Mouuu!!!!!!!!!! Otro fic!!!!!!!! Sobrepasando lo de mi virus.... U-U Aquí estoy yo, tratando de recuperar las ganas que perdí para poder terminar Ojos Amatista y Possession. Oh dios... Será complicado, pero, lo intentaré.

Oki dokie. Los dejó para que disfruten esta nueva historia, basada en la canción de Sting, Desert Rose. Espero que les guste.

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-¿A dónde iremos está vez de viaje?

-Por los desiertos del mundo. Ya que les gusta mucho fotografiar animales, y no hemos visitado los que habitan en las arenas...

-¡Weeeeeee! ¡Será divertido!

-Jaja...Sólo si no te mareas primero en el avión.

-¡Eso estuvo de más, pelo pincho mal teñido!

-¡Hablando de pelo pincho! ¡Mira quién habla!

-¡MARIK ISHTAR! ¡¿ALGÚN PROBLEMA CON ESO, YAMI-SAN?!

-¡NO ME DIGAS DE ESA MANERA!

-Calmensen chicos...-ellos no escuchaban.

Ambos comenzaron a pelear, hasta que un tercer y cuarto intervinieron en la pelea. Uno era albino y alto, que sujetó al llamado Marik, que tenía piel morena. Mientras que el otro, más alto que el albino, con cabello castaño y ojos azules, tomó al llamado Yami.

-Bien, creo que deberé tomar algunas precauciones cuando viajen todos ustedes juntos, ¿no?

-Deberías.

-¿Por qué no van a preparar sus cosas? Saldremos dentro de poco.

-Es una buena idea, siempre y cuando Bakura me suelte.-dijo indignado Marik, aún sostenido por el albino.

-De acuerdo.-respondió este, soltándolo, haciendo que cayera al suelo con un golpe sordo.

-Me las pagarás...-murmuró el moreno, mientras se frotaba su dolorido trasero.

El castaño intentaba cerrar la maleta de su amigo Yami, pero simplemente no podía. O estaba muy cargada, o simplemente no quería cerrarse. Ambos se sentaron sobre ella, e intentaron cerrarla mientras estaban sobre la tapa, que llegaba hasta los topes, permitiendo así a las agarraderas juntarse.

-¿Quién de los dos se estirará?-preguntó el castaño.

-Tú eres más alto que yo, Seto. Llegarás mejor.

Pero apenas el castaño se movió, la maleta se abrió súbitamente, mandando a los dos chicos de bruces al suelo.

-¡¡¡ESTÁ VIVA!!!-gritó Yami, señalándola acusadoramente.

-Lo que me faltaba...-murmuró Seto, bajo su aliento.

-¿Qué ocurre?-un hombre con cabellos blancos entró en la habitación, al repentino grito de Yami, junto con una réplica de este, pero más chica e inocente.

-¡¡LA MALETA ESTÁ VIVA!! ¡¡NOS ARROJÓ AL SUELO CUANDO ESTÁBAMOS SOBRE ELLA INTENTADO CERRÁRLA!!

-Yaaaaaaamiiiii... Las maletas son objetos inanimados. ¿No estarás algo emocionado por el viaje?-dijo la réplica de este.

-¡Pero les digo que está viva! ¿No es verdad Seto?-este suspiró.

-No sabría decírtelo Yami. Tal vez sólo estaba muy cargada, como siempre haces cada vez que nos vamos de viaje.-ante esto, el chico se sonrojó de vergüenza.

-Yugi, ¿Por qué no lo ayudas? Tal vez así hagamos más rápido.-le dijo el hombre al más pequeño.

-De acuerdo, Pegasus. ¡Hora de la diversión!

-¿No pensarás en armarme todo el equipaje, verdad Yugi?-dijo algo temeroso Yami, una vez que Pegasus se había ido de la habitación.

-¡Ja! ¡Leíste mi mente!

-Oh dios...-murmuró nuevamente Seto.

-¡¡¡¡¡¡¡¡WOOOOOOOOOOOHOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!-gritó Marik, tomándose su gorro evitando que el fuerte viento que corría lo echara a volar por los aires, mientras el jeep viajaba a una velocidad impresionante.-¡¡¡ESTO SI QUE ES VIAJAR!!!

-¡¡¡MARIK!!! ¡¡BAJA DE AHÍ EN ESTE INSTANTE!! ¡¡NO QUIERO QUE UNA RAMA TE DECAPITE POR UNA ESTUPIDEZ COMO ESTA!!-rugió Pegasus, que se encontraba en el primer jeep, viajando con Seto, Yami y Yugi.

Se encontraban viajando rápidamente por la ruta, en la cual había muchas ramas de árboles bajas, y unas cuantas habían chocado contra los automóviles. Pero el moreno quería disfrutar de una "buena vista", y no tuvo mejor idea que sacar la cabeza por el techo del jeep.

-¡¡ESTO ES VIDA!! ¡¡GAAAAAAHHH!!

Algo lo jaló fuertemente hacia abajo, enterrándolo en el asiento. Marik estaba algo aturdido, y sacudió su cabeza, para abrirlos y encontrarse con un chico similar a él, con cara enojada.

-Si se te da una orden por tu seguridad, ¡SE CUMPLE!-gritó este.

-De acuerdo, Malik-chan.-respondió algo temeroso Marik.

Mientras ellos comenzaban a discutir, Bakura permanecía callado, mientras preparaba las cámaras fotográficas que irían a utilizar en su pequeño safari por el desierto de la Pampa.

Detuvo sus labores, cuando el brillo de su Objeto milenario le llamó la atención. Uno de los picos se levantó, y señaló hacia el este. Bakura levantó la vista, y vio cómo el desierto se abría paso ante ellos, pero no vio nada que le llamara la atención. Se encogió de hombros, y continuó cargando a las cámaras con los rollos, mientras que su sortija no dejaba de marcar al este.