Era una tarde cálida y apetecible en Konoha

Era una tarde cálida y apetecible en Konoha. Todos estaban paseando, como era lógico ya que hacía un día excelente. Todos eran felices y sonreian, todos… excepto una pelirrosa, la cual estaba recostada en su cama, pensando en su situación.

"Sasuke-kun… ¿Por qué te fuiste sin mi? Supongo que es porque no me amas… ¿Cómo alguien como tú podría amar a alguien como yo?" – ironizaba la pelirrosa conteniendo su rabia – "¿Cómo podrías amar a una débil? Pero eso se acabó, Sasuke… Ya no soy ni seré más esa débil que tú un día conociste, ya no soy esa niña tonta que te perseguía y te amaba y sólo tenía ojos para ti, eso se acabó… Gracias a ti soy una persona más fuerte, sin vida, casi sin sentimientos y llena de odio hacia ti, un odio que un día fue amor. Pero tranquilo, no te haré nada, por Naruto… Dentro de poco podré cumplir la promesa que me hizo una vez Naruto pero que nunca pudo cumplir, no lo haré por mí sino por él, porque él todavía te quiere como su amigo, como su hermano"

¡Sakura-chan! – se escuchaba una voz desde la ventana - ¡Te invito a comer! ¡Te espero en el Ichiraku! ¡También estarán Sai, Temari y Shikamaru!

Naruto… - susurró, sonriendo – "Yo cumpliré tu promesa, lo prometo…"

Se levantó despacio y se dirigió a su armario, se vistió y puso rumbo al Ichiraku donde la estaban esperando.

¡Ohayo, Sakura-san! – la saludaron a la vez Temari y Shikamaru.

Ohayo bruja – "saludó" Sai.

¿Qué coño me has llamado? – dijo mientras le propinaba un buen puñetazo y lo mandaba lejos, a lo que a los demás se les caía una gota.

Sakura-chan… - intentaba tranquilizarla el rubio.

No pasa nada, Naruto… Supongo que me lo merecía – contestó Sai con esa sonrisa casi de verdad, ya que desde la incursión a la guarida de Orochimaru había tratado de ser lo más realista posible, aunque todavía no podía sonreir de verdad debido a sus anteriores entrenamientos como anbu.

Si, te lo merecías… - le contestó la pelirrosa con una sonrisa en su fuero interno – "Nunca cambiará, este Sai…"

¡A comer! – dijo de pronto el rubio kitzune dirigiendose al Ichiraku, a lo que todos le siguieron.

Todos mientras comían hablaban de sus misiones y amores, a lo que esto último la pelirrosa no aportaba nada, sólo escuchaba. También hablaban de la relación de Temari y Shikamaru, la cual empezó hace ya 2 años, al igual que el noviazgo de Naruto e Hinata. Cuando empezaron a hablar de sus relaciones Sakura se fue a otro mundo, centrada en un tema que la reconcomía en su fuero interno como el fuego.

"Puede que sea fuerte pero todavía me queda mucho para poder alcanzar a Sasuke, aunque supongo que si soy más fuerte que su equipo hebi, pero poco me importa ser igual o más fuerte que ese, lo único que me importa es ser igual de fuerte que Akatsuki" – pensaba Sakura, lo que no pasó desapercibido por Temari – "También tengo que pedirle ayuda a Sai ¬¬… Tengo que controlar más mis emociones en el combate y fuera de él. La verdad es que no tengo mucha hambre, mejor me voy a casa" Estoy muy cansada, mejor me voy a casa, nos vemos mañana en el entrenamiento, chicos.

¡Hai! – respondieron al unísono todos menos Temari, la cual miraba preocupada a la pelirrosa, la veía muy extraña esos días.

Sakura-san, te acompaño – le dijo, despidiendose de los demás y de Shikamaru con un beso.

Vale – le respondió con una sonrisa, esperándo a Temari. Cuando esta ya estuvo a su altura, empezaron a caminar y cuando ya estuvieron lejos la rubia rompió el silencio.

Sakura-san, puede que no te conozca y no seamos muy amigas… - estas palabras sorprendieron a la pelirrosa, haciendola parar de repente – pero todos estos días te he notado extraña y quiero saber que te pasa para poder ayudarte en lo que pueda.

Arigato Temari demo no creo que puedas ayudarme…

No lo sabes sino me lo cuentas

Si te lo contara y tú quisieras ayudarme arruinarías tu vida con Shikamaru – le contó bajando la mirada.

Más de lo que está no lo creo – respondió con una sonrisa triste y al ver la mirada interrogante de su amiga le dijo – mejor te lo cuento en otro sitio.

Claro, vamos a mi casa, está cerca

Y caminaron hacia la casa de la pelirrosa sin mediar palabra, cuando ya llegaron se fueron al salón y se sentaron frente a frente.

Cuenta, ¿qué te pasa con Shikamaru? ¿Es que ya no te gusta? – la interrogó.

Me gustaba pero es que ya estoy harta de que pase más tiempo con sus amigos y en misiones cuando yo estoy aquí – se quejó entre sollozos – Casi nunca podemos vernos ya que o estoy en mi villa o en una misión o él en una misión. Y cuando no lo está nos la pasamos con sus amigos y no estamos solos nunca.

¿Se lo has dicho?

Claro pero a él parece que le da igual – se volvió a quejar y continuó, ya había parado de llorar – Además, siempre dice que esto es problemático y siempre estamos discutiendo porque es un machista.

Me estás contando un montón de quejas, algo bueno tiene que tener para que te hallas enamorado de él, ¿no? – preguntó Sakura desconcertada.

No sé que he visto en él para enamorarme, ahora estamos en la típica amistad antes de la ruptura – le contó – Supongo que es como lo tuyo con Sasuke, ¿no?

Eso es parte del pasado, antes era una niña tonta – le había pillado por sorpresa el comentario de su amiga pero pudo recomponerse a tiempo para una contestación, y después de un rato agregó – he cambiado…

Ya lo he visto, ahora le odias – no era una pregunta - ¿Qué es lo que te ha pasado todos estos días? Estas siempre en otro mundo cuando ya nadie te habla, estás muy rara últimamente.

Lo siento pero aunque ya no estés con Shikamaru todavía queda tu familia…

¡Sakura! – la sacó de sus pensamientos – si no me lo cuentas no sabré si puedo ayudarte, si veo que no puedo ayudarte no me pasará nada, ¿no?

Está bien… - se rindió – Quiero hacerme más fuerte y también quiero poder ocultar mejor mis emociones para lo que voy a hacer: traer de vuelta a Sasuke. Y no es lo que piensas, como tú has dicho ya no me gusta, sólo lo hago por Naruto.

Entiendo, entonces sólo era eso – la miró un poco desilusionada por la respuesta – no entiendo a qué venia tanto misterio.

Es que para poder traer a Sasuke de vuelta tengo antes que hacer otra cosa – al ver la mirada interesada de la rubia prosiguió un poco dubitativa – se podría decir que tengo que convivir con el diablo, o mejor dicho con los diablos.

O.o No te entiendo…

Tengo que… - dijo, a continuación se mordió el labio y después casi en un susurro a penas audible prosiguió – unirme a Akatsuki.

¡Unirte…! – no pudo terminar la frase ya que Sakura le tapó la boca.

¿Pero qué haces? Te van a oir… - se quejó.

Estás loca, ¿no? Te van a matar ya que mataste a uno de ellos – intentó hacerla cambiar de opinión pero al parecer era ya imposible.

Iie, el lider no atiende a sentimentalismos, ahora necesitan a miembros y eso es lo que van a tener – dijo con una sonrisa – van a tener 2 miembros.

¿No estarás contando conmigo?

Claro que no, me refiero a mi y a un antiguo miembro suyo, aunque… - prosiguió – si quieres también puedes venir.

Lo siento pero no puedo hacerlo, no quiero traicionar a mis hermanos ni a mi villa – susurró con dolor, por un lado quería ayudar a su amiga, acompañarla y estar a su lado como la hermana mayor que se consideraba, pero no podía dejar a su familia – Ellos mataron a Gaara, no quiero encontarme al que lo mató, aunque en cierto modo quiero vergarme y el estar cerca podría ver sus debilidades y su forma de luchar.

La verdad es que hay otra razón por la que quiero entrar en Akatsuki – reconoció la pelirrosa – por un lado quiero estar alli ya que también está Itachi y porque me haré más fuerte pero por otro lado también quiero estar alli porque quiero ser de más ayuda para la villa, asi que quiero recoger la máxima información posible en mi estancia alli.

Entiendo pero es demasiado peligroso

Lo sé pero ya nada me importa – le contestó – Desde que él se fue ya nada me importa, ni siquiera morir. He cambiado, ya no soy la misma de antes y todo por culpa del Uchiha.

Veo que le odias mucho, pero como dicen de los errores se aprenden y – le dijo la rubia con una sonrisa por lo que va a decir – todo pasa por una razón.

¿Razón?

Piensalo, si no te hubieras enamorado de él no le odiarías y ahora no serías ni la mitad de fuerte de lo que eres – le comentó.

Tienes razón… - bajó la mirada, pensativa.

Sakura… - la llamó y la pelirrosa levantó la mirada – Hay algo que no te he dicho y es que la razón por la que estamos así, Shikamaru y yo, tiene nombre propio…

Ino – pronunció el nombre con asco, desprecio y odio.

Hai – ahora sus rostros se tornaron serios y sin expresiones – Más que con sus amigos se la pasa con ella y encima ella está muy coqueta con él. La odio… pero no solo ella tiene la culpa de nuestra casi ruptura, él también la tiene.

Entiendo, ¿quieres vengarte?

Iie, o al menos no por ahora – seguían sin expresiones – Pero cuando yo corte con él ellos empiecen juro que lo haré. Mejor cambiemos de tema…

Claro – dirigió su mirada a la ventana, más concretamente a la luna – Al parecer ya es tarde, supongo que te tienes que ir. Y sobre lo de Akatsuki, no voy a cambiar de parecer, aunque puede que haya contratiempos en mis planes como matarle en vez de traerle de vuelta.

Eso no sería de extrañar – respondió con una sonrisa y, dirigiendo su mirada a la luna, respondió – Es verdad, ya es tarde, mejor me voy ya pero esta conversación todavía no ha terminado, todavía queda mucho por hablar…

Hasta mañana – la despidió la pelirrosa, extrañada ya que pensaba que ya no había nada que hablar.

Hasta mañana – le dijo mientras se dirigía a la salida. La pelirrosa, por su parte, la siguió y subió por las escaleras, los cuales estaban enfrente de la puerta de la entrada. Temari se detuvo, con la puerta ya abierta y dijo – Lo he decidido, me iré contigo… me uniré a Akatsuki.

Dicho eso la rubia se fue. La pelirrosa comprendió entonces de qué tenían que seguir hablando mañana y, con una sonrisa siniestra que hasta el más sanguinario temería, se fue a darse una ducha y a continuación se fue a dormir. La sonrisa no se había ido en ningún momento de su hermoso rostro…