DESPUES DE MUCHO TIEMPO

Habían viajado demasiados kilómetros, en ese lujoso automóvil, desde la región Kanto hasta aquella "Brasilia" en la Región Johto; eran alrededor de las 11 de la noche cuando la pareja, una de ellas casi en estado de somnolencia, divisaron en la distancia las luces de Tecno City… aquella que una vez visitaron sin darse cuenta del inesperado encuentro que tuvieron y de las sorpresas que vivenciaron hace 12 años atrás.

La primogénita de la joven familia dormía en el puesto trasero, aferrando con ella el pikachu de peluche que le había regalado su padre; mientras a su lado, un pequeño niño de meses también descansaba en su asiento de seguridad, luciendo un trajecito azul y demostrando que la genética siempre mostraba el fenotipo dominante del sexo masculino: el cabello negro y el rostro blanco que escondía unos ojos almendrados reflejaban el anhelo de una pareja que no hacia mucho le dieron una segunda oportunidad a su relación.

-¿Ya llegamos?- preguntó una chica pelirroja bostezando a su esposo, al notar los grandes edificios crecer cada vez que el vehículo se acercaba.

-Eso parece- le contestó el joven –Después de muchos kilómetros, ya era hora de que llegáramos.

-¡Mas te vale que así sea!- le chilló la joven de ojos verdes, buscando fuerzas en el estado de omnisciencia en el que se encontraba –Después del "grandioso atajo" que tomaste, que nos llevó a las costas de las Islas Naranja, era lógico que tomaras el rumbo que era, ¡Nunca cambiaras!

El chico sonrió divertido, recordando ese pequeño defecto en su personalidad, cuando cruzaron un peaje que conectaba a la gran metrópoli con las maravillas de una tecnología moderna; sin lugar a dudas, TECNO CITY era la urbe más vanguardista en estudios científicos y avances tecnológicos de la región Johto, y tal vez de Kanto, la isla de Hoenn y el lejano Sinnoh.

-Por cierto- dijo el hombre que manejaba el lujoso BMW Gris -¿Llegamos directo al Laboratorio Tecno o nos hospedamos primero?

-Pues…- dijo la chica, observando a sus dos hijos en el asiento trasero –Los niños están cansados del viaje, y creo que no seria conveniente hacer una visita a estas horas de la noche; además, yo también me siento agotada.

-Esta bien- dijo el joven, cruzando por un centro pokemon que se les hacia bastante familiar –Será como tu digas, Mist.

-Gracias, Ash- agradeció la pelirroja, dándole un tierno beso en la mejilla del chico, para dirigir la mirada nuevamente miró a su parejita especial.

Soleil y Doen, su hijo pequeño, descansaban desde hacía 3 horas atrás, y en el mismo estado de sueño, estaban dos pokemons que los acompañaban en el asiento trasero y que eran los guardianes de esos pequeños niños: estaba Pikachu, que se negaba a evolucionar por inducción de la piedra trueno, a pesar del tiempo y el entrenamiento que había recibido y un Marril que antes había sido un diminuto azurril.

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-Muchísimas gracias por traer los documentos para el Simposio, May- le agradecía una mujer de cabello castaño rizado largo, que lucia una bata de laboratorio, a una joven del mismo tono de cabello, con ojos azules –Las investigaciones de tu padre también son valiosas para la ponencia en el evento.

-No es nada- le decía la joven negando con la cabeza, mientras un Mr. Mime sujetaba una caja de gran tamaño y la ingresaba a una habitación –Papá siempre ha estado al pendiente del evento y sería muy irresponsable de su parte no haber colaborado con su investigación sobre ese pokemon legendario.

-Este evento será todo un éxito- halagó Jules observando la logística a su alrededor y a su Mr. Mime que regresaba de llevar la gran caja con los documentos de la investigación para las memorias previas del evento, para ayudarle al hermano menor de May a ordenar papelería para el personal asistente –Y gracias a que Max me ayuda, todo es más fácil.

-A Max le agrada este tipo de eventos, y si tienen que ver con investigaciones de zoología y botánica pokemon, colabora aún más de manera incondicional.

Jules sonrió, cuando notó que una pareja ingresaba al laboratorio, llevando una niña tomada de la mano y a un pequeño bebe en brazos de la madre.

-¿Por qué los dejaron ingresar si en estos momentos no esta permitido?- se preguntó extrañada y May, dubitativa ante el comentario de su amiga, volteó para observar lo que sucedía.

Jules caminó hacia la pareja con gestó incómodo, cuando reconoció a los dos jóvenes, esbozando una grata sonrisa.

-¡Por Dios, si son ustedes!- exclamó dichosa y la pareja se detuvo, saludando alegremente.

-Buenos Días, Jules- Saludó Ash a su colega, cargando a Soleil.

-Hola, Jules- saludó Misty, cuando el pequeño bebe trató de levantar su cabecita para conocer a quien sus padres saludaban gustosos.

-¿Ash?- se interrogó May sorprendida de ver nuevamente a su amigo de viaje, y sonrió al notar como había crecido y como había formalizado su vida con aquella chica pelirroja que se encontraron en la región Hoenn.

Ash vestía un pantalón dril con una camiseta roja y una gorra del mismo color, con los guantes que le agradaba usar de pequeño pero con la talla de una persona adulta; por su parte, Misty lucía un vestido ajustado en jean con escote en la espalda, llevando su cabello rojo largo en una coleta de caballo y unas sandalias tipo bailarina en jean. Soleil usaba un conjunto de falda amarilla y blusa manga corta blanca, con una boina francesa del mismo color de la falda, y el pequeño Doen… un enterizo azul con un encaje de Psiduck en la parte delantera.

-Ahora entiendo por que los guardias los dejaron entrar- dedujo Jules saludando a la joven pareja -¿Por qué no me avisaron que vendrían para hacerles una pequeña bienvenida? ¡Al profesor Ketchum le hubiese agradado saber que vendrían!

-Queríamos darle una grata sorpresa al abuelito- le replicó Ash y observó a su primogénita -¿Verdad, Soleil?

La niña asintió y Jules observó a los dos pequeños niños en brazos de sus amigos y les dirigió una mirada maliciosa.

-Veo que ustedes no perdieron el tiempo, ¿eh?- les preguntó divertida y la pareja se ruborizó ante el comentario.

-¿Por qué tienes la cara como un tomate, papá?- le preguntó Soleil a su padre para mirar a Misty -¡Tu también estas roja, mamá!

Jules sonrió divertida, cuando Pikachu se acercó a la mujer de bata y cabello castaño y se dejó levantar de ella, reconociendo a una vieja amiga. El pokemon se dejo acariciar de la mujer, mientras May se les acercaba con sigilo, y el pokemon tipo eléctrico saltó hacia ella, reconociendo a otra vieja amiga.

-¿Eres tu, May?- le preguntó Ash a la susodicha, y la aludida asintió, un poco avergonzada.

-Hola… Ash- saludó May con un leve rubor, viendo el increíble cambio de su amigo de viaje por el de un hombre alto, varonil y bien parecido –Me alegra verte de nuevo.

-A mi también me da gusto volver a verte May- le halagó Ash y la observó de pies a cabeza.

May lucía una minifalda con una blusa tejida manga larga naranja, con su típica bandana en la cabeza del mismo color de la blusa, y unas botas femeninas de talle alto.

-Te ves muy bonita- le aduló el entrenador pokemon sin alterar los celos de una Misty más madura –Puedo preguntar, ¿a que se debe tanta belleza?

-Quien te puede contestar con toda certeza es Drew- respondió Jules, ajustándose los anteojos que armonizaban su rostro y May se ruborizó.

-¡Jules!- exclamó algo enojada y todos rieron divertidos.

-Por cierto, Ash- le dijo la joven de bata al hijo del profesor Ketchum -¿No nos vas a presentar a tu bella familia?

-Oh! Que pena!- se disculpó Ash y puso a Soleil en el suelo –Jules, May, esta es mi hija Soleil; Soleil, ellas son Jules y May: Jules creo que sigue siendo entrenadora pokemon tipo fuego, y May una excelente preparadora estética de pokemons en batalla.

Misty le observó con ironía.

-Eso te pasa por no hablarles en tanto tiempo- le susurró apenada –Debiste mantener contacto con ellas.

A Ash Ketchum le surgió una gran gota sobre su cabeza y Jules se agachó para saludar a Soleil.

-Hola Soleil- le estrechó su manito y la niña le alargó la suya con cierta cautela –Veo que eres una niña muy bonita.

-Gracias, Jules- agradeció la niña tomando confianza.

-Así como dijo tu papá, soy entrenadora de pokemons tipo fuego pero eso era cuando era más pequeña; ahora soy una zoóloga pokemon con una maestría en pirología evolutiva en la Universidad de Vulcanología de la Región Hoenn.

-¿Pirología evolutiva?- le preguntó extrañada Misty y Jules se levantó del suelo.

-Es el estudio del fuego en las fases de crecimiento de los pokemon de ese tipo- le aclaró la joven, mientras May le colocó su mano en la cabeza de Soleil.

-Yo sigo siendo una preparadora pokemon, Soleil- añadió la joven frotando suavemente la cabecita de la pequeña –Pero tengo un estudio en Estética Pokemon en la Casa Francesa de Estética Pokemon.

-¿En la Casa Francesa de Estética Pokemon?- le preguntó Misty sorprendida y May asintió.

-¿La conoces?

-Si, claro- contestó Misty, acomodando al pequeño infante entre sus brazos –Un gran amigo estudio en esa famosa academia: Jay Duville.

-¿En serio?- se sorprendió May -¡Tú eres amiga de Jay!

-Desde hace cinco año, mas o menos- respondió Misty y May le sonrió alegremente.

-¡Que bueno!- exclamó la joven de cabello castaño y ojos azules –Yo conozco a Jay desde que éramos pequeños y perdí contacto con él cuando se fue con su familia a Francia; pero nunca creí que estudiara en la misma Academia que yo, nunca nos encontramos en el mismo campus.

-Es porque Jay solo estudio un año en la Casa de Estética cuando le ofrecieron una oportunidad laboral en Green Peace- le aclaró Misty y May dejó salir un "ahhhh" de comprensión.

-Eso explica muchas cosas- añadió May desviando la mirada al cielo, cuando Jules se acercó a Misty.

-Y esta pequeña lindura, ¿no la van a presentar?- dijo la joven, tomando con su dedo índice la pequeña manita del bebe, quien la apretó con fuerza por arcoreflejo.

-El es Doen, nuestro pequeño hijo de 6 meses- presentó Misty acomodando al pequeñito para que lo observarán mejor y el pequeño miró detenidamente a las dos mujeres, con sus grandes ojos miel.

-Es increíble como la genética no perdona, ¡es idéntico a Ash!- halagó al progenitor del Doen, y el aludido se sintió apenado.

-Es precioso, Ash, Misty, los felicito- les lisonjeó May (aun sosteniendo a Pikachu en sus brazos) y toco con delicadeza la pequeña naricita del bebe.

-¿Y yo no soy linda?- se quejó Soleil, notando que todos los halagos eran para su pequeño hermanito, y se cruzó de brazos, enojada. Ash le observó divertido.

-¡Tú eres DIVINA, Soleil!- le exclamó May, agachándose a la altura de la niña con Pikachu esta vez en su hombro derecho – Es solo que no puedes comparar la preciosidad de tu hermanito con la lindura tuya: recuerda que tú eres niña y Doen es niño.

-Así sí- le relajó la primogénita de la pareja visitante, cuando Ash se acordó de algo.

-Jules, ¿Dónde está papá?

-El prof. Ketchum está en el laboratorio de fósiles pokemon: es un nuevo espacio que se abrió hace 5 años por las expediciones arqueológicas que se llevaron a cabo en las Cordilleras Mortero de esta región, cerca de la Ruta 42.

-Suena interesante- dijo Ash -¿Crees que se demore mucho?

-Yo si creo, porque esta en el pueblo Azalea y está a 2 horas de aquí- contestó Jules y chasqueó su boca en señal de resignación -Por eso te dije que si venías, trataras de avisar con tiempo para que él los esperara en el Laboratorio Tecno.

-Ya veo- susurró el chico cuando notó en la distancia a Mr. Mime y a un chico que no se había percatado de la visita de la joven familia.

-Ese Mr. Mime se me hace bastante familiar- le dijo Ash a Jules y la chica observó a su pokemon psíquico.

-¿Y el chico que lo acompaña no se te hace familiar, también?- le cuestionó capciosamente y Ash trató de observar detenidamente al chico de cabello corto azul y ojos castaños, negando la pregunta de su joven conocida.

-El es… ¿Max?- le preguntó Ash a su amiga zoóloga y la chica asintió.

-¡MAX!- le gritó la joven y el aludido levantó la mirada del PC portátil que veía con suma concentración -¿Podrías venir acá un momento, por favor?

El chico obedeció, mientras May se entretenía con Doen y Soleil y Misty conversaba con ella acerca de Jay Duville y su actual condición.

-Max, ¿recuerdas a Ash Ketchum?- le preguntó Jules cuando el chico estaba cerca de ellos, y el joven se sorprendió de ver nuevamente a su antiguo amigo de infancia.

-¡Como no me voy a acordar de ASH KETCHUM!- Se acercó al chico, regalándole un fuerte abrazo de amistad.

-¡Me alegra verte a ti y a May nuevamente, Max!- exclamó Ash dichoso y ambos se estrecharon las manos.

Mientras tanto, Jules recibía una llamada en su teléfono móvil de Dawn en la región Sinnoh y se alejó de sus amigos para contestarla.

-Yo si note que tú y esa chica pelirroja conversaban con Jules y mi hermana, pero pensé que no sería importante y por eso no me acerqué a ustedes. Y esa chica y esos niños… ¿Son tu familia?

-Así es, Max- contestó a su amigo y observó a la mujer y a sus dos hijos –Ella es Misty; la pequeñita es Soleil y el bebe es Doen.

-Empezaste temprano a formar familia, ¿eh Ash?- le preguntó Max con malicia y cruzándose de brazos y Ash se apenó con su amigo.

-Es una larga historia, Max- le aclaró Ash y al ver a Misty, ella le devolvió una sonrisa de felicidad –Pero me siento orgulloso de pertenecer a esa bella familia, a pesar de todo lo que nos pasó en todo este tiempo.

-También es una larga historia lo de Drew y May- añadió Max –Esa si es una historia de novela; lo que presenciamos en la región Hoenn es tan solo una pequeña parte de lo que verdaderamente sucedió con ellos.

En esos momentos, Jules colgó el celular y observó a Ash con agudeza, recordando que el padre del entrenador pokemon… también le tenía una gran sorpresa.

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Eran cerca de las 9 de la noche y el laboratorio estaba cerrado. La joven zoóloga ayudaba a su subalterno con las cajas de las rocas petrificadas de indicios de pokemon evolutivos acuáticos que había traído del otro laboratorio, mientras la joven le comentaba que su hijo mayor estaba en la ciudad por pocos días.

-¿Mi hijo está aquí?- le preguntó bastante asombrado Satoshi Ketchum a Jules Phirex, su mano derecha en el laboratorio Tecno -¿En serio?

-Así es, profesor Ketchum- le contestó Jules, manteniendo sus manos dentro de los bolsillos de su bata blanca –Llegaron esta mañana si dar aviso: querían darle una sorpresa. Pero les dije que usted regresaría tarde porque estaba en el Laboratorio de Arqueología Pokemon y quedaba bastante retirado de la ciudad.

-¿"Llegaron"? ¿"Querían"? ¿"Les dijiste"?- enfatizó el plural de las palabras de su alumna -¿Acaso viene acompañado?

-Vino con su familia, profesor- le respondió Jules y el hombre tragó saliva.

-¿Su familia?- se preocupo el hombre, recordando a su ex esposa -¿Vino con Delilah?

-Si se refiere a la madre de Ash, ella no lo acompaña.

-¿Entonces?

Jules sonrió divertida y casi suelta una carcajada.

-Su hijo, profesor Ketchum, ¡ya es un hombre de familia! Vino con su esposa y sus dos hijos.

-¡QUE!- exclamó el hombre asombrado por lo que escuchaba y se volteó para apoyarse en una mesa, y luego observar a su alumna -¡Ash tiene esposa! ¡Hijos! ¡Por Dios! ¡Ya me estoy volviendo viejo!

La joven rió ante el comentario de su maestro y buscó un vaso de agua para tranquilizarlo.

-¿Cómo es posible que ese muchacho tenga hijos si hace un par de meses hable con él y estaba feliz y sin compromisos?- se preguntaba a si mismo el hombre, no creyendo lo que había escuchado y de la condición actual de su hijo mayor –Aunque, bueno… me dijo que salía con una modelo occidental, pero no creo que ese chico se haya equivocado por estar de promiscuo.

-Pues, con la supermodelo ya no anda, porque su esposa es una chica que ambos conocemos.

El hombre divagó unos instantes y recordó a aquella jovencita pelirroja que acompañaba a su hijo aquella vez que los visitaron hace mucho tiempo.

-No me digas que… ¿la joven pelirroja que lo acompañaba aquella vez es la esposa de Ash?

-Usted lo ha dicho.

-¡Vaya las cosas!- exclamó el hombre, sorbiendo un poco de agua –Nunca pensé que esos dos llegarían a estar juntos; eran tan distintos cuando los conocí.

-Así actúa el amor para los seres humanos, profesor: es impredecible y lleno de muchas ambigüedades.

-Entonces- retomó el profesor el asunto de la familia de su hijo -¿Dijiste que vino con sus dos hijos? ¿Y como son, Jules?

-Unas divinuras, profesor- le halagó la chica a su maestro –Sus nietos son la firme estampa de su hijo; bueno, la niña tiene los ojos de Misty.

-Y, ¿Cuándo te dijeron que regresarían?- preguntó el hombre de ciencia, con grandes expectativas.

-Mañana en la mañana.

-¡Que bueno!- exclamó ansioso y tomó un poco de agua -¿Sabes? Me da gusto volver a ver a esos dos jovencitos ¡Necesitan un buen escarmiento por estar de atolondrados!

Jules sonrió al ver que su profesor tomaba el último sorbo de agua con enfado, retomando actitudes de padre responsable y pendiente de sus hijos cuando nunca lo había manifestado; de repente, la chica recordó a aquella niña de 3 años que vivía con su maestro y le dirigió nuevamente la palabra.

-Profesor, ¿le va a presentar a Ash la pequeña Amelie?

El hombre remembró a su hija menor, y dudó unos momentos en contestar.

-Es lo más conveniente, Jules- respondió el hombre –Ash tiene derecho de conocer a su hermana menor, al igual que Melody, que estaría dichosa de conocer a su pequeña prima.

-¿Melody?- susurró la joven zoóloga algo extrañada.

-Estaré al pendiente mañana por la mañana de la visita de Ash, entonces- cambió de comentario el profesor Ketchum y arrojó el recipiente de plástico en la basura -Gracias por mantenerme informado, Jules.

-No es nada, profesor Ketchum- le dijo la chica, acercándose a la puerta de la habitación –Recuerde descansar bien para el día de mañana. Buenas Noches- se despidió la joven y cerró la puerta, escuchando la despedida de su maestro.

Jules caminó por el amplio pasillo, observando a lo lejos el amplio acuario que albergaba a más de una docena de Luvdiscs en etapa de crecimiento. La joven se detuvo, recordando el nombre de la chica que había pronunciado su maestro, y suspiró hondo para luego tomar una bocanada de aire, y retirar sus lentes y guardarlos en uno de los bolsillos de su bata.

-¿Quién será esa chica de nombre Melody que pronuncio mi maestro?- se preguntó a si misma, frotándose sus ojos con sus dedos de la mano derecha, cuando sintió un leve escalofrío que le recorrió la espalda, reconociendo por la experiencia quien la veía en la tenue oscuridad -Duskull, sal de allí: no tengo ánimos de jugar en estos momentos- le dijo a su pokemon que estaba escondido tras una pared.

El pokemon tipo fantasma apareció frente a la chica, dándole unas leves palmaditas en la mano derecha que la joven tenía arriba. El pokemon de rostro esquelético y figura fantasmagórica notó el gesto de palidez de su entrenadora y le observó triste; cuando Jules le dio una vuelta en el aire, tratando de animarlo para que no se preocupara por ella.

-Estoy bien, Duskull- le tranquilizó la chica –Es solo que el Simposio me absorbe tiempo y me siento bastante fatigada. Perdóname por no jugar ahora mismo, pero necesito dormir.

El pokemon dio unas palmadas nuevamente en señal de aprobación, cuando se desvaneció para aparecer dentro del acuario y espantar a las pobres alevines de luvdics que se alejaron rápidamente a los corales que purificaban el acuario.

Jules sonrió divertida ante la actitud de su pokemon tipo fantasma, acercándose al acuario.

-Sal de allí, Duskull: vas a acelerarles el ritmo cardiaco a esos pequeños alevines- le sugirió la entrenadora y el pokemon se desvaneció nuevamente, saliendo fuera del cuadro de vidrio –Si amanecen tristes o alguno se muere por el susto que les diste, yo no seré la que le dé explicaciones al profesor Ketchum mañana en horas de la mañana- le refutó al pokemon fantasma y el aludido bajó la mirada, avergonzado.

-Vamos a descansar- le sugirió su dueña y el pokemon asintió, retirándose ambos del laboratorio Tecno.

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Satoshi Ketchum permanecía sentado con Amelie en sus piernas en la amplia sala del Laboratorio Tecno, esperando la llegada de su hijo mayor, cuando notó algo extraño en el acuario.

-Algo le pasa a esos Luvdics- comentó ante los movimientos de los pececitos y Jules acercó su taza de café, tomando un gran sorbo de cafeína, tratando de pasar desapercibida.

-Que no vaya a medir los pulsos arritmicos ahora, porque de lo contrario estoy perdida- pensó preocupada, cuando un hombre de gran altura y su pareja de cabello rojizo, ingresaron al laboratorio.

-Buenos Días- saludaron Ash y Misty al unísono y Jules les saludó, levantándose del asiento para darles la bienvenida.

-Hola, muchachos- se les acercó y saludo a la pequeña –Buenos días, Soleil.

-Buen día, Srta. Jules- saludó la pequeña con Pikachu sobre sus hombros y Satoshi Ketchum se acercó a la joven pareja, bastante sorprendido.

Mientras tanto, la pequeña niña de cabello negro y ojos cenizos, con un vestido azul cielo con una cinta blanca en forma de lazo, permaneció al lado de la alumna de su padre, observando con sigilo y encanto lo que allí ocurría. Con delicadeza, tomó con su mano el doblez del vestido blanco de la zoóloga para que la susodicha se percatara de su cercanía, cuando Jules observó a la pequeña, para luego mirar al encuentro que hacía tiempo padre e hijo estaban esperando.

-¡Hola, papá!- exclamó Ash con gran entusiasmo, y abrazó a su progenitor con gran euforia -¡Sorpresa!

-¡Hola, hijo! ¡Bienvenido!- le saludó el profesor Ketchum, respondiendo al abrazo de su hijo mayor –Misty, es un placer volver a verte, y me da más gusto que seas parte de esta familia.

-Gracias, profesor- Le agradeció la pelirroja y le dio un leve empujoncito a Soleil -Princesita, él es tu abuelo Satoshi: salúdalo y dale un gran abrazo.

La niña obedeció al instante, regalándole un gran abrazo de la misma magnitud a su abuelo, quien la apretó con fuerza, sintiendo la calidez del cuerpo de su pequeña nieta.

-Hola, abuelito ¿Me extrañaste?- le preguntó la niña de manera ingenua y todos se observaron extrañados.

-¡Como no, mi tesoro!- exclamó el hombre que se acercaba a los 40 años -¡Si es la primera vez que te veo!

-Papá, lamento haber venido así de repente, pero queríamos darte esta grata sorpresa de que ya eres abuelo- comentó Ash divertido, sin perder esa picardía que lo caracterizaba, y el hombre le observó con una amplia sonrisa.

-Me alegran estas agradables visitas- le dijo el profesor Ketchum –Pero yo también quería darte una sorpresa.

Ash quedó extrañado ante el comentario de su padre cuando el hombre observó a la pequeña niña tomada de la mano de su alumna.

La pequeña Amelie veía a la expectativa lo que sucedía, cuando la joven zoóloga la dirigió hacia su maestro, quien le cargó para ponerla a la altura de su hijo.

-Ash… esta chiquita se llama Amelie y tienes 3 años de edad- le presentaba el profesor Ketchum con un poco de sigilo –Y desde que tienes 19 años, es tu pequeña hermana menor.

Ash abrió de asombro sus ojos ante lo que escuchaba y vio a la pequeña niña de cabello negro y ojos cenizos, saludándola de manera afable; por su parte, Amelie escuchó lo que su padre había dicho y observando al hombre en frente de ella, se sintió incómoda de tener a un hermano mayor con una diferencia de edad bastante considerable, pero en su gesto se esbozó una leve sonrisa de aceptación ante el saludo de su pariente.

Misty estaba sorprendida ante lo que presenciaba y observó a su princesita, pensando que era conveniente que tuviera una tía de edad cercana; sería una buena experiencia para ambas conocerse y ser unas grandes amigas.

-Hola, Amelie- Saludó Ash a su hermanita y la aludida le arrojo sus bracitos, cuando este le tomó entre sus manos para cargarla; de repente, Pikachu se acercó a su entrenador, para conocer a la nueva integrante de la familia –Mira, Pikachu: Amelie es mi pequeña hermanita y de ahora en adelante también la vas a proteger; Amelie, él es Pikachu.

-Pika-chu- le dijo el pokemon eléctrico a la niña en forma de saludo y la aludida saludó con alegría.

-Hola, Pikachu- saludó Amelie –Me agrada que seas mi hermano, Ash.

-A mi también me da gusto que tu seas mi hermanita, Amelie- le indicó Ash, cuando el profesor se acercó a Misty para observar detenidamente al bebe que llevaba en el canguro.

-¿Y este somnoliento señor, quien es?- preguntó encantado del bebe durmiente de la pelirroja y la chica acicaló los tenues cabellos negros de su bebe.

-El es Doen, profesor Ketchum, su otro nieto- presentó Misty al hombre de gafas grandes y el hombre agudizó la mirada ante las facciones del pequeño infante.

-Doen es idéntico a Ash cuando era bebe- recordó Satoshi al notar el gran parecido de su nieto con su hijo y se acercó a Ash que cargaba a Amelie –Hija, tienes otra gran sorpresa: eres tía de esta bella princesa y de aquel bebe durmiente. Ella es Soleil y el bebe es Doen.

Ash la dejó en el suelo para que saludara a Soleil, y ambas se dieron las manos.

-¡Hola, Soly!- le saludó Amelie -¿Te puedo llamar Soly?

-Hola, tía Amelie- saludó la hija de Ash, familiarizándose con su nueva pariente –Claro que me puedes llamar Soly: Dawlish también me llama así, al igual que Ian y Aislinn.

Jules miró a Misty extrañada, después de haber escuchado los nombres que había mencionado su primogénita.

-Luego te digo quienes son- le comentó, recordando que a la asistente del laboratorio Tecno no le agradaría saber de quien es hija la pequeña Aislinn.

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PRIMER MEMORANDO: ¡He vuelto! Pero tuve que inspirarme en una historia a la que me le quito el sombrero por su calidad (aunque se desvía bastante de la esencia de pokemon como historia de aventura) para robarme dos personajes y varios de pronunciación; y yo espero que esta chica no se me enoje por lo que acabo de hacer: ¡Es licencia creativa, Fleur Noir! Así que te la dedico porque gracias a tu fanfic, resurgió ese hábito en mí que había olvidado desde hace tiempo.

Espero se diviertan con esta corta historia: desarrollaré algunas cosas que me parecieron "justas" que sucedieran, alguna que otra cosilla de interés, un poco de sentimentalismo por relaciones inconclusas y batallas pokemon características. Después del final, devolveré los personajes que no son míos a su dueña original para que no me demanden en el cono sur (risas)

Nos vemos mas adelante… ¡Gracias por seguir la historia hasta este punto y dedicarle parte de su tiempo a ella!