Saludos lectores!, eh aquí una nueva historia que tenia tiempo rondando por mi mente y que conjunta dos de las cosas que más me gustan: Brittana y zombies, actualmente ya escribí el capitulo 2 y espero subirlo pronto dependiendo de la respuesta que obtenga, por cierto no se preocupen por el avance de "Seguir viviendo" ya subí el capitulo 3 y espero que en un par de semanas suba uno nuevo si mi musa me lo permite. Ni Glee ni sus personajes me pertenecen solo los uso sin fines de lucro... disfruten!
DESPERTAR
Por: Viento
Capitulo I: Beginning
"Lima, Ohio, un pequeño lugar apartado del resto de las grandes urbes repartidas a lo largo del territorio de Estados Unidos fue elegida por la Farmacéutica multinacional New Life para construir una nueva sede a las afueras de la ciudad.
New Life es reconocida por la producción y distribución de varias vacunas y medicinas a nivel mundial y los avances que han tenido en la creación y desarrollo de distintos medicamentos entre los que destacan la del control de síntomas provocados por el Alzheimer e incluso del Cáncer, ambas se encuentran aun en su fase de desarrollo pero los directivos de la empresa Multinacional se muestran positivos en que pronto podrán empezar con su fase de prueba e incluso de distribución, esto en un par de años más…"
El documental fue detenido por la joven de 17 años al apagar el televisor que se encontraba frente a ella, no veía que era lo fabuloso de que una empresa como la que mencionaban trajera su contaminación y problemas a Lima, pero los adultos habían hecho demasiado escándalo argumentando cosas sobre mejores ingresos y nuevas oportunidades de trabajo aun así a la chica todo le parecía una burla, una farmacéutica de su nivel tendría que estar planeando algo para llevar una sucursal a una ciudad tan pequeña.
Se dejo caer nuevamente al montón de almohadas que había a su espalda y rogó porque el dolor de cabeza que la aquejaba desde que había despertado remitiera un poco para poder prepararse para ir a la escuela.
Se movió hacia un lado donde se encontraba el pequeño buró que tenía su lámpara de noche y abrió uno de sus cajones, metió la mano rebuscando con cuidado hasta que encontró el objeto rectangular que deseaba y lo colocó con rapidez sobre la cama soltando una maldición cuando se dio cuenta de que la caja de medicamento se encontraba vacía y tendría que ir a buscar más.
Su mano soltó la cajita y empezó a buscar su teléfono celular, con el dolor de cabeza y la fiebre que estaba segura tenía no había posibilidad de presentarse en la escuela así que lo mejor era enviar un mensaje a su novia para que no la esperara.
Britt-Britt no me siento muy bien, no voy a ir a la escuela hoy, pero no te preocupes por mi ya tome medicina, descansare un rato más y seguro con eso me sentiré mejor.
Te Amo, ten un buen día linda.
S.
Santana puso el celular sobre su pecho y cerro los ojos, podía apreciar el palpitar doloroso en las sienes y la frente aumentar ligeramente cada vez que intentaba moverse, se llevo una mano a los ojos y sintió la humedad de su propia piel debido al sudor causado por la fiebre e intento limpiarlo con los dedos.
Respiro profundamente mientras se levantaba de la cama quedando sentada y provocando una oleada de dolor que la hizo detenerse por un momento y apretar los parpados con fuerza; el sonido de la canción Love you like a love song se hizo presente al instante entre el silencio del cuarto e hizo que la migraña atacara con mayor fuerza haciendo que una desesperada Santana silenciara de inmediato el celular tocando con un dedo la pantalla que anunciaba que tenia un mensaje sin leer de Brittany.
¿Estas enferma San? No quiero ir a la escuela sin ti, mejor voy a cuidarte aunque Lord Tubbington no parece muy contento con la idea ;b
También te amo, llego en un rato.
B.
Santana no pudo sino sonreír ante el mensaje, no sabía como era posible que amara tanto a una persona, tanto como hacer que el malestar que sentía disminuyera ligeramente y le permitiera levantarse por completo de la cama mientras escribía un nuevo mensaje para la rubia bailarina.
No te preocupes Britt, no quiero que pierdas clases por mi culpa, además lo único que pienso hacer es dormir pero te estaré esperando cuando la escuela termine, Ok?. :p
S.
La latina camino lentamente por su habitación con el celular metido en la bolsa de su pantalón de pijama, hasta que llegó al pasillo y doblo hacia la derecha, donde se encontraba el cuarto de sus padres y dentro el baño que el Dr. López, mantenía con un botiquín lleno de medicamentos y donde esperaba poder encontrar algo para el dolor que le aquejaba. Mientras buscaba en el baño su celular sonó nuevamente.
T-T Mmm… esta bien San, iré a la escuela y estudiare mucho para que estés orgullosa de mi, pero no dudes que saliendo llegue a verte.
Descansa mucho, te mando besos para que te ayuden a sentirte mejor más rápido!
Xxxxxxx
B.
Al fin después de unos minutos de revisar el botiquín encontró lo que necesitaba y regresó a su habitación dejándose caer con cuidado en el suave colchón, tomo una botella de agua que había en su escritorio y trago un par de pastillas, esperando que le ayudaran a sentirse mejor. Se acomodo nuevamente entre sus cobijas y tomo su celular sintiendo que el sueño empezaba a alcanzarla.
Siempre he estado y estaré orgullosa de ti Brittany, eso nunca lo dudes.
Gracias por los besos, ahora se que mejorare pronto.
S.
Sin más la morena dejo que sus ojos se cerraran y una pequeña sonrisa acudió a sus labios cuando recordó que en unas cuantas horas podría ver el hermoso rostro de su novia nuevamente.
Brittany Pierce miro la pantalla de su celular con una sonrisa grabada en el rostro cuando leyó por décima ocasión el mensaje que Santana le había mandado minutos antes.
Siempre he estado y estaré orgullosa de ti Brittany, eso nunca lo dudes.
Gracias por los besos, ahora se que mejorare pronto.
S.
Por fin bloqueo la pantalla del teléfono y lo guardo en la bolsa de su chamarra de las Cheerios, se levanto de la cama y salio del cuarto para dirigirse a la cocina y servirse un plato de Lucky Charms; mientras comía lentamente su cereal se dio cuenta de que la casa se sentía muy sola "¿y mamá y papá?" se pregunto y fue hasta después de un par de minutos que recordó que sus padres no se encontraban en la ciudad.
Recordó que hacia dos días habían recibido la llamada de su abuela materna para contarles que se había caído de unas escaleras y se había lastimado una pierna, de inmediato su madre, Susan Pierce, decidió viajar a San Francisco para cuidar de ella durante un par de días y dado que su padre estaba de vacaciones iba a acompañarla.
La porrista termino de comer y llevo su plato al lavabo para enjuagarlo, cuando termino saco el celular nuevamente y mando un mensaje a otra de sus mejores amigas.
¡Hey Q!, ¿como estas? San no se siente bien hoy y no va a ir a la escuela, ¿crees que podrías venir a recogerme?
B.
La rubia se sentó en el sillón y encendió la televisión que en ese momento estaba en un canal donde pasaba un noticiero que hablaba acerca de unos extraños ataques a varias personas.
"Las autoridades pensaron en un principio que se trataba de ataques de animales pero después de que aumentara el número de las victimas se empezó a creer que eran ataques hechos por alguna secta o culto debido a la agresividad de los mismos…"
La chica decidió dejar de ver la televisión sintiendo un nudo formarse en su estomago al ver las imágenes de las escenas donde encontraran a algunas de las victimas. Soltó un grito de sorpresa cuando su teléfono vibro en el bolsillo de su chaqueta avisándole que había un mensaje nuevo.
Estoy bien B, gracias por preguntar. No te preocupes en 15 minutos llego a recogerte. ;D
Q
Brittany sonrió, se levanto del sillón, tomo su mochila que estaba al lado de la puerta y decidió que podía esperar a Quinn afuera de su casa así que salio, cerró la puerta con llave y se sentó en los escalones de la entrada aguardando que llegara la otra rubia.
Mientras la porrista miraba las nubes en el cielo intentando encontrar alguna forma de animal pasaron varias patrullas con la sirena encendida y siendo seguidas de varias ambulancias, "¿Que habrá pasado?" pensó mientras se levantaba y caminaba hacia la acera observando los autos alejarse con suma rapidez.
Mucha gente – si no es que toda- pensaría que Brittany Pierce es una persona tonta y de lento aprendizaje, lo que esa gente no sabe –obviamente exceptuando a Santana- era que ella podía darse cuenta de cosas más profundas e importantes, se daba cuenta de los pequeños y simples detalles que todos pasamos por alto; por ejemplo, cualquier otra persona le hubiera restado importancia al hecho de que el vecindario estaba sumamente callado, no había niños preparándose para ir a la escuela ni padres saliendo a trabajar o mascotas en los jardines; parecía que todos habían abandonado sus casas e incuso podía percibir en la atmósfera que algo no estaba bien.
Miro a su alrededor a las casas de sus vecinos intentando averiguar lo que pasaba cuando fue interrumpida por el sonido de un claxon, Quinn anunciaba que ya había llegado por ella.
-Hey Britt, ¿lista para la escuela?- preguntó la joven de ojos verdes desde dentro del auto color rojo.
-Hola Quinn, ya estoy lista- respondió con tono serio lo que preocupó a su amiga de inmediato.
-¿Te sientes bien?, es por Santana, ¿no?
Brittany se le quedo mirando, se había olvidado de su novia gracias al extraño sentimiento que se apoderara de ella hacia un par de minutos haciendo que se sintiera culpable.
-Si, estoy preocupada por ella.
-No te preocupes B sabes que a San no le gusta estar mucho tiempo enferma, seguro que cuando llegues de la escuela se sentirá mucho mejor.-intento animarla un poco, si en algo estaba de acuerdo con la latina era que a Brittany no le quedaba aquel gesto preocupado; la chica se vio recompensada por una brillante sonrisa por parte de la porrista.
-Gracias Q
-No hay problema Brittany, es hora de irnos o llegaremos tarde- se estiro para abrir la puerta del copiloto y la porrista subió animadamente, Quinn espero a que se abrochara el cinturón para encender el auto y emprender el camino a la escuela.
El trayecto fue rápido porque no había nada de trafico, a decir verdad apenas se habían encontrado con uno que otro auto cosa que era extraña a aquellas horas de la mañana en que la gente salía a las escuelas y oficinas; cuando llegaron al estacionamiento de McKinley la situación era más normal, varios carros ocupaban los lugares del estacionamiento aunque, se fijo Brittany, eran menos que en cualquier otro día.
-Vamos Britt- le llamó la rubia de ojos verdes mientras bajaba del auto y tomaba su mochila del asiento de atrás; su amiga asintió y la siguió hasta la puerta de la
Preparatoria, la abrieron y empezaron a caminar por el pasillo, la ojiazul sintió como aparecía aquel extraño sentimiento nuevamente cuando se percato de que algunos de los estudiantes parecían enfermos.
-Quinn, ¿no crees que la gente parece algo… rara?
La aludida se detuvo y miro a su alrededor, dándose cuenta de lo que hablaba su acompañante; uno de los miembros del equipo de fútbol paso a su lado con lentitud, luciendo un semblante increíblemente pálido e incluso afiebrado que alerto a la chica.
-Tienes razón Britt, pero podría ser alguna clase de resfriado- ante esta idea la porrista lucio bastante dudosa.
-No lo se Q…- antes de poder continuar sonó la primera campana que anunciaba que iniciaban las clases y los estudiantes empezaron a moverse con rapidez hacia sus respectivos salones.
-Será mejor que entremos a clases B- la joven dio la vuelta hacia donde estaba su salón, por suerte esta primera clase les tocaba juntas.
La bailarina obedeció y siguió a su amiga, ninguna de las dos chicas alcanzo a ver al muchacho rubio de primer año que avanzaba con dificultad recargándose de la pared y los lockers de sus compañeros, no notaron como caía al piso sin energías para levantarse nuevamente, como una oleada de dolor cruzaba por todo su cuerpo y en un instante dejaba de respirar.
El pasillo estaba completamente desierto, sin alumnos, profesores, nadie excepto el chico en el suelo, el chico que parecía haber muerto, el mismo chico que minutos después abrió los ojos pintados ahora de un color blanco lechoso y soltó un gruñido gutural, casi animal.
Brittany tenía su cuaderno abierto e intentaba tomar notas de lo que el profesor anotaba en el pizarrón, sin embargo matemáticas era una de las clases que menos le agradaban y que más complicada se le hacia por lo que normalmente se sentaba con Santana y ella le explicaba paso por paso sobre las formulas y problemas numéricos que tanto la confundían, ahora ante la falta de su novia a la escuela era Quinn quien ocupaba su sitio y quien intentaba explicarle con muchísima paciencia como resolver los ejercicios que el profesor les dejara en clase..
-No entiendo Quinn, porque hay tantas x mezcladas con los números…
La rubia de cabello corto soltó un suspiro y empezó a explicar nuevamente sobre las "x" y "y" en la ecuación, mientras escribía nuevamente surgió un nuevo respeto hacia Santana; era increíble que a pesar del carácter explosivo que poseía tuviera la paciencia de una santa para todo lo que respectaba a Brittany incluidos estaban el estudiar con ella diariamente y entender las extrañas frases que en ocasiones salían de la boca de la bailarina; una sonrisa se formo en su rostro mientras veía a la joven a su lado con el seño fruncido y la lengua asomando por su boca en un tierno gesto de concentración; era más que claro que la latina estaba completa, perdida e irremediablemente enamorada de Brittany Pierce.
"Debo recordar esto para molestar a Santana cuando se mejore"
-Britt…
Crash, crash…
El salón entero se quedo en silencio al escuchar los fuertes ruidos que provenían del pasillo, parecía que alguien había roto alguna ventana o algo parecido. El maestro abrió la boca preparado para continuar con la clase, restándole importancia a lo que sucediera pero las palabras no alcanzaron a salir de su boca cuando un nuevo sonido se dejo escuchar por la escuela…
Un grito…
Los alumnos en clase se removieron nerviosos en su asiento y varios otros empezaron a entrar en pánico cuando al primer grito se le unió uno más… y luego otro… y otro… y otro hasta que era una multitud la que aullaba con desesperación.
Quinn se quedo de piedra mirando como su maestro se acercaba a la puerta con paso cauto y dio un salto en su asiento al sentir como algo rodeaba su brazo con fuerza; escucho un gimoteo muy bajito y se calmo al entender que era la rubia porrista que tenía a un costado.
-¿Que paso Q? –preguntó con voz baja con el rostro escondido entre las ropas de su amiga.
-No se B, pero no te preocupes no puede ser nada mal…
La joven fue interrumpida por el grito del profesor de matemáticas que estaba en la puerta y miraba algo por el cristal, varios muchachos se acercaron con cuidado para ver que era lo que pasaba y en ese instante la ventana de la puerta voló en pedazos y un cuerpo entro por el hueco cortándose con los restos transparentes.
-¿Muchacho te encuentras bien? –el maestro se hinco junto el chico caído e intento ayudarlo a levantar pero en cuanto alzo el rostro se lanzo contra su garganta y lo mordió con fuerza haciendo que la sangre empezara a brotar del confundido hombre; los chicos que estaban cerca tomaron al joven enloquecido por los brazos, hombros y cuello jalando e intentando liberar al adulto pero su atacante era mucho más fuerte y cuando por fin lograron separarlo vieron con terror como un enorme trozo de carne colgaba de entre sus dientes y el se removía con insistencia intentando librarse del agarre soltando gemidos que parecían más animales que humanos.
-¡Que alguien pida ayuda!
Grito uno de los chicos que se había acercado al hombre herido mientras otro colocaba una camiseta doblada sobre el boquete en su garganta y mantenía suficiente presión para intentar detener el sangrado aunque el adulto estaba tan pálido como una hoja y por los sonidos que hacia era obvio que se estaba ahogando con su propia sangre.
Quinn se había acercado hasta donde estaba el profesor tendido con Brittany a su lado, sintiéndose inútil al ver como la vida escapaba con rapidez de la mirada verde del hombre y se obligo a girar el rostro y abrazar a la rubia para evitarle el trauma emocional lo más que pudiera pero cuando lo hizo sus ojos se encontraron con el muchacho enloquecido que luchaba por zafarse del agarre de sus compañeros y se sorprendió al ver un par de ojos blancos, lechosos, nublados algo completamente anormal para una persona.
-Profesor aguante…
Pidió uno de los chicos, un jugador de basketball de segundo grado, mientras sostenía la mano de su maestro y lo veía dejar de respirar, sus ojos abiertos mirando al techo y con un extraño tono verde apagado que no se parecía en nada a su color normal; muchos soltaron a llorar amargamente mientras veían el cuerpo inerte y bañado en sangre, el basketbolista le cerro los ojos con cuidado y todos fueron sorprendidos al ver como otros tres jóvenes intentaban entrar por la puerta gruñendo y llenos de sangre.
Todos estaban asustados, y ante lo que sucedía muchos quisieron correr pero lo único que hicieron fue crear pánico, los que llegaban a la puerta eran atacados por el trío de jóvenes que se lanzaban contra ellos como si fueran leones hambrientos y les arrancaban trozos de piel, carne y músculo; el grupo que había logrado detener a quien atacara a su profesor empezó a desintegrarse por el miedo hasta que el joven logro zafarse y atacar al muchacho que había intentado contenerlo mordiéndole los brazos para después tirarlo al suelo y continuar alimentándose de su cuerpo.
-¡Quinn! –grito Brittany completamente asustada mientras retrocedía al fondo del salón y veía con grandes ojos azules como el cuerpo sin vida de su maestro se levantaba y empezaba a caminar también portando los mismos ojos blancos que quien lo atacara.
La joven corrió hasta donde estaba su amiga y la tomo de la mano con fuerza, sabia que Santana la mataría si dejaba que algo le pasase a su novia –No me sueltes B- le pidió con seriedad y empezaron a caminar mientras buscaban una manera de salir del salón.
Era increíble la velocidad con la que se extendía aquella rara enfermedad, te mordía un infectado y a los 10 minutos o menos -dependiendo de la gravedad de la herida provocada- te transformabas en uno de ellos; cuando se dio cuenta la joven de ojos verdes la mayor parte de sus compañeros ya se habían transformado y ahora buscaban también de que alimentarse, uno de ellos se acerco a la bailarina que soltó un grito pero antes de que pudiera ponerle un dedo encima le soltó una patada en el pecho que lo tiro al piso a unos cuantos metros de donde estaban; sin embargo esto solo sirvió para llamar la atención de los demás que avanzaban con paso lento hacia ellas y acortando la distancia más y más.
-Caminemos hacia la puerta Britt, no hay otra manera de salir.
La aludida asintió aun con expresión aterrada y se movieron con cuidado hasta quedar a un par de metros de la puerta cuando más de los infectados entraron y las empezaron a rodear, estirando sus brazos muertos e intentando agarrarlas con sus dedos ensangrentados.
-San…
