Mi Melodía
Por Pryre-chan
Los personajes de Naruto no me pertenecen
Capítulo 1
-o-
La silueta avanza y desparece rápidamente entre las sombras del bosque. No le importa evitar aquellas ramillas que le cortan la piel de su rostro y sus brazos.
Decidida da pasos firmes. Nada la detendría.
Ni un triste recuerdo.
Ni una palabra de ánimo.
Esta noche terminaría todo, ya no puede soportar su dolor, su cuerpo ya no puede aguantarlo, los años le han desgastado el alma.
Ya no perdonara.
-o-
Flash back
-Hinata, ven un momento- La llama su padre.
Hiashi Hyuga, líder del clan Hyuga, padre de Hinata en la cual solo encontraba decepción a lo largo de los años.
-Si padre- responde sumisa y obediente con voz tranquila
Se dirigen a uno de los salones de esa gran mansión, delante Hiashi y poco detrás la joven su hija mayor, pelo negro y ojos plata.
Al llegar a su destino la puerta se abre para ellos, dentro de la habitación, una gran mesa donde descansa la presencia de los ancianos del clan.
El concejo.
Hinata se sentó en el único lugar vacío que logro divisar, en la cabecera opuesta al que se sentaba en ese momento su padre.
Era el lugar que ocupaban los que serían juzgados.
-Hinata Hyuga- hablo el más anciano. - ¿Sabes porque estás aquí?
Hinata lo niega.
-Hinata- habla su padre con voz seria- Los miembros del consejo y yo nos hemos reunido aquí para decidir el futuro del clan.
La joven kunoichi solo asiente de lo temerosa que esta por la decisión que se tomaría, ya que con ella iba su futuro. O el no tener uno.
-Desde siempre hemos estado esperando tu progreso como ninja, el que domines las técnicas secretas del clan y en el que al fin podrás derrotar a tu hermana menor- habla con veneno y desprecio.
Hinata solo puede estremecerse al sentir que su estómago se contrae con una especie de vértigo que la invade.
-Pero no ha sido así, has llegado a ser una deshonra desde el principio y aun mas dejando que tu hermana menor te gane en técnicas y conocimientos del clan-
Si Hinata lo recordaba bien. Hanabi se quedaba leyendo algunos textos del clan cuando su padre la miraba y así regañaba a Hinata, pero luego de que su padre se iba y no la veía, lo cambiaba por una revista de modas que le gustaban.
Así era su hermana, si es cierto que le ganaba durante los entrenamientos, pero eso era porque no quería dañarla.
Pero su abstinencia había llegado a esto.
-Por eso hemos tomado la decisión de que nuestro clan no puede aceptar miembros débiles y menos si es de la rama principal. Mantener nuestro poder, es nuestra única fortaleza -Hizo una pausa- por eso hemos decidido que eres prescindible al clan. Tu destino será...La muerte.
Lo había dicho.
Las palabras que nunca pensó que su padre le diría, su futuro estaba echado, pero aun así, en este momento no tenía deseos de llorar, sino de reír.
Reír con dolor de todo lo que perdería, de todo lo que no vería o de lo que no sentiría.
Pero solo esbozo una mueca.
Hiashi se quedó en silencio para esperar la respuesta de su hija.
¿Se pondría a llorar? ¿A suplicar por su vida?
Si era así, tenía planeado venderla a un mercader extranjero, después de cegarla, para que no mostrara su procedencia a nadie.
Espero eso y más. Pero no contó con la reacción de su "frágil" hija.
Hinata se levantó de su sitio.
-Si eso lo ha decidido el consejo, lo acatare. Pero quisiera saber ¿Qué tiempo dispongo? -pregunto con voz neutra y la vista fija en su padre.
En ella no encontró sentimiento alguno.
-Una semana- respondió un anciano poniendo fin al ambiente que se había formado.
-Bien si eso es todo me retiro- hizo una pequeña reverencia y salió de la sala.
Tras ella el murmullos de los ancianos.
Hinata fue a su habitación a pensar. Mirando el techo blanco se puso a reflexionar.
-Nada más ¿así será mi muerte? -susurro para si- ¿Se lo tendré que decir a alguien?
-No, no se lo diré a nadie, solo sería echar mi peso a otros. Mejor que se enteren cuando haga pasado.-
Decidió. Y se quedó dormida.
A la mañana siguiente tenia entrenamiento con su equipo, pero extrañamente se sentía en paz consigo mismo, se aliso su largo cabello y salió.
Al ver a su equipo se preguntó si la extrañarían. Seguro que sí, pero se lamentaba el no poder llegar a asistir a la fiesta de Ino en una semana exacta, y el darles aflicción a sus amigos.
Lo último que quería era que aquella fiesta fuera menos por su situación.
El entrenamiento pasó igual a lo habitual, a no ser de unos comentarios de sus compañeros que le decían que se veía diferente. Libre.
Si, Hinata sentía eso. Pero era un sentimiento que no duraría.
Al cruzar el pasillo principal se encontró con su padre que al lado llevaba a su hermana, su padre miro su paso y paro el suyo.
-Buenas tardes padre- hablo con neutralidad, sin sentimiento delator alguno al que esperaba su padre
Este se limitó a asentir para seguir su camino.
Poco después escucho unos pasos que se acercaban rápidamente.
-¿Hanabi que haces?-
La menor la miraba con satisfacción.
-Lo he sabido-dijo a tiempo que se cruzaba los brazos en su pecho-Que te iras pronto y nos dejaras de una vez en paz.
Hinata escucho las palabras de su hermana menor y se sobresaltó, pero no lo hizo notar, así que se dio la vuelta para encarar esas palabras
-Así es, me iré pronto y si lo sabes ¿Porque no me dejas en paz estos días?-
La menor no daba crédito a lo que oía su hermana la había…
En otras palabras, mandado al demonio, inflo las mejillas a modo de puchero.
-¡No te dejare en paz!- grito- Te mereces irte por lo débil que eres...y por, por ¡Dejar que mama se muriera!- grito y se fue corriendo.
-Que...yo...no mamá – decía en susurros.
-Solo...solo era una niña...me asuste, no supe que hacer – se decía mientras sentía que lagrimas corrían su rostro.
Entro a su habitación, había perdido toda su calma y serenidad, se derrumbó sobre su cama.
La melancolía y el dolor se retorcían en su corazón. La pérdida de su madre le dolía tanto como el día que puso sobre su lecho un ramo de flores.
Dolía.
Aprieta.
Daña.
No pudo más y salió por su ventana decidida.
Si. Iba a acabar todo. ¿Porque no ahora? Porque no de la manera que ella decidiera.
Que importa el método si se obtiene el mismo resultado...iba a acabar con todo para ya no sentir.
No más desprecio
Ni dolor
Ni vergüenza
Ni miedo.
Y quizá con eso poder ver a su madre, este donde este.
-o-
Este fic se lo dedico a la señora creatividad, que al parecer se ha pasado por mi casa y me ha dejado buena ideas.
También se lo dedico a todos los lectores y que gustan de esta pareja sasuhina que tanto me gusta.
Gracias a:
Gesy
Yue yuna.
Pryre-chan
