Nada de lo que aparece aqui es mio, los personajes (a excepción de la protagonista), lugares, etc. son obra de JK Rowling
Advertencia: Llevo queriendo hacer esta historia desde hace muchos años, concretamente desde que ví Harry Potter y la cámara secreta, por lo menos la parte de introducir en la trama a una hermana como único nexo familiar de sangre que tenga Harry. Con la salida del resto de libros mi imaginación ha ido trasformando esa idea inicial hasta lo que vereis de aqui en adelante. He tratado de ser lo más exacta posible y se que probablemente algunas de las fechas, datos o lugares pueden no coincidir, de ante mano pido disculpas. Por otra parte se que el principal obstáculo de esta historia es la edad de la protagonista y la edad de sus padres y por tanto de otros implicados ( adelanto que la protagonista tiene 16 al comenzar la historia por lo tanto la edad de sus padres y otros implicados es demasiado joven como para resultar real) Pero les pido que dejen atras sus prejuicios y echen a volar su imaginación tal cual lo hice yo. Espero que disfruten.
Primer encuentro
La mañana del 1 de Septiembre había amanecido con un sol radiante y un cielo despejado de nubes. La atmósfera era de calidez y no hacía presagiar que ese fuera a ser un mal día. Severus Snape ya había terminado de desayunar un café y unas tostadas cuando se dirigió a su cuarto en el primer piso de la Calle de la Hilandera. Examino su cuarto lentamente, era una habitación oscura, la única ventana que poseía estaba tapada por dos cortinas gruesas en tonos apagados. Solo tenía una cama sencilla, un armario donde guardaba su ropa, una mesa y una silla donde en otros tiempos se dedicaba a leer con entusiasmo durante los veranos, y por último un pequeño armario donde tenía lo elemental para la fabricación de pociones.
No le daba pena tener que abandonar ese cuarto, y mucho menos esa casa, donde los únicos recuerdos que tenía solo le llenaban de tristeza y amargura, los únicos recuerdos felices que poseía eran lejos de esa casa, en un bosque cercano donde se solía reunir con Lily los veranos o en Hogwarts los primeros años cuando la relación con ella aún no había cambiado. Sin embargo esa casa se había convertido en su refugio personal después de que se diera cuenta que el haberse unido a los mortifagos había sido un completo error. Ahora lo único que quería era subsanarlo y para ello le había pedido ayuda al gran Albus Dumbledore. Este se la había concedido, le había ofertado una segunda oportunidad, eso si a cambio de un gran precio. Ahora era una espía doble, no solo tendría que seguir como mortifago a las órdenes de Lord Voldemort sino que además ahora seria profesor en Hogwarts y participaría en la Orden del Fénix. El estaba dispuesto a pagar ese precio pero sin duda le producía nerviosismo volver a la escuela convertido ahora en profesor. ¿Cómo lo mirarían el resto de profesores? ¿Cómo lo tratarían los alumnos? ¿Estaría a la altura? Muchas dudas le asaltaban.
Se dirigió hacia su armario donde saco 5 túnicas, todas ellas negras y del mismo estilo excepto una que se asemejaba a una túnica de gala y tenía algunos detalles en verde esmeralda a la altura de los puños de las mangas y en el interior. Las coloco dentro de la maleta y metió todas las camisas que tenia junto con los pantalones y el resto de ropa que creyó que le haría falta. Cerró la maleta y se dirigió hacia el armario de las pociones del cual extrajo varios frascos, algunos vacíos y otros con pociones y los coloco con sumo cuidado en una pequeña cartera que llevaría junto a la maleta. Cogió su varita y con un simple movimiento hizo levitar ambas pertenencias hasta la planta baja de la casa donde aún le quedaban cosas que hacer hasta la hora de partir definitivamente hasta su nuevo destino.
Mientras tanto una joven acababa de sentarse en uno de los compartimentos del vagón del expreso con dirección a Hogwarts, en el cual la estaban esperando sus amigas.
-Ey Sid, he oído algunos rumores sobre lo tuyo con Marcus-dijo Helena con un tono de picardía hacia su amiga.
-¿Marcus? ¿Qué Marcus?-respondió ella con un tono de exasperación.
-Oh vamos, Marcus Craig, el capitán del equipo de Ravenclaw.
-Ese Marcus, ja, para nada. Ni en sus sueños tendría algo con él, es tan...-Sidney no sabía cómo definirlo sin ser cruel-...aburrido.
-Entonces, venga! Cuéntanos a quien le has echado el lazo-se apresuro a decir su otra amiga Christinne ansiosa de saber detalles sobre la vida sentimental de su amiga.
-La verdad es que no tengo nada que contar. Este año se avecinan demasiadas tareas y no estoy de humor como para tener que soportar el cargar además con un "novio".-dijo en un tono de abatimiento y poniendo mucho énfasis en la última palabra.
De pronto la puerta del compartimento se abrió y en ella se asomo un chico bajito para su edad o por lo menos en comparación con Sidney. Era Oliver Hicks, el otro prefecto de 6º de Gryffindor que venía a buscarla para que comenzaran la ronda por el tren.
-Perdona Sidney, Hola chicas-saludo cortésmente a las demás-pero tenemos que hacer la ronda.
-Bueno chicas-dijo levantándose lentamente- mi "noviazgo" me espera.-dijo sonriendo y saliendo al pasillo.-Os veo luego.
Oliver le cedió el paso para que ella fuera primera mientras el la seguía atrás, muy cerca, observándola sin saber que decirle, se ponía muy nervioso cada vez que hablaba con ella. Era una chica tan guapa e inteligente que parecía que si le dijera cualquier cosa ella lo observaría con una mirada de burla, y en el fondo no estaba muy equivocado. Sidney no solía rodearse con todo el mundo, escogía meticulosamente sus amistades y quien la rodeaba. Una chica tan conocida como ella no podía permitirse el lujo, o al menos es lo que ella pensaba, de entablar amistad con cualquiera. Ella se giro una vez para dedicarle una sonrisa y siguió a paso firme mientras revisaban el pasillo y los compartimentos. Ella iba pensando en muchas cosas: en lo que acababan de decirle sus amigas, en el equipo de quidditch de este año, en la pelea que había tenido con su padre al salir esta mañana...Sin duda lo que menos le apetecía era tener que estar ejerciendo ahora de prefecta pero era su responsabilidad y solo quería que el viaje terminara lo antes posible para poder cenar e ir a descansar.
Allí se encontraba, de pie frente a Albus Dumbledore hablando sobre lo que le esperaba esa noche, el director le estaba explicando todo lo que iba a suceder. La llegada de los demás profesores, la llegada de los alumnos de cursos superiores, la ceremonia de selección, su discurso, la presentación de él mismo como nuevo profesor de pociones y la cena. Asentía ante los detalles que el director le daba mientras poco a poco el resto de profesores iba llenando el hall principal. Se vio envuelto en multitud de saludos y obligado a presentarse ante los demás y a soportar las preguntas de cortesía que a él sin duda le parecían odiosas.
Por suerte las presentaciones terminaron y Dumbledore los guio a todos hacia el Gran comedor y le indico a Severus su puesto en la mesa alta. Por el momento tendría que compartir puesto junto a Horace Slughorn, el anterior profesor de pociones quien se quedaría durante una semana solo para hacerle más fácil la adaptación al puesto. Lo pondría al corriente sobre normas, expedientes y demás información útil para él. Horace parecía un mago simpático y bonachón pero Severus solo había intercambiado un par de palabras con él, la verdad es que no le apetecía tener que entablar conversación con nadie de los presentes.
La puerta se abrió y comenzaron a entrar los estudiantes de cursos superiores de las cuatro casas. El bullicio comenzó a notarse porque los estudiantes que aun no se habían visto en el tren se estaban reencontrando ahora y charlaban animadamente sin preocuparse de las miradas de los profesores. Las mesas se fueron llenando progresivamente hasta que Minerva McGonagall se levanto y se dirigió hacia el hall para recibir a los estudiantes de primero. Filch se encargo de cerrar las puertas y Dumbledore dedico unas palabras a los estudiantes deseándoles que hubieran tenido unas felices vacaciones. Minerva volvió a entrar con los alumnos de primer año, un grupo bastante numeroso y muy callado. Todos parecían muy nerviosos y solo podían dedicarse a abrir lo máximo posible los ojos para no perder detalle de todo cuanto veían. La ceremonia de selección transcurrió de una manera normal, con las palabras de sabiduría que siempre dedicaba el sombrero seleccionador. Cuando todos los estudiantes estaban asignados a una casa, el director se puso en pie y se dirigió al atril para comenzar con su discurso.
-¡Buenas noches a todos! Como cada curso he de decirles que estoy realmente contento de iniciar un nuevo año en esta escuela. Veo caras conocidas y otras nuevas. A ambas les doy la bienvenida y espero que se sientan como en casa. Es mi deber informarles a los de primer año y nunca está de más recordarlo al resto, que el señor Filch es el conserje de esta escuela y que él es el encargado del mantenimiento y orden en la misma, ante cualquier acto de desorden será el encargado de tomar las medidas oportunas. Por otro lado recuerdo que está sancionado el acceso al Bosque Prohibido. Por último déjenme darles una noticia, como todos sabrán el profesor Horace Slughorn este año no estará con nosotros-se escucharon varios suspiros de pena en el comedor-Pero en su lugar contaremos con el profesor Severus Snape quien también pasará a hacerse cargo de la casa de Slytherin. El profesor Slughorn solo se quedará en Hogwarts una semana más donde pondrá al corriente al nuevo profesor y resolverá las dudas que sus antiguos estudiantes tengan. ¡Ahora sin más dilación la cena!
Las mesas se llenaron de suculentos manjares y los estudiantes comenzaron a cenar conversando con los compañeros que tenían alrededor. Sidney ni siquiera tenía mucho apetito aunque prefería aparentar que estaba ocupada comiendo a tener que atender a muchos de sus compañeros quienes la estaban saludando y querían iniciar una conversación con ella. Para cuando llegaron a los postres ella estaba terminándose su trozo de pastel y esperaba a que sus amigas hicieran lo mismo.
-¡He visto como te estaba mirando Marcus durante toda la cena!-dijo Rominna sonriendo a Sidney.
-¿Otra vez con eso?-dijo ella con un toque de cansancio
-Nuestra querida amiguita dice que no hay nada con el...a pesar del evidente interés de el por ella.-alcanzo a responder Helena con ironía.
-Pues no entiendo el rechazo la verdad-dijo Rominna-si estuviera en tu lugar me interesaría por él.
-La cuestión es esa, que no lo estas-y se levanto de la mesa cansada de esa conversación.
-Vale, vale. ¡Haya paz!
Las cuatro se dirigieron al hall para poner rumbo a sus habitaciones, se detuvieron en las escaleras para despedir a unas amigas de Hufflepuff y cuando iban a reanudar su camino alguien tomo del brazo a Sidney alejándola de sus amigas.
-Hola preciosa
-Ah, hola Marcus-contesto ella con desgana para no darle pie a continuar, pero sin embargo este no se rendía tan fácilmente.
-¿Que tal tu verano? El mío bastante bueno, visite parte de Europa con mis padres.
-Hmm, que interesante-dijo con una falsa chispa de interés-Oye si no te importa estoy muy cansada y quiero ir ya a dormir...
-Oh, vale, no hay ningún problema. ¡Pero eso si me debes una conversación!-y le dedico una sonrisa.
-Está bien, hecho.-le sonrió también y se giro para subir las escaleras.
Marcus ya se había retirado del hall cuando Horace y Severus caminaban con dirección a las mazmorras, Severus solo quería llegar de una vez a su dormitorio para no tener que conversar ni un minuto más con otra persona. Sin embargo Horace se paró en seco haciendo que él también se parara.
-Un momento, quiero saludar a una persona-le dijo Horace a Severus.
-No es por contrariarle pero, ¿no podría esperar a otro momento?-respondió Severus tratando de sonar amable aunque con una mirada fría.
-No, ¡solo será un segundo! te lo prometo, además quiero que la conozcas-se giro hacia las escaleras y dijo en un tono más elevado-¡Sidney! ¡Sidney!
No había alcanzado a subir cinco peldaños tras despedirse de Marcus cuando la voz del profesor Slughorn la llamaba. Se giro y tuvo que caminar hasta el componiendo una sonrisa amable.
-¡Buenas noches profesor! ¿Cómo esta?
-Oh! muy bien querida, muy bien. Sonrió muy satisfecho y se giro hacia Severus-me gustaría presentarte a tu nuevo profesor, a partir de ahora él será el afortunado encargado de enseñarte querida.
-Muchas gracias por la presentación profesor, pero no hacía falta-sonrió a ambos y luego se dirigió hacia su nuevo profesor tendiéndole una mano-¿el profesor Snape cierto?-el asintió y acepto el apretón breve de manos- Seguro que deben estar ocupados y no me gustaría robarles su preciado tiempo.
-Por favor, ¡no te disculpes! solo quería que ambos os conocierais-se dirigió hacia Severus con una gran sonrisa-Ella es la mejor alumna que tengo y una de las mejores que he tenido, me atrevería a decir que incluso ¡te supera en comparación a cuando yo te di clase a su edad!
-Vaya, eso es algo que estoy deseando ver.-por primera vez en toda la noche Severus hizo una mueca parecida a una sonrisa y se quedo mirando a los ojos color miel de esa chica.
-Bueno querida, no quiero entretenerte más tiempo, mañana nos veremos en clase, que descanses.
-Igualmente, que pasen ambos buenas noches, hasta mañana. Sonrió a ambos profesores y se giro hacia las escaleras retomando el camino que había emprendido.
Ambos profesores pusieron rumbo a las mazmorras, uno pensando en lo difícil que se le iba a hacer despedirse de sus alumnos, y otro pensando en que quizá los alumnos serian tan amables como la chica que acababa de conocer.
-¿Que quería Slughorn?-le pregunto Christinne rápidamente a Sidney cuando llegaron a la sala común.
-Saludarme y...presentarme al nuevo profesor.
-¿Es simpático? ¿Crees que se parecerá a Slughorn?-dijo Helena queriendo conocer más detalles del profesor.
-Hmm, no lo sé, la verdad, parece simpático, tampoco me dijo mucho pero al menos no fue desagradable.
-Bueno, al menos se acabo "tu reinado de pociones" donde eras la favorita del profe-dijo sarcásticamente Rominna queriendo parecer celosa.
-Ja, ja.
-¿Qué? Sólo digo la verdad, que seas buena en pociones no excluye a que también fueras la favorita de Slughorn.
-¡Anda calla y ve a dormir! te hace falta
Las cuatro amigas se fueron entre risas a dormir, había sido un dia muy largo y querían retomar fuerzas para enfrentarse mañana a su primer dia en sexto curso. A Sidney no se le escapo el detalle que había lanzado su amiga, en el fondo era cierto que era la favorita de Slughorn y de muchos otros profesores, con un poco de amabilidad y alabanzas había conseguido granjearse la simpatía de los profesores que había tenido. El hecho de que el profesor de pociones se fuera la había puesto algo intranquila porque ahora tendría que comenzar de nuevo a ganarse la simpatía del nuevo profesor y lo malo es que esta vez no contaba con gente en el castillo que le dijera como era el nuevo profesor de pociones puesto que nunca había dado clase antes. Se fue a la cama algo intranquila pero confiada en que mañana comenzaría a investigar, y segura de que en pocos días volvería de nuevo a ser la favorita.
Mientras tanto en un cuarto en las mazmorras Severus Snape estaba desempaquetando su equipaje y acomodándose a la nueva estancia. Esta era muchísimo más lujosa que su habitación en la Hilandera. Las paredes eran de piedra, contaba con una amplia chimenea, un gran ventanal con vistas al lago, una cama espaciosa con un gran dosel, un armario, un escritorio, dos butacas frente a la chimenea y una pequeña mesita entre ellas. Además también tenía un baño propio, muy amplio, todo de mármol y también con ventanal. Tanto las cortinas como la ropa de la cama eran en colores verde, negro y plata. Muy acorde a la casa que pertenecía. Pensó que por lo menos el primer día no había ido tan mal, solo había tenido que aguantar pacientemente algunas conversaciones, muchas presentaciones y las miradas curiosas de muchos alumnos. Sin duda creía que no sería algo difícil en comparación con su trabajo para la Orden y para Voldemort, además ya había lidiado antes con alumnos y por lo menos este año parecían más formales. Aunque claro solo había podido conocer a una alumna, quizá el resto no fuera como ella.
Terminó de instalarse y fue a dormir, mañana si que le esperaría un duro día por delante y comprobaría realmente la ardua tarea de ser profesor.
Comentarios, Avadas kedabras, tomatazos? Su opinión es importante y ayuda a mejorar mi historia y por tanto la vuestra con su colaboración. Un saludo ^^
