Bueno no tenía empezado a escribir otra historia pero cuando me di cuenta el prologo se había prácticamente escrito solo y ya iba a mitad del capítulo 2 xD Aun así esta será una historia algo lenta... principalmente porque soy media lenta para escribir cuando me llega la flojera xD El fic contará con la participación especial de dos chicos muy queridos para el fandom... tienen un lugar en mi kokoro(?) ouo)9
...
O
Cuando una puerta se cierra otra se abre
La oportunidad para lograr su sueño había llegó a su fin. Había sucedido la mañana de un lunes en pleno invierno... en ningún momento lo vio venir.
Marinette Dupain era hija única del matrimonio Dupaian-cheng, fue educada con las mejores enseñanzas que sus padres pudieron ofrecerle. En su vida nunca hubo lujos suntuosos pero siempre contó con lo necesario para que en su hogar la calidez y el amor nunca faltaran.
Desde temprana edad los señores Dupain motivaron a Marinette a seguir sus sueños, prometiéndose que siempre estarían allí para ella, en cuerpo y alma, para apoyarla con cada decisión que decidiera tomar.
Marinette cumplió con cada meta que se propusiera, desde la más pequeña hasta la más grande, tal y como se esperaba de ella. Fue a la edad de doce años que decidió convertirse en una diseñadora de modas. A los quince había logrado finalmente ingresar al programa de diseño en una de las mejores academias de arte en París. Estaba totalmente emocionada, un poco triste porque tendría que dejar a sus padres un tiempo debido a que era un internado, pero sumamente extasiada al ver que poco a poco se acercaba a lograr su sueño.
Su estadía en la academia había sido de lo mejor, le encantaba lo que hacía, crear era lo suyo no había duda de eso. Todo iba de maravilla...
... hasta esa mañana de invierno, cuando por una simple decisión de un tercero le costó la suspensión del programa de diseño en la Academia. Nunca hubiera imaginado que aquel día que parecía ser tan prometedor hubiera sufrido un revés equiparable al de un temblor. Todo estaba siendo tan perfecto.
La habían mandado a llamar, la directora solicitaba su presencia en su oficina. Marinette, no temiendo nada se presentó ante esa mujer. Al entrar vio a la mujer sentada en silencio tras su escritorio, mantenía la mirada sobre unos documentos. Cuando alzó la vista sus ojos color jade se posaron sobre la diminuta figura de Marinette.
- Lo siento, señorita Dupain. Pero me veo en la penosa necesidad de informarle que ha sido suspendida del programa.
Aquella confesión dejó sin habla a Marinette, no había razón alguna para que la directora decidiera eso. No sabía qué creer.
- ¿Por qué? Dígame por favor qué hice para que usted tomará tal decisión.
La mujer le miró por unos segundos, acomodó sus gafas y luego suspiró. Como si el mero hecho de darle una explicación a aquella chica le fuera un suplicio. - Tú no tienes lo que una diseñadora debe tener.
- Yo... no entiendo.
- Señorita Dupain - siseó - admito que es una joven talentosa pero no cumple con las expectativas de una diseñadora. Usted... - en un ademan despectivo la señaló - no tiene ni la elegancia, ni el potencial para convertirse en un icono de la moda. Solo mírate...
Marinette hizo un puño con sus manos y se mordió la lengua para no llorar.
- Tú carácter es demasiado dócil... en el mundo de la moda debes pelear, convertirte en una fiera, y tú... mi pequeña niña, eres demasiado amable como para entrar a este mundo. Considera como un favor estas palabras que te digo. Búscate otro sueño más acorde a tu potencial.
A sus diecisiete años de vida, esta era la primera vez que Marinette quería llorar y gritar tan fuerte como su cuerpo le permitiera, pero hizo lo contrario, se quedó allí sentada, mirando al piso sin ningún punto en específico mientras sus manos se tornaba blancas por la falta de circulación.
- Retírate. La academia cuanta con muchos otros programas, eres libre de elegir el que gustes pero en cuanto al de diseño, ya no eres bienvenida.
La siguiente media hora Marinette se encontró encerrada en su habitación. Agradecía que su compañera de cuarto aún se encontrara en clases pues no tenía deseos de hablar con nadie. Simplemente se sentó en su cama y lloró. Un nudo opresivo se había formado en su garganta, y el escozor en sus ojos por las lágrimas derramadas le incomodaba.
Aun recordaba la sonrisa socarrona que Katherin (una compañera del grupo) le dio al salir de la oficina de la directora. Nunca había entendido porqué aquella chica era tan mala con ella. Sacudió su cabeza y frotó sus ojos como si con aquel intento pudiera borrar las memorias de lo sucedido.
No supo en qué momento se durmió pero para cuando despertó eran cerca de las doce. Su compañera de cuarto ya había regresado y se encontraba durmiendo. Aquel silencio de la noche brindó un poco de paz al corazón herido de Marinette.
- No puedo quedarme aquí - susurró a la nada. Había llegado a la conclusión de que era hora de partir, no podía quedarse en aquel lugar ya no había nada que ese lugar pudiera ofrecerle. Tampoco quería vivir ocultando día a día la razón de su suspensión en el programa, mientras se enfrentaba a las miradas de compasión o burla de quienes estaban al corriente de los hechos. Para esas horas seguramente Katherine ya había divulgado el tema de ella llorando.
Así que llegando a la conclusión de que necesitaba despejar su mente decidió embarcarse en un viaje de auto-descubrimiento. No iba a abandonar su sueño ¡Ni en un millón de años! pero sí tomaría en cuenta las palabras de la directora, mejoraría y le mostraría lo tan equivocada que estaba al verla juzgado de tal manera.
Sin más que esperar Marinette se marchó, escabulléndose bajo la protección de la noche. No pensó en explicarle a nadie a dónde iba, seguramente a nadie le importaba. Solo mandó dos mensajes de texto. Uno para sus padres, diciendo que había sufrido un bloqueo de artista y que debía despejar su mente. El siguiente fue para su prima, esperaba que pudiera acogerla en su casa por una temporada, mientras ponía en orden sus ideas.
...
"Por supuesto Mari, sabes que eres bienvenida en mi casa siempre.
Avísame cuando llegues a la estación, iré por ti.
Atte. Briguette."
