Diez minutos...

El celular suena en modo vibrador para no despertarte, aunque no me guste mucho admito que ese pedazo de tecnología terrestre es de utilidad ,al menos para lo que yo lo utilizo. Diez minutos antes de la hora acostumbrada , cinco de la mañana con cincuenta minutos.

Tallo mis ojos para quitar la pereza y despertar totalmente solo para hacer una cosa: verte.

No soy el hombre más expresivo del mundo, nunca lo he sido y nunca lo seré, eso bien lo sabes y me aceptas así. Mi vulgar terrícola mujer gritona son algunas palabras que siempre te suelo decir y aunque me amenazes por no decirte por tu nombre o por alguna estúpida y cursi palabra de tu cultura sabes que esas son de cariño para mi. Papá le decia mujer gritona a mi madre, tú me la recuerdas en todos los sentidos, quizás por ello me cautivaste.

Duermes en mi pecho como siempre sin ninguna pizca de ese maldito maquillaje que tanto usas, te ves preciosas asi, al natural. Me acomodo para poder quedar frente a tu rostro, ver cada detalle; tus ojos, pestañas, cejas, tu pequeña nariz, tus labios... esos labios que son mios, sólo mios.

Paso mi mano libre por tu corto cabello celeste, la otra se encuentra debajo de tu cabeza, en específico en el hueco que forma tu cuello.

Mi vulgar... paso mi dedo indice por tu delicado perfil hasta llegar a la sabana que cubre tu desnudez.

Siempre he sido un maldito asesino, no puedes culparme, asi soy.

Disfruto la guerra, ver los planetas arder en todo su esplendor ,escuchar los gritos de los habitantes pidiendo ayuda o maldecirme.

Lo siento, asi soy.

Pero, sabes que no cambiaría nada de ello por tenerte, a ti y al mocoso. No se que me hiciste para retenerme a tu lado, vivir en paz, eso que va contra mi naturaleza.

Amo pelear, ser mas fuerte que todos, pero mas amo estar contigo, entre tus brazos, bajo tus caderas. Amo sentir tus dedos en mis cicatrices más pequeñas, esas que nadie mas que tú pueden ver.

Siento vergüenza.

Pero siento orgullo a la vez, me siento extrañamente feliz a tu lado. Me gusta, en demasía me gusta.

El pitito del putito reloj suena dando las seis de la mañana. Vuelvo a cerrar los ojos fingiendo dormir.

Te mueves con lentitud para no despertarme- buenos dias mi amor - me dices seguido de un casto beso. Sales a cumplir con tu rutina y yo con la mía.

Solo son diez minutos, más son mis diez minutos.