Las decisiones que tomamos en algún momento de nuestras vidas, siempre traen consecuencias tras de sí; para bien o para mal, ellas regresan para recordarnos nuestro pasado y todo cuanto dejamos en él. Esto, Takashima Kouyou, terminó descubriéndolo el día en el cual se reencontró, después de varios años, con alguien a quien creyó haber olvidado.

Leila había cambiado mucho, sin embargo continuaba siendo hermosa como un poema. Ella, irónicamente, llevaba el nombre de una de las canciones de Ruki y lucía igual de melancólica. Él le había olvidado, eso era cierto, pero una sonrisa rota bastó para hacerle recordar lo estúpido que había sido al irse sin decir adiós.

Leila no lo odiaba, eso estaba claro, pero tampoco lo quería cerca. Ella tenía sus motivos y eran igual o más egoístas que lo suyos al marcharse; pero para Uruha ya no resultaba tan sencillo, no después de saber la verdad.