"Una boca que exhibe rosas, plena de perlas, una lengua que emponzoña mil corazones..."
(La descripción de la perfecta belleza- Christian Hoffmann)
—Era una mujer, con la apariencia de un ángel y más rapaz que un buitre. Media cerca de un metro con ochenta sin contar la medida de esos jodidos tacones y cargaba tanto maquillaje como cualquier puta omega en celo— pausó momentáneamente después que la interrogante enarcó una ceja y continúo —sin ofender. La señorita es sin duda una de las mujeres más atractivas de toda la ciudad.
Y la detective volvió su mirada al papel sin más.
No le incomodaba en lo absoluto estar tras rodeada de reclusos llenos de testosterona devorando con albures sus pocos atributos femeninos y tampoco la poca educación de cómo el alfa en su frente que tuviera una erección, aunque este le tratara en el diálogo de manera respetuosa.
Se trataba de Mash Redfox, un conocido traficante de psicotrópicos y estupefacientes de baja calidad de la ciudad de Denish donde nunca se demostraron cargos en su contra, sin embargo él fue remitido al estado de Era de Ishagar al tratar de traficar tres kilogramos de cocaína negra que revestían las cajas de instrumentos musicales en su equipaje al llegar al aeropuerto de Alakitasia, siendo su sentencia reducida al cooperar en la destrucción de la red narcotraficante de NEO y no oponiendo resistencia a su sentencia de poco menos de tres años, de los cuales ya llevaba poco más de dos años con cuatro meses con buena conducta en la prisión estatal.
—Y si quieres saber más sobre el incidente, sólo el "mayor" quedó consciente después de la aparición de esa perra—
—¿Podrías decirme de quién se trata el mayor?
—No me imagino a usted lidiando con ese bastardo.
—Puede que si usted me informa de su identidad podría hacer una promoción, en un hipotético caso claro.
Era un hábil comerciante sin duda. Sus gestos eran convincentes y capaces para lidiar aún en las situaciones más tensas, siendo capaz de obtener los mejores tratos en prisión sin ser un tipo con mucho poder social o económico.
La sonrisa traviesa de la quieta mujercita se impuso en el semblante antes risueño del recluso. Al parecer él tomó en serio esa "promoción hipotética". Si eso era real, valdría la pena soltar un poco de la sopa.
—¿Hipotético dices?, ¿quien dijo que no te iba a decir quién es ese idiota.? Sonrió el rubio. En verdad que su hermano se las iba a pagar.
Cambió su sereno semblante, escuchó con atención el nombre y abrió los ojos en total sorpresa. Procedió a anotar en su cuaderno.
Sonriente de nuevo, soltó una carcajada por ver otra faceta de la seria interrogante y además de que obtendría una placentera venganza por quien más confiaba.
—No queda más que decir— rió y colocó su puño en el vidrio— señorita, tiene mis respetos.
—Me alegra que así sea, "minor".
Chocaron los puños tras el cristal y se levantó la detective sin comentar nada más. Un par de guardias alfa la estaban esperando de espaldas alejados a la conversación de su beta.
Tomaron paso apresurado a la salida, se habían tardado más de lo esperado hablando con él. Ese tipo no paraba de hablar de los buenos tiempos en que él tocaba cantaba en un bar, tenía a decenas de omegas enloquecidos de sus canciones, hasta de su injusta y supuesta orden de infiltración ilegal de drogas a Alakitasia
Bueno, al menos ese tiempo había valido la pena.
El sujeto tendría a final de mes una guitarra y una "promoción" que era lo pedía a cambio del nombre.
...
Fin del capítulo 1
