Bueno un fic que me ha dado por inventar :P espero que tengáis compasión de mi porque es el primer fic que hago de Harry Potter así que no tengo nada de practica, quiero asegurar que solo me pertenece un personaje de esta historia, los demás son todos propiedad de J.K.Rowling.
Os dejo el acostumbrado prólogo y espero que os guste por cierto el prologo está escrito en 3ª persona los demás capítulos serán contados en 1ª persona.
Prólogo
El cielo estaba despejado y la luna llena se veía en toda su plenitud, una suave brisa de verano soplaba lentamente por todos los jardines, solo había una cosa inusual en aquel paraje, ¿una?, quise decir dos, dos sutiles sombras paseaban por la orilla del lago. En ellos no era nada inusual pasear bajo la luna llena por la noche o ir siempre vestidos de negro, o no tener más amigos sino que ellos dos, hablaban de ellos como si fueran demonios, o incluso espíritus, almas demasiado macabras como para ver algo mas que no sea ellos o la oscuridad.
-Debemos irnos ya, se está haciendo tarde -dijo el chico-
-Aún no, sabes que es mi noche preferida y no quiero desperdiciarla -dijo la chica mirando fijamente la luna.
-Sabes que adoro igual que tu los paseos bajo la luna llena, pero nos van a castigar.
-Está bien, vete tú, yo subo en un segundo -dijo la chica mientras se sentaba en el borde del lago sin dejar de mirar la luna.
Mientras el chico subía la colina veía como los rayos de luna le daban un toque macabro a su querida amiga, su larga melena negra brillaba en toda su plenitud con la luna y sus hermosos ojos verdes emitían un destello que muchas hubieran deseado.
Pasados unos minutos la chica escuchó unos sonidos sospechosos en el borde del bosque y con gran curiosidad fue a investigar. Al acercarse su curiosidad se vio eclipsada por el propio miedo, unos enormes brazos peludos la habían arrastrado bosque adentro, ella chillaba, pedía auxilio pero nadie la escuchaba. Los brazos la apretaban, se estaba ahogando, la vida se le iba y nada podía hacer, de pronto sintió un agudo dolor en el cuello seguido de gran cantidad de sangre. Cuando la bestia lo soltó consiguió distinguir qué era, un hombre-lobo acababa de condenar su vida para siempre. Las estrellas se iban apagando, los árboles se volvían borrosos, el mundo se iba desvaneciendo, lo ultimo que llego a ver fue la cara de su querido amigo llorando sobre ella.
