Un amor complicado

N/A: Hola l s que leen. (Que raro hablar sin saber con quién.) Este fic lo empecé a escribir hace poco. Está ambientada en el 'universo' de la versión española de la serie….así que espero tener alguna reacción. Este fic esta bastante lejos de lo que en realidad paso allí, pero se mantiene cerca. Vamos que le puse lo que yo quisiera que hubiera pasado y un poco mas. Subiré este fic también a un foro dedicado a esta parejita: el cual parece estar bastante muerto.

Gracias por leer esto, si lo hicieron. Y os invito a ver en YouTube algunos videos de esta parejita que me mola tanto. Son: Diego Julian De La Vega y Adriana Luque tmb conocidos como: la mensajera y el Gominas.

Ay y cualquier error es mío además los personajes no me pertenecen. Disfrutad:

Capitulo 1: introducción a la historia.

Diego De La Vega, el director de derechos humanos de Bulevar 21, era un hombre muy difícil de entender o describir. Durante mucho tiempo había sido sin encontrar otras palabras una mala persona, pero eso dejo de serlo hace ya bastante tiempo. Claro seguía teniendo muy mala leche, siendo orgulloso, en ocasiones egoísta y sobre todo ambicioso entre otras cosas.

Por un tiempo salió con Adriana, la mensajera de la empresa: una chica o mejor dicho mujer muy guapa, con unos ojazos color miel, un cuerpo y un carácter que daban envidia sin contar que tenía los pies en la tierra y la vista en alto: a la que le gustaba divertirse. Vamos era la mujer del sueño de cualquier hombre y más del de Diego, pero eso termino muy mal y con mucho dolor para ambas partes. No es que él no la quisiese sino todo lo contrario la amaba con todo el alma. El problema era que bueno no podía de dejar de ser él mismo: desconfiado de todo y todos, con un humor que no tenía rivales, que solía lastimar a aquellos que tenía cerca con o sin quererlo, orgulloso, frio de cierta manera, pero sobre todo era alguien al que habían lastimado mucho y temía dejar que otros se acercaran. Ya que cuando lo había permitido lo traicionaron de diversas maneras.

En los últimos tres o cuatro meses había decidido que por más que no iba a permitir que la gente se le acercara al menos podía hacer el esfuerzo casi sobrehumano de ser agradable con los demás: ósea sus compañeros de trabajo. No trataba de hacerse amigo de nadie, pero ya había vivido tanto odio en su vida que decidió no echar más leña al fuego y ser más agradable. Él mismo no se estaba dando cuenta de cuanto estaba cambiado el sin quererlo y queriéndolo a la misma vez.

En esos meses estableció una rutina bastante simple: levantarse temprano, salir a correr unos kilómetros, llegar a casa, ducharse, irse a Bulevar 21, desayunar liviano en la cafetería, irse a trabajar, tratar de no 'matar' a nadie, comer otra vez en la cafetería, seguir trabajando, pedir que le suban un café a la hora de merendar, terminar el trabajo, volver a casa a buscar el bolso, ir al gimnasio y volver a casa a cenar, meditar y dormir para después volver a empezar. Por más que todos los días eran diferentes tenía una rutina más o menos fija y eso le gustaba, le quitaba mucha de la ansiedad que había estado sintiendo y además se tomaba la medicación que hacia todo su esfuerzo se le haga más fácil.

Esa era la rutina durante la semana lo más difícil de todo no era ser agradable con sus compañeros: no. Era ver a Adriana todos los días y no rogarle por otra oportunidad. No poder decirle cuan bella estaba ni cuanto la amaba y que él sería capaz de cambiar hasta su nombre por ella, que ya no era el mismo, que no sería capaz de amar a otra nunca más y solo dios sabe que otras cosas quería decirle. Durante el fin de semana pasaba tiempo en su casa leyendo, meditando, en el gimnasio, había empezado a jugar rugby durante los fines (Se había cuenta que ese deporte lo ayudaba mucho con su rabia e ira.) y además salía a veces con Nacho por las noches. Sin mencionar que se había comprado un IPod y él y el reproductor de música se habían vuelto casi inseparables. Tenía compañero para el gimnasio ya que la mayoría de las veces Nacho lo acompañaba.

Cuando Nacho había empezado a notar la rutina y el cambio de comportamiento en su ex cuñado, compañero de piso, amigo…. Se había preocupado un poco, pero al darse cuenta de que esto le estaba haciendo bien había empezado a ir al gimnasio con el de vez en cuando mas veces sí que no, él no era tan riguroso no se pasaba 2 horas y media diarias allí todos los días durante la semana y más en durante el fin de semana como hacia su compañero, pero él iba y en ocasiones solo le hacía compañía. A veces iba a verlo jugar al rugby y tenía que admitirlo Diego era bueno con mayúsculas en el juego, estaba seguro que él mismo no duraría ni diez minutos por más que fuera un torneo de amateurs. A él le gustaba ver alguna buena película, leer algún libro, salir sin tener rumbo fijo, no hacer nada, etc. Esa era su forma de alegarse del trabajo, pero lo otro parecía funcionar para Diego así que lo aceptaba. Diego no se había convertido en un rayo de luz exactamente, pero estaba mucho más calmado y era más agradable. ¡Pero si hasta lo había convencido de acompañarlo de copas de vez en cuando: Diego era el conductor claro! Además parecía llevarse mejor con los compañeros de trabajo o al menos intentarlo y hasta le parecía que se había empezado a curar de la herida que le había dejado lo sucedido con Adriana.

Los trabajadores de Bulevar 21 habían notado el tremendo cambio en el Director de derechos humanos o el jefe de personal y estaban un poco divididos algunos estaban convencidos de que el hombre estaba intentando cambiar entre estos estaban: Benito, Richard, Adriana, Marga, Chali y Nacho. Los demás pensaban que este tramaba alguna de sus jugarretas, bueno menos Be y Cesar quienes no sabían que pensar y Claudio al que no le importaba mucho: de todas formas no le caía muy bien el ejecutivo.

Domingo:

Esto nos lleva a nuestra historia que comienza un domingo por la tarde. Esa tarde de domingo Nacho no había ido a ver a jugar a Diego, pero había recibido una llamada que hacía que esperara a su amigo con ansias. A él le había parecido una muy buena noticia y estaba seguro que a Diego le iba a alegrar mucho oírla. No sabía cómo reaccionaría su ex cuñado, pero solo había una manera de descubrir eso. Solo esperaba que este no dejara el piso en cuanto pudiera pues le había tomado mucho cariño al cascarrabias y este a veces no cuidaba bien de sí mismo, dejándole a Nacho esa tarea.

En ese momento Diego se despedía de sus compañeros de equipo en el club donde jugaba ya que el partido de hoy se había jugado en 'casa' y metía su bolso en el maletero del coche antes de subirse a este. El partido les había ido muy bien a las Panteras Blancas (el equipo amateur donde jugaba) habían ganado ese partido ampliamente y clasificado para los octavos de final. Cuando se sentó en el asiento del conductor se le escapo un suspiro y una mueca de dolor: no le había hecho mucha gracia la estrategia del otro equipo. Se habían metido en la cabeza que él era una amenaza y se les dio por cortarle, figurativamente, las piernas. Vamos que estaban casi todos contra él: no le habían roto nada bueno al menos nada importante como las piernas, pero le habían hecho unas radiografías en una clínica cercana y por lo visto tenía dos costillas rotas y varias estaban tocadas. Sin mencionar los cinco puntos que llevaba en la ceja derecha. Puso en marcha el coche y se fue hacia casa escuchando a Elvis Presley del cual era gran fan. La primera canción que escucho fue Always on my mind esa canción siempre le recordaba a Adriana y que él quizás podría haber hecho las cosas de otra manera, pero se negaba a vivir en el pasado. Y la última fue If I can dream.

Nacho estaba sentado en el sofá comiéndose las uñas por la ansiedad mientras miraba a la televisión, literalmente. Si uno le hubiese preguntado que estaba viendo él no tendría ni idea de que contestar. Miraba la pantalla fijamente mientras se repetía en su mente la llamada telefónica una y otra vez. Estaba tan absuelto en sus pensamientos que no había oído entrar a Diego y no se percató de su presencia hasta que oyó una voz detrás de él.

"Vaya no sabía que te gustaban las románticas." Dijo en tono seco y con sarcasmo Diego viendo que estaba mirando su amigo, había dejado su bolso al lado de la puerta: llevaba puestos unos vaqueros con camiseta blanca que parecía abrazar su cuerpo y unas zapatillas deportivas. Nacho pego un salto y se dio vuelta a ver a Diego.

"¿Querías matarme o qué?" Le pregunto el medio enfadado cuando vio el movimiento casi imperceptible de los labios de su ex cuñado que querían formar una sonrisa, sacudió la cabeza. No, si el matar de susto a alguien seguro divertiría a Diego. Se dijo rodando los ojos y en ese momento se registraron en su mente las palabras que le había dicho y se dio vuelta hacia el televisor. "¿QUE ROMANTICA QUE?"

"Estas viendo P.D.: Te quiero…eso es una película romántica." Le aclaro divertido Diego.

"¡Que no estaba viendo eso hombre! Estaba pensando en algo." Se defendió el abogado rápidamente mientras que su compañero de piso se fue al refrigerador y cogió una botella de agua.

"Si claro." Contesto este para incordiarlo un poco más. "¿Quieres algo?" Le pregunto señalado el refrigerador.

"No gracias." Contesto Nacho cayendo en cuenta de que Diego conocía esa película y sabía que era romántica. "¿Oye y tu como sabes qué película es y todo eso?" le pregunto mientras este se tomaba la botella de agua.

"No pienso responder a eso." Respondió Diego firmemente antes de tirar la botella vacía a la basura.

"Bueno no importa, tengo muy buenas noticias." Le digo Nacho sonriendo de oreja a oreja. Y en eso miro bien a Diego viéndole los puntos se sorprendió. "¿Y a ti que te paso?" Le pregunto preocupado.

"Pues nada al otro equipo les parecí una amenaza y trataron de cortarme las piernas." Contesto Diego tosiendo un poco.

"¿Qué: qué?" Pregunto Nacho entre asombrado y preocupado se levantó para acercarse a su amigo.

"Nada lo que oíste, pero no te preocupes tanto hombre que solo son unos puntos y unas costillas nada importante…" Empezó a replicar el ejecutivo engominado.

"¿Cómo que solo unos puntos y unas costillas? ¡Eso sí es importante Diego! ¿Por dios te vio un medico?" Pregunto sabiendo lo testarudo que era el hombre que tenía frente a sí.

"Que si macho, que si: los chicos me llevaron a una clínica y me hicieron compañía. Ahora tranquilízate que es todo parte del juego un día me toca a mí y otro bueno pues le toca a otro. Mira juego rugby no a las muñequitas. Además les dimos una paliza, no literalmente hablando, y los sacamos del campeonato." Contesto Diego restándole importancia a sus heridas.

"Pues no me gusta." Dijo Nacho volviendo al sofá.

"Venga hombre que no es para tanto, si volvería a boxear también terminaría así e incluso peor…seguro volvería a casa con la cara hecho un poema de vez en cuando…" Contesto Diego de manera pensativa recordando su época en el boxeo había dado más golpes de los que recibió, pero los que recibió estaban bien dados. "¿Pero venga que noticias me tienes?" Pregunto Diego apoyándose contra la pared en la cocina.

"Si tienes razón, pero tío no me gustan esa clase de deportes…" Por la mirada que se le mando Nacho decidió dejar el temita. "Y eso de las noticias tengo unas muuuy buenas que seguro te van a gustar." Dijo sonriendo.

"Mira picapleitos si volviste a arreglar una doble cita en la cual me quieres incluir, como la última vez que tenías muuuy buenas noticias, esta es mi repuesta: Sobre. Mi. Cadáver." Contesto el ejecutivo acentuando las ultimas tres palabras. Por más que Diego no saliera más con Adriana y probablemente no lo volvería a hacerlo él seguía amándola y no podría estar con otra mujer que no fuese ella.

"Que no hombre esto te va a interesar anda ven siéntate…además eso solo lo intente una vez o tal vez dos." Nacho había levantado las manos en señal de paz, sintiendo algo de vergüenza porque sabía que esas cosas no pegaban con Diego, pero lo había hecho con buena intención.

Diego se dejó convencer y se sentó en el sofá tranquilamente esperando que Nacho le contara la buena noticia. Trato de no poner ninguna cara cuando se sentó porque menudo dolor le daban las costillas: le dolía hasta respirar porque la medicación que le habían dado en esa clínica todavía no había empezado a hacer efecto. Nacho vio la cara de dolor, pero la ignoro sabiendo que era mejor dejarlo y observarlo desde lejos. Cuando este tardo bastante en hablar Diego levanto una ceja y se cruzó los brazos.

"Aaah si la noticia: es que no sé cómo dártela." Dijo Nacho cuando entendió lo que quería Diego. Ese ya era el colmo para el ejecutivo que no estaba de humor para estupideces, si no fuese porque se había hecho mierda las costillas en el partido le daría una buena tunda a ese abogaducho. Respiro profundamente, lo más que pudo en su estado, para sacarse las ganas.

"¿Qué te parece lo más resumido posible?" Pregunto él de manera sarcástica.

"Pues mira: me llamo el juez de tu causa y has sido declarado inocente, te devolverán todo lo que embargaron con intereses por los daños que te han causado éticamente hablando." Resumió Nacho, mirando a Diego, no obtuvo la respuesta que esperaba.

"¿Cómo?" Pregunto tranquilamente Diego.

"Que eres hombre libre, tu nombre está limpio y todo lo que te perteneció alguna vez se te devolverá." Le explico el otro como si hablara con un niño.

"Vaya mira que bien. ¿Y cuánto tarda todo eso?" Pregunto Diego.

"Pues el juez dijo que el martes tendrías que ir a firmar a los juzgados, tranquilo que yo te acompaño y leo lo que firmes antes que lo hagas, y en pocas horas tendrías que tener todo de vuelta." Dijo Nacho atontado por la reacción o mejor dicho la falta de reacción de Diego.

"Vale. Pues mira gracias por todo." Dijo este rascándose el cuello, como solía hacer cuando no tenía corbata que aflojar.

"¿Solo vale? ¿No hay nada que quieras decir o hacer? Diego estamos hablando de tu fortuna, tus acciones, tus coches, tu yate, tus casas, tus terrenos en el país y fuera en resumen de todo: ¿Acaso ya no te importan?" Pregunto Nacho que no salía de su asombro.

"Mira Nachete hay algo que aprendí en este tiempo y eso es: el dinero y el poder no te hacen feliz seguro facilitan las cosas, pero nada más. Así que me parece que la respuesta es no, seguro me alegra pero ya no me hace falta. Pues supongo que he de llamar a Caye para contárselo…" Tosió. "...y después me ducho y a la cama que me hicieron picadillo hoy." Contesto Diego levantándose y sacando el teléfono móvil del bolsillo mientras caminaba hacia su habitación.

"Hola Caye. Buenas noches lamento que llame tan tarde…" Fue lo último que oyó Nacho antes que Diego cerrara la puerta de su habitación. Nacho quedo sentado en el sofá asombrado por lo que acababa de suceder. ¿Estaré soñando? Se preguntó mirando todavía esa puerta con una cara de idiota que se ganaría el record Guiness.

Tardo un rato en volver en sí y cuando lo hizo se dio cuenta que Diego estaba pensando en saltarse la cena y que tenía que tomar su medicación…eso no mesclaba bien. Por lo cual se levantó le hizo un sándwich y le lleno un vaso con zumo de naranja lo puso todo sobre una bandeja y en la mesa antes de ir a la puerta de Diego. Pego la oreja para saber si ya había terminado su ducha cuando le escucho hablar con Sandra y decirle que la quería, esto lo puso feliz: los hermanos De La Vega habían vuelto a ser familia. Diego se había tragado su orgullo y pedido perdón a su hermana mayor por todo el mal que le había causado a ella y su familia. Y Sandra lo perdono por dos razones: la primera era que había oído de Cayetana cuanto había cambiado Diego, y segunda Diego era su hermanito pasase lo que pasase, siempre lo seguiría queriendo sin importar lo que hiciera así de simple. Cuando escucho que Diego se despidió y estuviese seguro de que el hombre hubiese colgado el móvil, golpeo la puerta. Espero un rato, pero oyó como Diego se acercaba a la puerta y la abrió.

"¿Qué te pasa ahora cuñadito de mi alma?" Le pregunto de mala gana y cansado.

"Pues que necesitas cenar aunque sea algo por lo de las pastillas." Contesto Nacho.

"Vale, ya voy…" Dijo Diego saliendo del cuarto sabiendo que el otro tenía razón.

"No te preocupes que yo ya te hice un sándwich y prepare algo de zumo, espera no te muevas." Lo paro Nacho.

"No me queras dar el zumo de tomate ese. Porque yo entones sí que paso." Aclaro Diego con mueca de asco al pensar en el zumo de tomate que tanto le gustaba a su compañero de piso.

"No tío que ya se que no te gusta: tranquilo es de naranja." Le aseguro Nacho a su amigo y le dio la bandeja. "Venga hombre a cenar esto allí tranquilito, te tomas la medicación, te duchas y a la cama que estas hecho polvo." Le ordeno Nacho dándole la vuelta con cuidado ya que Diego tenía la bandeja en manos, por esto no vio la sonrisa sincera del otro.

"Pues vaya abogaducho" Le dijo con cierto cariño. "gracias." Y cerró la puerta tras de él.

Nacho se sintió satisfecho y sonrió antes de preparase algo para el mismo y retirarse: mañana les esperaba el curro en el caos organizado que era Bulevar 21. Esa noche ambos hombres durmieron tranquilos y en paz.

N/A: Díganme lo que piensen por favor. Y sean buenos que este es mi primer fic. Que tengan Buen Dia/Tarde/Noche.