Hola a todos ¿cómo han estado? Bueno, quizá algunos sepan que esta fanfic ya lo había publicado hace tiempo y llevaba como 4 capítulos, pero tuve que borrarlo por esta razón: Desde diciembre me quedé sin internet y apenas este viernes que pasó lo recuperé y no pude ir al cafe internet tan seguido para estar actualizándolo, por eso decidí borrarlo, pero como leen, aquí lo publico de nuevo y esta vez llegará al final.

Gracias a quienes estuvieron leyendolo, en verdad me animan mucho a continuar con esto de los fan fics a pesar de que no soy muy buena. Bien, sin más, aquí el primer capítulo, les prometo actualizar diario para que lean desde donde me quedé. Así que: Disfrútenlo :)


Capítulo 1.- Raíces

Todo comenzó una noche. La lluvia parecía diluvio.

Los primeros llantos de una bebé retumbaban haciendo eco en las habitaciones deshabitadas de una casa.

Un joven médico y su prometida habían recibido a su primera hija.

Ambos estaban contentos.

El joven médico de nombre: Franken Stein, y su prometida: Medusa Gorgon.

Arroparon a la recién nacida entre cobijas y toallas limpias.

Pensaron en llevarla a la iglesia para que la familia Law purificara su alma. Pero decidieron no hacerlo. Pues Medusa y Stein no estaban casados, y, debido a esto, la pequeña sería acusada por los Law de "pecado original".

En estos tiempos, las personas que eran brujas, científicos y/o que poseían sangre de arma, eran quemados en la hoguera, debido a que los religiosos declaraban que llevaban al terrible demonio Kishin dentro, y el "fuego santo" purificaba sus almas del "pecado".

La pareja temía que su hija fuera condenada en la hoguera, así que decidieron partir hacía otro pueblo, para comenzar su nueva vida.

Tras varios días de viaje, encontraron un poblado en donde podían vivir. Compraron una pequeña casa y así, comenzaron su nueva vida.

Stein vendía en el pueblo medicamentos que él mismo creaba con plantas, y Medusa pasaba el día cuidando a su pequeña.

Así pasaron dos años. Stein era muy conocido por sus medicamentos, puesto que eran muy efectivos y baratos, y con el dinero que ganaba, compraba presentes a su hija y a su mujer.

Sus vidas eran perfectas, hasta cierto día. Stein regresó muy tarde a su casa.

Las luces estaban apagadas y no encontró a Medusa ni a su hija.

Iba a salir a buscarlas, pero el llanto de su hija proveniente del sótano lo detuvieron.

Stein bajó cautelosamente, y no podía creer lo que veía.

Su hija se encontraba sobre una mesa y con jeringas en el cuerpo, conectadas a un extraño contenedor con un líquido negro dentro y siendo vertido en su delicado cuerpo.

A su alrededor habían recipientes con extrañas cosas dentro, partes humanas y símbolos pintados en las paredes. También había libretas, y en una de ellas, Medusa anotaba lo que observaba en su hija y el líquido negro.

Stein, enfurecido golpeó a Medusa en la mejilla.

-¿Qué significa esto, Medusa?

-Ara, ara… Así que me has descubierto.

-¡Quítale esas cosas a nuestra hija!

-Tranquilo, ella esta bien.

-¿Qué le estás haciendo?

-Experimento. Logré encontrar una criatura que se transforma en espada por ahí, así que la convertí líquida para…

-¿Es lo que esta en el contenedor?

-Exacto. Nuestra hija será una niña fuerte. Así podrá acabar con la familia Law y mi raza podrá vivir finalmente tranquila.

-¿Qué? ¿Tu… raza…?... Entonces eres… ¿¡una bruja!

-Así es. ¿Qué acaso no lo sabías?

-¡Maldita!

Stein bloqueó rápidamente a Medusa con una frecuencia de alma, cosiéndola al piso.

Le quitó las jeringas a su bebé, quien lloraba, pero ya era tarde. El contenedor estaba vacío. Todo aquel líquido negro se encontraba ahora dentro de su pequeño y delicado cuerpo.

Tomó a la niña en sus brazos, salió de su casa y se dirigió a la iglesia más cercana.

Delató ante algunos familiares Law que se encontraban ahí, que su prometida era una bruja.

Ellos, sin perder un minuto llegaron al hogar donde se encontraba la bruja.

Bajaron al sótano y la encontraron en el piso. La levantaron, le ataron las manos y se la llevaron de regreso a la iglesia, donde sería juzgada y después, purificarían su alma en las llamas del fuego santo: la hoguera.

A Stein le dolió saber que su mujer era una bruja, y más el que la haya delatado. Pero lo que más le dolía ahora, era saber que su hija, al provenir de una bruja… la convertía en una también.

Si la familia Law se enteraba de que aquella bruja tuvo una hija, sin duda alguna la encontrarían para purificar su alma también.

Stein no permitiría que mataran a su pequeña, pero tampoco podía admitir que fuera una bruja de nacimiento, un pecado original.

Después de pensar toda la noche, finalmente se decidió.

Tomó algunas cosas, fue por su niña y se encaminó al pueblo donde ella nació.

Tras unos días de viaje, finalmente llegó en donde comenzó todo.

Observó el pueblo. Todo había cambiado.

Lo recorrió todo el día, y finalmente la noche cayó.

Los puestos ya habían cerrado, los niños regresaban a sus hogares y todo quedó vacío.

Las luces de los faroles era lo único que acompañaban a Stein entre la oscuridad.

Caminó con la niña en brazos y se detuvo frente a una casa enorme.

-Orfanato- Leyó el letrero que adornaba el pórtico principal.

Se acercó a las enormes puertas, se colocó sobre una de sus rodillas y miró a su hija una última vez.

Con algunas sábanas, la cubrió y, cuidando de no despertarla la colocó en el suelo.

Después sacó de su bolsillo un collar de plata y lo colocó alrededor del cuello de su hija.

Se puso de pie, observó a su alrededor y, una vez que confirmó que nadie lo veía, tocó a la puerta y corrió a esconderse tras una casa y donde la oscuridad pudiera volverlo invisible.

Una mujer se apresuró a abrir la puerta, y se sorprendió al ver a la pequeña en el piso.

La cargó en sus brazos y vio en el collar que llevaba puesto algo grabado.

-Crona.- Leyó.

Era el nombre de la pequeña.

Miró unas cuantas veces a los alrededores, pero no pudo encontrar ni un alma.

Con una expresión de tristeza en el rostro, entró con Crona en sus brazos y cerró la puerta.

Stein observaba en la oscuridad. Dio media vuelta y emprendió el camino de regreso a su hogar, para recoger sus cosas y comenzar una nueva vida.

Unas cuantas lágrimas brotaron de sus ojos, pero al saber que su hija no moriría esa noche, era lo único que le alegraba.

Pasó un año desde que Stein abandonó a su hija, y fue el mismo tiempo en el que se dio cuenta del enorme error que había cometido. Pero no podía dar marcha atrás. Quizá una buena familia ya la había adoptado.

Ahora Stein viajaba de pueblo en pueblo vendiendo los medicamentos que creaba. Pero se dio cuenta de que la medicina no era lo único que le gustaba hacer. Había algo más que comenzó a gustarle, incluso más que la medicina.

Investigación científica.

Stein había conservado y leído las libretas donde Medusa anotaba todas sus investigaciones. En una de ellas explicaba el comportamiento del cuerpo humano.

No podía creer que se estuviera convirtiendo en un científico, puesto que ya era normal en él estudiar su entorno, los animales y hasta a las personas. Y todo lo que encontraba interesante, lo anotaba en sus propias libretas.

Así pasaron dos años y Stein se había convertido de médico a científico. O en palabra de los Law: Un pecador.

Quería explicar sus investigaciones a personas que pensaran igual que él, y no sólo a los huesos de personas que habían muerto en la hoguera.

Un día, mientras Stein comía en una fonda, escuchó a unas personas hablar sobre los rumores de unas tierras "prohibidas".

Se decía que, en aquellas tierras reinaba un rey bondadoso y de buen corazón que estaba en contra de la iglesia y de su manera de "juzgar" a las personas.

Aquel reinado se llamaba "Shibusen", y las tierras de Death era el poblado que se encontraba debajo suyo.

Se rumoraba que en aquellas tierras se aceptaban a personas científicas y que poseían sangre de arma. No juzgaban, no purificaban sus almas. Vivían en armonía con las demás personas.

Pero de lo único que se encargaba el rey de dicho poblado, era de eliminar a las brujas que intentaran perjudicar a su gente y causar caos.

Un cuento de hadas, pensó Stein. Pero… ¿y si realmente existía aquel reino? Stein podría vivir sin temor a que alguien supiera que es un científico y sin temor de ser quemado en la hoguera. Habría personas igual que él. No existiría la iglesia. Sería feliz.

Terminó de comer y se dirigió a la casa donde le estaban dando hospedaje. Tomó sus cosas, se despidió de la amable familia que le permitió quedarse unos días y emprendió el viaje a buscar aquellas tierras prohibidas.

Las tierras de Death y el reino de Shibusen.


Bien, este fue l primer capítulo de esta maravillosa historia que se me ocurrió :D

Espero continúen la historia junto a mí. ¡Nos leemos ala próxima!