Hola sempais :D, Mary les da la bienvenida a su primer fic SasoZetsu (debo agradecerle a Deidara-Inuzuka, cuyas historias de ambos siempre me han hecho alucinar con la pareja, pero que apenas me digno a hacer uno ^^U)

Por eso mismo, este capítulo se lo dedico a Deidara-Inuzuka. Por favor, espero quie te guste, sempai ^^

Espero que lo disfruten, da~

Naruto no me pertenece, es de Masashi Kishimoto. Si fuera mío... Ninguno de mis sempais Akatsukianos habría muerto ¬¬U

ADVERTENCIA: Yaoi, le cambié el sexo a Zetsu, porque como mujer... me parece una ternurita X3, porible OC en los personajes.


*/*~*~CARTAS A ZETSU~*~*/*

1.

(~*~SILENCIO~*~)

SASORI PO´V

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Miró de nuevo el papel en blanco, en mi mano una pluma que parece haber perdido la cualidad de escribir. Sé que el que no sabe qué decir soy yo, que no puedo escribirte ni una mísera carta, ni unas cuantas líneas que expresen lo mal que me siento al saber que… al saber que te irás. De tan solo pensarlo se me hace un nudo en el estómago.

He imaginado años, que el pasto donde siempre me recuesto son tus bellos cabellos que me cosquillean la piel, y que el sol que me calienta son tus ojos resplandeciendo por mí. ¿Dónde están? ¿Por qué ya no están a mi lado, como antaño mientras ambos jugábamos en la piscina de mi casa? Tal vez me permitas el lujo de escribirte sobre tus cálidas manos sobre las mías, cuando susurrándome al oído con una sonrisa que todo iría bien. Mis lágrimas corrían todavía por mis mejillas y acercaste tu mano a limpiármelas, recuerdo que dijiste: "Deja de comportarte como estúpido y no llores, maldita sea. Tus padres lo que menos quisieran es verte así." ¿No dejé de llorar en ese instante? Incluso creo que me atreví a sonreír.

Miró la ventana con un deje nostálgico, la luna llena me recibe desde afuera con su luz. Y se me escapa una sonrisa de los labios.

Cuando veo la luna, tan junta a la noche, me recuerda a tu peculiar piel. Todos siempre te molestaron, pero tú los mandabas a callar ó, cuando no lo lograbas, los ignorabas y te apartabas de todo. Casi siempre te encontraba sentada en un rincón del salón, callada. Siempre estabas escribiendo en los cuadernos, cosas, que solo a mí me llegaste a enseñar.

Eran historias muy interesantes… teniendo en cuenta de que la mitad de ellas hablaban de sangre, muerte y perdición. Uno podría decir que la primera vez que me las enseñaste, me dieron escalofríos. Pero después, dejó de suceder, y supe apreciar con cuanta calidad estaban escritas. Una que otra vez, cuando ambos íbamos en la secundaria, llegaste a escribir una historia de amor (supongo que ninguna chica se escapa a ello, ni siquiera tú) y me pediste que querías que las representara con marionetas.

Nunca llegué a mostrar una en el salón de clase, pues era más bien un hobby que compartíamos ambos, como todo desde que tengo memoria. Pero tú siempre estabas presente, y me aplaudías enérgicamente, mientras sonreías.

No recuerdo bien cuándo fue que mi corazón comenzó a acelerarse estando cerca de ti. Quizá fueron los constantes abrazos y susurros que te dirigía cuando todos te rechazaban. Eres mi amiga. Siempre lo has sido y siempre lo serás. Así como tú estuviste conmigo cuando mis padres murieron, quiero estar contigo para todo lo que necesites.

Eso me trae de nuevo a la realidad. Te irás, ¿verdad que sí?

Se suponía que este día iba a ser tan normal, y termino siendo un fiasco. ¿No podré volver a estudiar contigo, ni a ver películas? ¿No podré hacerte cosquillas mientras reímos ambos como locos?

Sentir tu respiración sobre mi piel fue siempre mi cosa favorita. Siempre imagine que me atrevería a acercarme a tus labios y besarte, aunque te pusieras bipolar de repente y me golpearas. Con un segundo, con uno solo que me correspondieras y aferraras tus manos a mi cuello, tendría suficiente para toda una vida. Nunca me atreví a decírtelo y observaba en silencio mientras te pasabas los mechones de cabello verde detrás de la oreja y te ruborizabas. Siempre observe en silencio cuánto suspirabas al encontrarme viéndote y mientras giraba la mirada a otro lado, procurando fingir que no había sucedido nada.

¿Se acabo?

Zetsu. Mi querida amiga, ¿nos alejaremos y me olvidarás?

Zetsu… entre mi silencio, los secretos guardados que nunca te he dicho y nunca tendré el valor de decirte… escucha el susurro del viento, como siempre me dijiste que hiciera en momentos de soledad. Desde aquí, siempre deseare que tú escuches mis latidos, esperando por ti. Sabes cuánto detesto esperar, pero por ti lo haré, aunque no lo sepas, aunque no te lo diga… porque, ¿sabes?

Te amo.

El viento golpea en mi rostro mientras pedaleo hasta la estación de trenes. Ella vas atrás, abrazándome con fuerza, su pecho sube y baja mientras más se pegas a mi espalda y no puedo sino pedir que no escuche los acelerados latidos de mi corazón, que parecen retumbar como tambores.

–No tienes que hacer esto, si no quieres – me dijo mientras me detengo en una de las calles –Te dije mil veces que yo podía llegar sola.

–Quiero hacerlo – le contesté mientras giraba la cabeza atrás –¿No te das cuenta de que esta es la última vez que nos veremos antes de que te vayas, Zetsu?

Le sonreí, pero creo que no pude ocultar la tristeza en mi voz. Ni en la mirada.

¡Ya lo sé! No tienes que repetírmelo.

Reí nerviosamente. Volví a pedalear cuando el semáforo se puso en verde.

Parece que a ti te da igual, Sasori baka – me dijo de repente.

Casi frenó y nos tiro a ambos.

–¡No digas tonterías, Zetsu! – grité, ofendido –Me insultas si piensas eso siquiera.

–Es que no pareces triste, ni nada.

Por fin llegamos a la estación de trenes, Zetsu bajó lentamente y yo la imite, dejando la bicicleta y poniéndole el seguro, en silencio. Cuando la veo ella se ha sonrojado.

–Escucha Zetsu… eres mi amiga y te voy a extrañar – le dirigí una media sonrisa y me acerque a ella para pasarle un brazo por el hombro –No seas tonta. Solo quiero lo mejor para ti.

Ella suspiro mientras entrabamos. Compré el boleto.

–Te voy a extrañar mucho, Sasori – me dijo, una vez frente a la vía –La verdad… no quiero irme de aquí.

Yo tampoco quiero que te vayas, me hubiera gustado decirle, pero lo único que hice fue abrazarla con fuerza.

–Estarás bien – le susurre al oído y noté como ella se tensaba, así que la solté –Siempre me dijiste eso.

Pero tú no eres un subnormal. – Susurro con amargura –Eres muy apuesto, y…

Abrí los ojos, sorprendido y Zetsu bajó la mirada, avergonzada.

–Zetsu…

¡No digas nada! Yo, no dije nada… solo olvídalo.

Abrí la boca para decir algo, pero justo en ese momento el tren se detuvo frente a nosotros. Zetsu asintió cuando las puertas se abrieron.

–Debo irme… – susurro y me miró –Sasori…

Me atreví a acomodarle un mechón detrás de su oreja, ella suspiro y cerró los ojos.

–Eres… – susurre mientras me acercaba peligrosamente a sus labios –Eres…

–¿Sí? – susurro sin abrir los ojos.

–Eres… – suspire, resignado –Una buena amiga.

Zetsu abrió los ojos y parpadeo con el ceño fruncido.

¡Sasori baka! Yo pensé que ibas a…

Un timbrazo nos saco de nuestros pensamientos. El tren estaba a punto de cerrar la puerta y Zetsu hizo una mueca molesta. Se metió al tren y me miró con una sonrisa amarga.

–Zetsu… – susurre, antes de que ella sacara de su mochila una libreta y me la arrojara prácticamente en la cara –¿Qué es…?

Es para ti, Sasori baka. Lo que escribí en los últimos meses.

–Pero ya lo leí… – susurre –Está muy bueno, podrías mandarlo como…

Es otro, idiota – me contestó mientras giraba a ver otro lado –En este yo quería decirte que…

Cuando las puertas del tren se cerraron, miré a Zetsu, que levantó la mirada y me grito algo. No escuché que era.

–¿Qué? – grité y ella volvió a decir algo, pero seguía sin escucharla. El tren comenzó a avanzar y yo caminé con él, cuaderno en mano –¡No te escucho!

Ella comenzó a correr vagones mientras el tren me dejaba atrás y comenzaba a correr.

–¡Zetsu!

Cuando el último vagón era lo único que podía ver, Zetsu todavía me gritaba algo, pero yo no escuché. Me quede parado atónito, antes de correr a donde mi bicicleta. Me monté sobre ella y comencé a andar lo más rápido que pude detrás del tren.

Jadeaba y mis piernas ya me dolían, podía divisar el tren, más no aspiraba a alcanzarlo si quiera. Agotado mi velocidad fue parando cada vez más hasta que tuve que parar. Miré el tren alejarse. Quería pensar que volvería a verla, pero…

El tren se perdió en la distancia y me resigne a que sería mejor no guardar esperanzas.

TO BE CONTINUED.


Lo sé, esta cortito, pero espero que les haya gustado y dejen un review ^^ porque Mary quiere dejar conti.

Claro, ¿o pensaban que así se quedaría O.Ó?

Bueno, espero leerlos. Arigato~