Sueño

By Sam-chan



Con sudor en la frente, el chico abrió sus ojos y sintió el corazón palpitarle en su garganta. Recuerdos de su sueño se esfumaban con la brisa de la noche que se colaba por la rendija de su puerta.

Tal vez no debió robarle ese dulce a Dudley en la cena, le había caído mal.

Con cuidado se levantó y, pegando el oido a la puertecilla, cerró los ojos.

El frío de la madera le despejó un poco la mente y comprobó que no se escuchaba ningún ruido afuera. Tomó sus lentes remachados con cinta adhesiva y con extremo cuidado, tratando de hacer el menor ruido posible, el niño de al parecer escasos 8 años, abrió la puertecilla de la alacena debajo de la escalera y salió a la oscuridad de la noche bañada por el brillo de la Luna llena.

A pesar de ser finales de Julio, en la noche se podía sentir un frío que calaba los huesos de manera reconfortante, haciendo que el cuerpo olvidara el árido calor de todo el día.

"Ya van varias veces que tengo ese sueño, no puede ser el dulce", pensó el pequeño niño, cabello negro revuelto caía sobre su frente y hacia un contraste con sus inocentes ojos verdes, inspeccionó una vez mas a su alrededor y comenzó a caminar, dejando caer los brazos a sus costados.

Se sentía tan solo, día tras día, semana tras semana, mes tras mes, se sentía cada vez más solo. Era un estorbo, o al menos eso decían sus tíos cada que podían. Desdichado y con el alma llena de tristeza, el chico subió lentamente las escaleras.

Solo unos instantes se detuvo frente al cuarto en donde los sonoros ronquidos de su tío se escuchaban e irrumpían la paz de la casa.

"Si me descubren, estaré castigado durante todo un mes", se dijo, pero después recordó que siempre lo castigaban por tonterías o por el simple hecho de caminar a la vista de ellos, así que mejor, si es que lo encontraban, que lo castigaran con razón.

Avanzó y entro a un cuarto que parecía un cementerio de juguetes. Aviones rotos, cochecitos derretidos, rompecabezas apilados en una esquina, libros amontonados sobre una cama, barcos de todo tipo, pinturas e innumerables miniaturas todas manchadas de colores, un juego de piezas de ajedrez... Todo lo que él hubiera querido ahí se encontraba, destrozado.

Su primo no le daba importancia a lo que tenía, si encontraba algo que le gustara, para él era muy sencillo gritar como su fuera un puerco en un matadero y su madre o su padre correrían a comprarlo; obviamente, después de unos cinco minutos, se cansaba del juguete y lo rompía, lo tiraba o simplemente lo abandonaba por la casa, así que terminaba en este cuarto.

Esquivando unas pelotas desinfladas (o mas bien ponchadas por los gruesos dientes de su gordo primo) y un juego de patines hechos pedazos, se acercó a la ventana se arremangó la enorme camisa que traía y con mucho cuidado la abrió.

El aire helado de la noche le pegó de lleno en el rostro, haciendo que la punta de su nariz se volviera colorada junto con sus mejillas. En esos momentos agradeció que su tía le diera la ropa vieja de Dudley, éste era tan gordo que gracias a eso, le sobraba tela para taparse, así que apretándose lo mas que podía la ropa a su delgado cuerpo, el niño salió por la ventana hacia el tejado.

Con destreza, debido a las incontables veces que lo había hecho, el pequeño niño llegó a una saliente justo arriba de la ventana por la que había salido y se sentó a contemplar.

El aire helado de la noche volvió a darle en el rostro, se alisó las mangas extremadamente anchas y se cubrió el rostro con ellas hasta la nariz. La luna emitía un brillo color plateado justo frente a sus ojos, y podía ver el tintineo de las estrellas en todo el negro firmamento.

Siempre le había gustado ese lugar, lo había descubierto en una de tantas huidas de las garras de Dudley... Entró frenéticamente al cuarto y cerró la puerta; podía escuchar los gritos de su primo llamándolo, y como abría y cerraba todas las puertas buscándolo. Miró frenéticamente por todos lados, buscando un refugio, un lugar en donde Dudley no pudiera encontrarlo y en eso, vio la ventana.

No había mucho tiempo, tan solo había cuatro recámaras en la casa, y Dudley, por más tonto que fuera, no tardaría en terminar de revisar todas las demás recamaras y llegaría a ésta; con las manos temblorosas abrió la ventana y salió al tejado. Cerrando fuertemente los ojos y repitiéndose que no viera hacia abajo, con sus delgados dedos se aferró a las tejas y comenzó a subir, encontró soporte e, increíblemente, levanto su cuerpo por sobre la ventana y se sentó en la saliente.

Pudo escuchar los gritos desesperados de su primo, gritando su nombre y dándole un vuelco entero a la casa, pero quedó totalmente asombrado como para prestarle atención a los chillidos de su primo.

La vista era hermosa, se podía ver los techos de las casas, y las copas de los pocos árboles que se asomaban entre éstas; desde ese momento, ese se convirtió en su escondite secreto.

Recargando la espalda en el tejado, Harry dejó que el frío viento acariciara su piel, y todo lo ocurrido ese día llegó de pronto, produciéndole un fuerte dolor en la boca del estomago y en su corazón.

Siempre era lo mismo, le gritaban, lo insultaban, lo ofendían y no podía hacer nada... ¿Cómo hacerlo?, Tan solo era un niño... Y en cambio a su primo lo tenían en un pedestal de oro, el gordinflón podía hacer lo que le plazca y ni quien emitiera un sonido de desaprobación, pero él trataba de vivir su vida, de ser un niño y lo dejaban días sin comer, encerrado en la alacena debajo de las escaleras.

¡Era un niño! ¿Qué esperaban de él?... Un par de tristes lágrimas corrieron por su mejilla... lo único que quería era correr, jugar, sonreír, tener amigos... Pero ni eso le dejaban... Les daba vergüenza... ¡VERGÜENZA! De que se supiera que él era primo de Dudley... ¡Debería de ser al revés! A ÉL le daba vergüenza tener corriendo por sus venas la misma sangre de ese regordete, apático, inútil, chiqueado, grosero...

Con suavidad se limpió las lágrimas que ahora brotaban libremente de sus ojos verde esmeralda. No tenía caso molestarse así, no tenía caso recordar de nuevo, se subió para olvidar, olvidar lo que pasaba, olvidar y desear por algo mejor.

¿Por qué de pronto regresaba todo a su mente?... Él lo manejaba perfectamente, a pesar de ser un niño pequeño, podía lidiar con el constante martirio de vivir en la misma casa de Dudley y podía soportar a sus tíos a la perfección... ¿Por qué?... ¿Por q...? ... Ya, ya había recordado...

No fue el sueño lo que hizo que acudiera a su lugar secreto, bajó la mirada tristemente y se dio cuenta de que pronto sería su cumpleaños.

Tan solo faltaban dos días, acababa de cumplir años Dudley y a él (lógicamente) lo había llevado de paseo y comprado montones de regalos... En tanto que el pobre Harry se tenía que quedar con la señora Figgs y estar soportando a sus molestos gatos ronroneando, arañando y restregándose en su pierna.

A él nunca le hacían nada, a lo mucho era un "Toma, tu regalo de cumpleaños" dicho por su tía a regañadientes y resultaba ser ropa vieja de su tío o de su primo... Nunca le regalaban juguetes o ropa nueva o lo llevaban de paseo, generalmente se quedaba encerrado en su "cuarto" durante todo el día.

Si tan solo alguien le diera una oportunidad... Ni en la escuela lo querían, por ser primo de Dudley lo marcaron desde el primer día que entró, por miedo no se le acercaban.

La vida no podría ser peor para él.

Sin amigos, sin familia... sus padres murieron en un accidente y por eso los Dursley "amablemente" lo aceptaron en su casa.

Nunca conoció a sus padres, y ni se atrevía a preguntar de ellos, un par de semanas en la alacena sin comer le dejaron bien claro el que no debería de preguntar, acerca de nada.

Recogió sus piernas y con sus manos las rodeó, abrazándolas fuertemente.

Sus padres, se preguntaba como habían sido sus padres, ¿Acaso su mamá había sido como su tía Petunia?... No, su mamá no. Ella seguro había sido una muchacha hermosa, con grandes ojos llenos de amor y con una voz suave que reconfortaba el corazón.

¿Cómo extrañar a alguien que no has siquiera conocido?, ¿Cómo amar y anhelar con todo el corazón a personas de las que ni recuerdo tienes? ¿De las que no has escuchado hablar nunca?... Un accidente, es lo único que sabia.

Pero aún así, podía sentirla... sentirlo... Era extraño, y claro que no iba a comentárselo nunca a sus tíos y menos a Dudley... Pero Harry estaba seguro que dentro de él había algo que impedía que olvidara... -no hay nada que olvidar ya que no lo recuerdo- el recuerdo de sus padres.

Poco a poco sus ojos comenzaban a cerrarse... Sabía que sus padres lo amaban, lo sabía... Sus largas pestañas comenzaban a subir y a bajar lentamente... Una melodía, unas palabras susurradas por el viento... Debido al cansancio y a la deliciosa brisa de la noche, sus ojos se cerraron y poco a poco cayó en un profundo sueño.

Suaves manos acariciaron sus mejillas, y pudo sentir en vez de escuchar, unas palabras que provenían de aquel tacto como aleteo de mariposas. Con ojos velados por el sueño, tan solo pudo distinguir un par de ojos brillantes que lo observaban... Un claro verde semejante a la esmeralda... un increíble dolor llegaba a su pecho, y a través de ese resplandor pudo ver a una mujer que le sonreía... su semblante hacia que de los ojos de Harry brotaran lágrimas... no sabía por que, pero aquellos ojos... con tanta tristeza y amor detrás de ellos...

En su mano derecha sintió otro tacto, como si apretaran su mano y se aferró a él con la poca fuerza que tenia su cansado corazón, miro a su derecha y borrones de negro y blanco le llegaron, tal vez porque estaba lejos, más lejos que la mujer, tan solo una sonrisa vislumbró...

El viento comenzó a murmurar... palabras que acariciaba la brisa... y entre la niebla de sus ojos pudo ver los labios de aquella mujer moverse al unísono con las palabras dichas por el frío viento...

Hay un héroe... si buscas dentro de tu corazón...

No tienes que estar asustado... De lo que eres...

Hay una respuesta... Si buscas en tu alma...

Y la amargura que conoces... Se derretirá...

Cada vez más perdía la figura de la mujer que lo arrullaba... Entre las lágrimas que corrían frías por su mejilla y la neblina en sus ojos por el sueño, desaparecía en un remolino de sombras y viento... La otra figura también desaparecía rápidamente, pero aún escuchaba en el canto del viento las palabras llenas de sentimiento y dolor en su oido...

Es un largo camino... Cuando enfrentas al mundo solo...

Nadie te estira una mano... Para que tú puedas sujetarte...

Puedes encontrar amor... Si buscas dentro de ti mismo...

Y el vacío que sientes... Desaparecerá...

Ya solo escuchaba murmullos... la desesperación se aferró a su alma causándole un gran dolor... No, no quería que se fuera, quería que regresara... regrese... ¡REGRESA!... Lentamente se levantó, pero ya no encontraba a nadie a su lado, tan solo borrosas sombras, el sonido del viento y su triste llanto...

Se sentía tan bien... El calor en su mejilla, la fuerza que sintió a través de su brazo... Lo necesitaba de nuevo, Oh Dios, ¡Como lo necesitaba!... Con sus dos manitas cubriendo su rostro, lloró... lloró todo lo que su corazón había guardado por mucho tiempo... No quería hacerlo, podría despertar a alguno de sus tíos, o a Dudley, pero su cuerpo no lo dejaba... quería terminar de una vez por todas con todo el rencor, con toda la soledad... con toda la tristeza que se albergaba en él... Como respuesta a su triste llanto, el viento murmuró una vez mas...

Dios sabe... Que los sueños son difíciles de seguir...

Pero no dejes que nadie los destruya...

Mantente... Habrá un mañana...

En su momento... encontrarás el camino...

Apretando fuertemente los ojos, Harry se movió hacia su derecha... rápidamente se aferró a una teja y estuvo a punto de caer. Despierto completamente, parpadeó un par de veces hasta aclarar su visión, el sol ya estaba despuntando sus primeros rayos y sintiendo un escalofrío por todo su cuerpo bajó rápidamente del tejado.

"Oh no, oh no, oh no"... Con mucho cuidado y mordiéndose el labio inferior, Harry salió del cuarto y prácticamente voló escaleras abajo, si alguien lo pillaba estaría en GRANDES problemas... Se había quedado dormido, ¡dormido!

Cruzando los dedos fuertemente se asomó hacia donde quedaba la alacena, viendo que no se encontraba nadie cerca, corrió con todo lo que le daban sus piernitas y abrió de golpe la puerta, se aventó a la cama y la cerró sin hacer el menor ruido.

El corazón le palpitaba en los oídos y sentía como su garganta se cerraba del nervio, tenia un gran nudo en el estomago y un sudor tibio corría por su frente... Lo había logrado.

Poco a poco, recuerdos del "sueño" llegó a su mente, la extraña sensación en su mejilla... Algo que era y no era, algo que siempre estará y nunca lo dejará.

Su mano acariciaba su mejilla, tratando de recordar... Tratando de volver a sentir.

Con ojos cansados, volvió a cerrar los ojos... Un leve murmuro lo comenzó a adormecer... Dentro, muy dentro de él, sabía que algún día, todo iba a salir bien.

Fin

**********

Sam-chan: Ah, ¡Mi primer Fanfic! ¡Y de Harry Potter! Ahh que emoción :_: tantos sentimientos mezclados... sniff

(Kali aparece junto a Sam y le da un pañuelo)

Kali: Ya ya, no llores Sam-chan, todo estará bien

(Sam salta varios metros hacia delante asustadísima)

Sam (Con una mano en el pecho): ¡¡¡¡No hagas eso!!!!

Kali: ^^ Lo siento, es que me fascina ver tu rostro asustado jejeje...

Sam: ¬¬ ¿Me permites decir mis dedicatorias?

Kali: Ah claro claro ^^

Sam: Pues si, Primero que nada, este fic es para mi linda padawan Isis- chan, sin ella, no lo hubiera hecho... Te kelo Isis

Kali: yo también te kelo hermanita...

Sam: Ejem... Como seguía diciendo, agradezco también a mi ma' Danyliz, me apoyó bastante al hacer este primer fic publicado

(Sam salta de la emoción)

Kali: ¿Sabes Sam-chan?, parece una versión chafa de ICQ lo que estás haciendo

Sam: ¬¬: ( lágrimas de frustración

Kali: Jejejeje ^^Uuu tu continua, solo ignórame...

Sam: ¬¬ Eso haré... En fin, les agradezco a todos que lean mi fic, por favor, no olviden dejarme su opinión, sean honestos (tengo un serio problema de aceptación) (Kali: y que lo digas, te la pasas dice y dice "Hay no, esta horriiiiible", "Hay no me gusto" y bla bla bla) (¡Ya ni privacía tengo en mis comentarios!) (Kali: ¿Cuándo lo has tenido Sam?)(¬¬)

Sam: Por cierto, ya que andan por aquí, les recomiendo que lean los fics de Kali-chan, son MUY buenos, de veras, unos me hacen llorar, otros reir, esta niña es comiquísima ^^

(Kali le desliza un par de papelitos verdes en la mano a Sam y le guiña el ojo)

Sam: ^^, No ya en serio, se los recomiedo... Ya hice esta dedicatoria muy larga... Será mejor que me despida, cuídense y ¡No se olviden de dejar sus comentarios!