Cama de matrimonio
Ryosaku
I premio del concurso creado en Ponta Pair Love - castellano (facebook)
"Crea tu diálogo para la imagen"
Para
Sakurimoon.
Advertencias: Ooc, ninguna más.
Disclaimer: Los personajes utilizados pertenecen a su respectivo autor.
Resumen: La batalla siempre era la misma. Uno cedía u el otro, pero quien siempre terminaba perdiendo, de algún modo, era ella
La batalla siempre era la misma. Uno cedía u el otro, pero quien siempre terminaba perdiendo, de algún modo, era ella. Quizás por su fuerza o quizás porque él era más grande y por ese motivo su capacidad para ganar era siempre la superior. O quizás es que era muy permisiva con él.
Fuese como fuese, siempre sucedía lo mismo.
Ella, estirada en la cama, sin ropa y él con toda encima, echo un ovillo y murmurando entre sueños cualquier cosa.
Aquello iba a acabarse. Convencida de ello tras otra noche sin pegar ojo y con frio.
La noche siguiente, la hora de dormir llegó con una sorpresa y una sonrisa por su parte de satisfacción. Había ganado la batalla, estaba segura.
Cuando se encontró con sus ojos pudo ver la duda y sorpresa dibujada en ellos.
—Esto. ¿Por qué? — cuestionó enarcando una ceja. Ella suspiró y colocó las manos en sus caderas.
—¿Por qué, preguntas? — y señaló con la barbilla las dos camas individuales que a partir de ese día, serían sus camas reglamentarias—. Porque estoy harta de dormir con el culo al aire mientras rumias en sueños tapadito hasta las orejas.
Ryoma enarcó ambas cejas y se señaló con mano temblorosa. Sakuno asintió y echó hacia atrás un mechón de cabello encanecido. Ambos se miraron a los ojos un instante. Ella todavía podía ver su rostro apuesto, sus manos esbeltas y firmes y esos ojos llenos de vida que siempre miraban más allá de lo que tenía delante, siempre con una meta.
Pero atrás habían quedado esos días, muy a su pesar. Y ahora no estaban en la edad de dejarse mecer o estrecharse en los brazos tras un momento ardido de pasión. Ahora, solo quería descansar en tranquilidad, ver los atardeceres y disfrutar de sus cambios de humor tan inoportunos.
—Sí— musitó suspirando—. Todas las noches es lo mismo. Por eso, tu dormirás en tu cama y yo en la mía.
Él arrugó el ceño y arrastró los pies hasta la cama junto a la ventana, mirándola en desaprobación. Sakuno sabía que el enfado le duraría unos días, pero cuando viera que era más cómodo dormir de ese modo, se le pasaría. O al menos, eso esperaba.
Con el paso de los años, Ryoma se había ido convirtiendo en algo más cascarrabias y los enfados o duraban días o al mes siguiente empezaban. A veces tenía que descifrar qué había sucedido meses atrás para tratar la rabieta.
Pero aún así, lo adoraba.
Se metió dentro su cama y apagó su lado de la luz, mirándole. Ryoma remugó mientras entraba en las frías sábanas y esperaba que su cansado cuerpo entrara en calor. La miró antes de apagar su luz y casi pudo ver un deje de tristeza.
Sakuno cerró los ojos dispuesta a dormirse.
Mas no sucedió.
Eran las tres de la mañana y él había quedado presa del sueño, mientras que ella continuaba dando vueltas en la cama, intentando averiguar cuál postura era la mejor y cómoda para sus viejos huesos. Pero no la encontró.
Miró de reojo hacia la cama contraria y suspiró. Sacó lentamente sus piernas y luego, el resto de su cuerpo. Arrastrando sus ropas consigo, se subió a la otra y acomodó su cuerpo contra él. Ryoma abrió los ojos un instante, pasando una mano por encima de sus hombros y estrechándola entre este y su pecho.
Sakuno suspiró, derrotada.
No importaba que durmiera con el culo al aire. O que no encontrara el sueño fácilmente ya.
Podía lidiar con eso. Porque su cuerpo se había acostumbrado demasiado al de él y ya era imposible amoldarlo a una nueva cama. Un refugio sin él.
Sonrió y rozó su mejilla contra su pecho.
—Mañana le diré al niño que suba de nuevo la cama de matrimonio.
Él esbozó una pícara sonrisa, esa que no había perdido con el paso del tiempo y que solo guardaba para ella.
—Esa es una buena idea.
N/A
Una cosita tierna para variar de ambos de yayos : 3
