Disclaimer: Todo es de esa que se llama, según la portada de mis libros, Meyer.

Nota: Edito esto porque ahora me doy cuenta de que tiene muchos bastantes errores y eso.


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Los gemidos invaden la habitación, resuenan por la casa vacía y realmente no me importa.

Nuestros cuerpos arden, más de lo común.

Tu frente está cubierta de una fina capa de sudor y eso sólo hace que te veas más hermosa.

Tu cabello negro cae despeinado sugerentemente sobre tus hombros.

Crees que no me importas, que ésto es para mi sólo un juego como lo es para ti; empezó así pero las cosas han cambiado, no sabes lo equivocada que estás.

Sólo me usas para olvidarlo, lo sé, pero no me importa.

Tenerte aunque sea sólo a tu cuerpo es reconfortante de cierta manera, sé que nunca me querrás, nunca podré poseerte completamente.

Yo te amo, cuesta reconocerlo pero así es, pero para ti soy sólo un capricho, una manera de vengarte de él.

¿Crees que no duele? Yo acepté que me uses, permití que esto llegara muy lejos y ahora me he vuelto adicto.

Así es, adicto a ti.

Irrumpes en mi cuarto y comienzas a besarme, te desprendes de tu ropa sin tapujos y apresuras tus manos sobre la mía.

Sin hablar, nada de caricias tiernas ni palabras dulces, ambos sabemos qué buscas.

Gritos ahogados, respiraciones agitadas, ojos nublados por deseo y pasión, y el hecho de que alguien entre en cualquier momento sólo hace que el momento sea más excitante.

Tratas de recuperar tu respiración normal, te vistes y te vas.

No me buscas en un tiempo, no hablamos, no me miras, pero me buscarás de nuevo, ambos lo sabemos.

Esto lastima ¿sabes?

Pero es algo inevitable ya.

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