Debido a la urgencia de estrenar un nuevo cuadernillo que me regalaron, escribí este fic. Es algo así como un intento de hacer algo que SÍ sea probable en los libros de Jo. Y ¿Por qué digo esto? Porque es un Harry POV (es decir, punto de vista). Todos sabemos que nunca vamos a tener la oportunidad de leer la versión oficial de la declaración de Ron y Hermione desde una distancia agradable (esto parece política mas que cualquier otra cosa XD, el comienzo de clases me afectó) Bueno, basta de chacharas, vayamos a este R/Hr y feliz lectura.

Bajo el efecto de la cerveza de manteca

La ceremonia en el patio de La Madriguera ya había terminado. Las sillas que habían estado dispuestas en hileras ahora rodeaba las mesas y estaban ocupadas por los invitados que terminaban de llenarse con el abundante banquete y habían vaciado cantidades sorprendentes de botellas de cerveza de manteca, hidromiel y vino de elfos.

-¡Me niego a ingerir algo hecho por las manos de los elfos! –Se quejaba Hermione mientras un pequeño hombre con acento francés le ofrecía el corcho de la botella para que la aprobara- ¡Y ustedes que pertenecen a la Pe. E. De. De. O deberían hacer lo mismo!

-Hermione ¡¿Podrías disfrutar por un segundo de la fiesta y dejar de pensar en esa estúpida asociación por una vez en tu vida?! –acusó Ron ya harto.

-¡Ron! –dijo la chica enseguida en un tono muy alto y poniéndose de pie- te recuerdo que vos también perteneces a esa estúpida asocia…

-¿Y cómo puede ser… -interrumpió Ron- …que ahora te niegues a tomar algo hecho por los elfos después de seis años de comer todo lo que hacían en Hogwarts?

-¡NO ME INTERRUMPAS MIENTRAS HABLO! –gritó Hermione en un tono tan alto que hasta la banda dejó la canción a la mitad para ver que era lo que sucedía.

-¡Chicos, basta! –dijo Harry en un tono discreto y haciendo una seña al resto de los invitados y a la banda indicando que no pasaba nada.

Hacía tres días que el trío estaba reunido en La Madriguera y Harry no podía recordar ni un episodio en el que Ron y Hermione hayan estado más de cinco minutos sin discutir por el hecho más insignificante.

Las cosas se ponían cada vez más tensas entre ellos y Harry se preguntaba en ese momento si no sería una buena idea poner a sus amigos bajo el efecto de la cerveza de manteca para ver si las cosas se aclaraban de una vez. Aunque se sintió un mal amigo por pensar en eso, también concluyó que si no lo hacía iba a estar siendo egoísta al someter al resto del mundo a semejante pesadilla.

Ahora Hermione estaba sentada dándole la espalda a Ron, y éste continuó comiendo, al parecer intentando hacer como si nada hubiese pasado, pero Harry notó sus orejas de un rojo brillante, lo que indicaba que estaba enojado o muy avergonzado.

Harry se acercó a Hermione y le habló calmadamente, con el cuidado con el que se trata una bomba, para evitar que vuelva a estallar.

-Vas a tener que tomar algo para pasar lo que comiste –y le ofreció un vaso extremadamente grande y lleno hasta rebalsar de cerveza de manteca. Ella lo aceptó sin mirarlo y de un solo sorbo lo dejó a la mitad.

Harry no pudo evitar que se le escape una sonrisa, pero se dio vuelta para llenarle el vaso a Ron, por lo que nadie lo vio.

Dos vasos… Tres vasos… Ron llevaba la delantera porque ya había estado tomando antes de que Harry le ofreciera y se lo veía muy contento hablando sueltamente con un primo de Fleur que no entendía ni una palabra de lo que Ron le decía, pero se reía de los intentos del chico por explicar algo en un Francés que parecía una mezcla de árabe y duendigozna. Hermione ya estaba bailando una canción muy movida con Ginny, pero Harry evitaba mirarlas para no tentarse y sacar a bailar a su ex novia.

Ya habían pasado varias horas desde que la fiesta había comenzado y se veían bastantes signos de eso. Los señores Weasley bailaban completamente fuera del ritmo y varios franceses pedían a los gritos unas canciones desconocidas a la banda que se veía muy cansada y sus integrantes comenzaban a tomar agua cada vez más seguido. En una o dos ocasiones Harry creyó haber visto al cantante y al baterista tomando algo como una pastilla, pero enseguida recordó que eran magos y que seguramente tendrían muchas otras cosas más a las cuales recurrir antes de de los insalubres métodos muggles para mantenerse despiertos y con energías.

Al término de una canción, Charlie se acercó a su mesa y con la varita apuntó a una fila de copas que hicieron un canturreo muy llamativo para que le presten atención.

-Ya sé que ya hicimos el brindis y todo, pero ahora, como padrino, me gustaría darle introducción a una de las partes más interesantes de las bodas: ¡Los lentos! –Hubo una serie de chiflidos y aplausos aislados- Así que consíganse una pareja rápido, aprovechando la soltura por el alcohol y disfruten la cercanía del cuerpo ajeno…

-¡Suficiente Charlie! ¡Gracias! –gritó el señor Weasley y muchos empezaron a reír.

Harry pensó que ese era, como Charlie había dicho, un momento que debía aprovechar. Con buena excusa tomó a Ron por un brazo y lo arrastró hasta donde Hermione y Ginny seguían bailando. La canción (que no era movida, pero que tampoco llegaba a ser un lento) estaba terminando y estaba por llegar la oportunidad.

Harry miró significativamente a Ginny y le señaló con la cabeza a Ron que venía detrás de él con aire muy distraído. Al parecer Ginny captó lo que Harry pretendía.

-¡Hermione! –Dijo gritando por encima de la música- Voy a bailar con Harry, ¿te molestaría ocuparte de mi hermano?

Hermione abrió la boca para quejarse, pero Ron ya estaba frente suyo y Harry y Ginny caminaban rápido hacia el otro lado de la pista de baile.

-Es hora de que esos dos se decidan de una vez por todas a declararse –dijo Ginny.

Harry, por motivos obvios, estaba nervioso pero se estaba esforzando por no demostrarlo. Se lamentó por un instante no haber tomado nada con alcohol, eso podría haber ayudado para que se soltara un poco, pero reconoció enseguida que bien sobrio tenía control sobre sus acciones y así evitaría que pasase la raya con Ginny.

-Creo que los dejé en el estado perfecto para que se olviden de las diferencias y se dejen llevar un poco por otra cosa que no sea el orgullo –dijo Harry finalmente. Habían pasado unos minutos desde que había hablado Ginny y el comentario había quedado completamente descolgado. Pero ese tiempo había sido indispensable para Harry porque lo había usado para formular la frase y no quedar como un idiota, cosa que no resultó.

Ahora ya estaban bailando muy juntos y Ginny había pasado los brazos alrededor del cuello de Harry muy cómodamente y descansaba su cabeza sobre el hombro de él, mientras que el chico intentaba mantener el menor contacto posible con la cintura de ella.

-¡Me haces cosquillas! –dijo Ginny en un susurro muy seductor y Harry tuvo que echarse un poco para atrás para que ella no notara su vergüenza y puso más firmemente sus manos en la cintura de ella.

La canción terminó y empezó una muy empalagosa.

-Esta es la canción preferida de Ron –dijo Ginny entusiasmada.

Harry se sorprendió mucho por este pequeño detalle: hacía siete años que conocía a Ron y jamás habían hablado sobre sus temas favoritos; siempre habían preferido hablar sobre las noticias, o muertes, o planes de los dos bandos del mundo mágico.

-¿No es un poco… melosa para Ron? –preguntó Harry divertido.

-Yo le dije lo mismo el día que lo confesó. Creo que después tuvo que gastar un extintor muggle de papá para apagarse las orejas.

Harry estalló en una carcajada al imaginarse a su amigo en esa situación, pero Ginny hizo que se callara cuando se separó de él y le dio un codazo para que mire en la misma dirección que ella.

Ron y Hermione bailaban muy juntos, ella posaba su cabeza en el pecho de él, que era hasta donde llegaba, casi por debajo de los hombros y tenía sus brazos flojos colgando por detrás del cuello de él, conectando ambas manos con la punta de los dedos índices entrelazadas.

Él le hablaba al oído y ella se reía, al parecer Ron no experimentaba la misma sensación de inseguridad a la hora de agarrar a su chica por la cintura, pero era obvio que eso era otro efecto de la cerveza de manteca.

-Espero que Ron no haga nada estúpido –la voz de Ginny sacó a Harry de su ensimismamiento.

-Yo le tengo más miedo a las reacciones de Hermione que a la estupidez de Ron -dijo Harry seriamente, pero enseguida agregó-. Pero esto no es de mi incumbencia, mejor dejarlos tranquilos.

-Sí, tenés razón. Vamos a disfrutar de la canción de Ron –dijo Ginny y volvió a echar los brazos sobre los hombros de Harry.

Las parejas bailaban en toda la pista. Bill y Fleur, la nueva generación de Señor y Señora Weasley, bailaban y se reían y de vez en cuando iban a tomar una copa o posaban para fotos con los interminables parientes de las dos partes de la familia.

-¡Al fin terminó esta canción! –dijo Harry y se despegó un poco de Ginny.

-Sí, la verdad es que el meloso de Ronnie no tiene un muy buen gusto.

-Hablando de él, ¿en dónde se metió con Hermione? –preguntó Harry con una mezcla entre curiosidad, espanto y alegría.

-Tal vez aquella masa marrón y roja –dijo Ginny señalando una silla- que están sentados en… ¡OH! ¡Qué desagradables! ¡Ese es mi asiento!

Y ahí estaba; la imagen que ya todos habían imaginado era ahora una realidad: Ron y Hermione se estaban besando, y lo único que pensaba Harry en aquel momento era en la reacción de su amiga cuando recordara que la noche anterior, estando ebria, Ron se había "aprovechado" de ella…

Espero que les haya gustado, a mi me agradó bastante el resultado, a pesar de que no me gusta esto de hacer fics desde el punto de vista de Harry, eso es la especialidad de Rowling. Como me quedé yo misma con las dudas, decidí escribir la "continuación", por así llamarla, de esta historia. Sería lo mismo, pero visto del lado de Ron y Hermione, ¡así sabremos como fue que llegaron hasta el asiento de Ginny! Este otro fic se va a llamar "Fresco como… ¿pomelo?" Lo sé, suena incoherente, pero léanlo cuando lo publique y verán por que lo del título, la verdad es que tiene bastante humor para aquellos que disfrutan de reírse, y también romanticismo, para aquellos que escuchan canciones como la melosa de Ron XD

Reviews, por favor… no cuesta nada y es una alegría para el que se sienta del otro lado de la pantalla.

Saludos,

♪Catalina♪