Disclaimer: Ninguno de los personajes aqui mencionados me pertenecen. Sólo a sus respectivos autores.

Nota de autora: El siguiente fic, es cortesía de un reto ("Drabbles de la Muerte") propuesto por mi, en un foro de HP, se debía hacer una lista de doce personajes que quisieramos matar y aqui están los resultados. Mi primer personaje ha sido Kirtash, el de Memorias de un idhun, es posible que éste un poco OoC; pero es poco lo que sé de éste personaje, asi que perdonenme.

Reto: Sabía que la conocería algún día; pero jamás pensó que fuese tan pronto.

Manipulado

Siempre lo había sabido. Siempre había soñado con ella y si no fuera porque su corazón latía fuertemente, ya la habría conocido.

Y ahora la sentía tan cerca de sí, que su humano corazón sintió miedo, no pudo evitar una sonrisa sarcástica que surgió en sus labios, por alguna razón quería morir, su lado shek le alentaba a luchar, sin embargo su lado humano le pedía aquello, le pedía morir, y aún no entendía por qué.

-¿Sostendrás a Domivat en mi cuello hasta que te decidas a matarme?- cuestionó. Necesitaba apresurar su final y la única manera era provocar, provocar a ése maldito dragón.- Pensé que eras más inteligente, Jack.-acotó sonriendo de lado.

El muchacho de cabellera rubia le observó con odio.

-¿Por qué lo has hecho, maldito?-preguntó con furia en su voz.- Ella te amaba y se suponía que tu también… ¿Por qué la mataste Kirtash?- una lágrima traicionera surcó por el rostro del chico que sostenía la espada.

¿Debía decirle? ¿Para qué? Prefería morir, sí, quizás era lo mejor, no quería aceptar que una vez más había sido manipulado. No, definitivamente aquél dragón no debía saber la verdad de lo sucedido, era mejor que lo matara, y que todos pensarán que era un asesino. No miraría el cuerpo de Victoria, no lo haría, si observaba su cuerpo inerte y sin vida de seguro caería de rodillas ante Jack, suplicándole una muerte rápida, ya que sin ella era mejor no vivir.

-No hay razón alguna para lo que he hecho, sólo lo hice y ya nada puedes hacer,-agregó. Necesitaba que le cortara el cuello allí mismo; pero el rubio era demasiado noble para su gusto y por eso debía provocarlo.-ésta vez se ha ido para siempre, como debió hacerlo hace mucho.-soltó una carcajada, nunca se había sentido tan falso en su vida.

Y aquello fue todo, sintió como su enemigo ejercía más fuerza en su cuello y simplemente la oscuridad lo invadió.

Sonrió internamente, por fin la había conocido y al parecer La Muerte lo recibía con los brazos abiertos.