Capítulo 1

Bienvenidos a Hogwarts

1 de septiembre de 1977

Luego de un largo verano en casa de sus padres allí se encontraba nuevamente. Sentada en un rincón solitario en el expreso que le conduciría a Hogwarts. Luego de tantos años realizando el recorrido ya no le parecía largo o tedioso. Traía un libro entre sus manos, cosa muy común en ella. Sus espejuelos resaltaban sus ojos verdes y su cabello estaba ligeramente trenzado.

Lexa Woods, premio anual de Ravenclaw y una de las alumnas más destacadas de su clase, se hallaba sumergida en un libro que recién había adquirido. Todavía no se había colocado su uniforme asi que simplemente optó por unos jeans negros y una camisa blanca de tirantes. La chica de 17 años estaba orgullosa de su tiempo en el colegio, se habia exforzado mucho esos años, aún mas luego de la muerte de su padre.

-¡Lexi!- habló alguien mientras la puerta se abría, la castaña sacó la mirada del libro a la vez que recibía el abrazo repentino de su mejor amiga y compañera de estudios. Raven se había arrojado sobre ella, besándole en la mejilla antes de sentarse a su lado.

-¿Dónde a dejaste Monty?- interrogó Lexa con una sonrisa, el chico siempre solía llegar con Raven.

-Se encontró con Remus a mitad de camino y se han quedado hablando.- explicó Raven encogiéndose de hombros.

-¿Se traerán algo entre manos? Escuché que hay alerta de mortífagos en todos lados.- susurró la castaña. Mencionar aquello la ponía muy nerviosa. Los padres de la castaña habían muerto a manos de mortífagos en un callejón. Era de esperarse, eran cercanos a la Orden.

-No lo sé, pero también hemos visto a James; extrañamente estaba hablando con Lily.- comentó Raven.

-¿Con Lily? Pero si ellos no hablan, solo discuten.- habló Lexa, se le hacía difícil imaginar a la chica de cabello cobrizo conversando con James. El chico le habia molestado desde que iniciaron el curso, Potter no era del agrado de Lexa cabe decir...era el Gryffindor menos agradable.

-Aunque te sorprenda es la realidad. Además he visto a Griffin camino acá, no comenzó a molestarme así que tengo la esperanza de que se halla cansado de fastidiarnos.- habló la morena y la castaña estaba por responder cuando la puerta se abrió.

-Al fin las encuentro.- habló Lincoln entrando al vagón, el Gryffindor traía su uniforme del colegio ya colocado y saludó a ambas chicas antes de sentarse delante de ellas.

Los tres conversaron durante un rato. Hablando de todo lo que habían estado haciendo en el verano. Pronto Monty se les añadió, y minutos mas tarde se unió Murphy al grupo. Los cinco solían ser inseparables. El señor del carrito pasó a ofrecerles dulces y no dudaron en comprar. Lincoln se encargó de comprar lo suficiente como para que tuviesen dulces durante mínimo una semana.

-¡Y he recibido mi carta! Seré prefecto.- señaló con orgullo Monty.

-Raven también.- comentó Lexa, intentó sonar inocente, pero su mejor amiga la conocía y le dedicó un codazo en el estómago a la vez que intentaba no ponerse nerviosa.

-Sería genial que nos toque patrullar juntos de vez en cuando.- habló el moreno con una sonrisa.

Pronto hubieron cambiado el tema, hasta que unos golpes en la puerta les llamaron la atención. Lexa miró hacia afuera, calculando mentalmente que debía faltar un cuarto de hora para que les enviasen a colocarse los uniformes. Pronto la puerta se abrió, al otro lado estaba un moreno que no era del todo bienvenido en el grupo. Raven en particular lo odiaba con todo su ser, y Lincoln compartía el sentimiento.

-Me enviaron a por buscarles. Todos los que sean premios a anuales o prefectos, reunión en el fondo de la cabina.- explicó Snape y sin más cerró la puerta. La mayoría hizo mala cara, pero Raven, Monty y Lexa se levantaron de inmediato. Aunque les sorprendía que hubiesen enviado a Severus, el chico no era del todo querido.

La cabina al final era grande, habian varios alumnos cuando llegaron. Se movieron hasta el extremo izquierdo a la espera de que llegase alguno de los profesores en cuestión. Fue en ese momento cuando Lexa se percató de que sentía una mirada sobre ella, rápidamente sus ojos verdes comenzaron a recorrer el lugar. No tuvo que buscar por mucho tiempo. En el otro extremo habían un par de ojos azules fijos en ella.

Clarke Griffin. Slytherin. Odiosa y caprichosa. La rubia de ojos azules estaba junto a su amiga Octavia y dos chicos mas a los cuales Lexa realmente no les recordaba los nombres. Pero Griffin no estaba conversando con ellos, ni siquiera cuando uno de los chicos parecía muy animado contándole algo. No. La rubia tenía sus ojos sobre Lexa. Una mirada intensa que la castaña no entendía. ¿Desde cuándo Griffin le prestaba atención?

-Buenos días alumnos.- habló Horace entrando al lugar.

Lexa no volvió a fijarse en Clarke, aunque podía sentirla mientras le miraba. Por suerte, la castaña intercambió posición con Raven y la chica prácticamente le impedía ser observaba por la rubia. Pronto se enteró que, para su sorpresa, Griffin era premio anual de Slytherin. Compartirían algunos deberes seguramente, por suerte los Slytherin solían ser pareados con los Gryffindor, por eso de que habia tensión entre las casas. A Lexa le tocaría con una Hufflepuff, no se quejaba, la prefecta seleccionada era Costia y a Woods siempre le había agradado.

-Los prefectos ya pueden ir a cambiarse.- anunció el profesor.

Lexa estaba a punto de pegarse totalmente a la pared cuando el lugar comenzó a vaciarse y la mirada de Griffin era más evidente. Sintió a alguien a su lado y giró el rostro. Era Costia. La chica de cabello negro y ojos oscuros le dedicó una sonrisa.

-Al parecer pasaremos tiempo juntas.- le dijo Costia en un susurro y Lexa asintió antes de que el profesor iniciase a explicarles sus deberes. Woods únicamente compartía con Clarke una tarea y esta era una vez cada dos semanas. Se sintió relajada ante esto. Como había esperado, la mayoría de sus tareas eran con Costia, la chica junto a ella parecía no poder esconder su emoción.

-Entonces, iré a cambiarme.- se despidió la morena dirigiéndose a la salida. Lexa se quedó algunos minutos más hablando con el profesor antes de que este abandonase la cabina.

Woods estaba por irse cuando el premio anual de Gryffindor le detuvo. El chico era delgado y pelirrojo, tenia una enorme sonrisa y Lexa podía asegurar que le habia visto anteriormente, pero en realidad no le recordaba. Hablaron algunos minutos y se dirigían a la salida cuando una mano sujetó a Lexa del brazo impidiéndole que siguiese andando.

Instintivamente la castaña se escapó del agarre a la vez que se daba la vuelta. Nuevamente se encontró con los ojos de Griffin. La castaña había pensado que la rubia había abandonado la cabina desde que el profesor les dijo que podían irse. Pero no. Ahí estaban aquellos ojos azules que no habían hecho mas que burlarse de ella durante todos esos años.

-¿Conmigo no hablas, Woods?- cuestionó la rubia cruzándose de brazos. Lexa levantó una de sus cejas, podía sentir la tensión en el Gryffindor a su lado. El león debía estar a la espera de un ataque por parte de la rubia para saltar a discutir con ella.

-No tenemos nada que hablar. Cuando tengamos que reunirnos te escribiré.- se encogió de hombros Lexa e iba a seguir su camino cuando la rubia volvió a sujetarle.

-Deja de tocarme, Griffin.- le advirtió, pero la rubia no le soltó.

-Suéltala.- habló el pelirrojo.

-Tu no me digas que hacer, tu presencia estorba.- habló la Slytherin mirando asesinamente al chico que se atrevía a darle órdenes.

-¿Algo más que quieras decirme?- preguntó Woods, estaba cansada de que Clarke solo le buscase para fastidiarla. A veces no entendía porque la serpiente parecía siempre dispuesta a burlarse de ella. Ratita de biblioteca solía decirle. Aunque últimamente lo decía con un brillo en los ojos que Lexa no sabía como definiir.

-Cuidado con tu forma de hablarme, Woods. Y cuidado con dejar que alguien más te toque.- le advirtió Clarke y sin más le soltó y salió de la cabina chocando su hombro de manera agresiva con el Gryffindor.

-¿Qué ha sido eso? ¿Ella y tu...?- comenzó a cuestionar el Gryffindor.

-¿Griffin y yo? No, ni ahora ni nunca. Seguro lo dijo porque suele decir que solo ella tiene el derecho de amenazarle y burlarse de mi.- explicó Lexa, estaba intentando cubrir algo que era casi imposible de esconder. Clarke no había dejado ningún cable suelto, habia dicho exactamente lo que quería decir.

-No lo sé, Woods. A mi me pareció que Griffin no te sacaba la mirada de encima durante toda la reunión.- dijo el chico. El aviso de que llegarían en tres minutos salvó a la castaña de aquella incómoda conversación, se aproximó a su vagón preguntándose porqué la rubia Slytherin ahora se comportaba de esa forma.

Volvió a pillarla mirándole mientras subían a los carruajes. La rubia iba en el de adelante con los mismos que había estado hace un tiempo atrás. El mismo chico le estaba hablando, pero ella tenía su mirada fija en Lexa. Cuando la castaña se percató desvió la mirada confundida y Raven a su lado percibió lo que ocurría.

-Cierta rubia no deja de mirarte.- habló Raven en voz muy baja, no quería que el resto del grupo les prestase atención.

- No sé cual es su problema.- admitió Woods obligándose a no mirar hacia Clarke.

-Te mira como Potter mira a Lily. Y como yo miro a Monty.- murmuró Raven, Lexa levantó la mirada espantada ante aquella declaración. ¿Clarke la miraba asi? Pero si le había fastidiado durante años. A veces molestaba más a la Ravenclaw que a los Gryffindor y eso era mucho decir ya que las serpientes eran enemigos naturales de los leones.

-No me mira así.- se apresuró a negar Lexa. Pero no podía negarse que le ponía nerviosa pensar que la Slytherin podría interesarse en ella. Había tenido un crush momentáneo con la rubia en cuarto año. Pero su continuo trato arrogante ocasionó que Lexa decidiese que jamás podrían si quiera llegar a conocerse.

-Te mira así, bueno, no tan así...te mira como si te estuviese viendo desnuda ahora mismo.- se burló Raven, Lexa le empujó suavemente y rodó los ojos.

-No es broma. Apostaría que le gustas a Griffin.- murmuró Raven, Lincoln las interrumpió logrando que dejásen la conversación a un lado y que no volviesen a mencionar el asunto en todo el viaje.

Woods estaba cansada, escuchaba al director dar la bienvenida y se preguntaba cuándo podría comer para regresar a su habitación. Luego recordaba que tendría que mostrarle sus habitaciones a los nuevos y deseaba lanzarse desde la torre de Astronomía. Amaba y odiaba ser premio anual. Lo bueno era que no sería la única atravesando por ese proceso. El pensamiento la llevó a pensar en cierta Slytherin que se colaba últimamente en su mente. La buscó sin percatarse y la encontró hablando con Octavia.

-Esto me aburre.- murmuró Raven a su lado.

-Debe estar por concluir.- susurró Lexa con una sonrisa. Amaba la sinceridad y espontaneidad de Raven.

-Tu chica nos está echando miradas. ¿Crees que sea celosa?- interrogó Raven.

-No tengo ninguna chica.- comentó Woods rodando los ojos, aunque tenía una idea de quién podría ser la persona de la cual hablaban.

-Ojos azules y actitud de mierda. Pero oye, es sexy si la miras bien.- comentó la morena con diversión.

-Sobre todo actitud de mierda.- recalcó Lexa obligándoselo a no mirar hacia Clarke, porque sabía que esta vez si encontraría su mirada sobre ella.

Desde el otro extremo del comedor, Clarke no sacaba sus ojos de la mesa Ravenclaw. Llevaba mas de dos meses sin contemplarla. Había sido demasiado. Demasiado tiempo sin ver a aquella castaña con la cual estaba completamente clavada. Lexa irradiaba sexualidad por cada poro, y Clarke simplemente era incapaz de no mirarla: le gustaba. No sabía desde cuando, pero algo en ella había cambiado de un momento a otro. Lamentaba haber sido una idiota con la castaña, eso ahora le había salido muy caro: la castaña no le soportaba.

-Octavia a Clarke. Sal del mundo Lexa, Griffin.- le habló Octavia.

-No molestes.- le advirtió la rubia, pero la chica parecía tener toda la intención de hacer precisamente eso.

-Lo estás haciendo otra vez.- le acusó su compañera.

-¿Qué cosa?- cuestionó la rubia sin darse por enterada.

-Mirándola fijamente. La vas a espantar. Por las barbas de Merlín, haz un retrato de ella y deja de verla de esa forma.- le pidió Blake mientras el director anunciaba que podían iniciar la cena y ella hacia precisamenre eso.

-Ya lo hice y lo sabes.- le acusó Griffin. Los dibujos que habia hecho de Lexa tenian cierto merito, pero no alcanzaban la perfección de su persona.

-Necesitas sexo, Clarke. Acuéstate con Finn o con la chica esa de la otra vez. Lexa tampoco es tan...- comentó Octavia sirviéndose comida, levantó la mirada para observar a la chica en cuestión y suspiró. Si que lo era, Woods hasta leyendo un libro se veía bien. Lo más llamativo era que la Ravenclaw no se daba por enterada, tenia a unos cuantos tirándose sobre ella, y la chica seguía en su mundo de libros y conocimiento.

-Está para tirársela. Si yo tuviese esos gustos tuyos claro está.- admitió Blake

-Me enferma pensar que alguien puede acercársele.- susurró Clarke.

-Entonces acércate tu antes de que te ganen.- comentó Octavia, el gran dilema de las serpientes era con los leones después de todo. ¿Por qué su amiga no se acercaba a la Ravenclaw?

-La he tratado muy mal y lo sabes.- le recordó la rubia y Octavia rodó los ojo.

-Para eso está la palabra disculpa, Griffin. Valdrá la pena si luego puedes satisfacer tus necesidades.- comentó Octavia con una sonrisa, Griffin intentó sonreír, pero una mueca se reflejó en su rostro. No era solo una simple necesidad física, ella quería conocer a Lexa, hablarle, verla reír, gastarle bromas.

-No hablémos mas de mi. ¿Escuchaste lo que se dice sobre Potter?- cuestionó la rubia mirando hacia el chico en cuestión. James se encontraba sentado con Remus y Sirius en la mesa Gryffindor.

-¿Qué está interesado en Lily? Es todo un lío. Se han llevado mal desde siempre.- habló Octavia

-Hasta parece broma.- murmuró Clarke.

-Oc, princesa.- saludó Finn sentándose junto a la rubia con una sonrisa.

-¿No pudiste convencer a la Hufflepuff?- cuestionó Octavia.

-Dijo que no, no quiere que la pillen en alguna esquina.- explicó él rodando los ojos.

-¿Le ofreciste llevarla a una esquina?- preguntó Clarke mirando su zumo de zanahorias.

-Le ofrecí eso y luego la torre de Astronomía, pero estaba terca.- explicó Finn sirviéndose comida.

-Ella es premio anual. La vi hablando con Lexa en la cabina. Creo que es gay.- comentó Clarke, inmediatamente sus ojos viajaron hacia la mesa Ravenclaw. Lexa estaba riendo con Raven nuevamente, la rubia odiaba no ser ella quien la hiciese reirse de aquella forma.

-Vaya mierda. Tu clavada con la Ravenclaw y ahora esta.- comentó Finn ligeramente enojado.

-Cállate.- le advirtió Clarke, no quería que nadie mas supiese de sus sentimientos. Todos creían que simplemente se quería acostar con Lexa. No es que fuese mentira, le tenía ganas a la Ravenclaw, pero era más que solo eso.

-Debo admitir que la morena es todo un sex simbol. - comentó Finn lanzando una mirada hacia Lexa. Clarke le miró asesinamente y él desvió la mirada sabiendo que enojar a la princesa no era una buena decisión.

No volvieron a hablar del asunto y pronto estaban comentando sobre el próximo partido de Quidditch o los mortífagos que, según el Profeta, estaban asechando. Clarke no comentaba mucho al respecto, sus padres eran mortífagos y ella se tensaba completamente cuando hablaban del asunto. Por eso se distrajo observando a cierta Ravenclaw hasta que fue la hora de enseñar a los nuevos alumnos sus habitaciones.

Terminó exhausta. Ingresó a su habitación y saludó a sus dos compañeras antes de meterse a su cama y hechar las persianas. Sacó entonces su rollo de pergaminos cocidos y ojeó los dibujos que había estado haciendo. El último estaba sin terminar. Era Lexa sentada en su rincón de la biblioteca. Clarke la había estado dibujando sentada seis mesas lejos; por culpa de las vaciones el dibujo habia quedado en el aire. Pero ahora podía concluirlo. Podría verla cada día.

Quiso cantar, cantar

para olvidar

su vida verdadera de

mentiras

y recordar

su mentirosa vida

de verdades.

Salinas

Continuará...