•·.·´¯·.·• Un día de Lluvia •·.·´¯·. ·•
By: 7kairi7
Los personajes no son míos pertenecen a square enix y no estoy muy convencida pero creo que también a Disney yo solo los uso como vía de escape del aburrimiento, la nueva producción de neuronas en mi celebro y para que mi creatividad no se pierda.
SummaryUna tarde. Cinco amigos. Un relato escrito desde cinco puntos de vista explicando como puede ser de maravilloso el amor y la amistad.
Historia:
VISION DE ROXAS:
Al llegar a casa, dejé el paraguas en el recibidor y me fui a mi habitación a coger la vieja guitara que me regaló mi padre antes de que muriera tras la operación. Encendí la calefacción y fui al salón para tocar un rato hasta que dejara de llover o hasta que llegaran mi hermano, Kairi y Riku como cada viernes. Me senté en el replano de la ventana balconada (no se si es asi pero me refiero a una ventana estilo la de el salón de los Simpson) y me puse a tocar. Pasó una hora cuando llegaron los chicos, no hizo falta que dejara de tocar ya que me dijeron que no les molestaba, se sentaron en la mesa y empezaron a hacer los deberes. Media hora después, mientras escribía una nueva canción para tocar, miré por la ventana, aún llovía mucho, estaba toda la calle vacía, de vez en cuando pasaba alguien con paraguas de colores, pero en general, estaba totalmente vacio cuando de pronto la vi, Naminé, corría bajo la lluvia mojándose más de lo que estaba. Solté la guitarra de golpe y salí corriendo tras ella dejando perplejos a mi hermano y a los chicos. Al salir de casa, sin paraguas, solo con lo que llevaba puesto, empecé a seguirla y llamarla pero ella no frenó. Al llegar al parque la alcancé, la cogí del brazo y la giré de cara a mí. Estaba llorando, estaba empapada y temblaba, en ese momento simplemente la abracé, fue lo único que se me ocurrió. Entonces, ella me mira y me pregunta, lentamente, entre sollozos que porque no la dejaba huir, que solo quería desaparecer, que estaba harta de sufrir, e inconscientemente, solo siguiendo mis sentimientos, la besé y, con un débil suspiro, le susurro al oído un dulce "te quiero". La vuelvo a abrazar, la cojo de la mano y me la llevo a casa. Al llegar a casa empapados, mi hermano y los demás empezaron a avasallarnos con preguntas pero, con una calma imperturbable, llevo a Naminé hacia el baño y le doy unas toallas:
-Toma, entra, dúchate y entra en calor, estas temblando, si no te refriaras-ella asintió con la cabeza-voy a buscarte algo de ropa
Allí la dejé; subí a la habitación de mi madre, abrí el armario y cogí una camiseta blanca y unos pantalones de deporte y vuelvo a la puerta del baño, al llegar allí llamo a la puerta, dejo la ropa en el suelo y vuelvo a subir pero esta vez me dirijo a mi habitación. Al llegar allí, me cambio de ropa, me seco un poco el pelo con una toalla y vuelvo a bajar al salón. Sin hacer caso de los chicos, cojo la guitarra y me pongo a tocar, otra vez, sentado en el replano de la ventana, mirando como llueve. Diez minutos después, Naminé sale del baño, se sienta a mi lado y delicadamente me abraza acomodándose en mi pecho. Lentamente suspiro soltando un dulce y tierno "Te quiero"
