El silencio se dispersaba en cada rincón mientras permanecía sumido en la oscuridad, los pasillos hacian eco y se quejaban del otro lado de la puerta mientras el metal sostenía sus muñecas como el recordatorio de la libertad perdida.
Seguía sintiendo la ira en su interior al verse atrapado en esa pequeña habitación donde ni la luz más pequeña era capaz de alcanzarlo, esa a donde lo habían enviado como castigo por la paliza que le había dado a uno de sus compañeros de encierro.
Ni siquiera era capaz de recordar la razón, sólo fue capaz de pensar cuando la sangre arrancada de la boca ajena cubría sus manos y su piel, y el cuerpo del otro permanecía inconsciente en el suelo, antes de que los guardias lo arrastraran hasta esa habitación luego de darle una pequeña paliza también para enseñarle a comportarse, una a la que se resistió y luchó hasta que el dolor fue insoportable.
Sentía cada golpe todavía, resonando a través de su cuerpo, incrementando la furia y las ansias de venganza, sabía que recordaría el rostro de cada uno, y cuando fuera el momento, los asesinaria igual que como había hecho con todos los demás, con un certero disparo a la cabeza que acabaría con su insignificante existencia en el universo, era eso en lo único que podía pensar, lo único que le hacía resistir cada segundo que pasaba allí.
De pronto, la puerta se abrió y los pasos lentos se escucharon en sus oídos, el rostro impasible del humano frente a el mirándolo fríamente, acompañado de un par de guardias, sabían que no debían confiar por un momento en el.
-Llevenselo.-Ordenó el hombre, y ambos guardias entraron, soltandole la manos antes de esposarlas a su espalda y sacarlo a bruscos empujones de la habitación y a través de los largos pasillos de la federación hasta una amplia habitación donde otro agente lo esperaba.
-Siéntate ahí.-Le dijo con voz firme uno de los guardias, empujandolo al asiento frente al agente, permaneciendo cada a uno a sus lados en caso de que intentara escapar.
-Buenas tardes 501. Soy el agente Jeff Watson.-Saludó cordialmente, y el retrocedió en el asiento, enfrentandolo con la misma seriedad con que el lo miraba.
-Tengo un nombre.-Replicó casi gruñendo, luciendo como justo lo que era en ese momento, un animal enjaulado y más peligroso con cada segundo tras las rejas.
-Eso lo sé...-Le aseguró moviéndose alrededor de la habitación, desinteresadamente hablando, sin alterarse por su furia al mirar por la ventana a las afueras, a las estrellas que decoraban el espacio fuera de la estación de la federación.-...De hecho, se que tienes varios nombres como asesino, y ladrón interdimensional, pero aunque no lo creas tengo problemas mucho más grandes que tu en estos momentos.
-¿Si?.-Preguntó el prisionero en el asiento, retorciendo sus manos entumecidas, y el agente se volvió en su dirección.
-Si. Uno mucho más grande y que lleva mucho más tiempo que tu escapando de nuestras manos.-Respondió al poner sus manos sobre la mesa, su mirada seria.-Entonces señor Smith, por ello, le tengo que proponer un trato que podría ser de bastante provecho para usted.
Morty permaneció inmóvil, dudoso ante las palabras del hombre frente a el, consciente de que no tenía muchas opciones de negarse a escuchar tampoco, que las esposas en sus manos dificultaban todo y que a menos que estuviera listo para enfrentarse a toda la federación galáctica no tenía una salida.
-Bien.-Aceptó al cabo de un momento en silencio.-Te escucho.
N/A: ¡Nueva historia!.
Pequeña aclaración antes de empezar, la historia se basa en el universo de la serie , sin embargo no en el Morty malvado, este sigue siendo C-137 sólo que he decidido cambiar la historia de la serie.
Eso es todo.
Saludos y besos para todos.
Gracias por leer.
