Sentimenti

Miedo.

Había estado sentado en el suelo de su habitación, hacia tanto calor que sentía que moriría por la asfixia.

Era verano, y los veranos Italianos eran algo fuertes, mas a el le encantan, podía estar horas en el agua y podía comer todo lo que fuera con hielo.

Mas esta vez no tenia ánimos, a penas se había despertado y parecía que no había dormido bien.

Lovino le había dicho que el iría a la playa un rato, el solo asintió y se quedo ahí en el suelo.

Giro y se quedo viendo el espacio oscuro bajo su cama, como si fuera lo más interesante del mundo.

Estiro la mano y tomo un libro que se escondía bajo una tabla levantada, volvió a girar para quedar boca arriba y abrió el libro.

Se quedo perdido en el, solo observando dibujo tras dibujo, un hombre con armadura dorada, un paisaje lleno de gente.

Columnas, fruta en abundancia, el sol brillando en lo alto, hermosos paisajes, parejas de novios caminando por el lugar.

Sonrió, y seguía cambiando las hojas, hasta que se detuvo en una donde su sonrisa se volvió una expresión triste.

Ahí no había nada, mas que hojas quemadas, rotas y llenas de tierra, más aun así el podía ver mas que el blanco de esa hoja.

Gente corriendo por todos lados, las tropas avanzando al compás firme que su abuelo había mostrado.

Corriendo por los pasillos, buscando una salida, no encontrando ninguna, sintiéndose solo, temeroso.

Entonces entrando a la habitación mas grande del lugar, viendo solo la ropa de su abuelo, ahí, sin rastro de el.

Cerro los ojos, dejando caer unas lagrimas, sintiendo otra vez aquello que lo había mantenido en una esquina, encerrado ahí.

Giro la ultima pagina y abrió los ojos, ahí solo había una frase escrita en Latín, en una hoja maltratada

Frase que aun después de aprender un nuevo idioma, podía leer...

-Tengo miedo, Abuelo Roma...