Fantasmas del Pasado
Por Li, Siegfried®
Prólogo
Habían pasado ya muchas décadas, siglos inclusive, desde que X, el gran Maverick Hunter, había dado inicio a su fatídica lucha. Sin importar qué, sabía que debía seguir luchando, que debía seguir esforzándose por cumplir su sueño de un mundo donde Reploids y humanos pudieran vivir en paz y armonía.
No obstante, últimamente, mucho más que antes, se encontraba cansado y hastiado de esa lucha, ahora para él completamente sin sentido. ¿Si Sigma finalmente fue derrotado, por qué el virus sigue convirtiendo a los reploids y a los mechaniloids en mavericks? ¿Por qué Dr. Light lo construyó?
Dr. Light… el siempre lejano padre, el creador que sólo podía ver en hologramas.
"X... X... X..." – escuchaba la voz del hombre en sus sueños.
No era un sueño lo que estaba viendo, sino un lejano recuerdo. Se vio a sí mismo recostado sobre un mesón de trabajo, con muchas vías y sondas unidas a su cuerpo, además de ganchos y piezas sobre su cabeza junto a un gran foco que lo iluminaba.
"¿Quién es usted...?" – recordó preguntar.
"Soy el Dr. Thomas Light. Yo soy quien te creó, X" – le respondió él, con una amble sonrisa.
"X... ¿Ése es mi nombre?" – alcanzó a preguntar antes de que la poca energía que su cuerpo contenía se agotara y volviera a apagarse.
"X... sí. Representa un potencial ilimitado. Eres un nuevo tipo de robot que puede pensar por sí mismo..."
Rápidamente el recuerdo se ligó junto a otro. Estas imágenes le trajeron una gran cantidad de nostalgia, sobre todo al pensar que es la segunda vez que tiene el mismo sueño.
"¿Qué ocurre, doctor? Parece cansado" – preguntó, alarmado al ver al científico cada vez más decaído y senil.
"X... En verdad eres como nosotros los humanos. Por eso temo que la humanidad" – mas se vio interrumpido por una molesta y seca tos. Su cuerpo, cada vez más viejo, exigía un descanso que no llegaría hasta que su máxima creación fuera terminada. – Temo que la humanidad no esté preparada para aceptarte. Aún no hemos madurado. Puede que vean tu ilimitado proceso evolutivo como algo realmente peligroso; el nombre de X también lleva peligro"
Pero X volvió a apagarse. Aún estaba en detalles finales y era muy inestable, por lo que no era capaz de mantenerse despierto por mucho tiempo. En este nuevo recuerdo se encontraba dentro de una capsula, completamente terminado, mas su anciano creador parecía apagado mientras se acercaba a él.
"Lo siento mucho, X... no tuve tiempo suficiente para mostrarte el mundo" – y volvió a toser. Esta vez, ya estaba definitivamente viejo y su cuerpo demostraba no ser capaz de seguir adelante mucho más tiempo.
"¡Doctor Light!"
"Te he dado la capacidad de pensar, de preocuparte, de crecer y evolucionar durante tus combates. Pero... es muy pronto para liberar tal poder" – reveló el viejo, tratando de que X comprendiera su razón de ser.
"Doctor... ¡Usaré este poder para pelear por la justicia, pelear por la esperanza!" – juró el androide, comprendiendo su misión y el poder que conlleva.
"Por supuesto, ¡yo también lo creo así!" – sonrió Light, un tanto triste. – "X, quiero que uses esa conciencia tuya para pelear por la gente del futuro. Necesitarán a alguien como tú que los guíe"
"Doctor..."
La capsula donde se encontraba se cerró y, lentamente, forzó a X al larguísimo letargo que lo llevaría a las manos de Dr. Caín. Sin embargo, su sueño fue abruptamente cambiado por otro, lleno de oscuridad y destrucción.
Frente a él, un reploid encapuchado caminaba por la ciudad, seguido por un científico extraño a quien no le pudo ver el rostro. La gente de la ciudad corría asustada mientras los demás robots los seguían o trataban, atemorizados, de hacer frente a este enemigo para permitir que sus amos escaparan. Sin embargo, nada evitó que el robot, bajo las órdenes de su creador, atacara la ciudad.
El enorme poder del cañón del encapuchado era sólo equiparable con la maniática risa del científico que le seguía, mientras el fuego y la destrucción se apoderaban de la ciudad.
"Hasta siempre, X… Eres la única esperanza del mundo" – alcanzó a escuchar las últimas palabras del Dr. Light antes de despertar.
Cuando abrió los ojos, entre asustado y molesto, pudo ver a Alia golpeando el cristal de la capsula en espera a que él reaccionara. Finalmente ésta se abrió, permitiendo que el azul saliera.
-¡X! ¡Han aparecido nuevos Mavericks de alta peligrosidad en la ciudad! – le informó mientras él aún salía de su lugar de descanso.
El hunter la quedó mirando unos segundos hasta que finalmente asintió con la cabeza. Salió velozmente de la habitación en camino al cuarto de teletransportación, seguido prontamente por Zero. Una vez allí, ambos se miraron unos momentos e iniciaron su misión.
Cuando finalmente llegaron al centro de Dopple City, se encontraron casi de frente con una gran horda de mechaniloids descontrolados, además de una cierta cantidad de reploids vueltos rebeldes.
-Muy bien – habló Zero, tomando su Z-saber. – Iniciando la misión.
Ambos tomaron distintas direcciones. X, sin embargo, solicitó a Alia la implementación de la Fourth Armor para facilitar el combate. Los estallidos dentro de la actualmente gran ciudad no se hicieron esperar, mientras que las piezas y el aceite comenzaban a cubrir sus calles.
Mientras Zero se encargaba de los mechaniloids con su poderosa arma y su, al fin completamente reparado, Z-Buster, X destrozaba a los mavericks de a grandes números al mismo tiempo. La gran capacidad y experiencia de ambos hunters permitió que limpiaran rápidamente la ciudad, mas ello tan sólo les permitió encontrarse a la entidad más peligrosa de aquel ataque: una versión más compacta y altamente mejorada de Eregion.
El dragón, ahora de colores negro y rojo sangre, rugía con furia mientras sus garras destrozaban los edificios que se encontraban a su paso. Tanto Zero como X sonrieron ante lo que consideraron una extraña broma y se apresuraron a combatir a la mole; sin embargo, fueron casi instantáneamente repelidos con unos cañones ocultos en el pecho de la bestia, para ser rematados con una llamarada a altísima temperatura proveniente de su boca.
Este nuevo Eregion podría ser casi la mitad del tamaño de su versión original, pero estaba claro que ahora era el doble de poderoso.
Mas ello no redujo los ánimos de los hunters, quienes rápidamente se repusieron y volvieron al ataque. Moviéndose por los flancos, cada uno pudo dar un golpe certero en las patas de la gran máquina… sin efecto.
-¿Qué? – preguntaron a la vez, para luego ser atrapados por las garras del dragón.
Ambos fueron puestos cerca de la altura de la cabeza de la máquina, listos para ser atacados con una gran cantidad de arsenal oculta bajo las piezas de armadura que componían su cuerpo a la vez que eran estrujados.
-¿Qué está pasando? – preguntó X, tratando de hablar bien pese a la compresión. – Nuestras armas no surten efecto.
-No habíamos estado en este aprieto desde que combatimos a High Max – agregó Zero, sufriendo de igual manera.
Sin embargo, tal acotación permitió a ambos tener una idea de cómo destruir al mechaniloid que estaba a punto de acabar con ellos. Zero ejecutó el chip de mejoras, tornándose negro, mientras que X acumulaba toda la energía de sus celdas de poder.
Con el gran poder liberado en aquella medida desesperada, Zero logró moverse entre las garras de Eregion y saltó a su pecho para abrir un gran tajo entre sus gruesas capas de armadura.
-¡Ahora! – gritó Zero, saltando.
Sin esperar otro momento, las turbinas de la Fourth Armor se encendieron, forzando la liberación de X, para luego desatar el poderoso Nova Strike directo en la apertura hecha por Zero, atravesando completamente al mechaniloid a través de su fuente de poder.
La explosión fue tan grande que el área fue completamente masacrada, dañando considerablemente al par. Aún así, ambos fueron capaces de ponerse de pie y reunirse, jadeando estruendosamente debido a la gran cantidad de energía utilizada.
-Realmente nunca esperé llegar a eso – reconoció Zero, con cierta molestia.
"X, Zero" – se escuchó la voz de Signas a través del transmisor de ambos. – "Misión cumplida. Vuelvan a la base."
-Afirmativo – respondieron ambos al unísono, siendo prontamente teletransportados de vuelta a la base principal de los Maverick Hunters.
Apoyándose el uno al otro, entraron lentamente al cuarto de comando, siendo rápidamente ayudados por los Life-Savers que les estaban aguardando.
-¿Cuál es la situación? – preguntó Zero.
-¿Cómo va el chequeo de la ciudad? – preguntó X, por su parte.
-Se ha analizado toda la zona de la ciudad y sus alrededores – reportó Signas al dúo. – Sin embargo, el daño colateral ha sido demasiado grande para decir que la ciudad se ha salvado; se ha establecido medidas necesarias de evacuación inmediatas hasta que podamos manejar la situación.
-¿A qué te refieres? – interrumpió Zero, un tanto confundido.
-La gran horda de mavericks que han destruido ha sido simplemente el primer ataque – explicó el comandante. – Hemos detectado mavericks de altísima peligrosidad en el mundo, y es de esperar que cada uno venga con una fuerza de ataque semejante a la que vimos en la ciudad.
-¿Altísima peligrosidad? – soltó X.
-Hemos detectado a Vile, Bit, Byte, Colonel y High Max – continuó Signas. – El paradero de tres de ellos ya ha sido determinado, pero hemos perdido el rastro de Bit y Byte.
-¿Cómo pueden estar vivos? – preguntó Zero, confundido. – Nadie tiene tal capacidad para reconstruirlos a todos sin que nos diéramos cuenta, y de un día para otro… menos sin la tecnología de replicación de Lumine.
-Pero eso no significa que sea imposible para alguien con la capacidad adecuada – se escuchó una voz detrás de ellos, desde la entrada del cuarto de comando.
-¡Dr. Gate! – saludó X, sorprendido. – Es bueno verlo totalmente recuperado al fin.
-Gracias, X, pero sabes que no lo merezco – respondió el aludido, con una triste sonrisa. – Lo que hice fue terrible y aún así me diste una nueva oportunidad, y junto a quien quería – mencionó, con un disimulado desinterés, especialmente porque lo último hizo que Alia se sonrojara un poco.
-¿Qué quiere decir con que es posible que estos mavericks pudieran volver al funcionamiento tan rápido y directamente bajo nuestras narices? – preguntó Zero, yendo como siempre directo al grano.
-Aún no sabemos ciertamente si la tecnología de Lumine ha muerdo junto a él, mas es demasiado probable que a más de alguien se le haya ocurrido utilizar los planos de Axl tal y como él lo hizo – argumentó el morado. – Lo único medianamente alarmante es que, al parecer, cada uno de ellos tiene una considerable mejora. Es por esto último que creo que en realidad tenemos un genio detrás de esto.
-Lamentablemente no podremos obtener el detalle del origen de todo esto – dijo Signas, pensando en las prontas medidas a tomar. – Es necesario que se ocupen de esta amenaza cuanto antes; estaremos buscando algún rastro o pista mientras están en la batalla. ¡X, Zero! ¡Vayan inmediatamente a recargar sus celdas de poder y encárguense de la misión!
-¡Sí, señor! – respondieron ambos al unísono, poniéndose firmes.
-Ah, Doctor – llamó X antes de retirarse. – ¿Cómo se encuentra Axl?
Gate lo quedó mirando unos instantes hasta que finalmente agachó la mirada, negando con la cabeza.
-Axl es una tecnología desconocida para mí, sobre todo siendo un prototipo de su propia clase – respondió Gate, con sinceridad. – Aun cuando el golpe recibido fue mínimo, aún no logramos reactivarlo… y no sabemos por qué.
-Rayos – soltó el azul. – Si tan solo Dr. Caín aún se encontrara con nosotros… él tendría las respuestas…
