Nuera

Cuando lo vio preocupado por la muchacha lo sospechó, pero cuando lo vio besarla no le cupo la menor duda. Su hijo del futuro había desarrollado sentimientos terrícolas de amor por aquella muchacha y eso no dejaba de incomodarlo en cierta forma que no comprendía muy bien.

Había visto a su versión más joven correteando por los pasillos. Pero sabía que, a pesar de ser la misma persona, no eran iguales. Y eso era totalmente lógico, pues en definitiva la vida de ella debió haber sido difícil, al igual que la de su hijo. Pero había algo más que lo desconcertaba, pues a pesar de parecer una joven, actuaba casi como su propia mujer, lo único que las diferenciaba era que la chiquilla en cuestión era bastante reservada.

Ese día estaban celebrando la derrota de Gokú Black y la despedida de los jóvenes. Estaban todos reunidos en la terraza, disfrutando de la conversación y de buena comida.

Pero de un momento a otro, la vio alejarse del grupo por el rabillo del ojo y decidió seguirla. No era que le importara realmente, pero sintió que tenía el deber de saber si era o no apta para unirse a su vástago, lo que atribuyó a su posición, tanto como padre y como príncipe de su raza.

Cuando la alcanzó, ésta estaba en el jardín, contemplando el firmamento.

- ¡Señor Vegeta! – exclamó ella sorprendida, cuando lo vio parado a unos pasos de distancia.

-Hmn… - fue lo único que hizo él por respuesta.

Mai suavizó su mirada y le preguntó, con algo de indecisión.

- ¿No le gustan las reuniones?

-Al parecer no soy el único.

Ella se sonrió.

-No es que me desagraden realmente, señor… Es solo que me cuesta mucho fingir en ellas… Pero supongo que no está aquí por eso…

-Supones bien… Pero responde ¿a qué te refieres con fingir?

- ¡Oh! No es la gran cosa…- intentó explicarse algo sobresaltada, agregando más calmada después - Creo que se debe a la forma en que me críe – volvió su vista al cielo y dijo – Cuando era niña solía vivir en una base militar con mi padre, rodeada de hombres rudos y armamento. Luego me uní a un pequeño ejército y después – hizo un alto para agregar con un tono más melancólico – después aparecieron los androides… Toda mi vida he estado luchando e intentando sobrevivir, por lo que las reuniones sociales no se me dan muy bien…

El hombre comprendió a la perfección a lo que se refería la muchacha. Pero algo no le cuadraba en la historia, por lo que le comentó

-Sé que no es de mi incumbencia, pero ¿no eras demasiado joven para unirte a un ejército?

Los ojos de la chica se abrieron en sorpresa, pero enseguida le comentó, volteando a verlo con una sonrisa en sus labios

-Por eso le dije que no era buena fingiendo…

El hombre se la quedó viendo un momento, pero enseguida desvió su mirada, frunciendo profundamente y se cruzó de brazos, para decir

-Me basta con saber que no finges con él…

-No, yo no sería capaz de…

- No me refiero a tu comportamiento – la interrumpió él.

-¿?

-Tu pasado es oscuro al igual que el mío… - volvió a mirarla a los ojos para agregar - Y si Trunks te acepta con él, será porque realmente le importas… Así que no lo arruines.

Dicho esto, el hombre dio media vuelta y volvió al interior de la propiedad, mientras la muchacha se lo quedaba viendo con una sonrisa.

Llegó donde estaba su mujer y tomó asiento junto a ésta. Bulma, sin mirarlo directamente, le comentó de inmediato

-No creas que no sé dónde andabas…

Él se cruzó de brazos y le respondió, molesto, mientras se recostaba en el respaldo de su silla

- ¡Hmp! Deja de hacerte la sabelotodo.

Bulma se sonrió y lo miró directamente para preguntarle

- ¿Qué opinas de tu nuera?

-Hmn, supongo que está bien – le respondió con frialdad, cerrando sus ojos un momento.

-Lo sé… No por nada mi otra yo la acogió de inmediato.

-Tu otra tú es igual de idiota… - le soltó él, con la clara intención de fastidiarla.

Pero Bulma no se lo tomó así. Le sonrió burlesca y le respondió

-Ja, ja, ja… Supongo que debido a eso tu otro yo la eligió también… - enseguida miró a su hijo que platicaba con sus amigos y agregó, con algo de ternura – Trunks en ese sentido se parece mucho a ti…

-Te equivocas... él es un sentimental sin remedio – le respondió Vegeta, molesto.

-No, Vegeta… - negó ella, volviendo a ver a su esposo - Me refiero a que se terminó enamorando de una persona que solía tener ideales muy distintos a los suyos…

- ¡Tsk! – hizo para enseguida voltear a verla y decirle - No digas tonterías… Es solo una chiquilla terrícola, igual o peor que las demás…

-Aunque te disguste, ella es de tu agrado ¿cierto?

El hombre volteó su vista, incómodo. Pero en el fondo debía aceptar que aquella muchacha era la indicada para su hijo, pues al igual que él mismo, había pasado por toda una dolorosa metamorfosis antes de llegar a ser quien era.

En eso vieron que Mai volvía a la terraza y que se acomodaba junto a Trunks, comentándole algo al oído.

Vegeta no pudo evitar comentar

-Hmn, si Trunks está con ella, es su maldito problema…

-Si con "maldito problema" te refieres a que la ama, estoy de acuerdo contigo... Por lo mismo, deberás aceptar que serás abuelo muy pronto…

-Bah, esas tonterías me tienen sin cuidado… Además, yo no soy su verdadero padre - le respondió él. Pero no pudo evitar ver a su hijo del futuro con un dejo de orgullo.

Bulma no pudo evitar sonreírle a su esposo con ternura.

-Lástima que se marchen mañana… - comentó finalmente su mujer - Me hubiera gustado mucho que se quedaran un tiempo más.

Vegeta no dijo nada, solo se quedó viendo a la joven pareja. Él también pensaba así, pero lo quisiera o no, ese muchacho no era realmente su hijo y debía continuar con su vida. Solo le quedaba esperar que la vida de su hijo, de ahora en adelante, fuera tan gratificante como la suya junto a la compañera que había elegido.

Fin