Cada vez que Harry quería la compañía de su amada Hermione, lo único que tenía que hacer era llamarla. Y cuando él la llamaba y le pedía que le haga compañía porque la necesitaba, ella venía corriendo a su casa. Y pensar que eso solo era lo único que tenía que hacer. Cuando él quería besarla, lo único que Harry tenía que hacer era decirle a su hermosa castaña las palabras que ella quería escuchar, y la besaba sin ningún problema. Y lo mismo hacía ella con él. Siempre que ella lo deseaba, él iba a estar en su casa y harían el amor desde la noche hasta el amanecer del día siguiente. Cuando ella lo llame, Harry estará ahí sin falta, este donde ella este. Solamente tiene que llamarlo. Hasta incluso cuando Harry quería besarla, el la llamaba y ella a los 5 minutos estaba en su casa, lista para otra noche de pasión con el "niño que vivió". Y ella solamente copiaba lo que hacía él, y lo único que hacían los dos era algo muy, muy simple...llamarse. Porque ellos no eran soberbios en su relación, no esperaban que el otro siempre diera el primer paso...ambos lo daban, y se entendían tan bien...que no podían evitar sentirse almas gemelas.