Avatar oscuro

Eres el Avatar, no una máquina

Una suave brisa entró por la ventana ligeramente abierta para así refrescar en la cálida noche a la chica de piel color chocolate, Korra o mejor conocida como el Avatar, el único ser en la Tierra capaz de dominar los cuatro elementos: Agua, Tierra, Fuego y Aire. El único ser que puede llevar equilibrio al mundo tanto material como espiritual pero según el tiempo ha pasado y desde que el primer Avatar; Wan, ha separado y cerrado los portales hacia el mundo espiritual, cada vez es más difícil entender como humanos y espíritus lograban relacionarse entre sí cuando ahora eso es casi imposible.

Pero, según la historia este portal fue cerrado por una buena causa para que así el espíritu Vaatu, que es el caos y obscuridad no se liberé de la cárcel en la que lo sometió el espíritu de la paz y luz, Raava. Y es el deber del Avatar mantenerlo tal y como está, si no quiere que sea una lucha eterna de nuevo entre Vaatu y Raava, ya que Raava en un tiempo donde Wan accidentalmente los separó, cayendo en el engaño de Vaatu, liberó el caos haciendo que Raava se vuelva cada vez más pequeña cuando la obscuridad comenzaba a vencer a la luz, así que para mantenerla viva Wan se fusionó con ella.

Tiempo después pidió los poderes de los cuatro elementos a los Leones-Tortuga, que viendo el alma pura del chico para salvar al mundo de los espíritus y al mismo tiempo del espiritual, le concedieron los elementos, así siendo este el primer Avatar.

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Korra se removió en su cama lentamente, estirándose perezosamente para luego abrir sus celestes ojos, observando su alrededor de su cuarto en el Templo del Aire, sonrío al ver a Naga durmiendo tranquilamente haciendo de vez en cuando pequeños gemidos de placer que indicaban que estaba teniendo sueños dulces. Frotándose los ojos, la Maestra Agua se sentó al borde de la cama mientras olía el dulce olor del desayuno que entraba gloriosamente por sus fosas nasales, que enviaban automáticamente el mensaje de que estaba hambrienta.

Sin pensarlo dos veces comenzó a vestirse en su traje habitual de la Tribu Agua del Sur y corriendo hacia el comedor donde encontró a los pequeños Ikki y Meelo en sus pequeñas bolas de aire, persiguiéndose uno al otro alrededor de la mesa cuadrada, Korra no pudo contener una pequeña sonrisa mientras se les unía en su pequeña persecución en su propia bola de aire.

Después de vencer a Amón, Korra liberó sus verdaderos poderes del Avatar así consiguiendo efectuar el Aire Control que antes no lo lograba y también entrando al estado Avatar cuando ella plazca. Korra no sólo se volvió más fuerte sino por decirlo consiguió también que Aang, el antiguo Avatar, le devolviera su poder con los cuatro elementos que Amón había tomado en busca de la "igualdad" entre Maestros y No-Maestros, y que mejor forma que tomando los poderes del Avatar.

-Creí que por todo lo que ha pasado yo no te encontraría dando vueltas en una bola de aire junto a mis hijos, Korra- dijo de repente el Maestro Aire y tutor de Korra, Tenzin, haciendo que está pierda concentración, estampándose de cara contra el piso.

Sobándose su cachete rojo Korra se levantó a lo que respondió a su tutor- Y yo creo que tú debes relajarte un poco y dejarme divertirme un momento porque después de todo lo que ha pasado- dijo imitando la voz de Tenzin- creo que me lo merezco- sonrió triunfante antes de sentarse frente a la mesa.

Tenzin suspiró profundamente mientras masajeaba sus sienes, tratando de comprender a la adolescente, a la Avatar que jugaba el mismo inmaduro juego que sus hijos de ocho y seis años. En este caso si Tenzin se ponía a analizar el asunto, una adolescente casi mujer de dieciocho años contra un niño que le da miedo de tomar una ducha solo que jugaban el mismo juego era como si comparaban entre dos chimpancés, no importaba la edad simplemente eran chimpancés.

-Mira Korra, tu sabes que debes estar más relajada y… atenta, y más ahora que has abierto el portal del Sur hacia el mundo de los espíritus y ahora que sabemos lo que Unalaq quiere hacer debemos ser más prevenidos aún- Tenzin la miró con seriedad mientras Korra cruzaba sus piernas y apoyaba su cara en los puños de sus manos.

-Lo sé es sólo que necesito mantener mi mente en otro sitio, ya sabes para no estresarme… aún. Sólo quiero estar en calma hasta que yo realmente necesite enfrentarme en contra de mi tío.- Dijo mirando hacia sus manos, miedo y nerviosismo estaba claro en sus celestes ojos.- Sé que soy el Avatar pero no puedo evitarlo sino sentir miedo por enfrentarme contra Unalaq, ya hemos visto el poder que tiene sobre los espíritus y también su sorprendente Agua Control.- Terminó la oración girando la cabeza sin mirar a Tenzin a los ojos, no se atrevía. Para ser el Avatar era una gallina.

Tenzin sonrió un poco y colocó su mano en su hombro, mirándola como un padre orgulloso ve a su hija cuando está orgulloso de ella. Tenzin nunca lo admitiría pero ella era como una hija para él y también una gran Avatar, igual y con un poco de disciplina y pulimiento, ella podría llegar a ser hasta mejor de lo que Aang alguna vez haya sido. Y eso lo llenaba de orgullo.

-Korra, admitir que tienes miedo es uno de los primeros pasos para conocerse a uno mismo y aceptarse tal cual tu eres. Mi padre, Aang, también estaba lleno de dudas lo que le provocaba miedo y te aseguró que los otros Avatares también lo tuvieron alguna vez.- Tenzin apretó con un poco más de fuerza el hombro de Korra- Tú no eres sólo el Avatar sino también eres humana y eso implica que tienes sentimientos. Eres el Avatar Korra, no una máquina sin sentimientos.- Tenzin se paró para sentarse al momento en que Pema colocó el desayuno en la mesa, haciendo que todos por arte de magia se sentaran en la mesa, calmados y bastantes tranquilos. -"Parece que la comida calma a las bestias"- .Pensó Tenzin antes de servirse un poco de té de Jazmín y sorberlo poco a poco, pensando en los acontecimientos que se darán a cabo dentro de poco durante la Convergencia Armónica, muy en su interior Tenzin sabía que Korra podría vencer a su tío y hasta a Vaatu dado los peores de los casos como alguna vez Wan lo hizo, no la llaman la Avatar por nada.

Y es verdad, a Korra aún le esperaba un largo camino de aprendizaje y sabiduría pero él sabía que ella estaba lista, para está y muchas más pruebas que se le pongan en frente porque después de todo, ella era Korra. Alzó su mirada de su té para observar a su familia y sonrió pero un puesto vacío llamó su atención. –"Jinora"-. Pensó el Maestro Aire antes de preguntar a su hermosa esposa- Querida, ¿de casualidad no has visto a Jinora?- Preguntó en el tono más tranquilo que su entrenamiento le otorgaba.

Korra alzó una ceja observando el intercambio de dialogo entre Pema y su tutor, trataba de ahogar una risilla que seguro se le escaparía al pensar en la cara que pondría Tenzin en el momento en que Pema se lo contara.

-No está aquí presente ya que le mande a comprar unas cosas-. Dijo Pema en el mismo tono que su esposo mientras comía un poco de arroz. Tenzin miró a su esposa dubitativo antes de preguntar a su esposa de que se trataba, sabiendo de cierta forma que no le iba a gustar lo que iba a escuchar lo que iba a decir ya que su esposa siempre respondía directamente.- Y me puedes decir ¿qué clase de cosas la mandaste a comprar para que no esté aquí en esta importante hora del día?- Dijo tratando de sonar ofendido mientras Korra suprimía una risa.

Pema se acercó al oído de su marido y susurro el secreto, haciendo que la cara de Tenzin se ponga de todos los colores; rojo, verde, morado y finalmente blanco para levantarse y retirarse de la mesa con un aspecto no muy bueno. Korra no pudo más sino reírse a carcajadas y rodar por el suelo ante el aspecto de su mentor, los pequeños niños la miraban con curiosidad como si ella estuviera loca. Después de tranquilizarse y limpiar una pequeña lágrima que rodaba su mejilla, le preguntó a Pema.

-¿Se lo dijiste?-. A lo que Pema asintió con una pequeña sonrisa. Todo esto había sido plan de Korra ya que hoy Jinora le había pedido directamente y discretamente que si su padre preguntara por ella que ella o su madre le dijera que fue a comprar unas cosas y sabiendo lo curioso que es su papá, aunque no lo demuestre, estás respondieran que era cuando a las chicas les llegaba su "momento del mes". Así que Korra lo cumplió.

Mirando fuera de la puerta, Korra pudo ver a Jinora leyendo plácidamente bajo los rayos del sol mañanero, recostada contra un árbol con el libro "Aire Control: Más que poder, espíritu". Y siendo sinceros quién quisiera ser molestado cuando uno está en un ambiente tan tranquilo. Nadie.

Pero aun así Korra agradecía la oportunidad que Jinora le ofrecía para gastarle una broma a su mentor y la haya hecho olvidar un momento de sus problemas y sus deberes como el Avatar aunque sabía que en la noche las pesadillas la atormentarían así que prefería sonreír mientras pudiera.

Hola a todos! :D Esta es mi primera historia como pueden ver y será de un tema que me vino a la cabeza el día de ayer y entonces hoy me creé la cuenta en Fanfiction así que por favor sigan, denle a favorito y R&R! Actualizaré cada semana y hasta dos veces por semana, esté fue una pequeña entrada que hice para mostrar los miedos de Korra y como pueden ver Tenzin no se fue de vacaciones como en el Libro. Así que todos están juntos… por ahora.

No digo más y hasta la próxima mis Avatares. :3