N/A: historia Laylor, no Alex y Piper.
Laura Prepon & Taylor Schilling.
#1:
—Taylor. ¿Una cosa que te guste o destaques de Laura en estos cuatro años de trabajo con ella? —Preguntó el periodista.
—Su mirada, pero es algo relativo —Respondió.
Confusa, Laura frunció el ceño al mismo tiempo que dibujó una sonrisa. Su mirada se depositó sobre los ojos de Taylor.
—¿Qué significa eso? —Quiso saber Prepon un tanto intrigada.
—Bueno, tu mirada es una de las cosas que más atractiva te hace, pero a la vez me intimida hasta el punto de sentir un nerviosismo interno. Pero es algo bueno —Aclaró Taylor.
Laura no pudo evitar sonreír. De inmediato sintió algo inexplicable en su pecho, Taylor jamás le había confesado tal cosa.
—¿Y a ti, Laura? ¿Una cosa que te guste o destaques de Taylor?
—La confianza que depositó en mí desde el primer momento en el que nos conocimos. En las escenas de sexo, Taylor lo hizo todo más fácil y cómodo. Ambas teníamos que tocarnos partes íntimas, y ella me dijo que confiaba en mí. "Tocase donde tocase iba a estar bien, ella se fiaba de mí". Eso me dio más seguridad y conseguimos tener una química increíble.
Taylor asintió con la cabeza.
—Recuerdo esa conversación. Antes de grabar la primera escena de sexo juntas, Laura se acercó a mí y me dijo; "Taylor, voy a poner mi mano aquí, también aquí, y quizás aquí". Y yo le dije; "Hazlo, toques donde toques estaré de acuerdo. Confío en ti".
Después de la entrevista, Taylor y Laura cenarían juntas en casa de esta última, no era la primera vez que eso sucedía. Prepon era la encargada de cocinar lo que iban a cenar y aunque a Taylor la cocina no se le daba muy bien…quiso ayudarla siguiendo sus instrucciones.
Laura estaba frente a los fogones encargándose de lo que estaba cocinando en la cazuela de aluminio fundido. A su izquierda, Taylor se encargaba de hacer una masa sobre la encimera de la cocina.
—¡Maldita sea! —Se quejó Taylor cuando la masa para la empanada que estaba amasando no le quedaba consistente.
Laura frunció ligeramente los labios aguantando la risa mientras observaba como Taylor empezaba una guerra con la comida donde claramente la rubia tenía desventaja.
—Laura, te estoy viendo. No es chistoso, es la segunda vez que empiezo de cero con la masa…
Sus miradas se encontraron.
—No quiero herir tus sentimientos, pero la cocina y tú no sois muy amigas —Inquirió.
—Desafortunadamente no todo el mundo nació sabiendo cocinar como es tu caso.
Laura rio por el tono sarcástico que Taylor utilizó en su última frase.
—No te lo tomes a la defensiva.
Taylor se dio por vencida y paró de amasar para mirarla.
—Por favor. ¿Puedes ayudarme?
—De acuerdo, dame un minuto.
—Todo estuvo delicioso, cielo. En serio Laura, la cocina se te da genial. Siempre que me invitas a comer lo que preparas, terminas sorprendiéndome.
—Oh… Gracias cariño. Diría lo mismo de ti, pero ambas hemos visto cual ha sido el resultado de la masa que intentaste hacer…
Ambas rieron a carcajadas.
Minutos más tarde salieron al patio trasero de la casa y se sentaron juntas en un banco de madera. La brisa de la noche era tranquila y estaban pasando un rato agradable entre charla y charla. Ambas tenían una copa de vino en la mano.
—Algunas de las preguntas que nos hicieron hoy en la entrevista me han hecho regresar al pasado. ¿Recuerdas nuestra primera escena juntas?
—La ducha. Hace ya cuatro años de eso —Respondió Laura con una dulce sonrisa.
—Nuestro primer día de trabajo juntas fue peculiar —Recordó sonriendo.
—Afortunadamente todo fue más cómodo de lo que yo esperaba.
—Después de eso todas nuestras escenas de sexo han resultado súper cómodas. Creo que nuestra química es la clave.
Laura se mostró pensativa por unos segundos.
—Taylor… ¿Crees que la química que tenemos nosotras, sería la misma química si grabaríamos las mismas escenas con otras personas?
Taylor sonrió y acto seguido dio un trago de vino.
—¿Por qué te ríes? —Preguntó Laura un tanto confusa.
—Porque a veces me hago la misma pregunta. Cuando he grabado escenas intimas con Jason Biggs, no ha sido lo mismo… Quiero decir, estoy cómoda con él, es un compañero más y no tengo ningún problema. Pero contigo es totalmente diferente.
—Bueno, nosotras dos trabajamos más horas juntas, quizás tengamos más confianza.
—Estoy segura de que no es por eso... —Se mordió el labio inferior al terminar la frase.
Laura frunció el ceño.
—Estoy confusa. ¿Esta conversación está tomando algún rumbo en concreto que no soy capaz de ver?
—Puede… —Inquirió traviesamente, el juego había empezado.
—¿Puede? —Repitió— Un momento Taylor… ¿Estás retándome? —Levantó las cejas, gesto que la caracterizaba.
—Yo solo estoy pasando un rato agradable en el patio trasero de tu casa mientras tomo una copa de vino y hablo contigo —Informó con cara de niña buena.
—Oh…de acuerdo. Estás jugando… Juguemos las dos…
Laura se humedeció los labios con la lengua mientras que su mente planeaba cosas. Se inclinó hacia adelante para depositar su copa de vino en el suelo y acto seguido retomó la posición. Se giró hacia Taylor quedando más cerca todavía que antes.
Laura la miró fijamente a los ojos.
—No pierdas el tiempo, no vas a conseguirlo… Además, tu mirada me gusta.
Advirtió Taylor, dando otro trago a la copa que aún sostenía en las manos, intentando convencerse a sí misa que no iba a ponerse nerviosa con lo que Laura estaba haciendo.
—Te gusta, pero al periodista le confesaste que también te intimida. Cito tus palabras textualmente: "hasta el punto de sentir un nerviosismo interno". —Sonrió con picardía.
—Pero sé que en estos momentos lo haces conscientemente y no vas a lograr ponerme nerviosa —Dijo para luego alejar la mirada de los ojos de Laura.
Por favor, Laura, detente. ¡Oh mierda! ¿A quién quiero engañar? Bésame y terminemos con esto
Laura continuó con su juego intimidatorio y se acercó todavía más a la rubia. Conocía a Taylor, sabía que estaba nerviosa.
—Si tan segura estás…mírame a los ojos.
Sugirió Laura contemplando sus labios. Labios que la volvían loca desde que la besó por primera vez interpretando a su personaje Alex Vause.
Antes de mirarla, Taylor intentó relajarse y parecer serena. Sabía que lo siguiente que iba a ver eran aquellos ojos que perturbaban su paz interior revolucionando todo su ser.
—Ya te estoy mirando…
Taylor era consciente de que iba perdiendo desmesuradamente en el juego que ella misma había empezado minutos antes.
Laura jugó. Observó detenidamente los movimientos que Taylor hacía presa del nerviosismo del momento.
—Gracias. Y ahora dime… ¿Por qué grabar conmigo es diferente que con Jason?
Bien. Eso era un punto a su favor, Laura quería saber la respuesta que solo ella podía darle.
—Vaya te tomaba por alguien más astuta… —Vaciló— ¿Necesitas una respuesta?
Con una mano le retiró el mechón que se alojó en el rostro de Laura. Delicadamente lo colocó detrás de la oreja aprovechando para rozar la mano con parte del rostro de la morena.
Bésame, hazlo Taylor.
—Creo saberla, pero quiero estar segura… —Respondió controlando la respiración.
Sin dejar de mirarla a los ojos, Taylor depositó sobre el banco la copa de vino dejándola en el diminuto espacio que había entre los cuerpos de ambas.
—Digamos que cuando grabo escenas con Jason, él no despierta nada en mi… —Dijo con firmeza venciendo a la timidez.
El corazón de Laura empezaba a acelerarse.
—¿Y yo? ¿Despierto algo en ti…?
—Muchas cosas —Pegó su frente a la de Laura, sus labios casi podían rozarse con los de ella.
El aliento de Taylor contra su boca le hacía perder el control. Laura se mordió el labio inferior, ahora era ella quien estaba nerviosa. Intentó parecer emocionalmente estable, pero… ¿A quién quería engañar?
Llevó sus labios contra los de Taylor y la besó. Los primeros tres segundos dudó, pero cuando Taylor le correspondió el beso con la misma intensidad y frenesí, se dejó llevar por el momento.
Sus bocas se buscaron mutuamente mientras la mano de Laura recorrió el muslo de Taylor y las manos de esta última se depositaban, una en la cintura, y la otra en cabeza de Prepon atrayéndola más contra sí.
Entre besos y caricias recorrieron el camino hasta el dormitorio de Laura. Parte de la ropa de ambas se hallaba repartida por el suelo del pasillo de la casa, pues ninguna pudo esperar a llegar hasta la cama para desvestirse.
N/A: Gracias por leer esta historia.
