Los personajes le perteneces a Masashi Kishimoto, yo solo los tomo prestado sin fines de lucro.
Esta historia es de mi autoría y su único fin es entretener.
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Resumen: Ellos cometieron un error y ahora había que remediarlo. Sasuke quedo en el medio y las dudas lo invadían.
¿Que se supone que tenía que hacer? Cada vez estaba más cerca de perder el control.
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Advertencia: Este fanfic puede contener lenguaje vulgar y escenas violentas.
Rating: M ~ +18
Sobrenatural.
Universo alterno.
Romance.
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Este es mi pequeño grano de arena
¡Feliz SasuKarin month!
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Control.
Prologo.
Sasuke quedo helado cuando su cerebro proceso lo que sus ojos captaron.
En el suelo había una niña de no más de doce años. Una niña humana.
Él nunca había tenido contacto con muchos humanos pero no necesito hacerlo para saber que lo que sus ojos veían no era más que un simple retoño.
Ver la niña lo lastimaba. Era como ver una pequeña flor destrozada por mero egoísmo.
Estaba desnuda en posición fetal. Su sucio cabello rojizo empapado en sangre tapaba gran parte de su rostro. Sus extremidades estaban lastimadas, mordiscos cortaban su piel y donde no había heridas había cicatrices recientes. En la parte externa de la pierna había un corte profundo, el mismo que dejo el charco de sangre en el que ella estaba recostada.
¡Mierda! Estaba acostada en su propia sangre.
Su cuerpo además de estar destrozado estaba suicido y delgado. Podía notar como sobresalían las costillas cuando se esforzaba por respirar.
Era una cosa tan pequeña e indefensa… y aún vivía.
Su respiración era lenta y ligera, pero estaba ahí.
Concentro su sentido del olfato tratando de buscar la esencia de los culpables. Maldijo, el olor dulce de la sangre lo distraía. Se esforzó para apartar el olor de la niña y seguir buscando hasta que el olor a sexo mancillo su olfato y supo que esa niña fue profanada de todas las formas existentes.
La usaron como alimento, y por las cicatrices debían reutilizarla hace algún tiempo.
Y también la usaron como juguete sexual.
¿Hace cuánto tiempo estaba cautiva?
Sintió asco por su propia especie.
¿Quién podía ser capaz de hacer algo así?
Se alimentaban de sangre, sí. Pero no torturaban por placer, no estaba en sus instintos.
Una extraña sensación tiraba intentando adueñarse de él.
Quería matar a todos lo que hicieron eso. Deseaba arrancarles la piel de a jirones. Cortarlos en pedazos y disfrutar escuchándolos gritar. Escucharlos suplicar por su vida diez veces más de lo que la niña suplico por que se detuvieran.
Él era reconocido en su generación por mantenerse siempre a raya, por controlar cada una de sus emociones y mantener la distancia. Sus misiones siempre eran un éxito porque podía mantenerse bajo control.
Ahora no se sentía bajo control.
Quería destruirlo todo.
Se sentía perdido, no sabía cómo actuar.
Tomo todo de él no salir corriendo en busca de los culpables.
Tenía que hacer algo y tenía que hacerlo ya.
Iba a ayudarla primero, quería que un curandero la viese. Podía llamar a uno, solo que tenía que salir de aquel asqueroso lugar y enviar una señal… ¡Maldición! tenía miedo de dejarla sola y que muriera. Ya suficientemente dura era su vida como para morir sola en un lugar así. Pensó en abrigarla y sacarla de ahí, lo detenía saber que moverla no era la mejor idea de todas.
Por un segundo una idea cruzo su mente y lo hizo sentir culpable.
¿Y si acababa con su sufrimiento?
Su vida estaba arruinada. Estaba agonizando ¿Por qué perpetuar su agonía? Incluso si lograran salvarla… sería tan duro para ella.
Ya había visto lo peor del mundo. Nunca nadie le devolvería su inocencia.
¿Quien querría vivir luego de algo así?
Tomo el mango de su katana dispuesto a desenfundarla, estaba tomando valor justo cuando la pequeña se removió haciendo que se detuviera.
El cabello rojizo se entreabrió dejando ver unos ojos rojos que lo observaban llenos determinación.
Sus ojos eran peculiares, le quitaron el aliento.
Ella era humana, olía como una. Pero esos ojos y esa determinación no parecían propios de un humano.
La pequeña no dijo nada, no suplico. Simplemente clavo su vista en la de él e intento moverse para ponerse en pie.
Aprovechando el contacto visual intento plantarle una compulsión más le fue imposible. La humana tenía un bloqueo demasiado duro. Si intentaba forzarlo podría matarla, más en la condición que se encontraba.
―¿Quieres vivir? ―Le pregunto dejándole a ella la difícil decisión.
Ella respondió lo que sus ojos revelaban. Se aferraba a la vida.
―S-Si ―Fue lo único que logro responder antes de caer inconsciente.
Sasuke cubrió con su capa el cuerpo maltrecho y la tomo en brazos. Había hecho lo que pudo vendando la herida principal para detener la hemorragia.
No sabía si era posible que un humano sobreviviese a tal pérdida de sangre pero estaba por averiguarlo.
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Hace un millón de años no escribo Sasukarin.
Espero que les guste.