Bueno esta es mi primera historia que publico y la verdad no sé si les gustará pero desde hace un tiempo he tenido en mi mente esto. Dependiendo de la acogida que tenga seguiré desarrollándola más. Ya me dirán que les parece. Creo yo que es un tipo historia a la que no estamos acostumbrados pero justamente esa era mi intención.


¿Un corazón resistente?, No, ya no más. Un corazón roto, eso es lo que tenía ahora Regina Mills. Después de mucho tiempo ya debería acostumbrarse al dolor que causaba perder a las personas que más amaba, pero tal vez nunca lo haría. A pesar de todo lo que había tenido que vivir, Regina mantenía la esperanza de algún día poder tener su final feliz, ser quien quería ser junto a su familia, sin venganzas y sin mascaras que ocultaran su verdadera naturaleza. Tanto había confiado en esa posibilidad que había bajado la guardia abriendo de nuevo su corazón y perdonando lo imperdonable y todo ¿para qué? Para nada… porque ahora el destino le esta dando un nuevo golpe, después de tanto tiempo. Cuando creía que podía ser feliz de nuevo, cuando era feliz de nuevo. Quería despertar de esa pesadilla que era su vida los últimos días y volver atrás donde lo único que le importara fuera ¿Qué comerían en la cena? ciertamente hubiera deseado que el destino, el karma o lo que diablos fuera lo que guía su vida se olvidara de ella, por una vez, por esa vez le dejaran ser feliz sin mentiras, sin engaños, sin muerte, sin magia.

Una magia que ahora no le servía de nada, simplemente porque ya es muy tarde. Debía haberlo pensado antes, talvez si actuaba antes su plan hubiera funcionado o talvez solo aceleraría los acontecimientos. Pero el miedo y su cobardía hicieron que el tiempo pase veloz sin que la verdad saliera a la luz.

Y ahora allí estaba la morena en esa horrible habitación, aquel maldito hospital que le quitaría una de las personas que más ama, desea con todas sus fuerzas que existiera una oportunidad de salvarla, incluso le daría su alma a Gold sin pensarlo tan solo para salvarla a ella.

Su amiga, su amante, su esposa, su ¿tercera oportunidad? No sabía a ciencia cierta cuantas oportunidades le había dado la vida hasta ahora, lo que si sabía es que la vida misma se encargaba de apartarlas de ella. Talvez el simple hecho de que una persona la amase fuera el detonante de su desgracia creía Regina, eso, o que simplemente no había nacido para amar. Porque si lo hacía, no importará cuan hermosa sea su historia de amor o por muy feliz ésta que fuera; la historia siempre terminaría en desgracia.

Congelar el tiempo parecía una buena idea en la mente de la reina pero su corazón que gritaba que NO, incluso si éste sabía que sufriría con ello. Sabía que este día llegaría y alargarlo más tiempo no solo le haría daño a sí misma, sino también a la mujer que amaba. Pero por otro… NO. Regina se obligó a dejar de pensar en ideas absurdas que solo conseguían hacerle daño. Apesadumbrada decidió disfrutar este momento con ella, con su familia. Sería lo mejor aunque, ahora no lo viera así, con el tiempo agradecería haber pasado aquellos últimos instantes juntas como si no existiese el mañana.

- … y después Henry me llevo a ver a los caballos, pero no me dejo subirme a ellos, aunque también prometió dejarme hacerlo cuando sea más grande ¿no es el hermano más asombroso de todos Mami? –

- Claro que es el hermano más asombroso del mundo mi amor y eres muy afortunada de que sea el tuyo –

Regina salió de sus pensamientos escuchando aquellas dulces voces y presenciando la escena más desgarradora de toda su vida: su hija, su pequeña princesa, hablando con su esposa; como cualquier otro día… solo que este no era cualquier otro día. Sería el día en que su supuesto corazón resistente estaría a prueba.

- Volverás pronto ¿verdad Mami? – preguntó inocentemente la niña de cabellos rubios exactamente como los de su madre

La rubia mayor inmediatamente busco la mirada de su esposa como pidiéndole apoyo y fuerzas para contestarle a su hija, ésta, inmediatamente le sujeto la mano para transmitirle todo lo que necesitaba y mucho más.

- Sabes que nunca te miento princesa y esta vez no va ser la excepción… - dijo por fin la rubia inhalando fuertemente antes de hablar de nuevo – no cariño… no volveré pronto, de hecho, no voy a volver más – contesto con una mirada triste casi tan triste como la que la morena que estaba a su lado tenía.

Esos ojos chocolates que tenían consigo un velo de tristeza, dolor y lágrimas que no quería mostrar frente a su rubia ya que se prometió a si misma mantenerse fuerte por las dos. Pero era algo imposible y ella lo sabía, pero al menos quería mantenerse fuerte por sus hijos. Cuando llegue el final del día ya tendría todo el tiempo del mundo para dejar salir todo cuanto llevaba guardando, incluso sus lágrimas.

- Además todavía tienes a mamá, princesa, y no nos olvidemos de Henry – dijo esto con una enorme sonrisa - ¿verdad cariño? – preguntó esta vez mirando a Regina

- Por... por supuesto que si – dijo la morena – si quieres también puedo enseñarte a montar cuando seas más grande ¿Qué te parece? – completó para poner fin a ese tema que tanto le incomodaba, sabiendo que su hija se olvidaría de todo en cuanto mencionara aquellas clases de equitación

- Lo harías ¿de verdad? – preguntó la niña entusiasmada ante la idea de que su madre le enseñara. Regina simplemente asintió para confirmarle su respuesta, ante esto su hija se abalanzo a ella para darle un fuerte abrazo y luego se dirigió a su rubia madre – ¿escuchaste mami?

- Claro que si mi amor ¿no es la mejor madre del mundo? –

- Siii tengo a la mejor mamá del mundo… no, tengo la mejor familia del mundo – se corrigió después, con una alegría que no cabía en sí misma, contagiando a sus dos madres

- Oh veo que se lo están pasando bien sin mí – dijo un pequeño moreno ahora ya no tan pequeño, de hecho ahora era más grande que sus madres

- HENRY – gritó efusivamente la pequeña rubia corriendo hacia él – mamá prometió enseñarme a cabalgar – contó, dando pequeños saltitos cerca de su hermano- ¿verdad Mami?-

- Si mi amor – contesto desde la cama mirando a sus dos hijos

- Pues en ese caso creo que debería sentirme celoso ¿no es así? – dijo Henry mirando divertido como su hermanita tenía la expresión de no entender nada – el abuelo David fue quien me enseñó a montar, mamá no quería que yo aprendiera, de hecho no le gustaba ni siquiera asistir a mis clases – dijo con un poco de reproche a la morena, para luego dedicarle una sonrisa burlona a la más pequeña – era una verdadera mamá osa en ese aspecto, decía que no quería que me lastimara; lo cual creo que era injusto ya que ella a tu edad ya montaba, y reza porque a ti no te encierre en una burbuja de plástico para "protegerte de factores de riesgo innecesarios" – finalizo riendo y ganándose una mirada matadora de su morena madre

- No exageres hijo nunca te metí en una de esas cosas… aunque debería haberlo hecho para que no te metieras en problemas, además era madre primeriza no quería que te hicieras daño – rebatió – y en cuanto a los caballos no iba a tus clases porque los métodos de enseñanza de tu abuelo dejaban mucho que desear – completó con burla recordando dichas clases.

- Si, si, si como sea. Si no fuera por Emma todavía seguiría practicando con el pony –

- Ja ja ja… ya Henry deja de molestar a tu madre – dijo la rubia deteniendo así la risa burlona de Henry y una mirada de agradecimiento de su esposa – aunque debo darte cierta razón, porque ¿si hay alguien en este mundo que sabe cuan sobreprotectora puede llegar a ser Regina Mills? Esa soy yo – argumento finalmente ganándose esta vez ella la mirada matadora de la morena.

- Gracias por tu ayuda cariño – dijo sarcásticamente Regina cuando todos terminaron de reírse

- De nada, cuando quieras majestad– dijo divertida pero al mirar los ojos de su esposa la diversión se fue de su rostro

Cuando quieras ojala eso fuera cierto. Pero ya no más. Regina sabía que ya no podía pedirle ayuda a su esposa nunca. Y no le importaría si ella ayudara siempre a su hijo mayor a picarla constantemente, claro que no le importa, solo si eso no se terminara nunca. Y la realidad la golpeó directamente. Una vida sin ella, su esposa, su amor¸ no podría soportarlo.

- Yo… - empieza la reina pero se detiene al darse cuenta que su voz suena débil y con un halo de tristeza – Yo voy a ver si consigo que la enfermera me dé algo para el dolor de cabeza – dice al fin luego de aclararse la garganta

- Sigues con esos dolores Gina – pregunta preocupada la rubia

- Sí, pero te aseguro que no es nada grave – contesta quitándole importancia para que su esposa no se preocupe

- Si tú lo dices – replica aun con preocupación en su voz

- ¿Yo puedo ir contigo Ma? Quiero ver que tan grande es este hospital – dice emocionada la niña

- Está bien, pero prométeme que no correrás por los pasillos –

- Lo prometo Ma –

- Volvemos enseguida – dice la morena dirigiéndose a su esposa e hijo

- Tómense su tiempo – contesta Henry

Observan como madre e hija salen de la habitación y esperan un momento en el cual ninguno de los dos sabe cómo romper el silencio.

- Y ¿Cómo te sientes? – habla al fin Henry

- Mal – contesta dejando que su rostro se llene de seriedad ahora que su esposa no está con ella

- ¿Te duele algo? – pregunta alarmado esta vez

- No, no es eso… - dice pensativa y quedándose en silencio de nuevo. Un silencio que Henry no interrumpe porque sabe que su madre necesita tiempo para organizar sus ideas

La situación para él, también es difícil. Ver a sus madres deteriorarse emocional y físicamente le afecta aunque prefiere mantenerse estable por su hermana. Al fin y al cabo alguien debe estarlo. Sale de su ensimismamiento cuando la rubia rompe el silencio de una forma que Henry no esperaba. Llorando

Su llanto expresa todo lo que ha venido conteniendo, tristeza, dolor e impotencia. Su hijo la abraza con lágrimas en los ojos también. Ya no pueden mantener neutralidad frente a lo que está pasando. Frente a lo que está a punto de pasar.

- La amo tanto – dice al fin la mujer – los amo tanto – continua – tanto que no puedo verlos así. Eso es lo que más me mata –

Henry deja que continúe desahogándose y ella lo hace porque sabe que frente al chico no puede mentir y termina diciendo lo que verdaderamente piensa.

- Ver a Regina contener el llanto cada vez que hablamos es insoportable. Pero… todo acaba hoy, y eso es algo que no me tranquiliza. Quiero que vuelva a ser feliz que todos ustedes lo sean – concluye secándose las lagrimas

- Sabes que tomara su tiempo, no nos pidas que seamos felices cuando tú no vas a estar con nosotros. Mucho menos esperes que mama lo sea, ella te ama tanto que no se si pueda superar esto y tampoco sé cómo voy hacer para tranquilizarla – dice Henry todavía llorando y abrazándola mas

- Hey… Henry mírame – dice esperando que lo haga – mírame por favor – repite logrando que obedezca – sé que no será fácil y me odio por hacerles esto, pero prométeme que la cuidarás tanto como yo he venido haciéndolo este tiempo. Prométeme que serás un gran hermano mayor, que cuidaras de tu hermana, que ahuyentaras a sus pretendientes cuando sea adolescente y sobre todo prométeme que le hablaras de mí, no quiero que me olvide. ¿Lo prometes Henry? – pregunta la rubia

- Lo prometo – contesta el chico volviendo a llorar – sabes que Lucy nunca te olvidara ni siquiera lo pienses ¿ok? –

- Gracias… gracias por todo, por ser mi hijo y por considerarme tu madre a pesar de todo –

- Soy yo quien debería agradecerte todo lo que has hecho por mí y por mama. Soy yo quien está orgulloso de ser tu hijo – y se abrazan solo como una madre y un hijo saben hacerlo


Fuera de aquella habitación

Regina de la mano de su hija pasea por el hospital después de que la morena tomara una pastilla para el dolor de cabeza que la aqueja desde hace varios días. Es por el estrés se dice para convencerse, pero sabe que no es solo por eso.

- Ma ¿algún día mami volverá con nosotros? – pregunta una inocente Lucy sacando a Regina de sus pensamientos y dejándola si saber qué respuesta darle a su hija si ponerse a llorar

- Escucha mi vida – dice arrodillándose para estar a su altura – aunque no la veamos mami siempre estará con nosotros, siempre nos cuidara y siempre te dará tu beso de buenas noches ¿entiendes? –

- ¿De verdad? ¿Incluso estará conmigo en el escuela? no me gusta ir allí porque ninguna de las dos está conmigo – dice su hija poniendo cara de aburrimiento al nombrar el lugar donde estudia

- Claro que sí, sobre todo estará allí porque yo no podré ir y una de las dos debe estar contigo ¿no crees? – responde haciendo sonreír a su hija, una sonrisa igual a la de su otra madre, que hace que sus muros caigan permitiéndose llorar abrazada a su hija

- ¿Por qué lloras Ma? pregunta poniendo una cara triste

- Porque no quiero que se vaya – confiesa sin dejar de llorar hasta que su hija levanta su cara y le seca sus lágrimas con sus pequeña manos

- Yo tampoco quiero que se vaya, pero si lo que dices es cierto también estarás con ella incluso en el trabajo y en todas partes ¿no te gustaría estar con ella siempre? – pregunta

- Claro que me gustaría princesa – concluye abrazando a su hija como Henry abrazaba a su otra madre dentro de la habitación

Claro que quiere que su rubia este con ella siempre, pero la quiere ver, oír y tocar. La quiere con ella, junto a ella, junto a sus hijos en su casa. Teniendo ese final feliz que siempre anhelaba.

- Bueno será mejor que volvamos – dice separándose de su hija y secándose el resto de las lagrimas

- Está bien Ma –

Cuando estaban por entrar a la habitación una voz se dirigió a ellas

- Regina – era Ruby

- Hola Ruby – dijo la reina

- Hola tía Ruby – dijo la pequeña

- Hola princesa – contestó la loba acariciándole los cabellos

- Me alegro que hayas venido. Tu presencia será de mucha ayuda para los niños – dice Regina – y para mí también – añade con un gesto de agradecimiento sacando una ligera sonrisa en Ruby

- ¿Adivinen quien llego? – entra gritando Lucy

Cundo Regina entra seguida de Ruby, el ambiente se relaja y hablan de todo un poco. Recordando las anécdotas junto a la familia y amigos. Durante ese tiempo, rubia y morena se dan la mano baja la enternecida mirada de sus hijos y amiga. Pasan así la mayoría de la tarde hasta que Ruby se marcha bajo la excusa de que Granny la espera. Abraza a los chicos primero prometiendo que volvería más tarde, cuando sea el momento.

Luego abraza a su amiga rubia tan fuerte como lo permiten sus brazos, un abrazo de despedida.

- Volveré más tarde lo prometo – dice rubí

- Está bien – contesta la rubia volviendo a abrazarla, pero acercándose a su oído susurra – cuídala por mí, cumple la promesa que me hiciste la loba asiente recordando la promesa a la que se refiere su amiga

- Te acompaño afuera – dice la reina interrumpiendo el cruce de miradas entre las dos amigas y caminando hasta la puerta

Una vez fuera Regina se lanza a los brazos de Ruby llorando una vez más ese día, incapaz de contenerse más, necesita de su amiga y la loba lo sabe, quiere transmitirle fuerzas paro lo que está por venir.

- Vuelve más tarde de lo que has prometido, cuando todo haya terminado por favor – le pide – necesito estar solo con ella en ese momento ¿lo entiendes verdad? – dice Regina

- Claro que si… pero volveré, sé que no será fácil, pero siempre estaré ahí para ti y los chicos no lo olvides y no me apartes por favor – contesta abrazándola nuevamente – hasta luego – se despide por fin

Ve a la loba alejarse y respira profundamente antes de entrar nuevamente y juntarse con su esposa e hijos. Al cabo de un par horas decide que llegó el momento aunque no esté preparada y la mirada que le dedica la rubia confirma sus pensamientos.

- Bueno chicos creo que ya va siendo hora de que se marchen. Es hora de que me duerma – dice con lágrimas en los ojos en un intento de aparentar normalidad – Henry encárgate de tu hermana por favor que se duerma temprano - dispone la rubia

- Está bien Ma – contesta el chico y ambos abrazan a su madre sabiendo que ya es hora – te quiero – completa Henry

- También te quiero mami – dice su pequeña princesa – Ma me ha dicho que siempre estarás conmigo así que no tardes en venir a darme tu beso de buenas noches, sabes que no me duermo si él – dice son una sonrisa inocente

- Te lo prometo – dice dándole un beso en la frente – cuídate mucho y no olvides que te quiero. A los dos – dice mirando también a Henry que se esfuerza por mantenerse fuerte por su hermanita

- Adiós mamá – dicen al unísono los hermanos abrazando con fuerza a su otra madre que se había mantenido callada por el momento. Ella les devuelve el abrazo y como despedida deposita un beso en la frente a cada uno

- Por cierto creo que iremos a la casa de los abuelos hoy – dice su hijo mayor – ahí estaremos más tranquilos – concluye, recibiendo un asentimiento por parte de sus madres

- Estoy segura de que a Mary y David les hace bien que se queden con ellos – dice la rubia observando como sus hijos salen de la habitación

Una vez que se marcharon, el silencio reino el lugar por unos minutos hasta que la más joven decidió hablar

- Por qué no te acuestas conmigo un rato – propone a su morena y ésta solo se limita a contestar con un ligero murmullo y hace lo que le pide su esposa. Quedándose así junto a ella, deseando que el tiempo se congele – le he dicho a Whale que se pase dentro de una hora – habla de nuevo logrando que su esposa rompa a llorar

- No quiero hacerlo – dice con la voz entrecortada – sé que puede haber otra manera, una forma de que te quedes, talvez si – la rubia le corta con un suave beso en los labios

- Sabes que no hay nada que hacer, es algo que tenemos que aceptar aunque no queramos – dice intentando sonar lo más normal posible

- Pero, pero – rompe a llorar de nuevo y sintiendo que el aire le falta la besa nuevamente esperando que ese tan famoso beso de verdadero amor surja efecto curándola, pero nada pasa

- Sabes que lo que tengo no es mágico Gina… pero eres y siempre serás mi verdadero amor – termina con un beso – gracias por todo, por hacerme creer en el amor de nuevo, por darme una familia y por hacerme muy feliz con solo el hecho de que sonrías. Sobre todo gracias por permitirme que sea yo quien saque esas sonrisas, que a pesar de todo lo que ha pasado entre nosotras nunca has dejado de amarme, me has protegido de todos e incluso de mi misma. Has visto a través de mí, derribaste todos mis muros y me enseñaste a amar, me permitiste dejarte amar. Nunca podre agradecerte todo lo que has hecho por mí, créeme lo he intentado pero he llegado a la conclusión de que la única manera de hacerlo era amándote con la misma intensidad que tú a mí. Y me odio porque ahora mismo te estoy haciendo sufrir, no quiero morir sabiendo que lo último que veré serán lágrimas en tus ojos, por mi culpa. Tal vez suene egoísta pero lo único que quiero es que estés siempre conmigo, detener el tiempo ahora mismo pero eso no es posible, sé que te amare por siempre no importa lo que me pase y sé que tú lo harás también pero… pero eso no impide que vuelvas a ser feliz de nuevo. Prométeme Regina Mills que vas a ser feliz de nuevo, que con el tiempo volverás a sonreír como a mí me gusta. Prométemelo Gina – dice rompiendo en llanto también ella

- No me pidas eso por favor, no lo hagas. Cómo quieres que continúe si ti. Cómo lo hago si eres el amor de mi vida. La persona que llego cuando más la necesitaba. Dices que he hecho todas esas cosas maravillosas por ti, pero… tú has hecho que vuelva a vivir. Cuando te conocí era una mujer rota a la cual le rompieron el corazón una y otra vez pero tú me arreglaste, recogiste los pedazos que quedaban de él, me diste amor y lograste que volviera a latir tan fuerte como antes. Te debo todo lo que soy y lo que seré. Me diste una de las personas que más amo, mi hija. Eso es algo que no podre agradecértelo nunca ni aunque viviera mil vidas, y ahora que, ¿qué se supone que haga cuando ya no estés? ¿Cómo sigo manteniéndome fuerte para nuestros hijos? ¿cómo lo hago si tú eres toda mi fuerza? –

- Y lo seguiré siendo, ya lo dijo nuestra hija, siempre estaré contigo, con ustedes, no importa que no me veas, estaré junto a ti porque desde que te conocí solo vivo en tu corazón –

Se besan como nunca lo han hecho antes, un beso con sabor a despedida y lágrimas, un beso que es interrumpido cuando Whale entra por la puerta, seguido de dos enfermeras.

- Siento interrumpir – dice con cara de pena. Sabiendo lo que fue hacer, e inconscientemente pensando que será la segunda vez que vera a Regina perder a su amor, aunque esta vez sea bajo diferentes circunstancias.

Las dos mujeres se toman de la mano tan fuerte, queriendo no soltarse nunca. Whale espera pacientemente la confirmación de alguna de las dos, listo para desactivar la máquina que mantiene con vida a la rubia.

- Es hora dice por fin – la rubia mirando fijamente a su esposa queriéndole transmitir toda esa fuerza que talvez no tiene.

- Está bien – dice el doctor – cuando apague la maquina usted seguirá consiente momentáneamente, después todo habrá acabado – concluye con tristeza en su mirada

- Espere un momento – dice Regina antes de besarla apasionadamente transmitiéndole todo su amor en ese beso – nos volveremos a encontrar – dice llorando

- Yo sé que si – responde con una sonrisa la rubia – ahora si continúe – le ordena al doctor

Whale hace caso y apaga la máquina, los sonidos que ésta emitía son reemplazados por el llanto de la morena y uno que otro sollozo de las enfermeras.


En la casa de los Charmings

Se encuentran Henry y Lucy acostados en la cama del primero, están en completo silencio cada uno pensando en lo mismo, su madre.

- Es hora de que duermas – ordena Henry a su hermanita con la voz apagada

- No puedo hacerlo Henry – contesta – mami no me ha dado mi beso todavía – continua

- Lucy debes entender que… – el chico quería explicarle a su hermana que su mami no iba llegar esa noche pero la voz emocionada de la misma interrumpió su dialogo

- Ya lo ha hecho Henry, ya lo ha hecho – dice emocionada metiéndose por fin dentro de las sabanas – también te lo ha dado a ti – completa con una gran sonrisa dejando a su hermano confundido y triste pensando que talvez sea cierto lo que dijo al fin y al cabo ella siempre cumplía sus promesas. Pero eso significaba que había perdido a una de sus madres.


Fuera de la habitación en el hospital

Una mujer morena camina de un lado a otro incapaz de mantenerse tranquila sabiendo lo que está pasando dentro de aquella habitación donde se encuentra su amiga. Su amiga dice suspirando con lágrimas en los ojos. Lagrimas que desaparecen en cuanto alguien se aproxima a ella por el pasillo.

- Creí que ya te habías marchado – dice la recién llegada

- Por qué haría eso – responde la morena con tranquilidad – estoy aquí por mi amiga y para apoyar a Regina – continua

- Yo también estoy aquí por Regina, por Henry y Lucy, necesitaran mi apoyo cuando todo pase –

- Necesitarán el apoyo de todos cuando eso pase. No solo el tuyo – argumenta – escúchame bien, sé que no soy la indicada para decirte esto, pero el hecho de que ella ya no este no quiere decir que tengas una oportunidad con Regina, ella no quiere saber nada de ti por mucho que el tiempo haya pasado y ya te ha perdonado, no permitiré que le hagas daño, no de nuevo –

Después de esa declaración las dos mujeres se quedan en silencio hasta que una de ellas decide romperlo.

- ¿Sabes? Últimamente me he dado cuenta de algo, y créeme que no quise hacerle caso a mis pensamientos, pero dada tu actitud frente a Regina no me queda más opción que pensar y a lo mejor tengo razón – dice con un ligero tono de enfado la mujer que acaba de llegar

- Y se puede saber ¿qué es lo que has pensado? Claro a no ser que decidas ocultarlo como siempre lo haces – rebate la morena sin dejar que sus emociones la traicionen

La tensión vuelve entre las dos mujeres hasta que se formula la pregunta.

- ¿Acaso te gusta Regina? – Suelta sin previo aviso dejando a la morena sin la capacidad de pensar

- …

El silencio de la morena incrementa el enojo de quien preguntó

- Responde – dice en un tono más enfadado

- …

- ¡RESPONDE RUBY! – termina por gritar perdiendo la paciencia

- SI, SI ME GUSTA REGINA TIENES ALGUN PROBLEMA CON ESO EMMA – grita la loba

Gritos que fueron opacados por la desgarradora voz de Regina gritando un NO. Un grito que dejo a las dos mujeres heladas ahí donde estaban paradas y a todo un hospital en silencio.


Dentro de la habitación

- Te amo Regina Mills – dice con dificultad la rubia acariciando su rostro con ternura

- Te amo Elise Barton - responde depositando un beso en los labios de su amada, el último

- No me olvides – termina con su último aliento Elise

- NOOOOOOOO – un grito desgarrador sale de Regina. Un grito tan fuerte pero que no se compara con el dolor que está sintiendo en estos momentos

Se había ido.

La alegría de la familia Mills, de Regina, ya no estaba.


Y ¿qué les pareció? acepto todo tipo de criticas. Llegados a este punto esta de mas decir que es un OC Queen y un poco de lío amoroso con Emma y Ruby... siempre he querido una historia en donde se plantee que Regina se enamore de alguien ajeno a la serie peeero no he leido ninguna hasta el momento. Tengo mas o menos ideas de como será la continuación si es que ustedes me lo permiten por supuesto. También se vera como es que se llegó a este punto de la historia. Sin mas que añadir espero sus comentarios y tomatazos u otro tipo de fruta que quieran lanzarme.

AHH si... por cierto si quieren pueden imaginarse a Elise como Dianna Agron mi otra debilidad ademas de Lana