Otra vez las tristes lágrimas caían por su rostro, una vez más estaba encerrado en la habitación que él había dejado atrás, y que seguía intacta, igual al día en que regresaron, el mismo día que el los abandonó.

Una parte de sí lo odiaba por irse, y por todo el daño que le había causado y la otra no podía evitar quererlo, y Morty se estaba volviendo loco atrapado entre ambas emociones, al estar entre la furia, el odio, y el amor.

Sabía lo que diría el si lo viera así, patéticamente recostado en su cama, abrazado a una de sus batas y llorando como cada día hacia después de la escuela, le diría que era un marica, un llorón, y que estaba llorando por una estupidez sin significado, que ese amor que el sentía no existía en realidad.

Sin embargo, sabía también que a pesar de la ciencia, el amor era real, que había algo más que reacciones químicas, e impulsos, se aferraba al pensamiento de que tenía que haber algo más, cosas que la ciencia no era capaz de entender, y sabía que Rick lo había sentido en algún momento, incluso si entonces ya no recordara como era tener ese sentimiento abrumador en el pecho.

El mismo que volvía su partida tan dolorosa para el, para Summer, y su madre, quién desde el día en que Rick se marchó, no había dejado de llorar, y ahogarse de pena en el alcohol.

El único que seguía con su vida era su padre, quién parecía más feliz que nunca mientras era inconsciente de como su familia se hundía cada día más.

Y Morty, el se odiaba con fuerza por no poder ser capaz de hacer nada más que llorar, por no ser capaz de ver una salida, una solución que trajera de vuelta a Rick.

Nada le quedaba de el ya, el único Rick que todavía estaba a su lado era el que estaba enterrado en su jardín, y aquel no era su Rick, no era su abuelo.

Y las tumbas, eran el único lugar en el que volverían a estar juntos jamás, el único lugar donde no los separarían.

-Las tumbas...-Suspiró de pronto el muchacho, con tristeza a mitad de la silenciosa habitación, y fue entonces que, un pensamiento cruzó su mente, golpeándolo con una fuerza devastadora. Un recuerdo haciéndolo sentarse, quedarse inmóvil en su estupefacción, y murmurar.-...Rick nunca se separa de su pistola de portales.

Casi a tropezones, Morty se levantó de la cama, deteniéndose en la puerta al volver la mirada hasta la bata blanca sobre la cama, sin dudar un instante antes de tomarla y abandonar el lugar, bajando las escaleras velozmente, tan rápido como sus piernas se lo permitían, entrando en el desolado garaje y buscando una pala entre las cosas que su padre había puesto ahí después de sacar todo lo que le pertenecía a Rick.

Jerry quería borrarlo de sus vidas, borrar cada rastro y recuerdo de su abuelo, y ni siquiera hacia el intento de ocultarlo.

Con la pala firmemente sujeta entre sus dedos, y sin importar la lluvia que caía sobre ellos, Morty salió de la casa, dirigiéndose al patio trasero, poniendo el metal contra el barro, dudando un momento.

Pensó entonces que quizás, Rick los había abandonado por que en realidad, no los quería, que ellos no eran más que un fastidio para un hombre egoísta, y que hasta la prisión era mejor a sus ojos, sin embargo, había una pequeña parte de sí, que conservaba la esperanza de que se había marchado para mantenerlos a salvo, para darles la oportunidad de tener una vida normal, esa que no podían tener con el a su lado, y de ser así, Morty debía buscarlo.

Había pensado que quería una vida normal, que las aventuras con su abuelo solo le hacían daño y no traían nada bueno, más, extrañaba cada uno de los momentos que pasaron juntos, aquello no era como pensó que sería, y lo único que deseaba era volver atrás, por que incluso en medio del caos que traía Rick, su madre, su hermana y el, eran felices.

La pala se enterró en la tierra, con fuerza mientras Morty tomaba la decisión de ir tras Rick a pesar de todo, ya que si, fuera una u otra razón detrás de su partida, y posterior entrega a la federación intergaláctica, debía saber la verdad para poder seguir adelante, incluso si era dolorosa.

Entonces, luego de que hubiera llegado lo suficientemente lejos, encontró los huesos de Rick, ese que había muerto por un invento fallido, la imagen provocándole un estremecimiento bajo las frías gotas de lluvia antes de buscar en su chaqueta el arma de portales.

Cuando la máquina, el mayor invento de Rick estuvo en sus manos, escuchó al robot que cuidaba de su familia aparecer, y hablar sobre la federación galáctica, sin esperar un segundo, Morty haló el gatillo, lanzándose veloz al portal, antes de que nadie pudiera detenerlo, cayendo hasta el otro lado, a un garaje idéntico al que Rick tenía antes de que su padre lo hiciera desaparecer.

-Genial, otro idiota.-Soltó el Morty de aquella dimensión al verlo tirado en el suelo, distraído por el estruendo, una aburrida mirada en sus ojos antes de volverse hacia el escritorio, retomando su trabajo.

-¿Q-Que dimensión es esta?.-Preguntó Morty al levantarse, gotas de agua cayendo de su ropa, haciendo pequeños charcos en el suelo.

-C- 486.-Le dijo, su tono sin alterarse, y por unos momentos, en esa postura inclinada, y la concentrada al tiempo que seria expresión le recordó mucho a Rick cuando trabajaba en algún invento.-De verdad, la pistola de portales no es tan difícil de manejar, cualquiera con un mínimo de neuronas, incluso las de un Morty podría averiguar cómo utilizarla, ¿Por que ustedes siempre terminan perdiéndose, y fastidiando aquí?.

-¿Ustedes?, ¿No querrás decir nosotros?.-Preguntó Morty acercándose unos pasos, confusamente, y sus ojos le devolvieron la mirada desde su otro yo.

-No, ustedes. Yo no soy igual a ti, ni a otro Morty, yo si se usar mi cerebro, gracias a Rick. Quien, por cierto, sabe usar esa arma a la perfección, así que, ¿Donde está tu Rick?, ¿Por que no está contigo?.-Preguntó ladeando ligeramente la cabeza, y mirándolo confuso.

-En la prisión intergaláctica, y y-yo debo sacarlo de allí.-Soltó nerviosamente al pensar en lo que se avecinaba sobre el para sacar a Rick de ese lugar, y el otro Morty alzó una ceja antes de negar con la cabeza y volverse hacia el escritorio.

-Eso no sucederá, jamás vas a lograrlo.-Afirmo sin dudas de que así sería antes de aconsejar.-Ve a la ciudadela, te asignarán otro Rick allí.

-No quiero otro Rick, yo quiero al mío, y voy a recuperarlo.-Replicó, de pronto la determinación inundando su semblante.

-¿Y como planeas sacarlo?.-Preguntó el otro Morty, mirándolo por encima de su hombro.-Hay un millón de guardias y medidas de seguridad que sobrepasan tu comprensión, es imposible para cualquiera, mucho más para un Morty.

-Hey, los Morty no somos tan idiotas como los Rick creen, o como tú dices.-Frunció el ceño al decir, su enfado creciendo cada segundo que pasaba en esa dimensión, escuchando las palabras de aquel Morty.

-¿No?, ¿Entonces por que estás perdido, y tan lejos de tu casa?.-Lo miró burlonamente el otro Morty al preguntar, y el se quedó en silencio, ya que no podía responder sin tener que darle la razón.

-¿Y donde esta tu Rick?.-Preguntó al cabo de un momento, tratando de cambiar el tema, y con una pequeña sonrisa, el otro Morty respondió

-Salió con el otro Morty, necesitaba conseguir un par de cosas de otro planeta.

-¿Tiene dos Morty?.

-Si, yo ya no le sirvo de escudo, y además tenía cosas que terminar aquí.-Respondió en un suspiro, mirando a su copia.-Por cierto, ¿De que dimensión vienes?.

-C- 137.

-Entonces tu Rick es ese culparon de los asesinatos.-Murmuro pensativamente, y entonces un pensamiento atravesó con rapidez la mente de Morty.

-Si no le sirves de escudo, ¿Por que te deja seguir a su lado?.

-Si crees que es por que me ama, no lo es, los Rick no nos quieren, deberías aceptar eso ahora.-Le dijo, consiguiendo su ceño fruncido ante lo que podía ser la dolorosa verdad.-Solo, estamos acostumbrados el uno al otro.

-Entonces si lo quieres.

-No, solo alejamos la soledad del otro, no sirve de nada querer a un Rick, por que el no puede querer a nadie más que sí mismo, y a veces, ni siquiera sabe como hacer eso.-Respondió el otro Morty, entonces sacando el arma de portales que siempre llevaba consigo, ajustándola y apuntando a la pared, dos veces, creando dos portales, uno al lado del otro.-Bueno, esto fue entretenido pero debes irte, el de la derecha te llevara con el consejo de los Rick, el segundo de vuelta a tu casa, haz lo que te de la gana.

-¡No iré por ninguno de los dos!, ¡Solo quiero a mi Rick!.-Gritó molesto, su voz tambaleandose un instante.

-Alguien con tu inteligencia jamás podría lograr nada.-Musitó negando con la cabeza, de pronto, un pensamiento cruzando su mente.-A menos que te vuelvas más listo, en ese caso tendrías una oportunidad, una muy pequeña, pero una oportunidad.

-¿De que hablas?.-Confusamente Morty preguntó.

-¿Sabes lo que son las mega semillas?.

-Si...-Titubeo, entonces recordando cuando las oculto para Rick, y como le habían dado la inteligencia momentánea para que sus padres le permitieran seguir en sus aventuras.-...Pero el efecto no dura mucho. Y luego viene la parálisis, no quiero repetir eso.

-Hay una manera, si bebes el jugo de las mega semillas cada cierto tiempo, el efecto en tu cerebro dura más, y retrasa la parálisis, por lo que, serías capaz de encontrar a tu Rick, rescatarlo con tu nueva inteligencia, y luego volver a tu estupidez habitual a un precio muy bajo.

-¿Cual?.

-Dije que retrasa la parálisis, no que la desaparece, una vez que el jugo termine, todas tus funciones motoras se detendrán como ya sabes, por 72 horas. -Le explicó, cerrando los portales al pararse frente a su otro yo, ajustando el arma de portales.

-¿Puedes hacer el jugo por mi?.

-Ya que, no tengo otra cosa interesante que hacer, no puedo terminar hasta que Rick vuelva con los materiales.-Dijo disparando otro portal, mirando a Morty un tanto intrigado.-Pero quiero saber, ¿Vale hacer tanto por tu Rick?, ¿Crees que el haría lo mismo por ti?.

-No me importa si él no lo haría por mi, yo no soy Rick.-Le dijo con firmeza, y el otro Morty lo miró en silenciosa sorpresa unos segundos, y luego desapareció durante unos momentos en el portal, pronto apareciendo de nuevo en el garaje, con las mega semillas, dejándolas caer en su mesa de trabajo.

Morty se acercó curioso, mirando como las manos del otro Morty se movían con rapidez en su mesa de trabajo, moviendo y trabajando con la mega semillas, rompiendolas en pedazos, pasándolas por una máquina y antes de darse cuenta convirtiéndolas en un liquido de dulce azul.

Entonces el otro Morty se lo tendió en un pequeño frasco metálico, mirándolo seriamente, y su corazón dio un salto de emoción y miedo, ya que era aquella la manera de recuperar a su Rick, sin embargo, no estaba seguro de que incluso con una inteligencia mejorada pudiera salvarlo, el solo era un Morty contra toda la federación galáctica.

-Todavia puedes arrepentirte.-Le recordó en el último momento, y Morty frunció el ceño, tomando la botella.

-No pienso arrepentirme.-Afirmó con seguridad, dando un largo sorbo antes de fijar su mirada en el otro muchacho, su mirada volviéndose de pronto borrosa al tiempo que una extraña debilidad le recorría el cuerpo.

-Entonces, buen viaje Morty.-Dijo el otro antes de que su cuerpo se desplomara en el frío suelo del garaje, la oscuridad atrapándolo a mitad de la dimensión C- 486 al tomar la única opción que podría ser la salvación de su Rick.