El Día del Sinsajo.

-Aquí tiene y feliz día del Sinsajo, señor- dijo la chica detrás de un mostrador, mientras le entregaba su compra

- Como tu digas- Respondió Gale y salio del local

Maldito día- susurro al ver la caravana que se dirigía a hasta la plaza principal del distrito 2 donde Katniss hablaría por celebrarse el 7mo aniversario del triunfo rebelde.

Camino en dirección contraria a la marea de gente, tratando de evitar el contacto visual con cualquiera, el día del Sinsajo era todo melancolía para el, había salido herido de la guerra, sin un rasguño pero herido a niveles difíciles de curar, todo por lo que sentía pertenencia le había sido arrebatado. No estaba Prim, Katniss era sinónimo de silencio, el no se sentía culpable de las bombas, pero ¿como no tener culpa? si los que estaban a tu lado te responsabilizan, era persona no grata para Katniss, Peeta, su familia, y su distrito 12, se sentía desterrado desde ese día, no tenia nada que festejar

- Mal día del Sinsajo, señor – le dijo una voz dulce como la de un ángel pero con la firmeza de un soldado

- Mila – dijo Gale cuando levanto la vista y le sonrío (o eso intento) a la muchacha y siguió caminando como intentando esquivar la conversación

Mila fue aprendiz de Gale cuando este se convirtió en instructor de Agente de Paz, era lo mas parecido a una relación que Gale pudo establecer desde que cayo el capitolio, tenia el pelo largo y color aguamarina y los ojos de un celeste profundo , algunos la llamaban la chica de agua, era desde muchos puntos de vista hermosa.

Se le noto la tristeza al ver como se escapaba su antiguo maestro pero alcanzo a gritarle –Oye Gale, algún día tendrás que enfrentar sea lo que sea que pase con el Sinsajo, no puedes escapar para siempre - y se lo quedo mirando.

Pero el no tuvo intención de contestarle.

Cada aniversario se sorteaba entre los distritos cual albergaría al Sinsajo y a su familia para la celebración, este año era el distrito 2 pero su elección no respondía a cuestiones de azar sino a que era el distrito mas conflictivo con la nueva organización, si bien se mantenía la separación de trabajos entre distritos algunas conquistas de otras poblaciones habían generado un resentimiento en los sectores mas tradicionales del 1, 2 y capitolio que ya no gozaban de ciertos beneficios, y entre los descontentos, el 2 contaba con los mas combativos y estos lograron captar la atención de otros sectores que estaban disconformes con la nueva administración que no lograba sortear la escasees de alimentos y habitacionales (después de la rebelión, muchos migraron a los distritos 1 y 2).

- Señor Canciller, estimado Sinsajo - Saludo la alcaldesa

- Madame Syrag, siempre es un gusto – Respondió Peeta con galantería, Mientras Katniss resoplo fastidiada por tanto protocolo.

- Digame Luan, Esta debe ser la Pequeña Primrose – dijo la alcaldesa y hizo una mueca a la nena que se sonrío con los ojos tímidos e intento una reverencia alentada por su padre.

Peeta se percato de lo que le molestaba a Katniss estas reuniones políticas y le pregunto si esta no quería ir a acostarse, ella acepto y se fue con su hija a descansar, la verdadera intención de Peeta era hablar a solas con la alcaldesa.

-dime, ¿cual es la situación Luan? – dijo el rubio

- Existe un grupo que se hacen llamar los separatistas, no hemos podido identificar a casi ninguno de sus miembros, sabemos que cuentan con apoyo de grupos de la parte alta del distrito – dijo con voz pausada Syrag y continuo – Han logrado unir a sus filas a trabajadores desagradecidos que no saben donde estarían sino fuera por la rebelión.

Peeta se tomo un tiempo para reflexionar – No habría que juzgarlos, madame, quizá nos excedimos demasiado en las promesas que hicieron durante la rebelión. ¿Que es lo que exigen?- pregunto el canciller

- Quieren formar un estado aparte en el 2, pero si lo logran el 1 lo seguirá y después cada distrito que no este conforme querrá seguir sus pasos – dijo con preocupación Luan.

Peeta abandono la postura relajada y pregunto – ¿es seguro para mi familia estar aquí?

- Por supuesto- Dijo la alcaldesa. – y aunque no lo fuera, es su deber.

Peeta se guardo su respuesta por diplomacia, y pidió permiso para retirarse.