El último adiós.

Ahí estaba agonizando en suelo ¿Cómo era posible? que se hubiese enfrentado a tantas cosas solo y justo ahora después de haber ganado la batalla se encontrara en su lecho de muerte solo por haber intentado vencer de la misma manera, solo, bueno tal parece que las malas costumbres terminan destrozándote tarde o temprano, es solo que no conocía otra forma de ganar ese era su lema si quieres hacerlo bien hazlo tú mismo, solo, solo, siempre solo y su única compañía era su sombra; no podía negar que a veces desearía que alguien le ayudara y estuviera con el pero así era su vida, como el tétrico niño de hades, que curioso: el hijo del dios de la muerte estaba a punto de morir.

De repente siente que varias personas se acercan a él, en cuanto abre los ojos todo se ve cambiante, borroso y normal respectivamente; alza la mirada para encontrarse con su hermana Hazel que aparentemente está apunto de soltar en llanto, junto a ella se encuentra Frank, tratando de ser fuerte por ella, Leo Valdez estaba tapándose la boca mientras miraba incrédulo a un todavía no muerto Nico, Piper ni siquiera podía mirarlo: se hallaba cubriéndose la cara en el hombro de Jasón que retenía las lágrimas, Annabeth se le notaba la tristeza sin embargo no estaba llorando tan solo tenía la cabeza gacha pero allí estaba El, el único a quien realmente quería ver, el único a quien había dedicado su vida a ignorar por su propio bien o al menos eso creía pero al mirar esos profundos ojos verdes soltar un par de lágrimas se decidió, no podía llevarse su oscuro secreto a la tumba, simplemente no podía.

-me rindo- dijo Nico con una voz que verdaderamente no sabía de donde sacaba fuerzas para hablar.

-no Nico, no lo hagas, aun podemos curarte, podemos… darte un poco de ambrosia…-sollozo Hazel siendo interrumpida por Jasón.

-no creo que se refiera a eso pero aun, ya no tenemos ambrosia- solo él había a que se refería Nico con que se rendía.

-Percy, puedes acercarte- sin decir una palabra se arrodillo junto a Nico.

-Lo lamento, solo pensé que si te vas a ir deberías saberlo - dijo Percy.

-¿de qué hablas?- pregunto.

-de lo de Bianca, sé que me odias desde entonces- dijo el realmente arrepentido.

-por lo de Bianca, solo me odio a mismo, si yo no hubiera estado tan obsesionado con mitomagia ella no se habría detenido a tomar esa estúpida figurilla y no habría muerto; yo… yo no te odio más bien…- a cada palabra le costaba más hablar, sus pulmones comenzaban a cerrarse, su habla perdía volumen tanto que ya no eran palabras mas bien susurros y el ardor que provocaba la herida que atravesaba todo su torso comenzaba a sentirse tan surreal que mejor decidió mostrárselo en ese momento lo tomo por la camisa y lo beso importándole menos si le seguía cosa que para su sorpresa hizo; el beso no duro más de 3 segundos pero para Nico fue el mejor beso de la vida y por supuesto el único.

-Te amo- dijo mientras el aliento escapaba de su boca, el color dejaba su piel y la conciencia se perdía en el vacío, Nico di Ángelo si había ido pero por lo menos se había ido en paz sabiendo que todo el dolor y sufrimiento había quedado atrás justo después de haber confesado que amaba a Percy Jackson, había hecho su sueño más loco realidad: lo había besado, no había dejado porque en vida nunca sería feliz, sintiéndose dolido por no poder tenerlo, se fue a sabiendas de que estaba haciendo lo correcto al dejar que fuera feliz.