He tenido esta idea en mi cabeza desde hace más de un año, y escrita desde hace 6 meses, y realmente no lo había publicado en parte por temor (soy primerisa), en parte por que no tengo muy bien estructurado el desarrollo de este fic, es bastante pequeño este capítulo, y no se si el formato sea el correcto; pero decidí correr suerte y ver que tanta aceptación podía tener algo cómo esto.

Me he inspirado en la versión "original" de caperucita roja, así como la película "La chica de la capa roja", OJO: No es una adaptación. Puede que haya aquí y allá cosas parecidas, pero mi intención no es volver a contarles la película ni el cuento, solamente me ayudaron a comenzar a mover los engranajes de mi cerebro.

Realmente espero que lo disfruten.


RED

"La niña bonita, la que no lo sea, que a todas alcanza, esta moraleja. Mucho, mucho miedo del lobo tengan, que a veces es joven, de buena presencia, de palabras dulces, de grandes promesas, tan pronto olvidadas como fueron hechas."

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Prólogo

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Rukia creció escuchando las sabias palabras de advertencia de su nana, y por alguna razón, los cuentos que se suponía que debían de darle miedo no hacían más que fascinarla.

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Su aliento era ruidoso, le costaba demasiado correr, no sabía si era por el miedo o por el frío que acuchillaba sus pies descalzos, su cuerpo le era extremadamente pesado, no podía seguir así.

¡Ah! ¡Una cabaña!

¡Se había salvado!

Y al crecer se dio cuenta de que los cuentos no eran más que eso: Cuentos.

Cojeo lo más rápido que sus heridas piernas le permitieron, entro y atrancó la puerta, no quería que aquella bestia entrara. Ahora solo podía esperar a que amaneciera para que comenzaran a buscarla, y que lograra salvarse.

Oh, pequeña, no creí que fueses tan atrevida como para venir a mis aposentos.

Volteo de manera veloz, que casi juro sentir como su cuello tronaba, pudo ver que de las sombras salía un hombre.

Se paralizó.

Era él.

Los mismos ojos, el mismo color de cabello, los mismos colmillos.

Ni siquiera tuvo tiempo para gritar, le tomo de los cabellos y la arrastró por entre la fría nieve, riendo al ver cómo la sangre dibujada un camino.

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Rukia se daría cuenta de que decir "no creo" es un reto, que muchas veces es mejor no acordar, porque puede tener muchas consecuencias.

Ella se daría cuenta demasiado tarde.

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La nieve se vio profanada por el rojo de la sangre, casi parecía que habían tratado de crear arte en ella, de una manera sádica y grotesca. Y no muy lejos de ahí se veía claramente un cuerpo que de sólo verlo provocaba nauseas, pobre chica, decían algunos.

Pero no se daban cuenta de las tragedias que estaban a punto ocurrir.

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A la cuidad del Sereitei había llegado el lobo.


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