Capítulo 1. Aprende del maestro.
El calor artificial al que se había rendido comenzó a subirle al rostro a la vez que quemaba su garganta. Maldito sake, era bien fuerte para empezar por ello en su rendimiento al alcoholismo.
Ella no tenía la culpa de querer perder su conciencia, de borrar sus pensamientos y anular su cerebro por completo. La culpa era de él.
Maldito Hyuga. Aquel día no había sido muy diferente de sus otros intentos de intimidad. Como era un genio, y uno bastante egocéntrico y estúpido cabía decir, aquella noche tenía que presentarse frente al consejo de su clan para debatir nosequé mierdas.
El problema, es que a ella no le molestaba porque hubiese plantado la promesa de una cita. La cuestión es que; ni era una cita, ni se habían prometido quedar. Pero eso no era excusa, el cabreo lo llevaba a rastras desde hacía ya meses, ¿por qué las cosas no podían salir como ella quería? ¡Un poco aunque fuera! Solo una pequeña alegría, no pedía más...
Pero el destino, como habría dicho el causante de esos agresivos pensamientos, no estaba de parte de la maestra de armas aquella noche.
Seamos sinceros, ni aquella noche ni ninguna otra. ¿Tan imposible era aspirar a tener una tranquila noche con el castaño para hablar, tantear terreno y poco a poco embaucarlo?
Volvió a coger un pequeño vaso lleno de sake, y lo dejó en la mesa con un golpe suave pero seco. Cuatro... ¿cinco veces había hecho eso ya? La cabeza le daba vueltas ya, pero podría haber sido peor, por ejemplo el camarero podría no haberla analizado y haberle aconsejado rebajar un poco aquel "chupito".
-¿Qué hace una chica como tú, en un mal antro como este?-preguntó un castaño a su lado, secándola una sonrisa por el tono irónico en la frase tan básica del ligoteo.
-Kankuro, ¿verdad?
-Si. ¿Tenten? Te he visto varias veces por el apartamento de mi hermana aquí en Konoha.
-Le agrado a tu sádica hermana-contestó ella con una sonrisa de medio lado, sin dejar el triste y decepcionado semblante que la marcaba aquella noche.
-Oh, si. Eres la chica esta de los pergaminos.
Oh no... eso no...
-La que mi hermana derrotó y humilló en tan solo unos movimientos-finalizó él sonriendo orgulloso de su genética y alzando la mano para pedirle al camarero un trago.
-Si, exactamente esa. Ahora, si me disculpas, tengo una sobrehumana necesidad de introspección para no aguantarte.
-Eh, eh, tranquila gatita. Seamos sinceros, ella te derrotó. Pero imagino que algo habrás mejorado, aunque esa actitud infantil tuya me confirma lo contrario.
-Anda, ignoraba que pudieras juntar más de 10 palabras si el tema no trata de tus marionetas. ¿No es infantil por tu parte seguir aferrado a tus muñecos de la infancia?
-Tan frágil que pareces, y tienes una lengua envenenada. Ten cuidado mona, no vaya a ser que te muerdas a ti misma y te mueras, por que yo no cuido de críos.
Rodó los ojos, suspiró lentamente y se llevó de nuevo el vaso que el camarero le había rellenado cuando también le había servido al estúpido a su lado.
Al beberlo, y como las veces anteriores, el ardiente efecto del alcohol la hizo toser, sacando una sonrisa al hombre a su lado. ¿Quién narices se creía? ¿Un bebedor experto? Un puñetero borracho lo habría denominado ella, observando el vaso de mayor tamaño de él.
Se fijó en que daba tragos no muy pequeños, pero no lo bebía de golpe. No era la misma cantidad de líquido que en su pequeño vaso, pero estaba segura de que Kankuro bebía sake desde los 15.
Sólo un loco se maquillaría así. Además, la anulación de los sentidos mediante la bebida no le parecía una locura, no si se trataba de los salvajes de la arena. Bárbaros sádicos, como tu amiga.
-Dime, ¿desde cuándo llevas dándote al alcohol?
-Desde... hará aproximadamente una hora y media-respondió fijándose en el reloj del local.
-¿Y qué te tiene así? ¿Qué es exactamente lo que hace que una mujer se encierre en un bar para beber lo justo para no pensar, pero continuar para que la razón no llegue de nuevo a su mente?
Ella no quiso responder, se encogió de hombros y estaba dispuesta a preguntarle a él qué le importaba y por qué seguía intentando mantener una conversación con ella.
-¿Es el heredero de los Hyugas el que te tiene así?
Cogió descaradamente el vaso de él, pegó un gran trago y dejando el dinero de sus copas en la barra, se giró para salir de allí y evitar el tema, y sobretodo la idea de que un maldito desconocido conociera su situación.
Pero aquel desconocido la agarró fuertemente de la muñeca. Y la atrajo hacia él de un tirón.
-Vamos, no te enfades. No acostumbro a tratar con mujeres frágiles o susceptibles. Y si creo que es por él, te adelanto ya que Temari lleva dos semanas farfullando sobre él y su estupidez. También hablaba de ti, asi que até cabos.
-¿Tan cotilla eres que pones la oreja cuando habla tu hermana? ¿No tiene acaso vida privada el rompecorazones número uno de Sunakagure?
-Oh, veo que mi reputación me precede.
-No creas que he oído hablar a mujeres de ti, solo fue a una, y siento decirte que era de tu misma sangre.
-No soy el único que pone el oído por lo que veo.
Levantando su vaso le ofreció a la kunoichi otro trago, y con la otra mano le señaló una mesa donde sentarse, ella, guiada por la bebida y por un grande vacío en sus planes de esa noche, se dijo que no estaba mal ocupar el tiempo.
-¿Se puede saber qué ha hecho?
-Ignorarme. Eso es todo.
Y el camarero les acercó otra ronda.
-Mujer, no bebas más que al final me veo cargándote hasta tu casa y yo no soy de esos. Además, y si quieres un consejo, o más bien una explicación. Puedes ser muy maravillosa por dentro blablabla y todas esas cosas que las mujeres creéis por delante en importancia que otras características, pero, nena, si vas a llamar la atención de alguien, arréglate un poco más. Y sobre todo si el hombre a seducir es un maldito hielo sin sentimientos u hormonas sexuales aparentes.
-No necesito maquillarme para ser atractiva, al contrario que tú, que tapado estás más guapo.
-¡Eh! No he aceptado seguir una conversación así y prestar mi opinión para que me ataques, yo no tengo problemas románticos. Fijo el ojo, y te aseguro que clavo el kunai-finalizó con soberbia.
Ella le miró con burla, poniendo en duda no verbal aquello que acababa de decir.
-Además, no hablo de maquillaje solo. Cambia un poco tu vestuario, que no pierdes nada.
-Oh, esperad, el magnífico Kankuro, el más experto seductor, cree que sabe como enamorar al Hyuga- anunció teatralmente remarcando cada palabra con malicia.
-No hay mujer que se me resista, y como hombre, se lo que buscamos en una mujer. En definitiva, sí, ni el Hyuga se me escaparía. Una pena que no me vayan los penes-aclaró.
-No seas tan bravo, Kankuro, me da igual tu fama. No conozco a nadie todavía que pudiera conquistar a Neji.
-¿A si? Tú lo harás.
Y ella le miró con odio, ¿quería torturarla por no poder conseguir lo único que ahora de verdad quería?
-Tú lo harás, con mi ayuda.
-¿Me vas a guiar hacia mi conquista?
-Haré que coma de tu mano, y tú nunca más podrás poner en duda mis capacidades.
Ella lo miró recelosa, pensando bien qué podría haberle empujado a ayudarla a ella, una amiga de su hermano, no de él. Una desconocida con la que había entablado conversación unidos solo por la misma botella de alcohol a la que se habían agarrado.
-¿Qué quieres a cambio? ¿Qué ganas?
-Ya te lo he dicho, tu reconocimiento.
-Pues me parece un premio bastante inútil y ridículo.
-Solo tú has dudado de mi, yo considero importante que no lo vuelvas a hacer, al fin y al cabo eres tú la única que no me cree, y en unos días serás la primera que defienda mi maestría seductora. Una vez cambiada tu opinión seguiré siendo el fabuloso e increíble hombre que era antes, con la confianza desbordando por cada poro. Además, me gusta probarme de lo que soy capaz.
-De acuerdo, si me consigues al tonto ese, yo alabaré tu destreza. Sino, me reiré de ti por los siglos de los siglos, y recurriré a Temari en una burla colectiva que no cesará en Konoha o Suna.
Tu reputación está en juego, Kankuro, no me falles y cállame la boca si es lo necesario para que el estúpido Neji me haga caso.
Bueno, qué decir... me he lanzado con un Kankuten, y la verdad es que le pillé el gusto gracias a Yusha y a flordesombra. He visto que no hay muchos, es una pena, pero espero que este os guste. Yusha, va para ti, espero que te agrade y a ver si veo más historias tuyas :D
Muchas gracias a tod s por leerlo.
