Historia nueva, es la segunda de esta pareja y como ya la tengo avanzada, pensé en postearla de una vez, espero les guste.

Se aceptan comentarios y críticas constructivas, más no insultos.

Aclaraciones:

Narración.

— Diálogo —

Pensamientos —

Advertencias:

OoC en los personajes.

OC's.

Situaciones sexuales implícitas-explícitas, lenguaje inapropiado.

Personajes: Neji | Sakura.

Género: Romance.

Clasificación: T | M.


FECUNDACIÓN INESPERADA.

Chapter 1.


Uno, dos, tres pasos y un tropiezo. Sintió unas manos grandes y frías recorrer su cuerpo, detenerse en las partes más sensibles de su anatomía, un dedo acariciar su botón sensible y ella arquearse ante tal fricción, que por muy suave no quitaba lo significativo y provocativo de la misma. Gimió, apretó las sábanas con sus manos y cerró los ojos con fuerza.

Sintió un aliento en una zona en la que no debería sentirlo, luego una lengua recorrer sus pliegues con deleite, sin embargo; así como llegó se desapareció. Luego un cuerpo desnudo contra el suyo, un par de manos abriendo sus muslos y acomodándose entre ellos, algo rígido rozó su centro. Se arqueó y gimió fuertemente, lo sintió sonreír contra su cuello mientras el largo flequillo de su cabello le rozaba el rostro.

Nuevamente sintió una mano serpentear entre su abdomen y acariciar ese delicioso botón que le enviaban un interminable toque eléctrico a todo su cuerpo, su dedo se deslizó suavemente torturándola logrando que se lubricara un poco más. En seguida dejó de sentir ese toque, su extremidad fue sustituida por algo más duro, rígido y palpitante.

Ella sabía de qué se trataba, sintió miedo por un instante y sus ojos verdes se abrieron temerosos, se encontró con los de él que la llamaban a la calma y con una promesa muda de que no la dañaría. Se sintió calmada, aun cuando logró determinar la dimensión de su miembro. Respiró profundo en cuanto lo sintió colocarse en su entrada, con suavidad extrema se introdujo en ella, sin embargo, por muy suave, o por muy delicado el dolor en esa parte era demasiado.

Sakura sintió que la partían en dos, él lo sabía pero ya había llegado lejos, así que sin más entró de un impulso. Las uñas se enterraron en su espalda, las piernas se apretaron alrededor de su cintura y ella se arqueó en un claro gesto de rechazo. Apenas la escuchó sollozar entre el beso que le dio para que no la escucharan gritar, las lágrimas corrieron por sus mejillas y desajustaron su maquillaje.

No se disculpó, solo se dedicó a acariciarle las caderas con delicadeza y mimo esperando el momento oportuno para continuar con su labor, la besó, la acarició y cuando ella se relajó empezaron las embestidas leves; luego subieron de tono.

Jadeó, gimió y gritó con cada embestida y cuando llegaron al clímax… Fue como si su cuerpo no fuera su cuerpo, lo que sintió fue sumamente extremo y él también, lo escuchó gruñir satisfecho. Ninguna mujer con las que había estado lo había excitado con tanta facilidad como ella.

Terminaron exhaustos y se abandonaron a los brazos de Morfeo.

El problema vendría después…

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Habían pasado casi cinco semanas desde esa fiesta en la casa de Ino, cinco semanas de esa maldita borrachera y lo peor, recordaba todo con exactitud. Y con todo se refería a absolutamente TODO, sin cortes, sin pausas, sin olvidos momentáneos. Era como si su karma quería recordarle que estaba mal tomar alcohol, liberarse y dejarse llevar.

Solo esperaba que por lo menos él no lo recordara, se consolaría por lo menos con eso.

Suspiró y finalmente tocó la puerta, escuchó un "pase" desde adentro y finalmente entró.

— Me mandó a llamar, Tsunade-sama. — articuló, en ese instante su corazón se detuvo, sintió su rostro palidecer y luego enrojecer al notar la presencia de otra persona aparte de Shizune.

— Sí Sakura, entra. — la voz de la rubia la despertó, con algo de torpeza cerró la puerta y se plantó frente a la quinta sin mirar a la cuarta persona que los acompañaba.

— Dígame, ¿en qué puedo ayudarla, Tsunade-sama? — habló nuevamente la pelirosa.

La rubia sonrió ante la respetuosa forma de hablar de Sakura, hasta parecía que no fuera su cómplice en las borracheras que se ponía cuando se escapaba de su inseparable asistente.

— Es una misión rango C. — profirió la quinta —. Irán a Suna y se reunirán con dos de los miembros del equipo de Asuma. — la pelirosa frunció el ceño.

— ¿Ino y Shikamaru? — la quinta asintió.

— Envié a Ino para que ayudara a controlar un brote de al parecer un nuevo virus, pero por los informes no ha podido dominarlo así que te mando a ti para que le ayudes. — la pelirosa consintió con un movimiento de cabeza, era de suponerse, enviar a Ino a algo que solo un ninja médico clasificado podía hacer era una inconsciencia.

Aunque supuso que la Hokage no creyó que se tornaría en algo más complicado.

— ¿Neji-san será mi escolta? — agregó la Haruno al ver al estoico castaño mantenerse al margen, Tsunade sonrió por la perspicacia de su alumna y asintió.

— Es uno de los mejores en ese campo, no permitirá que nada te pase y cumplirán todo a cabalidad.

La pelirosa asintió de nuevo.

— ¿Cuándo debemos partir?

— Ahora al mediodía. — respondió la rubia, ambos asintieron —. Retírense y preparen sus cosas para partir.

— Sí. — respondieron al unísono.

Enseguida ambos desaparecieron por su lado, no se encontrarían hasta que les tocara partir.

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Tres horas pasaron antes de partir, y al llegar Neji ya se encontraba esperándola, tuvo que detenerse un momento para controlar su rubor al verle de frente y no imaginarlo de manera diferente…, se sintió como una adolescente, como una niñita estúpida que no podía controlar sus hormonas frente a un hombre.

Y es que aun a sus 21 años no podía controlar ciertas cosas en sus emociones, mucho menos en su cuerpo. Sintió como su corazón comenzó a palpitar rápidamente, tanto que lo escuchó retumbar en sus oídos fuertemente.

— ¿Nos vamos? — pregunta estúpida, por lo que el castaño únicamente dio un asentimiento y comenzó a caminar hacia la salida.

Las enormes puertas se abrieron y ellos tomaron su camino, ninguno habló, Sakura se sentía demasiado nerviosa y no había tema de conversación. Por una parte se sintió decepcionada, desde hacía ya cinco semanas que no lo veía y apenas se dirigieron la palabra. Por otro lado, se sintió aliviada de que no recordara nada, aunque ella sí que lo hacía de forma constante…, sobre todo en las noches…

Cansados de sentir más largo el camino en tierra, saltaron a los árboles y comenzaron a brincar de rama en rama, así avanzarían más rápido y acortarían camino. Tardarían cuando mucho un día en llegar, Sakura le seguía el paso con facilidad, ya estaba acostumbrada.

Tuvo dos compañeros que competían constantemente y en velocidad eran bastante equilibrados, sin mencionar que su sensei era demasiado veloz, así que aprendió a llevarles el paso por muy increíble que pareciera. No obstante, pasadas un par de horas comenzó a sentirse cansada, el aire se le hizo pesado y empezó a faltarle el aliento. Ahora su corazón resonaba en sus oídos, pero al contrario, en cada respiro sus vías respiratorias ardían. Colapsaría si no se detenían.

Neji quien la miraba de reojo de vez en cuando se fijó en el repentino cansancio de la pelirosa, eso le extrañó realmente. Ya habían tenido misiones juntos, anteriores a esa, y siempre pudo llevarles el paso; al contrario, solía no dejarse amortiguar por el cansancio y aun así seguía el recorrido.

Pero al verla detenerse le preocupó un poco, lucía pálida y agotada.

— Haruno, ¿estás bien? — le preguntó saltando hacia la rama en donde ella se encontraba, ésta asintió.

— Sí, sólo…, me falta un poco el aliento. — respondió intentando minimizar lo que sentía y las respiraciones profundas, realmente se sentía terrible.

De un momento a otro percibió un mareo que le hizo tambalearse un poco, si Neji no la detiene hubiese caído estrepitosamente al suelo. En cuanto sus pieles se rozaron un destello de electricidad les recorrió el cuerpo, erizándole los vellos.

— Creo que es mejor que descansemos aquí. — profirió el castaño —. No creo que sea conveniente seguir así, no llegaremos muy lejos y tendremos que parar de todas formas.

Sakura suspiró, no tenía forma de alegar a eso, así que ambos bajaron al pie del árbol para descansar un rato. Neji se aseguró de que el perímetro estuviera resguardado por cualquier ninja enemigo, aunque después de la cuarta guerra y de todo los destrozos que les ocasionó; eran muy pocos los renegados que quedaban. Los más peligrosos fueron enterrados, con Obito y Madara.

Mientras el Hyūga iba a vigilar los alrededores, ella se acomodó y recostó en la base del árbol, se sentía extrañamente cansada y los párpados pesados. Cerró los ojos un rato esperando así recuperar fuerzas, y sin querer se quedó profundamente dormida.

Para cuando Neji regresó de su recorrido, se encontró a una Sakura profundamente dormida, hasta parecía que la posición incómoda en la que se encontraba no podía perturbarla. Sonrió levemente y la quitó de ese lugar para recostarla en el suelo, usando su mochila como almohada para brindarle más confort. La Haruno apenas se movió, parecía que nada podía despertarla en ese momento.

La observó un instante, su frágil y dulce rostro reflejaba mucha paz, mucha tranquilidad aunque esas ojeras bajo sus ojos le hablaran sobre las noches de desvelo. Quitó delicadamente unos mechones rosas de su ahora más crecido cabello, se preguntaba si dejarse crecer el cabello se debía al hecho que el Uchiha se encontraba de nuevo en la aldea, si se debía a él y a aquel amor que le juró en la adolescencia.

Aunque si lo pensaba bien, ella dejó crecer su cabello antes de que el Uchiha decidiera regresar. A lo mejor era decisión propia, nunca fue un hombre curioso, ni en su niñez y mucho menos en su adolescencia, pero ahora le llamaba fuertemente la atención saber, si el Uchiha tenía algo que ver.

Derrotado y a sabiendas que las respuesta no la obtendría jamás, decidió también tomar un pequeño descanso; seguramente cuando Haruno despertara continuarían su camino y ya no se detendrían hasta llegar a Suna.

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Luego de aquel pequeño descanso retomaron el camino, no tuvieron obstáculos para llegar finalmente a la aldea de la Arena donde el Kazekage ya los esperaba y les daba la bienvenida.

— Buenas noches, Kazekage-sama. — saludó Sakura con una educada reverencia hacia el pelirrojo de ojos aguamarina.

— Buenas noches, Haruno-san, Hyūga-san. — se dirigió a ambos —. Por favor, síganme. — pidió atentamente.

Los guió hasta su casa que más bien parecía una mansión, pocas veces Sakura había estado ahí y podía contarlas con los dedos de una sola mano.

— Estás serán sus habitaciones por el tiempo que estén aquí, espero no les moleste tener que compartirla. — habló un tanto apenado el pelirrojo, pues eso de que hombres y mujeres se mezclaran generaba pensamientos un poco delicados para cualquiera.

Sakura enrojeció, jamás imaginó que le tocaría compartir habitación con el Hyuga, sobre todo porque pensó que en cuanto ella estuviera en la aldea él se iría a Konoha. Pero erró en su cálculo.

— Claro que no, Kazekage-sama. No se preocupe. — respondió la pelirosa y le brindó una tenue sonrisa tranquilizadora.

— Pueden descansar, mañana serán llevados con Ino-san. — manifestó el nombre la rubia con mucha más familiaridad.

Ambos asintieron y esperaron a que Gaara se retirara para poder ingresar en la habitación, cuando lo hicieron, notaron que las dimensiones eran aceptables y para alivio de Sakura había dos literas. Por lo menos no le tocaría que compartir la cama.

Había dos cómodas, un clóset, un baño y un escritorio. Dejó su mochila en el suelo y se dirigió a la cama más cercana, la sintió cómoda en cuanto se sentó.

— Haruno, necesito ducharme, ¿te molesta si uso el baño primero? — habló Neji, la pelirosada negó con cierta incomodidad.

— No, claro que no.

Lo observó tomar unas prendas de su bolso y enseguida meterse al baño, al cabo de unos minutos escuchó el agua de la regadera correr. No quería formarse imágenes mentales de Neji bajo la ducha y con las traviesas gotas de agua recorriéndole su bien formado cuerpo, se estremeció y una parte de su bajo vientre tomó vida.

Sacudió la cabeza quitándose esas ideas y decidió acomodarse en la cama, seguramente Neji tardaría un rato y ella podría descansar en ese tiempo, así que acomodó la cabeza en la almohada y cerró los ojos. Nuevamente el sueño la venció y terminó quedándose profundamente dormida.

El castaño suspiró, realmente se daba cuenta que la Haruno tenía el sueño pesado o simplemente estaba agotada. La cubrió con uno de los cobertores que encontró en el clóset y él decidió vestirse, al fin y al cabo ella se encontraba dormida.

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El día siguiente, Sakura justamente antes de levantarse sintió unas terribles náuseas que ya no la dejaron conciliar el sueño. Así que sigilosamente se levantó y corrió al baño, vomitó un poco y haló la cadena del baño.

Respiró profundamente antes de levantarse del suelo, lavarse la cara y los dientes para volver a la habitación. Con suerte no habría despertado al Hyūga, gran error, al entrar se lo encontró con el torso desnudo cambiándose porque pronto saldrían hacia el hospital de Suna para encontrarse con Ino.

Se ruborizó, lo que aumentó con la mirada profunda que le otorgaba el castaño.

— Que bueno que te levantaste, Haruno, creí que me tocaría despertarte. — su voz la sacó de aquel mundo en el que recordaba se perdía entre esos abdominales marcados y sus brazos la cubrían en un acalorado movimiento.

— No, a…, yo solo venía por mis cosas. Me doy una ducha rápida y estaré lista. — dijo con cierto nerviosismo, el castaño asintió mientras la veía tomar torpemente su mochila y meterse al baño de inmediato.

Él esbozó una pequeña sonrisa divertido por el comportamiento de la pelirosa, cualquiera diría que jamás había visto a un hombre desnudo.

Sakura transpiraba dentro del baño, su corazón bombeaba cual maratón no corrió y sus mejías ardían como un tomate a punto de reventar. Verlo en esas condiciones con tan poca ropa despertó su libido, lo que era malo, porque supo que no era una buena idea que esa misión tuvieran que hacerla juntos. Que sería contraproducente para su salud mental, porque lo que buscaba era olvidar la situación no avivarla cual llama encendida a punto de quemarla.

¡Carajo! ¿Y cómo demonios lo olvidaría? Si él fue el primero y el único con el que había llegado a ese punto, consciente o inconsciente llegó a desearlo en varias ocasiones. Siempre le tuvo admiración, de la misma forma que Naruto.

Pero por el Uzumaki no sintió más que un amor de hermanos, jamás atracción física. Por Neji era diferente, en más de alguna ocasión llegó a fantasear con él en situaciones para nada decorosas, cuando lo vio por primera vez después de finalizar sus entrenamientos con la Hokage prácticamente le impresionó cuanto había crecido, desarrollado y mejorado. Realmente la sorprendió, y de una extraña y retorcida forma le atrajo.

Sin embargo, no pasó de una simple atracción física. Como sabía que su compañera de equipo sentía a él, en algún momento llegó a clasificarlo como amor; pero no estaba muy segura de si Tenten estaba enamorada o simplemente encandilada con el atractivo del Hyūga. Una pequeña cosquilla nació en su estómago y eso la hizo sentirse incómoda de tan solo pensarlo…

Se vistió pero aun sentía los rastros de aquella excitación repentina recorriéndole el cuerpo, no quería tener que verlo en esa situación pero no tenía más de otra que hacerlo. Cuando salió del baño ya no se lo encontró ahí, así que supuso que salió antes y ya se encontrarían en el hospital.

Salió de la habitación y recorrió los pasillos de la casa del Kazekage, se le hacían familiares ya que anteriormente ya había estado ahí. Cuando salió agradeció a los guardias y sorprendentemente se encontró con el Hyūga recostado en una pared con los brazos cruzado por encima del pecho, en una pose muy relajada que le recordó a Kakashi.

Enrojeció en cuanto sintió la mirada perlada clavada en ella.

— Creí que te habías marchado.

— Mi deber es escoltarte hasta que termine el trabajo aquí, es lo que haré. — respondió el castaño separándose de su apoyo y caminando hacia ella.

Sakura no dijo nada, únicamente asintió y comenzaron a caminar por las calles de la aldea. Todo se encontraba agilizado desde tempranas horas, la pelirosa caminaba y aun se sentía cansada, había descansado más de las 8 horas reglamentarias pero aun así se sentía agotada; como si no hubiese dormido nada.

Al llegar al hospital se encontró con un caos, un desorden que obviamente Ino no podía controlar.

— ¿Pero qué demonios pasa aquí? — gruñó malhumorada la kunoichi, a lo lejos divisó una larga melena rubia que no se daba abasto.

A zancadas avanzó hasta donde su amiga-enemiga se encontraba dando instrucciones atropelladamente a las enfermeras y demás personal, pero no creyó que sirviera de mucho. Su organización era un total desastre.

— ¡Ino! ¡¿Se puede saber que carajos pasa aquí?! — vociferó la ahora molesta pelirosa.

— ¡¿Tú qué crees frentona?! ¡¿Intento organizar esto, acaso creías que vine de vacaciones?! — exclamó alterada la rubia por el tono que Sakura había usado anteriormente, y por el estrés que la situación le causaba.

Sakura bufó.

— Pues por lo visto ni siquiera eso puedes hacer bien. — articuló, Ino crispó los puños en desacuerdo —. Al parecer seré yo la que ponga orden. A ver, ustedes revisen las fichas y pasen a los pacientes más urgentes, los que están contagiados con el virus aíslenlos y a los demás mándelos a otras salas para que los atiendan. — dijo a las enfermeras.

— Pero, Haruno-san… son muchos pacientes. — informó tímidamente una de las enfermeras.

— Despejan alguna sala para que puedan ubicarlos, mantengan el protocolo de aislamiento hasta que encontremos una cura, ¿quedó claro? — coordinó la pelirosa, la enfermera asintió con una sonrisa temerosa, realmente el carácter de la chica era igual al de la quinta.

Dio un par de órdenes más fastidiando de paso a la rubia.

— Vamos al laboratorio Ino, debemos empezar a trabajar en una cura para ese virus. — ordenó, la Yamanaka ardió en furia.

— ¡A mí no me des órdenes frentona!

— No me importa. — agregó irritada —. Me han mandado a ayudarte así que o me colaboras o te apartas, pero no quiero tus berrinches Ino.

Y sin esperar respuesta de la Yamanaka se encaminó hacia el laboratorio, se metió tanto en lo suyo que olvidó por completo a Neji. Al entrar en el laboratorio comenzó su trabajo, envió por muestras de los pacientes para poder empezar con un antídoto lo más pronto posible.

Al poco rato, Ino se hizo presente y comenzó a ayudarle sin rechistar. Tsunade debió enviarla a ella en primer lugar, cometió un error al pensar que su amiga podría con eso. No es porque fuera inferior a ella, sino porque sus habilidades no radicaban en la medicina ninja, más bien era para espionaje e infiltración.

Que tuviera conocimiento medicina ninja no significaba que podría con algo así, su maestra debió pensar en ella primero para controlar algo como eso.

Suspiró, cerró los ojos y al abrirlos se sintió mareada, había pasado ya parte de la mañana y la tarde metida en el laboratorio, aun le hacía falta un poco más para poder llegar al meollo del asunto. Pero comenzó a sentirse tremendamente mareada.

— ¿Frentona? ¿Te sientes bien? — indagó Ino preocupada al verla detenerse repentinamente, sin embargo, lo que la alertó fue el color sumamente pálido en su rostro.

— N-No… Me siento mareada… — dijo llevándose la mano a la frente, parpadeó un par de veces para enfocarla pero fue inútil —. Creo que…

— ¡SAKURA! — gritó Ino al verla caer lentamente frente a ella, Neji y Shikamaru entraron al instante alertados por el grito.

El Hyūga fue el primero en alcanzar a Sakura y evitar que se diera contra el suelo.

— ¡Oh por Kami! — profirió la rubia afligida al ver el rostro blanco de su amiga —. Neji sígueme, hay que recostarla debo examinarla.

El aludido la siguió sin rechistar, ¿Qué le pasaba a la Haruno?

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Cuando por fin despertó sintió su cuerpo pesado, los ojos igual de fatigados e incómoda. Pero lo que más le sorprendió fue verse envuelta por el blanco, ese color reinaba en la habitación. Y entonces comprendió que no había salido del hospital, solo estaba en una habitación como paciente.

— Hasta que por fin despiertas. — le llegó repentinamente un comentario con un aire sarcástico, lo que le sorprendió viniendo especialmente de Neji.

Él se encontraba recostado en la pared con los brazos cruzados y una expresión bastante seria, aunque su mirada era muy profunda, como si pudiese traspasarla con solo observarla.

— ¿Qué fue lo que pasó? — articuló adormilada y enderezándose un tanto en la cama.

— Te desmayaste. — respondió él.

— Ah. — fue lo único que pudo decir.

Neji se quedó observándola un rato, esperando a que dijera algo.

— ¿Es por el virus? — se aventuró a preguntar la pelirosa.

— No. — contestó escueto.

— Ah.

— Estás embarazada. — soltó de repente el castaño, su mirada era intensa y su rostro estoico. Ella abrió los ojos con sorpresa y luego asustada — ¿Ibas a decírmelo o seguirás fingiendo que no pasó nada? — Sakura palideció, un nudo se formó en su garganta y no supo que decir.

Él lo sabía, siempre lo supo y ahora…, se sentía acorralada, entre la espada y la pared.

Hasta la siguiente actualización.