*Esta es mi cuarta temporada de The Vampire Diaries. De mas esta decir que los personajes no me pertenecen, solo las locuras que aqui se plasman. Acepto todo tipo de correcciones, es mi primer fanfic. Gracias por leerlo*


CAPITULO I:

Llegué como pude al hospital de Mystic Falls… Vi a Meredith, quien me impedía el paso. Solo quería estar con ella. Sufrí al ver a Ric caer en mis brazos, sabía que eso solo podía significar que ella no estaba bien, que ella estaba muriendo. No puedo creer lo estúpido que fui, le prometí no dejarla sola, no permitir que nada le pasara. Si me hubiese quedado, ella estaría viva. Miraba sin ver y oia sin escuchar lo que Meredith trataba de decirme "Tuve que hacerlo, necesitaba mi ayuda". ¿De que hablaba?, según sabía, mi dulce Elena estaba muerta, solo quería verla y pedirle perdón por fallarle nuevamente. ¿Como iba a decirle ahora, que en realidad fue a mi a quien conoció primero? Ya no me quedaba nada, mi Elena estaba muerta… pero… ¿que significa lo que me dice esta mujer? "Necesitaba mi ayuda, y yo la ayudé"

Salí del estado en que me encontraba y presté atención a lo que me decía

- ¿Qué dices? - le grité

- Que Elena estaba peor de lo que le dije a Jeremy… y yo… tenía que ayudarla, ¿me entiendes? - me contestó con lágrimas en los ojos

Salí de ahí corriendo tan rápido como pude y llegué al depósito de cadáveres. Ahí estaba Stefan, mirando a Elena que yacía en una mesa de autopsias. Sentí una lágrima caer por mi mejilla, cuando, al acercarme, Elena despertó tras tomar una bocanada de aire. Corrí a su lado y ella miraba a su alrededor sin comprender aun que sucedía.

- Damon! Stefan! ¿Que pasó? - preguntó mientras se miraba.

Estaba empapada y trataba de recordar lo que había sucedido. Miró a Stefan y le preguntó

- Stefan, ¿Qué paso? Rebeka estaba en el puente, caímos, y Matt… Dios mío, ¿donde esta Matt? Te vi, tú lo sacaste, ¿cierto? ¿Está bien?

Elena… hasta en este momento piensa en otros antes que en ella… Solo pude acercarme y abrazarla, le prometí lo mismo que debí haber cumplido antes "No te dejare sola".

Stefan no se mueve, solo está sentado, en silencio. Lo miro con odio. Como pudo ser tan estúpido. Como pudo dejarla sola, como pudo permitir que el estúpido de Matt se la llevara y que Rebeka tratara de matarla… Ya verán, me las pagaran… pero por ahora solo importa ella…

Elena parece no comprender lo que pasa, me empuja, soltándose de mis brazos, empieza a sentir que todo da vueltas, el dolor de cabeza es incontrolable… de pronto, como un rayo, una imagen aparece en su mente… Vicky Donovan y su transición.

- ¡No puede ser! ¿Me morí? - preguntó con los ojos desorbitados ante la incertidumbre

Solo pude asentir con la cabeza, mientras la abrazaba con más fuerza contra mí.


Caroline lloraba desconsolada mientras manejaba… ni siquiera ella sabía donde debía ir. Solo debía continuar sin mirar atrás, era lo que su madre y la señora Lockwood les habían pedido. Ahora estaba sola, Tyler había muerto… o eso creía ella.

Su teléfono no dejaba de sonar. ¿Qué querría Stefan ahora? ¿Acaso no entendía que después de 20 llamadas perdidas ella no estaba de humor para atenderle? Si, estaba feliz que él, la madre de Bonnie, incluso Damon estuvieran a salvo. Ya cansada de oír el repicar del teléfono decidió contestar.

- Caroline, te necesito, tienes que volver - suplicó Stefan del otro lado de la línea

- No puedo, Stefan, si regreso me buscaran y me cazaran, a ti también, ¿Por qué no te has ido?

- Tenemos problemas Caroline… es Elena - suplicó Stefan

- ¿Qué? ¿Dime que pasó? - inquirió Caroline a la vez que cambiaba su rumbo hacia la mansión Salvatore.


Bonnie miraba a Tyler/Klaus con la arrogancia propia de quien ha hecho lo que quiere sin medir consecuencias. Klaus sabía muy bien donde presionar a la "pequeña Bonnie" para hacerla que estuviera de su lado, pero algo en su interior le decía que esta no era la misma muchachita a quien había encerrado en su casa para que deshiciera el hechizo que su madre le había hecho. Algo en los ojos de Bonnie le mostraba que debía tratarla con cuidado, si quería beneficiarse de sus dones.

- No creo que sea necesario que me quede acompañándote, Klaus, tengo cosas mas interesantes que hacer que ver tu cara de Tyler toda la noche- indicó Bonnie

- Por mi esta bien, pero, ¿no crees que se preguntarán si ven esta carita por ahí revoloteando?- ironizó Klaus, poniendo cara de puchero – deberías llevarme a tu casa y esconderme allá – dijo Klaus, torciendo levemente la boca

- No puedo llevarte a mi casa, queda muy cerca de la estación de policías, pueden verte, es decir, a Tyler y estar en problemas

- Bueno, entonces tendré que ingeniármelas para buscar un sitio - dijo Klaus

-Haz lo que quieras, ya no es mi problema lo que hagas o no hagas desde ahora, solo te pido que no dejes que te maten. Hay una cacería allá afuera, y piden la cabeza de Caroline y la tuya… bueno, la de Tyler. Si yo fuera tú, me iría lo mas lejos posible-

Algo dentro de Klaus le gritaba que se alejara de ese sitio… pero muy dentro de el sabía que debía quedarse para proteger de Caroline, aunque ella no lo supiese. Por ahora, debía saber donde estaba Caroline.

- ¿Y tú sabes dónde se fue Caroline?, digo, para evitar encontrármela por donde vaya – trató de disimular un nervioso Klaus.

- Creo que iba a Tennessee, según le escuché, un amigo de Tyler les invitó a quedarse - dijo Bonnie- aunque claro, también puede ser que con la "muerte de Tyler" haya decidido cambiar su rumbo.

Klaus la miró de reojo, y vio que una leve sonrisa escapaba de los labios de Bonnie. Jamás le había parecido peligrosa, pero ahora sabía que no debía subestimarla.

El teléfono de Bonnie comenzó a sonar, y antes de apagarlo vio quien llamaba. Era Damon.


Caroline llegó a la mansión Salvatore en un automóvil para nada parecido al suyo. Cualquiera que la viera, pensaría que lo saco de un depósito de chatarra. En el camino pensó que sería muy sencillo encontrarla por su auto, así que obligó a un anciano a que le cambiara su vieja carcacha por su Ford Fiesta, no sin antes ordenarle que lo hiciera desaparecer lo más lejos posible de Mystic Falls. Le dolió dejar ese auto, se lo había regalado su padre antes de saber que era un vampiro, pero si quería pasar desapercibida, estaba obligada a hacerlo.

Corrió al salón, donde vio a los hermanos Salvatore. Stefan estaba sentado en un sillón, mirando el fuego en la chimenea. Damon estaba, como siempre, con una copa de bourbon en su mano derecha y una cara de preocupación que no se la podía.

- Gracias por venir tan pronto Caroline - dijo Stefan sin apartar la mirada del fuego - Siento muchísimo lo que le pasó a Tyler, pe- -

- No digas nada, Stefan, por favor - interrumpió Caroline - Ahora hay que ayudar a Elena. ¿Dónde esta?

- Encerrada en el calabozo, le ofrecí la cama de Stef y no quiso, le ofrecí la mía y tampoco. Dijo que se quedaría encerrada hasta hablar contigo. La brujita no contesta mis llamadas, si hablas con ella le dices que rompe mi corazón ignorándome- dijo Damon, poniendo carita de pena, tratando de disimular el torbellino de emociones que sentía que le quemaba por dentro.

- Por favor, habla con Elena, no nos ha dicho si completará la transición – dijo Stefan, tratando que no se le quebrara la voz.

Caroline bajó al calabozo en busca de su amiga. A medida que se acercaba, escuchaba el desconsolado llanto de Elena. Ella jamás habría consentido en convertirse, no lo había hecho por amor, y ahora por causa del infortunio, arrastraba la misma suerte que Caroline, sin haberla pedido.

- ¡Caroline! – gritó Elena, mientras se aferraba al cuello de su amiga – Tengo tanto miedo, no se que hacer… si no completo la transición, Jer se quedará solo… y si lo hago, viviré eternamente como un vampiro, amiga por favor, ayudame, ¿que tengo que hacer? Nunca quise que esto pasara – le confesaba entre sollozos a su amiga

- Elena – comenzó diciendo Caroline con un maternal tono - yo tampoco busqué esto, pero dime, ¿crees que yo soy mala?¿crees que merezco morir? – preguntó con toda tranquilidad

- Peee pero Caroline, como me preguntas eso! Eres mi amiga, por supuesto que sé que no eres mala, y no, no mereces morir, pero no entiendo porque me preguntas esto – dijo una asombrada Elena

- Es exactamente lo que quiero que entiendas. Yo soy un vampiro, pero sigo siendo la misma Caroline con la que creciste, he aprendido a mantener a raya mi sed de sangre, y no veo porque tú, la grandiosa Elena Gilbert – dijo poniendo voz de maestro de ceremonias – no podría hacerlo. Jeremy entenderá que tu no lo buscaste, no tienes que temer, estarás a su lado siempre, cuidándolo y protegiéndolo como lo has hecho hasta ahora. Yo te ayudaré, pero podrás regresar a tu casa cuando puedas controlarte, por ahora debes quedarte aquí, donde los chicos de seguro te cuidarán mejor que en cualquier hotel de 5 estrellas, pero podrías empezar por ir a alguna de las habitaciones, el calabozo no es muy placentero – dijo riendo Caroline, contagiando un poco de su alegría a Elena

- Está bien, pero … no puedo quedarme en la habitación de ninguno de ellos – dijo preocupada Elena

- ¡No te preocupes! – recuerda que esta antes era una casa de huéspedes, asi que obligaré a Damon que me ayude a arreglar una muy linda para nosotras dos . Y SI!- gritó Caroline para asegurarse que los Salvatore le escucharan – TENDRÁN QUE SOPORTARME UN PAR DE DIAS… O MESES… O AÑOS!

Stefan sonrió ligeramente. A veces, la verdad, es que muy a menudo, Caroline le recordaba a Lexie.

- La Barbie se ha salido con la suya, eh! Hermanito? – señaló Damon, sacando de su burbuja a Stefan

- Si, Caroline es increíble – soltó Stefan, sonriendo mientras se servía un vaso de whisky.

Caroline y Elena estuvieron un rato más en el calabozo. Elena tenía muchas preguntas, y Caroline le daba alegremente las respuestas. A ratos reían, y en medio de este interrogatorio, irrumpió Damon en el calabozo. Ambas le miraron sin saber que hacía allí. Elena, un poco avergonzada por todo lo que le había dicho se escondió tras Caroline.

- ¿Que quieres Damon? – finalmente preguntó Caroline

- Nada Barbie, solo avisarles que está lista la habitación que ocuparán. Elena, creo que esto te puede servir, hasta que Bonnie te haga otra cosa – dijo mientras extendía el collar que perteneció a Isobel – lo tomé de tu habitación cuando fui a explicarle a Jeremy todo lo que estaba pasando. El creía que habías muerto en el accidente, y corrió a tu casa a buscar las armas de Ric para enfrentar a Rebeka. Ya lo convencí de que no hiciera estupideces, y te mandó esto – Damon le pasó una pequeña maleta en la cual se asomaba su preciado diario – No lo leí, no te preocupes – le dijo guiñando el ojo, y desapareciendo antes que Caroline pudiera golpearlo.

- Debes admitir, que a pesar de todo, tiene buenos sentimientos – rió Caroline

- Si, tiene buenos sentimientos – contestó con tristeza Elena, mientras esboza una sonrisa.

- Pero bueno, ahora, creo que debes completar tu transformación, si no quieres morir y dejar solo a Jeremy – le recordó Caroline, por si amenazaban los remordimientos en la cabeza de Elena – Espérame aquí, voy por una bolsa de sangre.

Elena aguardó impaciente, sintió el olor de la sangre desde que Caroline abrió el frigorífico de la cosecha personal de los Salvatore. Antes que Caroline se le acercara, le gritó que no le llevara la bolsa. Que llevara un par de copas, una botella de whisky y un sorbo de sangre. No quería descontrolarse, pero necesitaba buscar fuerzas, que quizás encontraría en la botella de whisky. Stefan se ha ido – dijo Damon – aunque el sabía que lo hizo al sentir el olor proveniente del sótano de la propiedad - quizás a buscar algún conejito al que merendar – bromeó Damon, a la vez que entregaba a Caroline las copas y el whisky.

- Pero tu no estás invitado, Damon, ¿porque traes un vaso de chupito? – rió Caroline

- No es para mi – dijo, señalando las bolsas – es para que le des un chupito de sangre a Elena. Yo estaré en el salón, por si necesitan algo – enfatizo Damon.

- Gracias – escuchó decir a Elena apoyada en el marco de la puerta – de verdad muchas gracias por todo.

- ¡Gracias! – resaltó Caroline – Si no te conociera, diría que tienes corazón - bromeó

- Lo que necesiten, ya saben donde buscarme – dijo fríamente Damon, tratando de esconderse tras una fachada de impasibilidad. Mientras subía pensaba en lo bien que le quedaba a Elena el collar de Isobel…

- Sería una lástima tomarnos este whisky en este agujero – dijo Caroline, mientras miraba el calabozo haciendo muecas de asco – ¿Y si vamos a la habitación que nos preparó Damon? De seguro estará toda polvorienta, pero si tenemos suerte las camas tendrán sábanas limpias – le dijo guiñándole un ojo.

- Lo que tu digas Caroline, pero tendrás que ayudarme a subir, estoy algo mareada – comentó Elena.

- ¡Pero Elena! Necesitaré ayuda para subirte y llevar todas las cosas, tengo la fuerza para llevar todo, pero no me alcanzan las manos, o quebraré el whisky o tu cabeza – trató de bromear Caroline – DAMON! Baja, necesitamos tu ayuda! – gritó Caroline, aunque sabía que si lo hubiese susurrado, probablemente Damon la habría escuchado

- ¿Qué necesitan ahora? – les dijo, falsamente disgustado

- Necesito que subas a Elena hasta nuestro cuarto, está algo mareada – suplicó con la mirada Caroline

No era necesario que Caroline se lo rogara, el de cualquier forma se había quedado allí para ayudar a Elena. La tomó fuertemente entre sus brazos, como lo había hecho en pasadas ocasiones, y subió tranquila y pausadamente las escaleras. No quería que Elena se sintiese peor, así que no la expondría a su velocidad vampírica. Con cada paso, Damon aprovechaba de retener el aroma de Elena, embriagarse con el, pues no sabía cuando la volvería a tener así, tan cerca. Llegaron a la habitación y de un suave empujon, Damon abrió la puerta, haciendo que Caroline casi se fuera de espaldas.

Una exquisita habitación se mostraba ante sus ojos, digna de cualquier princesa. Las camas, de estilo victoriano a juego con un par de sillones que allí se encontraban, combinaban a la perfección con el tocador que allí había. Una mesita auxiliar y dos sillas se encontraban en un pequeño pero confortable balcón al que daba la habitación. Todo era tan hermoso, que ni en sus sueños Caroline había visto habitación similar. Cada cama contaba con una colcha blanca, almohadones que sin lugar a dudas eran de plumas y cubiertos por delicadas fundas bordadas a mano, que contrastaban de maravilla con las hermosas alfombras que habían escogido para la alcoba. En una de las camas, que indudablemente estaba destinada a Elena, se encontraba recostado, un pequeño osito de peluche. En cuanto lo vio, Caroline recordó: Era el osito que Elena tenía en su habitación, con el que dormía cada noche. Al ver este detalle, ella supo que todo había sido calculado meticulosamente para hacer sentir hasta en lo mas mínimo, el calor de hogar que Elena tanto necesitaba.

Cuando Damon dejo a Elena sobre su cama, vio como sus ojos se llenaban de lagrimas al ver aquel osito acompañándola en tan duro momento. Damon no pudo mas que salir de allí para que las amigas estuvieran más cómodas.

Caroline llevo las copas y el whisky a la mesita del balcón, y le pidió a Elena que se sentara allí. Mientras, en el baño de la habitación, servía el chupito de sangre que terminaría la transformación de Elena.
Se sentó frente a ella, que observaba el hermoso paisaje que le entregaba la altura y posición del balcón. Caroline le extendió el vasito con sangre y le advirtió:

- Quizás sientas mas ganas de beber, pero tenemos que moderarlo desde el principio para que no cometas los errores que yo cometí – suavizó Caroline, recordando al chico que asesino cuando no podía controlarse – quizás… recuerdes cosas… si fuiste influenciada por un vampiro, lo recordarás cuando completes la transformación – le advirtió – yo recordé como me influenció Damon y me encabroné, lo primero que hice fue buscarlo y le di un empujón que hasta hoy debe recordar …

- Yo no creo tener recuerdos, dudo que Stefan o Damon me borraran la memoria – aseveró Elena.

- Bueno, si tenemos que hacerlo lo haremos bien – dijo Caroline mientras servía las dos copas de whisky. Tomo una y la alzo – Por Elena Gilbert, brillante estudiante, coordinada porrista, buena amiga, mala novia y cazavampiros aficionada. ¡Por que su nueva vida le de la felicidad que la esquivó en la anterior… SALUD!