuarto templo una especie de tensión se apoderaba de el ambiente, los pasos del sueco resonaban en aquel lúgubre lugar, y los rostros horrorizados que emergían de las paredes miraban suplicantes al santo de piscis cual si estuvieran viendo a un angel. Mientras el sueco se iba internando en la cuarta casa los ecos de unos sollozos femeninos se iban hacindo cada vez mas claros, hasta que al llegar al salon principal se encontro al santo de cancer sentado en su trono, y a sus pies yacia el cuerpo desnudo de una joven mujer de cabellos castaños y arrodillada frente a el otra joven pelirroja la cual le estaba practicando una felacion en ese instante. Aphrodite, levantó una ceja con una expresion de asco y fastidio continuando se trayecto hacia su respectivo templo, cuando de repente el italiano le hablo para llamar su atencion.
-DM-¡Hey doce! de donde vienes vestido asi?
-Aphrodite- No es de tu incumbencia, Angelo
-DM- ¡Te he dicho mil veces que no me llames así!
Grito haciedno saltar de miedo a la pelirroja que temblaba entre las piernas del de cáncer, este ultimo la miró y la tomó del mentón sonriendo macabramente.
-DM- Al parecer vienes de una de esas aburridas fiestas elegantes propias de afeminados como tu...
Dijo mientras se ponía en pie acercandose amenazador al de piscis mientras se envolvia la cintura con una seda negra cubriendo su desnudez. Aphodite lo miró con furia por el viperino comentario acerca de su hombria.
-DM- jajajajajaja... vamos, vamos hombre, en realidad tu no me desagradas del todo, doce. En realidad creo eres mucho mas hombre que el resto de sabandijas que tenemos por compañeros de armas.
-Aphrodite- Primero me llamas afeminado, y luego te atreves a compararme con todos esos bastardos... ¿a caso quieres pelear?, ¿Angelo?
Dijo el de piscis mientras empuñaba una rosa roja que traía prendida en la solapa.
-DM- ¡Vaya que eres sensible! yo solo estaba bromeando.
Dijo levantando los brazos en son de paz, mientras la aterrorizada pelirroja agitaba el cuerpo de la castaña tratandola de despertar.
-DM- Saga me ha contado que eres totalmente de fiar, así que es inteligente acrecentar la alianza.
Aphrodite entrecerró los ojos con un dejo de desconfianza tratando de ocultar la sorpresa de enterarse que el de la cuarta casa también estaba perfectamente enterado que el gran Patriarca era un impostor, Saga de géminis para ser precisos.
-DM- Oh si, si Piscis, yo también estoy enterado de lo patriarca, y también que Saga intento matar a Athena, como ves, tu y yo somos de la misma calaña, por lo que mas nos vale estar aliados.
El santo de piscis continuaba serio y en actitud amenazante empuñando la rosa roja en su mano derecha mientras los innumerables rostros del templo de cáncer parecían hacer muecas de terror y angustia ante cada movimiento del italiano.
-DM- En son de paz te daré un obsequio.
Dijo mientras tiraba del cabello de la pelirroja poniéndola de pie por la fuerza, y llevándola a punta de jalones frente al sueco como ofrenda de paz. El rostro de la chica mostraba un genuino terror, sus azules ojos derramaban lagrimas, en su blanca tes se hacían notorios varios moretones y huellas de mordidas en distintas partes de su cuerpo.
-Aphrodite- ¿De donde la has sacado?
-DM- De las calles de Rodorio.
-Aphrodite- Una prostituta...
La pelirroja temblaba pidiendo piedad, sus manos se juntaron en una actitud suplicante que no inmutaba a ninguno de los hombres que estaban en el templo. Death Mask la arrojo con saña a los pies del sueco, la chica rápidamente se puso de rodillas y se aferro de la capa de Aphrodite.
-Señor, le suplico piedad... hare lo que quiera... no me mate, no me mate por favor.
Aphrodite hizo un movimiento con su brazo arrebatando de las manos de la chica la esquina de su capa, dio la media vuelta y dijo mientras se dirigía hacia la salida del templo de cáncer.
-Aphrodite- Al parecer estamos en el mismo bando, caballero de cáncer, debemos cuidarnos las espaldas inclusive del mismo Sanga. En cuanto a tu obsequio... en este momento no estoy de humor, puedes quedártela y divertirte lo que queda de la noche.
Los ojos de la chica pelirroja casi se salen de sus cuencas al escuchar las ultimas palabras.
Death Mask sonrió sardónicamente mientras levantaba del cuello a la maltrecha muchacha y propinándole un fuerte mordisco en uno de sus pechos hasta hacerle brotar sangre, los gritos de la prostituta pidiendo piedad se fueron apagando mientras el santo de piscis iba abandonando la cuarta casa del zodiaco.
El sueco continuo su camino hacia su templo mientras sonreía con malicia ante los pasados hechos, tener DM como aliado no era del todo una mala idea, a pesar de todo ambos coincidían que el santo de géminis contaba con las capacidades necesarias para dirigir el santuario, pues a pesar de ser maligno había logrado la paz durante los años que ha tenido el poder, ejerciendo justicia y orden, cosas que el resto de los caballeros dorados en su infinita mojigateria no podrían comprender, a pesar de todo no era tan diferente al italiano.
A la mañana siguiente uno de los guardias dejo un mensaje en el templo de piscis:
"Caballero Dorado Aphrodite de Piscis:
Su ilustrisima, el gran Patriarca Arles, representate en la tierra de la gran diosa Athena, comandante de los 88 combatientes, solicita su presencia el día de hoy a las 10 de la mañana para tratar un asunto de suma importancia. Se le pide total discrecion sobre el asunto.
Atte.
Gigas, Asistente Personal del Gran Patriarca Arles"
Aphrodite, fruncio el seño,"¡Pero que carajos querra ahora?" pensó, era algo sumamente inusual, generalmente cuando Arles o mejor dicho Saga los llamaba a audiencia era para mandar a asesinar a alguien... y quien mejor que sus dos santos preferidos para dichas misiones.
Muy puntual el sueco se presento en la sala del patriarca portando su armadura dorada y una rosa roja en los labios, haciando una elegante reverencia al encontrarse frente al falso representante de Athena.
-Aphrodite- Aphrodite de Piscis, su ilustrisima.
-Patriarca- Aphrodite, dadas las circunstancias, creo que el protocolo no es necesario.
Dijo mientras se retiraba el casco y la mascara. El sueco se puso de pie y mirando fijamente al excaballero de géminis.
-Saga- Te he mandado a llamar para enviarte a una mision,
Dijo mientras servia un par de copas de vino tinto y ofrecia una de ellas al guardian de la decimosegunda casa.
-Saga- Se trata de la Kumari de Patan, en Nepal. - Ambos hombres tomaban asiento en los esplendidos sillones del gran salon.
-Saga- Las Kumaris son deidades vivientes en Nepal, cada temporada es elegida por los sumos sacerdotes de Patan, se trata de una niña virgen que sera la mensajera de su deidad y cuando la mensajera se convierte en mujer se elije una nueva Kumari, como se trata de niñas jovenes en realidad son los sacerdotes quienes tienen el poder en Nepal dandole al puebl o que quiere su diosa viviente a quien adorar y ellos disfurtar del poder.
-Aphrodite- He escuchado de eso...
-Saga- pero esta es distinta a las anteriores, hemos sentido un gran cosmos proveniente de Patan, el cual es perteneciente a la actual Kumari, y a pesar de su corta edad sus ideas contradicen los ideales de los sacerdotes, y dividiendo también la legión de las Pleyades. La Kumari ha tenido varios intentos de asesinato por lo que consideran a las Pleyades no aptas para la protección de la diosa viviente y han pedido apoyo del santuario de Athena en Grecia para salvaguardar su seguridad.
-Aphrodite- Entonces ¡mi misión es... proteger a la Kumari?
Dijo extrañado, Saga no era de esos que se preocupara por otros.
-Saga- Lo mas sospechoso es, que la chiquilla tiene 8 años... la misma edad que ahora tendría Athena.
-Aphrodite- Entonces sospechas que la Kumari de Nepal sea la misma niña que se llevó Aioros de Sagitario y no pudiste eliminar.
Saga apretó los dientes ante el ultimo comentario.
-Saga- Tu misión es averiguar si se trata de la misma persona, y si es ella me traerás su cabeza.
-Aphrodite- ¡Y si no fuese ella?
-Saga- pues deja que quien sea que la quiere asesinar lo haga. También quiero que investigues acerca de las Pleyades, tal vez valdría la pena tenerlas como parte de nuestro ejercito...
Aphrodite se puso de pi y asintio ante la orden el falso patriarca.
-Saga- Sales mañana a primera hora a tu misión. Confio en ti, Aphrodite.
