UNA PROPUESTA INESPERADA.
Draco M. /Hermione G.
Los personajes no nos pertenecen (lamentablemente). Pertenecen a J. K. Rowling
Somos nuevas en lo de escribir fics así que no nos maten. Se aceptan sugerencias. Es un mundo alternativo, no existe la magia.
Esperamos les guste.
-blablabla- hablan los personajes
Blablabla pensamientos
(Blablabla) notas de autora
Un encuentro inesperado.
La oficina estaba vacía y a oscuras.
Daba un poco de miedo.
Hermione Granger subió las escaleras. No quería utilizar el ascensor. Hacía demasiado ruido y lo último que quería que el guardia de seguridad
se fijara en ella.
Cuando llegó a la séptima planta de Malfoy Properties, ya no estaba tan segura de no necesitar el ascensor.
Tenía que tener cuidado. Abraxas Malfoy, el presidente de la empresa la había despedido así que se suponía que no tenía que andar por allí.
Al llegar a la octava planta, se paró para tomar aire y se quedó escuchando por si acaso. Los apliques de los pasillos estaban encendidos,
la luz era tenue y no se oía a nadie.
Hermonie suspiro aliviada y siguió adelante, hacia la zona donde estaba su pequeño cubículo. La luz procedente del pasillo confería la estancia
un aspecto tanto lúgubre, con sombras y rincones oscuros.
Hermione se paró para reorientarse y sintió una gran pena. Aquel trabajo le gustaba. Lo iba a echar de menos. Por supuesto, tan iba a echar de
menos el sueldo.
Tras mirar a su alrededor, vio el precioso objeto que había ido a buscar: su orquídea.
En los apenas diez minutos que había tenido para recoger sus cosas, no le había dado tiempo de llevársela y temía que alguien la hubiera vota a
la basura.
Por suerte, no había sido así.
La había dejando sobre una cajonera de metal. Hermione miró rápidamente a su alrededor, en busca de algo en que subirse. Para su
desgracia, no había escaleras así que arrimó una silla y se subió.
Casi llegaba.
Estaba tocando la maceta con yemas de los dedos cuando se encendieron las luces de la habitación y una grave voz masculina que
arrastraba las palabras le pegó un susto de muerte.
-¡Busca usted algo, Granger!
Aquello la hizo gritar. No fue un grito muy agudo ni muy alto pero si sufriente para perder el equilibrio. Hermione intentó agarrase de la
estantería pero no pudo y calló junto a la orquídea que había ido a rescatar.
Se dio contra el suelo con gran estruendo, pero no se hizo demasiado daño. Tardó un par de segundo en darse cuenta que el hombre
que la había asustado había acudido en su ayuda al verla caer y ahora estaba en el suelo con él, en abrazo fatalmente embarazoso.
Aquello no iba bien.
-¡Oh!
Hermione se puso de pie a toda velocidad y miró al hombre.
Se trataba de Draco Malfoy, el que había sido su supervisor, nieto del presidente de le empresa que la había despedido y una de las
últimas personas a las que le apetecía ver.
El hombre parecía aturdido y Hermione pensó que, si salía corriendo a toda velocidad, podría huir.
Tomó aire, miró a su alrededor…
En aquel instante, vio que el hombre tenía sangre en la comisura del labio y no pudo evitar asustarse, lo que la llevó a arrodillarse a
su lado, suponiendo que lo había golpeado en la cara al caer.
-Vaya, ¡está bien! Madre mía, está herido.
Draco levantó los ojos y la miró con frialdad.
-De verdad-murmuró con el tono más sarcástico que logro alcanzar.
Con una mueca de dolor se llevó la mano al labio, y al retirarla vio que tenía sangre.
-Oh, cuanto la siento-se lamento Hermione, ignorando el tono utilizado por el.-¿Que puedo hacer?
-Muy fácil-contesto Draco-Valla a esa mesa-le indicó señalando la mesa del supervisor. Hermonie se puso de pie y obedeció.
-¿A esta?
-Sí-contesto Draco mordiéndose el labio-Descuelgue el teléfono.
Hermione así lo hizo y espero sus instrucciones.
-Marque el nueve, seguridad interna, y dígales que llamen a la policía porque hay una loca en el edifico que hay que arrestar.
-¡Oh!-exclamó Hermione colgado el auricular con anta fuerza que pudo haber traspasado el escritorio.
Tendría que haberlo supuesto. Al instante, se evaporó, de ella todo rastro de compasión hacia aquel hombre.
En el año que había trabajado en aquella empresa, había trabajado varias veces con Draco Malfoy y todavía no había conseguido
conocerlo. Aunque era frío e irónico superficialmente Hermaione tenía la sensación de que tras su fachada había mucho más.
Muchas de sus compañeras babeaban cuando lo veían pasar, pero Hermaione nunca se había dejado impactar por su espalda ancha y sus
ojos grises.
Sabia por experiencia que la belleza masculina podría esconder un SAPO, si un sapo; como en aquel cuento para los niños donde una linda
princesa besaba a un sapo y este se convertía en un príncipe, en la vida real besas a un príncipe y se te vuelve sapo.
En cualquier caso, ¿que más daba? Aunque él quisiera, no tenia motivos suficientes para que la policía la arrestara, así que no le podía hacer nada.
-Lo siento mucho, pero obviamente, no voy a seguir sus instrucciones- le dijo acercándose lentamente a él, que se había sentado en el suelo.
Draco se estaba masajeando la nuca, como si se hubiera hecho un chichón. Iba ataviado en un traje gris y camisa blanca aunque la tenía
abierta y no llevaba corbata ni chaqueta.
Por supuesto a Hermione no se le paso por alto que era un hombre muy guapo, pero ese dato le había dado exactamente igual cuando
había trabajado con él, así que ¿Por qué no le iba a seguir dando igual ahora?
Así que siguió con lo que había iniciado y le dijo con voz impersonal, como si no se tratara de ella a quien le amenazaban con meter en la cárcel.
-No creo que pudiera usted hacer que me arrestaran- le dijo, observando cómo Draco se sacaba un pañuelo del bolsillo y se lo apretaba contra
el labio.
-¿Ah, no?
-No-Contesto Hermaione.
-Yo creo que tengo motivos más que suficientes-insistió Draco comenzando contar-Allanamiento de morada, probablemente con alevosía y
nocturnidad y, por supuesto, agresión con… ¿que es eso?
Hermaione recogió del suelo lo que quedaba de la maseta morada, que se había roto en varios pedazos. Por suerte, el contenedor de plástico
estaba intacto y la orquídea estaba bien.
-Una maseta-contestó.
-Muy bien. Agresión con una maseta- declaro Draco- La verdad es que ahora que lo pienso mejor, creo que no voy a llamar a la policía- añadió
sacudiendo la cabeza, con este movimiento solo consiguió desordenar su cabello cuidadosamente peinado hacia a tras, dándole un aspecto muy sexy
(N/A claro que todo esta de una manera inconciente-no hay nada más lindo que alguien que es sexy y no es a propósito-sigamos)y se puso de pie.
-Se exactamente cual va a ser su castigo.
Hermione se estremeció de pies a cabeza, pero consiguió mantener la compostura. Antes muerta que dejar que aquel hombre se diera cuenta
que le tenía miedo.
Lo tenía al lado. Intento decirse que no era tan alto, que era por que no se había puesto zapatos de tacón; aunque claro quien se pone tacones
para entrar ilegalmente en un edificio, pero sin embargo no podía negar que aquel hombre era alto.
-No creo que eso vaya a ser necesario- le dijo mirándolo a los ojos.
-No creo que sea usted la persona adecuada para tomar esa decisión- le espetó Draco.
-Mire, la única razón por la que me he caído ha sido por que usted me ha asustado- se defendió Hermione- ¿Y que hace aquí por cierto?
-¿Cómo que qué hago aquí? Le recuerdo que esta empresa es de mi familia. Le suena de algo Malfoy, mi apellido que da la casualidad es el
mismo nombre que lleva la empresa- le dijo con voz cargada de ironía y burla.
Hermione simplemente se encogió de hombros.
-¿No iba a estar toda la semana en Francia? – eso me voy a ir por las ramas como quien no quiere la cosa y después me voy como corcho de botella.
-He vuelto antes de lo previsto.
Eso parecía. Qué mala suerte.
-Se supone que el edificio tiene que estar cerrado a estas horas.
Draco se le quedo viendo como si se hubiera vuelto loca.
-Así que ahora resulta que soy yo el que se está asaltando las normas.
El ridículo. Hermione era perfectamente consiente de que eso era lo que estaba haciendo, pero no tenia nada que perder. ¿No decían que la mejor
defensa era un buen ataque? Desde luego, no tenía ninguna intención de pedir clemencia, así que debía intentarlo todo.
-Exacto- contestó sin dejar de mirarlo a los ojos-Obviamente, ha sido usted quien ha originado todo esto.
Draco se quedo mirándola fijamente a los ojos y sonrió. De repente, estalló en carcajadas.
Hermaione dio un paso atrás asustada. ¿Aquel hombre tenia sentido del humor? Aquello la pillo completamente por sorpresa. Sabia defenderse de un
hombre alto y fuerte, pero no sabia qué hacer con un hombre que se reía a mandíbula batiente.
-Me parece que la culpa de todo esto la ha tenido la orquídea- comento Draco en tono divertido.
Hermaione se miró las manos, en la que tenia los restos de la maceta. Draco la miro y chasqueó la lengua. Por lo visto aquella mujer se tomaba muy
en serio lo que le estaba diciendo. Aquello le recordó por qué siempre le había caído bien.
Hermaione Granger nunca había intentado licuar con él.
Draco estaba harto de que las mujeres intentaran siempre ligar con él. A veces, respondían ante él como flores abiertas bajo el sol. Había habido
un tiempo en el que aquella reacción lo había llenado de júbilo y claro como no si eso había empezado a suceder cuando cumplió 16 y no
sabia nada de la vida ahora con sus 24 años, seguía sin saber nada de la vida pero si mucho de las mujeres. Ahora esa reacción le molestaba
terriblemente.
Por supuesto sentía atracción física por Hermaione Granger por que aquella mujer de rizos castaños y grandes ojos oscuros era una belleza
ante la cual era imposible no quedar prendado.
Aun así, Draco tenía suficiente experiencia como para saber que la belleza de una mujer no significaba nada para él, la belleza no era importante,
no conseguía llegarle al corazón.
La vida era mucho más fácil así.
-Las orquídeas son plantas-estaba diciendo Hermaione mirándolo con el seño fruncido, señal inequívoca que se había dado cuenta de que la había
tomado el pelo.
Por lo visto, quería desafiarlo de todas maneras.
-En eso, estamos de acuerdo. ¿Y?
Hermaione lo miro triunfante.
-Si son plantas, no tienen voluntad propia. Por lo tanto, no le podemos echar la culpa a ella de lo que ha sucedido. Ella no quería salir volando por los aires.
Admito que tiene cierta razón-contesto Draco siguiéndole la corriente.
Hermaione dudó un segundo. Si Draco estaba admitiendo que tenía razón, definitivamente había llegado el momento de hacer la gran salida.
-Por supuesto que tengo razón, toda la razón- insistió-ahora, si me perdona, me tengo que ir…-declaro girándose para hacerlo.
Pero Draco la agarro de la muñeca. Hermaione deseando poder leer sus intenciones en aquellos ojos de hielo tan fríos como el mismo.
-Un momento, todavía no hemos terminado- dijo Draco.
Por primera vez, Hermaione se encontró incómoda de verdad. Estaba a solas en un edificio con un hombre al que no conocía realmente de nada.
Había pertenecido al grupo de 7 personas del equipo de investigación al que supervisaba Draco Malfoy, pero a parte del suyo, supervisaba otros 4 grupos.
Había trabajado de cerca con él en un par de proyectos, pero siempre había habido entre ellos una reserva natural y no había sido solamente de su parte.
Unos meses antes había tenido un encuentro muy raro con él en el que Draco la había hecho una propuesta tan increíble que, a veces, Hermaione se
preguntaba si no lo habría soñado todo.
En aquella ocasión, se había dicho que no debía tenérselo en cuenta, pero el episodio había hecho que Hermaione se hiciera ciertas preguntas.
Sabía que a Draco le habían pasado ciertas cosas. Si no lo hubiera sabido por los rumores que corrían en la empresa, lo habría visto en las profundidades
de sus ojos.
Draco no era un hombre extrovertido l que le gustara hablar de si mismo. De hecho, se estaba mostrando más natural aquella noche que en el largo año que había trabajado para él.
Por alguna razón, Hermaione deslizó la mirada hasta su cuello, allí donde la camisa dibujaba un triángulo. No veía nada del otro mundo ya que no le daba muy bien la luz, pero, de alguna manera el hecho de que la llevara abierta y sin corbata, dejando expuesto un trozo de su piel, le parecía íntimo y excitante.
Al instante, Hermaione percibió que se la había acelerado el pulso.
No debía permitir que Draco se diera cuenta.
-He venido a buscar mi orquídea y ya la tengo, así que me voy- anunció.
-Seguro que había otra manera más fácil de recuperarla- comento Draco.
-Seguro, pero por lo visto yo no hago las cosas de manera fácil.
Draco asintió.
-Por lo que he visto, hace las cosas muy bien. Si mal no recuerdo, el año pasado trabajo en el proyecto del Ninbus Nuevo Milenio, ¿no es así?
Trabajo. Si, mantenían la conversación a nivel profesional, podría soportarlo. Y, si no la estuviera tocando, seria todavía más fácil. Draco la había agarrado de la muñeca y no la había soltado todavía. Hermione había intentado zafarse al principio en un par de ocasiones, pero él no se lo había permitido.
A todos los efectos, la tenia atrapada-Si, es así-Contesto.
-Por lo que recuerdo, fue usted la única persona del equipo que se dio cuenta de que demonios estaba pasando allí- declaro Draco.
¿Te diste cuenta?, se pregunto Hermione ¿y por que diablos no dijiste nada?
-Estoy convencido de que usted y yo podríamos hacer grandes cosas juntos. Tengo un proyecto…
Hermione lo miro con los ojos muy abiertos.
demasiado tarde. Su abuelo me ha despedido hoy. ¿No lo sabia?- Se lo había dicho buscando sorprenderlo. ¿no acababa de darle que era una de sus mejores empleadas? A lo mejor, cuando se enterara de lo que había pasado, hacia algo por ella.
Por ejemplo, echarle una buena reprimenda a la persona que había puesto su nombre en la lista de los despedidos, sugerirle que volviera o incluso ofrecerle una buena suma de dinero para convencerla…
-Si, claro que lo se- contesto Draco sin embargo.
-¿lo sabia?-repitió Hermione en tono estupido.
Así que lo sabia.
¿Y si incluso hubiera sido el la persona que hubiera puesto su nombre en la lista? Como si lo estuviera oyendo.
Despedid a la pelo de escoba. Me gustan las mujeres inteligentes pero esta es una listilla.
Hermione se enfureció. La rabia que se había apoderado de ella aquella misma tarde, cuando se había enterado de que la habían puesto de patitas en la calle, volvió a hacer acto de presencia, lo que la llevo a soltarse de el con fuerza.
-Se cree que lo sabe todo, ¿eh?- lo espeto-¿Y que le parece que haya perdido el trabajo que me ayudaba a pagar la montaña de deudas que amenazan con comerme viva? ¿También sabia que están apunto de echarme de mi casa por que no puedo pagar el alquiler? ¿Se paran a pensar en esas cosas cuando echan la gente a la calle o somos simples peones en un tablero de ajedrez que les importa muy poco?
-Ah terminado-le espeto Draco muy serio.
-¡no! Ahí otras personas en mi situación en realidad, todos los del departamento de investigación. Apenas llegamos a fin de mes, por que, dicho sea de paso, esta empresa no paga bien, ¿sabe? Y ahora estamos todos en la cuerda floja, preguntándonos de donde vamos a sacar dinero para comer…
-Muy bien, ya basta- la interrumpió Draco.-Alto hay Evita Perón. Por aquí no nos gustan las revoluciones- añadió limpiándose la sangre con un pañuelo.- No me quiero ni imaginar el peligro que seria usted como primera dama… -murmuro.
Hermione estaba a punto de contestarle con vehemencia cuando se dio cuenta que la hemorragia era peor de lo que parecía. De hecho, tuvo que morderse el labio para no gritarle.
Sus instintos la llevaban a dar un paso al frente para ayudarlo. Tenia que curarlo. Incluso consolarlo. Al fin y al cabo, todo aquello había sido culpa suya.
Lo más raro de todo aquello era que Draco jamás le había parecido tan atractivo como en aquellos momentos. Tenía el pelo revuelto y le caía un mechón sobre la frente y todo aquello de corte en el labio y la sangre le conferían una apariencia vulnerable de lo más atractiva.
El que siempre parecía tan invencible…
Claro que, en cuanto centro en Hermione su mirada irónica de siempre, lo estropeo todo.
-Ven aquí, pequeña asesina en potencia- Dijo girándose hacia el pasillo- va a tener que arreglar lo que ha roto.
Hermione lo siguió hasta su despacho. Se sentía culpable, y de momento, eso la estaba haciendo dócil.
Lo cierto era que no había estado muy a menudo en despacho. Sabia que muchas empleadas buscaban cualquier excusa para pasarse por hay, pero ella no era así.
Draco Malfoy era muy guapo, soltero y el nieto del presidente de la empresa, si que todo el mundo lo consideraba un buen partido. Sin embargo, Hermione nunca lo había considerado especialmente atractivo y si demasiado arrogante. Aquella actitud no hacia si no alejarle de él por que la hacia recordar a su miserable novio.
No por que Draco se parecía a Ron, la verdad. Por lo menos la arrogancia de Draco estaba basada en un cierto nivel de competencia. La de Ron había sido un gran farol.
Aun así, Hermione se había prometido muchas veces que jamás dejaría que un hombre volviera a gobernar su vida como su novia lo había hecho años atrás. Por eso, estaba más decidida a mantener las distancias con hombres como Draco.
El despacho de Draco resulto ser muy parecido a él mismo, es decir, atractivo y bien mantenido. Había una alfombra mullida, sillones de cuero y espejos, todo le confería a la estancia un ambiente más rico.
Al instante, Hermione en la fotografía que había en su mesa. En ella se veía a una bella mujer de cabellos rubios, un hombre igual de rubio de cabellos largos, una niña muy hermosa parecía un ángel y Draco un par de años más joven.
Hermione sabia que se trataba de su familia, todos muertos en un terrible accidente de coche hace tres años.
Hermione apenas podía imaginarse lo que debía ser la tragedia de perder a toda tu familia. Según decía la gente, Draco había cambiado después del accidente.
Por lo visto, se había convertido en una persona completamente diferente
Hermione no tenía ni idea de cómo había sido antes, pero le costaba imaginárselo siendo alegre y risueño. El hombre al que conocía como Draco Malfoy era un hombre completamente concentrado e la empresa, el trabajo y el éxito.
Así que… Ambos estaban solos.
No, no quería pensar en ello.
-¿Dónde tiene el botiquín de primeros auxilios?-le pregunto dejando la orquídea sobre la mesa, fijándose en una puerta que había a la derecha y suponiendo que seria el baño.
-De la herida ya me ocupo yo- contesto Draco quitándose la camisa-Usted ocúpese de quitarme la sangre de aquí- añadió entregándosela.
Hermione se quedo anonadada por la increíble vista de su impresionante torso. Se suponía que los ejecutivos no tenían tiempo para ejercitar su cuerpo, pero era obvio que el que tenía enfrente si lo conseguía.
Aquel hombre parecía la estatua de un dios griego. Si, igual de frió también, se recordó Hermione intentando mantener la compostura.
Se sentía atontada, pero consiguió tomar la camisa y se dirigió al lavabo del baño. ¿Se habría quedado mirando demasiado tiempo? ¿Se habría dado cuenta Draco?
¡Por favor, que no se haya dado cuenta! , rezó abriendo el grifo y frotando la mancha.
-No sé qué ponerme- comento Draco yendo hacia ella y colocándose a su espalda-¿Usted qué cree? ¿Yodo o mercurocromo?
Hermione se giro para estudiar la herida, pero, al hacerlo, se encontró con que Draco estaba demasiado cerca. Ante si tenía su piel blanca y sus espectaculares músculos. ¿Aquello que estaba sintiendo era el calor que emanaba de su cuerpo?
Además para colmo, olía de maravilla, a menta y jabón. Durante un segundo Hermione sintió la potente necesidad de tocarlo.
-fuera- le ordeno señalando la puerta.
-¿Que pasa?- se extraño Draco.
-Esta… ¡Desnudo!
-No estoy desnudo. Simplemente, no llevo camisa.
Hermione cerró los ojos y tomó aire.
-Está desnudo, así que o se va usted o me voy yo.
Draco abrió la boca para decir algo. Hermione era conciente de que había dos posibilidades: le iba a espetar que no fuera ridícula o le iba a tomar el pelo por ser una cursi.
Hermione apretó los dientes para lo que se le venia encima, para su alivio, Draco se resistió a la tentación y salio del baño.
Una vez a sola, Hermione suspiró.
Menos mal que Draco se había ido por que era tan atractivo que… bueno, Hermione no sabia lo que habría sucedido… al fin y al cabo , era una mujer y Draco un era el hombre más guapo que había tenido cerca.
Aun así, le gustaría no haberse mostrado tan evidente ante él.
Hermione terminó de lavar la camisa y, cuando volvió al despacho, se encontró con Draco poniéndose una camiseta que había sacado de algún sitio. La camiseta le marcaba los bíceps y enfatizaba sus músculos, pero era mejor verlo desnudo de la cintura para arriba.
-He dejado la camisa colgada en el baño para que se seque- anunció Hermione sin mirarlo a los ojos.
Draco se giró hacia ella y recordó el instante lo que tanto le gustaba de aquella mujer. Hermione Granger era eficiente y concisa. Tenía una sonrisa sincera y no batía las pestañas como una mariposa seductora cuando hablaba con él.
Le había sorprendido su reacción de hacía unos minutos. Normalmente, era una mujer cuidadosa y controlada. Aquello precisamente había llevado a Draco a hacerle un propuesta muy interesante unos meses a tras.
En aquel entonces, Hermione había respondido como si le hubiera pedido que vendiera su lama al diablo, lo que Draco le había parecido toda una exageración.
Aún así, no había podido quitarse la idea de la cabeza.
-¡Le parece bien esta distancia?- bromeó.
-Siempre y cuando esté vestido, no hay problema-contestó Hermione con calma-. Los hombres desnudos me ponen nerviosa.
-A mi también- contestó Draco-. Sin embargo, las mujeres desnudas…
-No deberían acercarse a usted ni en broma.
Aquello lo hizo reír.
-Pero si soy hombre de familia-contestó.
De repente, recordó la cruda realidad y la sonrisa se le borró del rostro. Ya no tenía familia.
-Bueno, era un hombre de familia-murmuró mirando el horizonte.
Hacia casi dos años que sus padres y su hermana habían muerto. Ya era capaz de pasar unos cuantos días seguidos sin ganas de vomitar, sin sentir que se le rompía el corazón de dolor al pensar en ellos y en lo que había perdido.
Sin embargo, de repente, todas aquellas sensaciones volvían a aparecer cuando menos se lo esperaba
Como ahora.
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N/A Para quien no sepa, Eva Perón, fue una actriz y política argentina. Como primera dama, promovió el reconocimiento de los derechos de los trabajadores y de la mujer, entre ellos el sufragio femenino y realizó una amplia obra social desde la Fundación Eva Perón.
Este es nuestro primer fic. Esperamos que les guste. Y Dejen Review Plis.
