Semana 1| Avaricia | 1° Herida: Padre
Disclaimer: "Fairy Tail es propiedad de Hiro Mashima. Este Conjunto de Drabbles participa en el reto: Mes de Apreciación: Octubre 2015 - "Minerva Orland" del Foro: Grandes Juegos Mágicos"
Avaro
"¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma?"
Prestigio... Poder... Fuerza... Riquezas
Los pasos resonaron por los pasillos de Sabertooth, fuertes, pesados... violentos. Un sollozo se escapó de la boca de la niña cavando su propia tumba.
―¡Minerva! ¡Sal de ahí! ―la estruendosa voz rebotó por las paredes, sobresaltando por el terror a la niña.
Las pequeñas piernas temblaron, y temeroso, el sumiso conejo se acercó al avaro tigre que tenía por padre. La potente garra se levantó e impactó contra la suave cabeza del conejo, dejando dos marcas, una física y una emocional.
―Qué vergüenza, llorando por los rincones, tú no eres digna de ser mi hija ―el rugido resonó en la habitación, asustando al conejo que se encogió en el piso―. ¡Levántate basura! ―tomándola de los pelos la obligó a pararse―. ¡Soy Jiemma! ¿¡Tienes idea de qué significa!?
Minerva vaciló, enfureciendo más a su padre.
―¡Prestigio! ―rugió furioso y la pequeña se cubrió con sus brazos, esperando la llegada de un nuevo golpe―. Tengo un gran prestigio, ¡y una hija inútil no me lo arrebatará!
―Y-Yo... ―susurró con la voz entrecortada y un nudo en la garganta.
Jiemma le dedicó una mirada asesina, produciendo que la niña callara.
―Eres débil Minerva y estoy dispuesto a cambiar eso.
Jiemma se alejó de su hija y se dirigió a su habitación, ingresando de golpe y asustando al pequeño ser que allí residía. Tomó al dulce cachorro del lomo y, sacándolo de la habitación, lo tiró frente a ella.
―Mátalo ―sentenció, pero al ver que Minerva no movió un músculo, y que además había comenzado a hipar, gruñó y le gritó―. ¡Dije que lo mates, inútil!
El llanto canino fue lo último que Minerva escuchó antes de que su mejor amigo desapareciera frente a ella.
―No... ―se tiró al piso llorando, pero su padre la volvió a levantar de los pelos.
―¡Tengo un increíble poder, y espero lo mismo de mi hija!
Minerva quería correr, habría deseado ser más fuerte que su padre, para poder proteger a su amigo, pero no, sólo era una débil cobarde. Él tenía razón, lo odiaba, pero tenía razón.
―¡No llores! ¡Sé fuerte!―el tigre volvió a rugir arrojando al conejo contra la pared.
Jiemma quería conservar su prestigio, su poder, su fuerza, y para ello su hija debía cambiar, tenía que seguir su legado. Era su obligación como hija.
―Y-Yo... no quiero... ―susurró Minerva, lo cual enfureció aún más a su padre. Si es que eso era posible.
―¿¡Qué has dicho!?
Todos en el gremio escuchaban como su maestro torturaba a su hija, pero ninguno se atrevía a intervenir. No había nadie lo suficientemente fuerte como para enfrentarlo.
―¿¡Quién crees que te compró la ropa que llevas puesta!? ¿¡Y tu habitación!? ¿De dónde crees que salió?
Minerva agachó la cabeza derrotada, le dolía todo el cuerpo, pero nada a comparación de lo que le dolía el pecho por haber perdido a su único amigo.
―¡Todas las riquezas de este gremio son mías! ¡Todos me pertenecen! ¡Todos deben obedecerme! No perderé nada de lo que he logrado por una hija inútil.
Él era un avaro. Su padre siempre había querido poseer el mundo, y al no poder lograrlo se tuvo que conformar con un gremio, el cual no desaprovecharía. Sabertooth sería el gremio más fuerte de todo el mundo, todos lo mencionarían, todos le temerían, todas las riquezas allí estarían.
―Hacer que los cielos rujan, hacer hervir la tierra, volver silenciosos los mares. Eso es Sabertooth, ¡entiéndelo!
Semana 2: Rated T
Semana 3: Romance (de ahí el género arriba)
Semana 3: Desconfianza
...
Bueno, no se si habré manejado la avaricia muy bien como se debería, más bien creo que está más implícita que nada, pero me encontré con que no me salía algo mucho mejor :p
¡Agradezco que lo lean y saludos!
