Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, sino a Masashi Kishimoto. La portada del fic le pertenece a su respectivo creador/creadora.
Aviso: Antes de leer éste fic, leer "Coma" y"Misión S: ¡Cuida a tus sobrinos!", los puede encontrar en mi profile. De caso contrario, no entendería la siguiente historia.
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I: Padre, ¿por qué no sonríes?
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Si tenía que hacer un recuento de cómo le fue en el día, todo se resumía en una palabra: estresante. Lo peor de ir a una misión ANBU, es ir acompañado de un grupo de incompetentes; siendo exactos, novatos. Básicamente, quien hizo el trabajo sucio fue él, los otros simplemente fueron estorbo. Nunca creyó que algún día desearía estar con su escuadrón habitual.
Ahora, con el traje hecho un asco, heridas causadas por los enemigos nada débiles, su máscara de pájaro resbalándose por la incesante lluvia que, para sus males, hacían que su largo cabello se pegara con su sangre, estaba frente a la mansión donde estaría su esposa e hijos esperándolo. Palpó sus bolsillos con la intención de encontrar las llaves y bufó exasperado al no dar con ellas. "Maldito día de mierda" pensó, golpeando la puerta para que quien sea abra.
—Neji-niisan… ¡Qué sorpresa! —encontrarse con su prima Hanabi no estaba en sus planes—. Qué bueno que hayas llegado, tus hijos necesitan cuidado. Adiós.
No entendió lo que quiso decir y tampoco el motivo de haberla encontrado en su casa cuando asumía que ella debió de haber estado en su cita con el pretendiente de quien no recordaba su nombre. Bueno, ese no era su asunto. Ingresó y, extrañamente, encontró silencio en su hogar. Eso no pasaba a menudo. Eran las 21:00 pm y, aproximadamente hace siete horas, sus hijos debieron de haber llegado de la Academia y armado un alboroto en su hogar. No escucha la voz de su esposa regañando a sus hijos, ni siquiera la ve asomarse para verificar si ya está dentro de su casa. "Aquí ocurre algo" pensó ingresando a la sala de estar y, lo que vio, comprobó que efectivamente algo pasaba.
Hizashi tenía en sus manos un libro que decía "Diccionario" y leía atentamente algo sin dignarse a abrir la boca. A su lado estaba Hitomi, viendo y pasando las hojas de un libro muchísimo más grueso y colorido, que decía en la portada "Álbum Familiar I".
—Buenas noches —habló con el fin de hacerse notar, esperando un grito de alegría que nunca llegó. Simplemente un asentimiento de cabeza—. ¿Dónde está su madre?
—La señora Nara, la señora Uchiha, la señora Yamanaka y la tía Hinata se la llevaron a no sabemos dónde. Dijo que llegaría en dos horas y pasó una —contestó Hizashi sin mirarlo, sólo seguía viendo frunciendo el ceño a su diccionario. Después dirigió su mirada a su hermana—. Ya lo encontré y padre ya llegó, empieza.
Con un suspiro cansino Hitomi levantó la mirada hacia su padre, quien tenía el ceño ligeramente fruncido.
—Padre, ¿por qué no sonríes en ninguna foto? —preguntó girando el álbum que tenía en manos hacia él.
—Aquí dice: "Sonrisa: Gesto de alegría, felicidad o placer que se hace curvando la boca hacia arriba como si se fuese a reír, pero levemente y sin emitir ningún sonido" —leyó Hizashi.
—Creo que esa es la respuesta —empezó su hermana, pensativa—. ¿No eres feliz, padre?
Ni siquiera le habían dejado contestar la primera pregunta. Ahora atacaron con más y con ayuda del diccionario. No era su hábito el sonreír para demostrar si algo le alegraba o complacía. En pocas ocasiones lo hace, y sus más allegados son testigos de esa pequeña curvatura que aparece extrañamente en su rostro. Ahora, ¿por qué sus hijos dicen eso cuando, en más de una ocasión, les sonríe? No una sonrisa de oreja a oreja, ni mucho menos reír a carcajadas, sólo es una pequeña curvatura. Casi imperceptible, pero es una sonrisa a fin de a cabo.
—Ni en la foto de tu boda sonríes, padre —continuó señalando la foto donde estaban él y Tenten, vestidos con kimonos tradicionales de boda, llevando el símbolo de la familia Hyuga en la espalda.
¿No veía su sonrisa? Juraba haber sonreído mientras veía a su esposa. Si la próxima pregunta sería si estaba feliz o no, lo estaba. El día de su boda fue el segundo día más feliz de su existencia.
—Estoy sonriendo —no iba a decir que no lo hacía, porque sí lo hacía. Era su forma de sonreír, ¿qué querían que hiciera?
—A ver activa el byakugan, Hitomi —dijo Hizashi, y en el acto ambos lo hicieron. No pudo evitar tomarlo como una burla.
—Nada… no sonríes, padre. ¿No estabas feliz cuando te casaste? —cerró los ojos ya irritado.
Genial, su día maldito continuaba. ¿Cómo podían preguntar eso? ¡Era feliz! Pero no por eso lo gritaría a los cuatro vientos y con ello lograría que sus hijos se diesen cuenta.
—Lo estaba —contestó sencillamente, y ambos lo miraron escépticos.
—¿Ya no lo eres? —preguntó su hijo mayor. Suspiró. Tendría que corregir.
—Lo soy.
—No parece, no lo demuestras —se quejó cruzándose de brazos e inflando sus cachetes como suele hacerlo su madre. Neji no pudo evitar sonreír internamente. Podrán decir que su hija es idéntica a él en carácter y físico, pero heredó los gestos y el tono de piel de su madre.
—En ninguna foto sonríes, padre. En la foto con el tío Lee, en una foto desprevenida con mamá, el día de tu cumpleaños número veinte, el día de tu boda, un día de misión… entre otras, sales serio.
—Bien, tienes razón que en casi todas no lo hago. Pero fíjense bien en la del día de mi boda —señala justo sus labios. No puede ser, estaba cayendo en las provocaciones de sus hijos.
—¿Logras ver algo? —preguntó Hitomi, acercándose demasiado a la foto. Hizashi negó con la cabeza—. Padre… o tienes una sonrisa invisible o, en definitiva, no lo haces. Se me hace que no eres feliz.
—¿Cómo pueden decir que su padre no sonríe? O peor, que no es feliz —los tres poseedores del byakugan se giraron a ver a quien ingresaba recién a la sala—. Su padre sí sonríe, y es encantador cuando lo hace —guiña un ojo cuando ya se acercó lo suficiente, y Neji no evita el virar su rostro.
—Mamá, no sonríe, velo por ti misma… —extendió la foto hacia Tenten, quien la tomó y empezó a observar minuciosamente.
—Oigan, ustedes dos heredaron los ojos de su padre, ¿y no se dan cuenta de la ligera curvatura en el lado derecho de los labios de Neji? —dijo haciendo frente y señalando una ligerísima curvatura en la foto. Neji también fijó su vista, pero en su esposa.
—Creo que sí… —comentó Hitomi acercándose más—. Pero sí que es una ligerísima curvatura.
—Ligerísima casi sin hacerse notar —complementó Hizashi.
—Pero a fin de a cabo, ¿es una sonrisa o no? —dijo triunfante moviendo la foto de un lado a otro. Los mellizos simplemente asintieron quedadamente—. Pero sólo vieron el primer álbum de fotos, ¿por qué no observaron el segundo?
—¿Dónde está? —preguntaron en unísono. "¿Había segundo álbum?" se preguntó Neji volviendo a fruncir el ceño.
—Aquí —dijo después de abrir uno de los tres cajones del buró, y extrajo un segundo álbum con el mismo nombre del primero, pero con el número dos agregado—. Miren ésta inmensa sonrisa cuando los cargó por primera vez.
A la misma velocidad que sus hijos se abalanzaron al frente para observar la mencionada foto, él también lo hizo sorprendido. No recordaba que le habían tomado una foto con ellos.
En la primera foto de ése álbum, aparecían en un cuarto de hospital. Tenten recostada en la cama con una débil pero reluciente sonrisa en los labios debido al cansado parto y, a su lado, estaba Neji. En el brazo derecho cargaba a un niño blanco como él y envuelto en una manta celeste y, en el brazo izquierdo, cargaba a una niña un poco más rosada pero idéntica a él también, envuelta en una manta rosa.
Ese no era el hecho importante, lo más importante era la expresión que tenía el Hyuga en su rostro. Sus opalinos ojos tenían un brillo especial, y estaban curvados como sus labios. No era una simple sonrisa, era una gran sonrisa de felicidad. Se notaba a simple vista.
—¿Lo ven con una cara de tonto? —y se rompió el encanto con las estruendosas risas de tanto la madre como los niños. El ANBU sólo exhaló exasperado.
— ¿Cuándo sacaste la foto? No recuerdo que la hayas tomado —no dudó en preguntarle.
—Claro que no lo hice yo, tontito. ¿No ves que estaba en la cama? Fue Lee quien estaba en la puerta y capturó el momento —contó sonriendo—. ¡Oh! Y hay más sonrisas…
Siguió mostrando las fotos. En una solo estaba él, sonriendo a los pequeños kimonos amarillo y azul que tenía en manos. Recordó que fueron regalos de su prima Hanabi, así como también recordó que no vio quién tomó la foto. Otra apareció, donde estaba Tenten recostada en su cama, con el crecido vientre de siete meses. A su lado en una silla, estaba él sonriendo también mientras la veía. Nuevamente la pregunta resonó en su cabeza: ¡¿Quién tomó la foto?! Investigaría el pergamino-pulsera que tiene su mujer en la mano. De repente invoca una cámara.
Siguieron viendo las fotos todos juntos en el sofá. Aunque claro que sus hijos también reían al ver las pruebas de que Neji sí sonríe, ya que en algunas, su rostro sí daba risa. No era usual verlo sonreír, pero las pruebas y Tenten lo atestiguaban.
—Bueno, padre sí sonríe. Pero eso no quita que no sonríe con frecuencia —empezó Hizashi.
—¿Acaso ya no somos bonitos que cuando éramos bebés? —embroma Hitomi y Tenten ríe.
—Pero si ustedes son hermosos, inteligentes y fuertes —empieza Tenten colocando cada una de sus manos en las mejillas de sus hijos, quienes sonríen algo sonrosados—. Me recuerdan mucho a su padre cuando era igual de guapo —ahora sí, sonrojo acompañado de una torcida sonrisa por parte del susodicho.
—¿Acaso ya no lo soy?
—Los años te subieron el ego, Hyuga —le saca la lengua pero después sonríe.
—Padre, ¿eres feliz entonces? —pregunta Hitomi sin borrar la sonrisa y sin despegar sus blancos ojos de su progenitor.
—¿Es motivo de sonreír? —ahora la mirada de Hizashi se posa también en él.
—Sí… —dice simplemente y cierra los ojos sonriendo de lado—. Evidentemente, soy muy feliz de tenerlos a ustedes tres.
Tuvo que volver a abrir los ojos al sentir dos pesos saltando de lleno a su pecho. Sus hijos lo estaban abrazando fuertemente y su esposa frente a él le sonreía. Sólo correspondió al abrazo, mientras que Tenten se acercaba para depositar un casto beso en sus labios.
No, el día no terminó siendo tan maldito. Pero cómo le dolía la espalda…
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¡Hola!
Nuevamente publico otro NejiTen. Como había dicho en mi anterior fic, subiría la continuación de "Misión S: ¡Cuida a tus sobrinos!" pero no sería sólo un one-shot, sino varios... Se tiene como personajes principales a los hijos de Neji y Tenten: Hitomi y Hizashi. Los pequeños Hyuga traviesos y muy curiosos, con ganas de preguntar varias cosas a su padre, ¿y por qué no? tal vez más adelante, a su madre.
Cada one-shot sería como un capítulo. Como verán, el fic se llama "Padre, ¿Por qué...?" es una pregunta inconclusa, y cada one shot, completa la pregunta. Por ejemplo, el de capítulo 1 se titula: "Padre, ¿por qué... no sonríes?" y así los demás completarán la pregunta.
Espero que haya sido de su agrado el primer one-shot. El próximo no sé cuándo lo suba, espero que pronto. Verán que el fic no dice "Complete".
Eso es todo. Alguna opinión, crítica, sugerencia o duda (que por cierto, la responderé) etc. son bienvenidos en un review :)
¡Saludos!
Leidy.
