Hola a todos.
Aquí traigo una nueva historia un poco diferente a las anteriores y algo más corta (o eso espero).
He resubido la historia porque no reconocía las tildes ni las ñ.
Espero que os guste.
Disclaimer: Los personajes y escenarios pertenecen a J.K. Rowling
PROLOGO
-Tranquilo, mi niño, papá volverá pronto-una mujer morena trataba de calmar a su bebé, que lloraba a pleno pulmón.
De repente, un golpe se oyó y diez hombres y mujeres entraron en la casa. Un violento duelo mágico comenzó y los rayos de múltiples colores volaban por la habitación. La mujer luchaba con furia, ya no por ella, sino por su hijo. Pero pese a sus extraordinarias habilidades la superioridad numérica era demasiada. Lo último que alcanzó a ver antes de desmayarse fue como una de las mujeres, que reconoció de sus años de escuela, se llevaba a su pequeño hijo de tan sólo un mes de vida.
********************** Quince años después **********************
-Vamos, Bella, llegamos tarde.
-Tranquilo, Severus-jadeó ella-. Catorce años en Azkaban pasan factura.
-Lo sé, pero no es a mí a quien tienes que convencer-repuso el pocionista-. Y con lo que tenemos que decirle mejor no enfadarlo antes de tiempo.
La pareja avanzó con paso raudo hasta la entrada de la mansión de su Señor, donde una reunión iba a tener lugar. Por suerte para ellos, llegaron a tiempo. Estuvieron cerca de una hora arrodillados, escuchando los planes que Lord Voldemort hacía para conseguir la profecía que lo involucraba junto al chico Potter. Severus cada vez sudaba más frío. Lo que él y su esposa tenían que decirle probablemente les traería horas de tortura, y Bellatrix todavía estaba débil.
-Bien, ahora sabéis que tenéis que hacer. Podéis iros.-despidió el Lord a sus mortífagos.
Todos se fueron rápidamente, sin embargo, dos de ellos se quedaron.
-Bella, Severus-llamó-, ¿qué hacéis todavía aquí?
-Mi Señor-empezó el jefe de Slytherin-, es de vital importancia que sepáis algo.
-Sabemos que le estamos informando tarde, pero no sabíamos que estaba haciendo planes contra Potter.
-¿Qué tiene Potter que ver con lo que me tengáis que decir?-inquirió Voldemort con acento serpentino.
-Verá, mi Señor-Severus tragó-, ¿recuerda el ataque en el que secuestraron a nuestro hijo recién nacido?
-Por supuesto que lo recuerdo, Severus. Ve al grano-ordenó.
-Pues..., hace un par de días conseguí darle Veritaserum al viejo sin que se enterara y hemos averiguado que ha sido de él.
-Eso está muy bien, Severus. Supongo que necesitaréis ayuda para recuperarlo-ambos asintieron-Pero sigo sin ver que tiene que ver esto con Potter.
-Mi Señor, a lo que Severus quiere llegar es que Theodore, nuestro hijo, es... Harry Potter.
-¿Qué? Repite eso, Bella.
-Nuestro hijo es Harry Potter, mi Señor. La sangre sucia perdió a su bebé y como venganza aprovechó el ataque para llevarse el nuestro.
-Severus, tú me revelaste la existencia de la profecía-saltó el heredero-. Recuérdame los puntos más importantes.
-Un niño nacido a finales de julio de unos padres que lo desafiaron tres veces y al que usted marcará como su igual lo destruirá.
-Eso es. Y si Potter es Theodore Snape, vuestro hijo, NO CUMPLE LOS REQUISITOS. ¿Por qué entonces, Severus, si ese niño no es el de la profecía, me destruyó hace catorce años?
-No lo sé seguro, mi Señor, pero como Lily murió protegiéndolo, las barreras de protección se levantaron igual.
-En cualquier caso, el niño de la profecía es Longbottom. Tú has sido su maestro, ¿representa algún peligro para mí?
-No hay enemigo pequeño, mi Señor, pero en este caso no debería-explicó el profesor-. La familia del chico a minado tanto su autoestima que incluso teme a su sombra.
-Bien, bien-sonrió satisfecho-. Por ahora dejemos que el viejo crea que mi mayor enemigo todavía es Potter. Le dará entrenamiento y desprotegerá al otro. Como mi espía en la Orden del Pajarito sabes cuando van a trasladar a vuestro hijo, a donde y cómo, ¿verdad?-Severus asintió- Bien. Vosotros, junto a vuestro cuñado Lucius, lo secuestraréis. Pero no le dañéis ni matéis a nadie. Creo que tengo un plan.
El Lord sonrió macabramente. Ninguno sabía lo que el mago tenebroso más temido de la útima mitad del siglo XX estaba pensando, pero sabían que alguien lo iba a pasar mal, muy mal.
-Ah, y Severus, Bella-llamó suavemente-, la próxima vez que tengáis información tan importante, venid en seguida. ¡Crucio!
A muchos kilómetros de allí, un joven de casi quince años rogaba porque lo rescataran de casa de sus tíos de una vez.
