Disclaimer: Harry Potter, sus personajes y cualquier mención a su mundo pertenecen a J.K. Rowling. Esta historia no tiene fines de lucro.
1- La gran noche.
La música del salón era discreta y había un par de parejas que bailaban disfrutando la compañía del otro. Sin dudas era una buena fiesta, muchas celebridades estaban allí disfrutando de su homenaje, pero a Él poco le importaba eso. Acababa de encontrar su "objetivo" en la terraza mirando hacia el exterior.
Ella se veía fascinante, esa noche la tentación no vestía de Rojo; si no que llevaba un hermoso vestido dorado en forma de campana por sobre la rodilla.
Él camino hasta Ella y se ubicó a su espalda aspirando el aroma que desprendía su cabello, que estaba en un elegante moño dejando su cuello a la vista.
-Hola hermosura- dijo Él con seguridad susurrando en su oído- ¿Qué es lo que hace una chica tan hermosa en un lugar tan solitario?
Ella se estremeció al sentir el aliento del pelirrojo en su oreja y luego en su cuello. Su voz era endiabladamente sexy.
-Esperaba a mi novio- contesto intentando sonar indiferente- Está allá dentro con un par de idiotas hablando de quidditch.
Él sonrió.
-Si no te habías dado cuenta primor esta fiesta trata sobre quidditch- respondió Él ubicándose a su lado- Por otro lado tú novio es probablemente un idiota que ni siquiera te satisface.
Ella enarco una ceja y lo miro a los ojos.
-¿Esta aquí para cuestionar mi vida sexual Señor?
-Tal vez- contesto regalándole una sonrisa ladeada- Me encantaría fugarme contigo a los baños y que follaramos olvidándonos de todo o por último me conformo con que ocupes tu sexy boca aquí abajo- dijo señalando su entrepierna.
Él sin perder tiempo la atrajo a su cuerpo y la estampo contra el respaldo del balcón con un apasionado beso, mientras Ella deslizaba sus manos en su pelirrojo cabello. Se sentía tan el roce de sus lenguas cuando se profundizaba el beso. Poco a poco se separaron para poder respirar.
-No soy una chica fácil- contesto Ella con una sonrisa juguetona- Además mi novio me satisface completamente. Es un dios en la cama.
Era una verdadera bendición que ambos estuvieran solos en ese balcón.
-Me lo imagino- dijo Él sintiendo que el aire le faltaba y ya no era producto del beso.
Se miraron a los ojos unos segundos más y Él volvió a besarla con fuerza y pasión. Llevó las manos a ambos lados de su cara y empujó sus labios contra los de la mujer más profundamente. Ella sintió su lengua en su boca y su estómago se apretó con ganas, gimiendo en su boca mientras sus lenguas se entrelazaban. Quería más que nada estar más cerca del pelirrojo y metió sus dedos en su cabello.
-¡Ron!- gimió Ella cuando al fin se separaron- compórtate. Esta es tu noche, volvamos con el resto.
Él le dio un dulce beso en la frente.
-Te amo Hermione- respondió mirándola a los ojos profundamente- Gracias por estar conmigo.
Hermione coloco los mechones de cabello que se desprendieron de su peinado detrás de la oreja y luego de arreglar su vestido entrelazó sus dedos con su amado y volvieron al salón. Acababan de volver cuando una voz los distrajo.
-Damas y caballeros- dijo el presentador- Les pido que tomen asiento.
Todos tomaron asiento y esperaron expectantes las palabras del presentador. Hermione junto a Ron se sentaron con los jefes del pelirrojo en una mesa especial.
-Como todos ustedes saben- dijo a modo de introducción- Esta noche estamos reunidos para honrar a nuestro querido Ronald Weasley, que aparte de ser un héroe de guerra parte del famoso trio de oro. También ha tenido una excelente actuación en estos cuatro años que está con nosotros en el equipo. No solo hemos ganado el mundial de clubes tres años consecutivos, también ha marcado un record al estar invicto durante veintidós meses. Estamos totalmente orgullosos de dar a nombre de la Asociación internacional de quidditch este trofeo que lleva su nombre y que Leopoldo Wallace el presidente de dicha organización le hará entrega en este momento.
Hermione apretó con cariño la mano de Ron. Él la miro unos segundos con profundo amor y luego de darle un pequeño y dulce besos en los labios subió al escenario en medio de aplausos por parte de los asistentes.
Leopoldo Wallace era un hombre con el cabello entrecano, de mediana estatura y muy elegante. El pelirrojo camino con confianza, le sonrió y le extendió la mano después de recibir el premio. Un reportero del "Profeta" les pidió posar para varias fotografías mientras el público seguía sonriendo y aplaudiendo, pero ninguno era tan feliz como Hermione, que lo miraba con los ojos llenos de orgullo.
Le hicieron un gesto para que se acercara al estrado y luego de pronunciar el encantamiento "sonorus" se dirigió a la concurrencia.
-Muchas gracias a la federación mundial de quidditch por hacerme entrega de este hermoso trofeo, pero claro que no puedo llevarme todo el mérito- dijo sonriendo- porque debo reconocer que el equipo consta de grandes jugadores y entre todos hemos logrado este record.
Muchos aplausos y algunos silbidos por parte de sus compañeros de equipo que estaban en dos mesas lo hicieron reír.
-También debo agradecer este premio a mis jefes por darme una oportunidad en el quidditch, a mis compañeros de equipo por hacer que el ambiente sea tan ameno en el camarín, a mi familia, a mis amigos y por sobre todo- Ahora su mirada se encontró con los ojos castaños que lo miraban desde la mesa donde antes estuvo sentado, Ella se veía tan emocionada- a mi querida esposa Hermione, que sin dudas es la persona que me dio su apoyo desde el primer momento cuando les comunique a todos que había rechazado la opción de ser auror. Tú sabes cariño que todo lo que soy en este momento te lo debo a ti. Eres tan especial… gracias por alentar mis sueños y hacerme tan feliz.
Todas las miradas se posaron en la castaña que no aparto sus ojos de su esposo mientras sonreía como una colegiala.
-En fin, muchas gracias a todos por venir y por hacer esta noche tan especial, Espero que sigan disfrutando de la velada.
Se quitó el encantamiento y se bajó del estrado mientras recibía las felicitaciones de algunas personas y varias palmadas en la espalda. Luego de que volviera a su asiento, su jefe y algunos de sus compañeros se acercaron al estrado para dedicarle palabras de cariño y apoyo.
Los discursos acabaron y la cena trascurrió entre risas y una conversación amena.
-¿Quieres bailar amor? – Le pregunto Ron a su esposa.
-Claro que sí señor Weasley.
Se levantaron y caminaron hasta la pista en donde ya estaba Luna y Neville que lo abrazaron efusivamente mientras le daban las felicidades.
Sus padres, Angelina, George, Harry y Ginny estaban conversando en una mesa alejada, mientras que Percy, Audrey, Bill, Charlie y Fleur estaban en otra. Sin darse cuenta de que ellos bailaban.
-Que hermosa se ve Gin- dijo Hermione al echarle una mirada a su amiga y cuñada- Esta radiante con su embarazo.
-Pobre Harry que debe tolerar su mal humor- dijo el pelirrojo entre risas.
Hermione se soltó una carcajada, ya que sabía que últimamente Ginny andaba muy sensible y regañaba por todo a Harry.
Con el tiempo Ron se había vuelto un buen bailarín, debido a que había tomado clases de baile junto a Hermione y su familia cuando se casaron y por su parte su esposa había perfeccionado sus pasos por lo que ambos disfrutaban de estos eventos.
-¿Te he dicho que eres la mujer más hermosa del salón? – le pregunto el pelirrojo mientras bailaban lentamente.
-Solo un par de veces- respondió Hermione con su cara apoyada en su pecho- Pero no me lo creo. La esposa de Lewis es bastante hermosa y ese vestido rojo le sienta muy bien. También está la novia de Dorchester que es medio Bella y tiene prendido a varios…
-Pero sus encantos son nulos conmigo. Tú y solo Tú puedes lograr hacer lo que quieras conmigo, además eres valiente, arriesgada y este vestido dorado realza tus piernas. Merlín sabe que Podría cubrirlas de chocolate y comerlas.
La castaña se sonrojó y lo miro a sus ojos azules que brillaban.
-¿Qué?- Pregunto Él- ¡Es la verdad!
Ella negó con la cabeza sonriendo.
-Estas completamente loco Ronald, pero me gustaría verte intentándolo…
Ron hizo girar a Hermione entre risas y algunos de los asistentes observaban a la pareja de enamorados con sorpresa. Hermione siempre era seria, correcta y ordenada; pero solo su esposo lograba hacerla reír a carcajadas en público. Algunas de las mujeres que acompañaban a sus parejas sintieron envidia de la castaña por la felicidad que proyectaban los dos juntos.
-Te amo Hermione Jane Weasley- le dijo Ron mientras le robaba un beso.
-También te amo- respondió Ella acariciando una de sus mejillas.
Siguieron bailando mirándose a los ojos.
-¿Te acuerdas de la fiesta del club la navidad pasada? – Pregunto Ron riéndose- ¿Qué te parece repetir el tour por el lugar?
La castaña se sonrojo nuevamente y se mordió el labio. ¿Cómo era posible que el fuera tan descarado?
-No recorrimos mucho en todo caso- continuo diciendo el pelirrojo- Quizás ahora lleguemos a otra habitación…
Antes de que Hermione pudiera contestar un hombre se acercó y los interrumpió.
-Señor Weasley lamento interrumpirlo, pero se encuentra aquí Zach Mackenzie el entrenador de…
-De los "polar Bears" – contesto Ron sin parecer sorprendido, ya había tenido varias conversaciones con Él.
-Esta por marcharse del evento y ha pedido si puede conversar con usted un momento.
Ron miro hacia la mesa donde se encontraba Zach y luego miro a Hermione. Le había prometido que esa noche estarían juntos, pero apenas llegaron fue abordado por sus jefes y Ella se había quedado con el resto de la familia, para luego marcharse al balcón donde Él la había encontrado finalmente.
-Lo siento- dijo Ron sin soltar la mano de su mujer- Pero estoy bailando con mi esposa y no puedo ir con Él en este momento.
-Pero señor Weasley- le replico el hombre- el señor Mackenzie insiste.
Ron iba a contestarle nuevamente, pero esta vez fue Hermione la que abrió la boca.
-Amor, ve a hablar con ese señor- dijo mirándolo con comprensión- Yo te esperare allí junto a la familia.
-Pero Herms cariño- insistió porfiadamente su marido- Estamos bailando…
La castaña le sonrió, cada día se enamoraba más y más de su marido.
-Ya bailaremos más tarde Ron. Ahora ve con el caballero.
Ron le dio un beso y se marchó a conversar con Zach, mientras que Hermione camino hasta la mesa donde estaban los Weasley.
-Hermione cariño- dijo la señora Weasley al verla llegar a su lado- ¿Dónde has dejado a Ronnie?
-Un entrenador extranjero ha pedido conversar con Él. Aunque no parecía muy convencido de querer charlar.
Ella acerco una silla entre Harry y el señor Weasley para sentarse.
-Tiene miedo a que le hagan una oferta en galeones que le sea difícil de rechazar- dijo George riendo.
-Los cannons son el mejor equipo de Europa hoy por hoy- dijo Arthur- Pero si desarman la estructura que hay ahora no se si las cosas se mantendrían igual.
-Ron ama a los Cannons- intervino Hermione- jamás dejara el equipo. Los tornados le hicieron una oferta irresistible y Él la rechazo sin problemas.
-Bueno- agregó Ginny- ahora que seré reportera del profeta en la sección de deportes, cualquier primicia de mi hermano será útil.
Y en aquella mesa siguieron conversando de quidditch mientras que en la mesa del pelirrojo ocurría lo mismo.
-Ronald, Ronald- dijo Zach- Tú sabes lo que quiero. Te lo pediré por última vez antes de partir de vuelta a América. Mis jefes han aumentado su oferta, te pagaremos el doble del sueldo que recibes en los Chudley Cannons en este momento, además no tendrás que gastar en una casa, porque el club te entregara una para ti y tu familia.
Ron bebió un poco de su copa.
-Los tornados me ofrecieron lo mismo en galeones hace un mes atrás. ¿Qué le hace creer que esta vez sí deba aceptar esa oferta?
Sus jefes estaban expectantes, no querían que Ron se vaya por nada del mundo, ya que la mayoría de sus nuevos y buenos jugadores se habían incluido en el equipo debido a que allí estaba el gran Ronald Weasley, héroe de guerra que lucho para derrotar a Voldemort, cuyo nombre estaba en los libros de historia que se habían editado con la información de la caída de Voldemort y sus mortifagos. El pelirrojo había renunciado a su plaza en la escuela de aurores para probar suerte en el quidditch, sin Ron seguirían siendo el peor equipo de la liga.
-Estaba al tanto de aquella información, pero los tornados no tienen una historia como la nuestra. Es un equipo casi en descenso y que está desesperado por un salvavidas. Tú, Ronald Weasley eres mucho más que un salvavidas, Tú mereces un equipo de altura y los 'polar Bears' es una buena opción. No estarías traicionando tu lealtad con los cannons, después de todo no es competencia directa en la liga y solo chocaríamos en la copa internacional de clubes con una escasa probabilidad.
-No es solo mi equipo- contesto Ron mirando a la mesa donde estaba su familia- Los cannons me mantienen cerca de mi esposa y emigrar a otro país sería un gran cambio para ambos. Agradezco su oferta pero al igual que la de los tornados la rechazare.
Zach Mackenzie no parecía muy sorprendido cuando Ron le comunico su respuesta, por otro lado sus jefes le sonreían aliviados.
-Entonces esto es todo- dijo Jim Hansen, que era el dueño del club- Ron se queda con nosotros y fin de la historia.
-No te apresures Hansen- le interrumpió Zach sorprendiéndolo- Todavía no termino de negociar. Los osos polares te ofrecen el triple de tu sueldo actual, te damos una semana para que tomes tu decisión muchacho.
-¿El triple? – pregunto asombrado, su sueldo era el mejor pagado en el equipo y era bastante elevado. Era tentador, quizás demasiado tentador porque el juego de los polar Bears era bueno y estaban metidos en varios torneos para el próximo semestre.
-El triple hijo. Solo tienes que decirnos que sí y todos tus sueños se harán reales- El hombre miro su reloj y se levantó de la silla para estrechar la mano del pelirrojo- Fue un gusto haber compartido con usted señor Weasley.
-Lo mismo digo señor Mackenzie- respondió Ron un tanto aturdido.
El entrenador de los osos polares estrecho la mano del resto del directorio de los Chudley cannons que estaban aturdidos al igual que el pelirrojo. Nadie hablo nada en un par de minutos y en su cabeza Ron le daba vueltas al asunto.
-Ron- dijo James su entrenador- ¿Qué piensas?
-No lo sé- respondió el pelirrojo- Amo a los Chudley Cannons desde que tengo memoria, pero Zach tiene razón en que no sería una competencia directa en la liga.
-Lo sabemos- contesto otro hombre del directorio- pero ¿piensas aceptar?
Todos estaban nerviosos. Los Chudley Cannons estaban ganando mucho con la publicidad y hace años que todas las entradas se vendían en sus encuentros. No podían volver a la mediocridad ahora que habían probado la gloria.
-En este momento no pienso en nada más en que quiero ir a bailar con mi esposa. Le prometí que no la dejaría sola como habitualmente pasa, hablaría con Zach y luego volvería con Ella. Lo lamento pero esto lo podemos hablar el lunes en el entrenamiento.
Sus jefes asintieron y Ron se levantó en busca de Hermione.
-Hijo felicidades- dijo la señora Weasley cuando el pelirrojo llego a su lado- Estoy tan orgullosa de ti.
-Gracias mamá- respondió besando su mejilla.
-Nos nombraste brevemente en tu discurso Ronniekins- se quejó George- debiste mencionar que Yo te daba permiso en la tienda para que vayas a tus entrenamientos. Fui un gran jefe y ni siquiera me dan el reconocimiento que merezco.
Todos se rieron de las palabras de George.
-Ron fue un buen trabajador amor- dijo Angelina- Tú eras un jefe explotador.
-¡Hey!- se quejó George- y tú eras una pésima trabajadora, aunque me dabas buenos masajes.
Angelina se sonrojo y todos volvieron a reírse.
-¿Todo bien Ron- le pregunto Hermione al ver su cara.
-¿Otra oferta laboral?- pregunto Harry al mismo tiempo.
-Algo así- respondió Ron, luego estiro su mano a Hermione y le dijo- ¿Quieres terminar el baile que empezamos hace un rato?
Ella asintió y cogió su mano. Angelina también quería bailar por lo que obligo a George que la llevara a la pista y los señores Weasley también se les unieron, dejando a en la mesa solo a Harry y a Ginny que comía su tercer postre.
Ron se olvidó enseguida de su oferta laboral mientras daba vueltas por la pista con su esposa. ¿Cómo podía tener tanta suerte? Se preguntaba todo el tiempo. Hermione era magnifica, única y perfecta y Él tenía la suerte de tener su amor. Le encantaba verla sonreír como lo hacía en ese momento.
-Eres tan hermosa- volvió a repetir Ron- ¿No le diste vuelta a mi idea de hacer un tour?
Ella sonrió divertida.
-Podríamos… pero prefiero darte tu regalo en casa.
-Mmm- dijo Él- me pregunto qué regalo será. ¿Tiene que ver con nosotros dos sin nada de ropa en la cama?
Las mejillas de su esposa se sonrojaron.
-No digas eso- lo reprendió- alguien podría oír.
-Que oigan lo que quieran- dijo Ron despreocupadamente mientras hacía que Hermione de un giro al bailar, luego pego sus labios otra vez en su oreja- quiero que todos sepan lo afortunado que soy al tenerte.
La sonrisa de Hermione se ensancho.
-Yo soy la afortunada. Te tengo a ti y todo es perfecto.
La noche llego a su fin, después de haber compartido anécdotas con sus compañeros de equipo y Hermione se llevó la impresión de que la novia de Louis el buscador suplente del equipo intentaba coquetear con Ron, aunque él no pareció enterarse.
Los dos se aparecieron en el patio de su casa y al entrar por la puerta Ron dejo su premio sobre la mesita de las llaves sin ningún cuidado y se abalanzo a sus labios empujando el cuerpo de Hermione a la pared. Ella gemía y se retorcía mientras las manos de su esposo estrechaban sus caderas.
-Ron… Ron- dijo la castaña empujándolo del pecho para apartarlo- También te deseo, pero no quiero hacerlo contra la puerta hoy. Esta noche es especial.
-Vamos al sillón entonces- dijo él besándola otra vez.
Ella se rio pero los besos de su esposo no la dejaban pensar con claridad. Pero el maullido de Crookshanks desde la puerta de la cocina la devolvió a la realidad.
-Amor, por favor- le pidió al sentir la mano del pelirrojo su muslo subiendo peligrosamente hacia arriba- Vamos a nuestra cama.
-O podríamos hacerlo sobre la mesa- dijo Ron ignorándola. Sabía que Ella no cedería el lugar donde tendrían intimidad.- o podríamos ir a la ducha…
Hermione sintió que la temperatura de su cuerpo aumentaba cada vez más. El pelirrojo estaba atacando su cuello haciéndola jadear.
-Por favor Amor- le pidió otra vez Hermione- te preparé una sorpresa allí.
Los besos de Ron se detuvieron y ella supo que había ganado. La castaña lo guio a la habitación tomado de la mano y al abrir la puerta con un movimiento de su varita que llevaba en su pequeño bolso encendió las luces del centenar de pequeñas velitas que había en la habitación.
La cama tenía el edredón naranjo de los Chudley Cannons que a Ron tanto le gustaba y el suelo estaba cubierto de pétalos de rosa como la noche de su luna de miel. Sobre el velador de Hermione que habitualmente tenía libros que ella leía antes de dormir había una botella de Champagne y unas fresas.
Ron la miro sorprendido.
-¿Cuándo hiciste todo esto? Nos fuimos juntos.
-Tú mirabas televisión y Yo fingía arreglarme, mientras ordenaba las cosas para cuando regresáramos.
Ron no pudo contenerse de besarla con fuerza.
-Eres jodidamente brillante.
-Tú lenguaje Ronald- lo regaño Ella acercándole la champagne para que la abriera.
Él pelirrojo se quitó la parte de arriba de su traje quedando exclusivamente en camisa y después de servir las dos copas, Hermione propuso el brindis.
-¡Felicidades amor! – Dijo la castaña- Este es el mayor reconocimiento que puedas obtener.
Ambos chocaron las copas y bebieron un sorbo de su champagne. Se miraron un momento y el pelirrojo sujeto la copa de su esposa y junto a la suya las dejo otra vez sobre el velador. Tomo unas cuantas frambuesas y las introdujo en los labios de ella y en su propia boca saboreando el agridulce sabor. Con una sonrisa traviesa se acerco a Hermione y la beso durante unos segundos, para luego acercar sus labios a su oído derecho.
-No es mi mayor reconocimiento ¿Sabias?
-Supongo que te refieres a tu tarjeta en las ranas de chocolate o tu orden de merlín de primera clase – dijo Hermione recordando los logros de su esposo.
-Mi mayor reconocimiento es haberme casado contigo- dijo Él suavemente- incluyendo que soy el único que te hace perder el control y soy el único al que le ruegas por más.
Ella a pesar de los años de intimidad de todas formas se sonrojo.
-Eres un descarado ¿sabías?- le pregunto pasando su dedo índice por su nariz.
-Tú también eres una descarada- le respondió suavemente sintiendo como su dedo le recorría el rostro- ¿no fue tu idea de que hiciéramos el amor en la mesa de la cocina de tus padres mientras ellos veían televisión?
La castaña sonrió coquetamente.
-Yo solo te bese y luego me senté sobre la mesa Señor Weasley. Todo el resto vino por su cuenta.
-¡Por merlín! No tenías bragas y abriste tus piernas llevando falda, invitándome. Estaba claro que querías.
Hermione lo beso y cuando el beso se profundizo por parte del pelirrojo lo empujo a la cama.
-¿Sabes lo que me gustaría ahora?- pregunto acercándose de forma felina soltando su cabello de aquel moño que había usado para el evento dejando sus risos caer libremente. Ron miraba sus ojos chocolate llenos de lujuria- Me gustaría jugar un poco con mi boca.
Ron se sintió desfallecer cuando la mano de su chica lentamente abría su pantalón y lo bajaba junto con su bóxer.
-Pero mira que tenemos aquí- dijo Hermione tomando entre sus manos el pene del pelirrojo- ¡oh! Ron eres tan grande…
Sin más preámbulos se lo llevo a la boca en medio de los jadeos de su esposo.
-Merlín eres increíble- dijo Ron, dejando escapar un gemido cuando su lengua comenzó a acariciarlo, con los labios apretados mientras chupaba.
Hermione estaba de rodillas llevándolo más profundo en su boca, sus manos frías y pequeñas lo acariciaban cada vez que ella hacia una pausa para tomar aliento, pasando su lengua y cubriéndolo con saliva.
Él se incorporó en sus codos para observarla conteniendo el aliento. Ella estaba concentrada con sus ojos cerrados moviendo su boca y succionando de una forma sorprendente y excitante. Hermione abrió los ojos y sus miradas se encontraron. De pronto parecía que el cielo y la tierra se derretían.
-Mierda Hermione- gimió Ron cuando Ella aplico más succión. La castaña sonrió y continúo observando a su esposo que estaba entregado al placer. Se sentía poderosa al ver como Ron gemía su nombre.
Muy pronto las caderas del jugador de los Chudley Cannons se estaban levantando, empujando profundamente en su boca con urgencia buscando la libertad de su orgasmo. Por su parte Hermione se mantuvo prácticamente inmóvil mientras dejaba que Ron folle su boca, sus labios lo agarraron con fuerza cada vez que Él empujo contra ella.
-Herms ¡Merlín!- dijo el pelirrojo con los ojos apretados- Voy a… voy a acabar.
Él le avisaba para que Ella lo soltara y así no se desparramaba dentro de su boca, pero en esta ocasión la castaña no tenía intenciones de dejarlo ir, por lo que agarro el pene con sus manos y aplico más fuerza con sus labios succionando. Sin apartar la vista de su esposo disfrutando de la visión de total entrega por parte del pelirrojo que respiraba entrecortadamente y de pronto Él se derrumbó llenando de semen la boca de su esposa que obedientemente se tragó todo limpiando con su lengua el miembro del pelirrojo.
-¡Merlín! Eres jodidamente buena usando tu boca cariño- dijo Ron aun respirando con dificultad.
La castaña asintió mientras se ponía de pie. Tenía el cabello alborotado, las mejillas sonrojadas y los labios hinchados.
-¿Te gusto tu regalo cariño?- pregunto tranquilamente paseándose por el lugar desasiéndose de sus zapatos de taco- ¿Sabes? Está haciendo demasiado calor en esta habitación y este vestido me estorba. ¿Podrías ayudarme a quitarlo?
Ron se sentó en la cama y se quitó completamente su ropa incluyendo sus calcetines y zapatos para ponerse de pie. Camino hasta Ella y le dio un voraz beso mientras sus manos viajaban a la espalda de la joven dejando caer el vestido dorado. Ella quedo solo con sus bragas de encaje rojo y Él sin perder oportunidad la llevo a la cama dispuesto a amarla.
.
Esta es mi primera historia aquí y sería agradable leer tu opinión al respecto de lo que escribí :)
*Un adelanto del próximo capitulo*
Hermione lo miro sorprendida. Realmente no pensó que las conversaciones con Zach habían llegado tan lejos la noche anterior después que Ron llego tranquilamente a la mesa pidiéndole bailar.
-¿Por qué no me lo dijiste anoche?- lo cuestiono con un dejo de molestia en la voz- Somos una familia Ron, creí que… creí que confiabas en mí.
Chan chan ¿Problemas con la oferta de trabajo en América? ¡No te pierdas el próximo capitulo para averiguarlo!
