La historia esta situada en el mundo de Bnha, no obstante, los Vongola no cuenta con "quirk" y la historia, se ubica poco después del arco del futuro.


Objetivo. Academia de Héroes.

Introducción.

Cuando Tsuna salió del autobús tragó duró, estaba nervioso, las piernas le temblaban sin descanso. Por culpa de Reborn había terminado en esa temible ciudad, que si bien había muchos héroes salvando el día, también tenía temibles villanos que acechaban entre la oscuridad. Según el arcobaleno eso era lo interesante, así podría probar quien era el futuro capo de la familia Vongola y machacar a cualquiera que osara interponerse ante ellos.

Apenas acababan de salir del futuro, por todos los cielos, ¿un poco de descanso no caería mal?

—Muévete, Dame-Tsuna. —ordenó Reborn, pateándolo y haciendo que se callera de cara contra el pavimento.

— ¡Ah, Decimo! ¿Se encuentra bien? —preguntó Gokudera, corriendo a ayudarlo. Yamamoto bajó a su lado, Reborn no tardó en subir a su hombro. — ¡No te quedes mirando como idiota, freak del beisbol, ayúdalo!

—Gokudera, el niño solo está jugando, para mí que Tsuna lo ha hecho a propósito para divertirlo. —sonrió el despistado Yamamoto, haciendo que tanto Tsuna y Gokudera pusieran los ojos en blanco.

— ¡DERROTEMOS A LOS VILLANOS, AL EXTREMO! —gritó Ryohei, cargando en sus brazos a Lambo quién despertó de un saltó, comenzando a llorar y a patalearle por el hecho de hacer eso.

—Parece que Hibari y Mukuro ya han comenzado con el espectáculo. —dijo Reborn, señalando ya a fuera del camión. Chrome debió sucumbir ante la presión del prefecto para cambiar con Mukuro.

Mukuro estaba sonriendo triunfante, esquivando o bloqueando los ataques de Hibari con una retorcida diversión. Irritando mucho más al amante de Namimori.

—Aun no entiendo que hacemos aquí. —suspiró Tsuna, mirando con cierto miedo a sus compañeros. Mukuro desviaba de vez en cuando la atención a él, básicamente diciéndole con la mirada, en algún momento tomaré tu cuerpo. Vaya que no cambiaba.

—El poder de la familia Vongola logró que el director de la Academia U.A, Nezu, prestará a algunos de sus estudiantes para que intercambiaran movimientos de pelea y esas cosas. Mientras ustedes hacen eso yo estaré con ellos, proponiéndoles las propuesta del Noveno.

—Para mí que solo se quieren involucrar con los nuevos héroes. —murmuró Tsuna, recibiendo una patada instantánea.

—La familia Vongola es considerada como una organización aquí, por lo que somos también a donde los héroes independientes más buscan unirse. —sonrió Reborn. Una sonrisa que le envió un escalofrió a Tsuna.

El arcobaleno llamó a Hibari y Mukuro, quién de nuevo tuvo que transformarse en Chrome para parar a la Nube. Algunos héroes ya controlaban la situación.

Tsuna avanzó con su grupo, escuchando el parloteo incesante de Ryohei y Gokudera sobre sus cabellos. Sentía el aura morada que desprendía Hibari detrás de él, que no tardaría en estallar si volvía a escuchar un cabeza de pulpo o cabeza de césped. Lo que tenía que hacer por una pelea con el bebé.

El futuro jefe de la familia Vongola miró la academia, era mucho más bonita e interesante que su vieja escuela en Namimori. Con un jalón de orejas de Reborn logró avanzar, sin muchos ánimos. Namimori era una de las poquísimas ciudades que había en el mundo donde la gente seguía siendo "relativamente" normal, aunque ahora en ese mundo lleno de héroes, los anormales eran ellos.

O eso era hasta la llegada del arcobaleno del cielo y todas sus aventuras vividas en Kokuyo Land, con las Batallas de los Anillos y su visita al futuro.

Se sentía muy inquieto de estar ahí, entre tanto talento el terminaría olvidado en un rincón.

— ¿Te encuentras bien, Decimo? —preguntó Gokudera, preocupado. —Puedo buscar un poco de agua si te hace falta.

—Muchas gracias, Gokudera-kun, estoy bien. —sonrió.

Debió saber que eso no detendría a su autoproclamada mano derecha.

— ¡Sabe que no me molesta hacerlo, Decimo, iré enseguida! —y se echó a correr sin darle oportunidad de contradecirlo.

— ¡Espera, Gokudera-kun!

—Déjalo ir. —dijo Reborn, indiferente. —Él ya sabe a dónde nos dirigimos de todas maneras, fue Gokudera quien me ayudo a hacer un plano de toda la escuela.

—Deja de aprovecharte de él. —Tsuna bajó los hombros, ahora entendía porqué Gokudera tuvo ojeras por una semana.

—No te preocupes, Tsuna. Gokudera tiene el don de encontrarte, haha. —sonrió Yamamoto, rodeándolo con su brazo por sus hombros. — ¡Esta escuela es increíble! ¿Habrá equipo de beisbol?

— ¡QUIERO UNIRME AL EQUIPO DE BOXEO, AL EXTREMO!

— ¡Lambo-san abrirá un club para que admiren a Lambo-san!

—Psss, psss…—Tsuna se puso al lado de Reborn, observando de reojo a Hibari. —Reborn, Hibari-san parece estar en su límite, ¿por qué lo has traido?

—También es tu guardián, Dame-Tsuna. —objetó sin prestarle atención. —Es su deber estar aquí.

— ¡Si empieza a morder hasta la muerte no me haré responsable! —chilló aún en voz baja, intentando que no lo escuchara.

Avanzaron otro rato, hasta llegar a la oficina del director, el cual a suerte de Tsuna estaba solo. No quería ver a súper hombres musculosos rodearlo, tenía suficiente con Xanxus, Byakuran y Squalo, gracias.

—Nezu.

—Reborn-kun. Es una alegría que estés aquí. —sonrió.

—Dejemos los saludos para después, tenemos mucho tiempo. —sonrió el arcobaleno.

Tsuna se le quedó mirando entre asombrado y confundido, ¿ese no era un animal? ¿Sería uno como las cajas Vongola? Aunque hasta ahora ninguno había mostrado la capacidad para hablar. Miró a Yamamoto, él se mostraba igual de sorprendido que él aunque tampoco tenía el valor para comentar algo.

— ¡Lambo-san quiere jugar con el perro! —gritó el niño, soltándose de Ryohei y corriendo a él.

Obviamente primero fue derribado por Reborn antes de llegar a Nezu.

— ¿Hmm?

—Puedes olvidar a este idiota. Solo te provocará dolor de cabeza.

—No… debo… llorar… AHHHHHHH! ¡Te mataré, Reborn! —gritó sacando la bazooca de los diez años.

Tsuna por primera vez vio un segundo de preocupación por Lambo en la cara de Reborn, tanto que incluso de un golpe lo mandó inconsciente al suelo, metiendo la bazooca de nuevo en su cabello.

—Sr. Director, voy a pasar. —anunció la voz detrás de la puerta, haciendo unos toquidos primero.

Tsuna pasó saliva, ¿qué clase de héroe entraría por esa puerta?