Inuyasha © Rumiko Takahashi
— Amor que se convierte en Odio —
By: xHinamoriKunx
Capitulo # 1: Alianza con el Enemigo.
La bruma noche cubría completamente toda la era Sengoku, hasta incluso en rincones que al parecer eran imposibles acceder fácilmente. En el bosque podemos encontrar a un grupo de jóvenes que estaban descansando después de un dia duro lleno de combates y largas caminatas en busca de su objetivo principal.
Inuyasha se encontraba en la rama de un árbol con su Tessaiga en su regazo velando por los sueños de sus amigos, ya que no debían confiarse demasiado. Algo choco contra sus fosas nasales y abrió los ojos rápidamente al reconocer el origen de esa esencia. Dio un salto suave para aterrizar al suelo mostrando unos nuevos ojos dorados que obtuvieron un brillo único. Miro hacia atrás y al comprobar que todos estaban totalmente dormidos, fue en la búsqueda de esa persona.
Kagome abrió los ojos lentamente al sentir la presencia de un fragmento de Shikon y en ese preciso instante vio que Inuyasha se iba a un lugar que ella desconocía.
No muy lejos vio que una Serpiente Cazadora de Almas rondaba por allí y eso significaba una cosa.
Kikyo…
No quería ir pero sabía que debía hacerlo de todos modos, como siempre lo hacía…aquella historia que se repetía cada determinado tiempo. Por alguna razón su mente le dijo que lo siguiera…y así lo hizo siguiendo al Hanyou desde las sombras sigilosamente. Encontró mas adelante destellos y se apresuro un poco para ver qué pasaba.
Cuando miro por unos enormes arboles, vio al Hanyou y a Kikyo abrazados, rápidamente lo habían hecho al darse la primera mirada.
— Inuyasha…quiero pedirte un favor. — decía la miko muerte abrazando al hanyou fuertemente. — Quisiera pedirte que…si puedo acompañarlos en su viaje, me di cuenta que necesito el apoyo de todos para acabar con Naraku.
— Kikyo…
— Si lo hago entonces ambos estaremos juntos como tanto quisimos. — hablo Kikyo con una voz suave que solo podía usar con su amado Inuyasha.
— Acepto que vengas con nosotros…le diré a mis amigos y deberán aceptarte quieran o no. — hablo en tono determinante y su rostro se suavizo cuando Kikyo poso sus labios con lo de él, siendo correspondida de la misma manera.
La azabache mantenía sus ojos de par en par al haber escuchado esa pequeña conversación de ambos… ¿Qué Kikyo ahora en adelante viajaría con ustedes? Esa era la pregunta que resonaba en su mente invadiéndola completamente. A paso silencioso se fue de allí para irse caminando a un lugar muy alejado de donde estaba Inuyasha y Kikyo y también de sus compañeros, después dar un fuerte grito y caer de rodillas para comenzar a llorar.
— ¿Por qué? ¿Por qué? — decía mientras colocaba sus manos en su rostro demacrado. Esto ya es el límite de su fuerza. ¿Cómo podría viajar con aquella que mantiene una rivalidad de amor?
Hubo un tiempo en el que se calmo para analizar todo lo que estaba pasando. Se dio cuenta que Inuyasha no le importaba nada lo que pasara con ella. Al grado de aquel amor no correspondido totalmente, tomo una decisión algo dura pero creyó que era lo mejor.
Como menciono Akago… Kagome posee un poco de oscuridad en su corazón y la causa por la cual la tiene es por Kikyo e Inuyasha. Con ello ese bebe tomo control de su cuerpo rápidamente. Comenzó a levantarse para caminar a una dirección desconocida que estaba muy dentro del bosque… tomo la decisión más dura pero con ello, esos dos ya no la tomarían como una idiota.
En un lugar escondido se encontraba el temible Naraku que al parecer se había dado cuenta de que la presencia de esa mujer se estaba acercando peligrosamente. La verdad no sabía que pasaba por la mente de la joven el haber venido sola e indefensa a un lugar como este.
Hakudoshi se mantenía por los alrededores custodiando la entrada de la cueva donde se refugiaba Naraku, ya que adentro de encontraba Kagura junto con Kanna y Byakuya de los Sueños.
El albino escucho ruidos de los arbustos de enfrente y frunció el seño al ver que era Kagome con sus ojos ocultos con su cabello.
— ¿Kagome? ¿Qué haces aquí? — pregunto desconfiado el niño.
— No vine a pelear Hakudoshi…solo vine a negociar.
— ¿Negociar? Debe ser una trampa…
— No lo es…déjame hablar con Naraku, quiero hacer un trato con él. — volvió a insistir.
— ¿Por qué debería hacerlo…?
— Porque es algo que nos beneficiara a todos. — dio una sonrisa algo fingida, viendo que el chico se posaba atrás de ella.
— Si es mentira…
— No te preocupes por eso…además como puedes ver no tengo armas. — hablo tranquilamente para comenzar a caminar adentro de la cueva a un nivel subterráneo siendo custodiada por Hakudoshi que examinaba todos sus movimientos en caso de que fuera una trampa.
Llegaron a un salón enorme donde allí estaba Naraku con sus extensiones atrás de el, el medio demonio mostraba una cara seria el estar frente a frente con esa mujer que se parece a Kikyo. Vio que la chica sacaba de su cuello el frasco donde contenía dos fragmentos de Shikon y se los lanzo siendo sujetados por este que miro interrogante. — Tú los querías ¿no? — pregunto recibiendo la atención de todos. — Puedes quedarte con ellos ya que no los necesito.
— ¿Por qué me los das Kagome? — pregunto Naraku algo desconfiado. — ¿Qué quieres de mi?
— Como veras… me harte de ver a Inuyasha y a Kikyo juntos, ver sus encuentros y aquellas promesas que la verdad me repugnan totalmente… — dio una larga caminata lenta por todo el salón. — Y me di cuenta que perdí la paciencia hace mucho tiempo… así que vine a hacer un trato contigo.
— ¿Qué trato…? — interrumpió Byakuya de los sueños.
— Como ven…Kikyo y yo somos las únicas que vemos los fragmentos de la Perla de Shikon a la perfección, pienso ayudarlos para conseguir esos valiosos trozos de aquella esfera. — declaro dejando a todos algo desconcertados. ¿Así nada más se uniría? — Y todo lo que digo es enserio.
— ¿Cómo sabemos que no…? — Kagura iba a reclamar, pero Naraku se dirigió hacia la chica para tocar su hombro delicadamente.
— ¿Estás dispuesta a hacer esto…? Puedo usarte como una marioneta mía…solo para servirme.
— Si no confías en mi entonces pruébame y te lo demostrare.
— Solamente tráeme el fragmento que posee Kikyo y muéstrame tu lealtad hacia a mí. — abrió un poco los ojos al ver que la chica se inclinaba hacia él. — Creo que si nos será de gran utilidad… — sonrió en sus adentros.
Se acerco a ella con un fragmento contaminado de energía maligna y comenzó a trazar algo en la piel de la chica con la puntita del trozo, para que después de terminar esta se formara como una pequeña marca de flama negra que estaba en el cuello de ella que se podía ver a siempre vista.
— ¿Qué es esto…? — se pregunto ella llevando una mano a su delicado cuello al sentir un poco de ardor.
— Una marca que te permite aumentar tus poderes de manera impresionante… — respondió el ser más odiado del mundo. Ahora te diré los planes para mañana…
— Si…
...
Los chicos ya estaban despertando al recibir los rayos dorados que provenían del sol, para después ver que Inuyasha y Kagome no estaban. Temían algo que era obvio para todos.
— Piensan lo mismo que yo… — hablo Shippo y vio que todos asentían con la cabeza, decidieron prepararse para el viaje para después esperar a sus compañeros con la esperanza de que no pasara algo malo.
Poco a poco notaron que Inuyasha venia hacia ellos, pero la mirada de todos se desconcertó al ver a la persona que venía atrás de él y no era Kagome. Esa mujer traía puesta ropas de miko y todos la reconocieron inmediatamente.
— Señorita Kikyo… — hablo Miroku al momento de que ambos llegaran.
— Vengo a decirles algo…Kikyo decidió formar parte de nuestro equipo. — hablo el hanyou tranquilamente. — Así la búsqueda será más fácil.
— Inuyasha ¿no has visto a Kagome? — pregunto Sango ignorando las palabras del medio demonio. — Cuando despertamos ella no estaba.
— No la he visto… — respondió el medio demonio buscando a Kagome con la mirada. — ¿Dónde estará?
— Aquí estoy… — era la voz de le fémina que salió de los arbustos causando alivio en sus compañeros exceptuando a Kikyo. — ¿Es hora de irnos? — pregunto en un hilo de voz que se notaba con molestia.
— Kagome… — Inuyasha iba a hablar con ella respecto a Kikyo, pero vio que ella negaba con la cabeza.
— No hace falta que me lo digas…al ver a Kikyo aquí comprendí lo que quieres y tienes mi consentimiento. — mostro una dulce sonrisa que era realmente una farsa para después tomar sus armas y caminar junto con Miroku y los demás dejando a Inuyasha y Kikyo atrás.
— Hay algo que me inquieta… — susurro Kikyo con una voz poco audible.
— ¿Dijiste algo Kikyo? — pregunto Inuyasha al ver esa faceta en el rostro de su primer amor.
— No es nada…
Caminaban en silencio sin saber lo que estaba a punto de suceder…Kagome de algún manera acelero un poco el paso extrañando a los demás, hasta que un ataque de cuchillas paso junto de ella rozándola haciendo que los demás retrocedieran.
—¡Es la danza de las cuchillas! — exclamo Sango protegiendo a Miroku, Shippo y Kirara con su boomerang.
— ¡Kagura…! — Inuyasha tomo a Tessaiga y lanzo el Viento Cortante para que se mostraran. Al destruir unos cuantos arboles, vieron que Kagura volaba encima de su pluma junto con Hakudoshi con el campo de energia y Byakuya de los Sueños que estaba en aquel pajaro de origami.
— ¿Qué quieren ahora? — pregunto Miroku kisto para combatir. — Si vienen por los fragmentos de Shikon…
—No se preocupen por ellos, ya que alguien nos lo dio facilmente… — Kagura mostro el frasco donde alli contenian los fragmentos que ellos tenian. — Y ese alguien es…
— No es necesario que se los digas Kagura… — todos fijaron su vista en Kagome que estaba frente a ellos con sus ojos ocultos con su cabello y se podia notar una sonrisa que no era para nada buena.
— ¿Qué pasa contigo Kagome? — pregunto Inuyasha al ver aquella faceta extraña en su amiga. — K-Kagome… — la chica mostro su rostro y esta estaba manchada con algo de sangre en la mejilla izquierda y tambien cerca del ojo derecho. — ¿Qué…?
— Yo fui quien le dio esos fragmentos de Shikon a Naraku… — declaro y los demas no pudieron creer lo que Kagome habia dicho.
— ¿Qué te pasa Kagome? — preugntaba Shippo con algo de miedo.
— ¡Kagome…! — el grupo miro a Kikyo que paso por delante de ellos para estar frente a frente de la miko del futuro. — Kagome que bajo has caido…
— Hagas lo que hagas, tus palabras no me afectaran en lo absoluto Kikyo. — sonreia la chica. — Hay una razon por la que estoy haciendo esto… — levanto el dedo indice. — Y la razon es simple…toda la culpa la tienen Inuyasha. — señalo al hanyou que aun no salia de su asombro. — Y tu… — al final la señalo a ella. — La razon es simple a primera vista ¿no lo crees? — de un pestañeo Kagome estaba del costado de Kikyo quien se sorprendio un poco al ver tal velocidad. — Tienes un fragmento de Shikon. — de manera rapida se lo quito y regreso hacia donde estaban las extensiones de Naraku.
— ¡Devuelvemelo! — reclamo la sacertodisa muerta. — ¡Maldita…! — se atrevio a apuntarla con el arco, pero el brazo de Inuyasha se interpuso y ella lo miro rapidamente. — Inuyasha…
Kagome e Inuyasha se miraron fijamente y en silencio para ver que la azabache evitaba la mirada para darle la espalda.
— Sango, Miroku, Shippo, Kirara…lo siento por esta mala impresión que tienen de mi…
— Kagome… — hablo Sango aun shockeada por lo que esta pasando. — ¿Por qué…?
— En fin…me voy… — la chica azabache subio al pajaro de origami de Byakuya para que ella y los sirvientes de Naraku se marcharan mientras los demas miraban el como su amiga se iba, todos llegaron a la conclusion de que Kagome estaba siendo manipulada y por eso estaba comportandose asi.
Pero no sabían que ella fue voluntariamente hacia la cueva del demonio.
...
Era de noche y en la misma cueva donde allí estaban escondidos Naraku y sus secuaces había mucha sangre derramada ya que se libro una gran batalla. La ganadora había sido Kagome quien miraba a un demonio con apariencia humana que yacía en el suelo muerto…ella mantenía su mano aferrada a una Katana que se le fue otorgada y hecha con los huesos del medio demonio Naraku para aumentar su poder y aprender aquel arte. Su mirada se mantenía ida y sin vida…sus ojos opacos y un poco entrecerrados, aquellas manchas de sangre aun podían apreciarse en su rostro y en sus ropas de colegiala también.
Atrás de ella permanecía Naraku -quien sonreír por aquel espectáculo- Hakudoshi y Kanna con el bebe Akago en brazos y durmiendo. ¿Quién lo diría? Aquella chica que creen como una amenaza por sus poderes sagrados ahora estaba de su parte. El lugar estaba en silencio hasta que una pequeña risita llamo la atención de los presentes, poco a poco aquella risa comenzó a aumentar de tono volviéndola un poco malvada para la chica, pero disfruto mucho esto.
— ¿Cuándo será la próxima misión? — volteo a ver a todos con aquella sonrisa que casi parecía a la de una loca y su cuerpo temblaba un poco.
— Sera mejor que descanses ahora…la marca te está haciendo efecto y no debemos perderte ahora. — hablo el demonio cruzando brazos y ordenarle a Hakudoshi que la llevara al fondo de la cueva donde había otro pasillo para que raramente llegaran a un pequeño manantial con cascada y un poco de pasto verde con algunas flores.
— ¿Qué es este lugar? — su sonrisa se borro para mostrarse impresionada con el lugar. — Que…hermoso.
— Aquí estarás hoy para que relajes tus instintos…como eres nueva en esto, aquella marca hará efecto ya que tu cuerpo no está acostumbrado, lo que deberás hacer es tranquilizar tu mente y tu cuerpo o de lo contrario caerás en la locura y ya no nos servirás de nada.
¿Naraku me estará probando? — pensó en el momento de sentarse en el pasto. — Si esta marca en algún momento me llevara la tortura…entonces debo tener cuidado.
— Hakudoshi ¿Qué está pensando Naraku esta vez? — pregunto mirando el agua del manantial. — ¿Tiene algo que ver con Inuyasha?
— ¿Acaso te arrepientes? — pregunto este cruzado de brazos. — Vaya…que débil eres.
— Ni loca me arrepiento de lo que he hecho…este es el único camino para deshacerme de Inuyasha y Kikyo…estaba esperando una oportunidad así. — vocifero la chica mirando de reojo al chico albino. — Solo es cuestión de esperar un tiempo…en estos momentos no puedo hacer nada por mi cuenta. — comenzó a recostarse en el pasto usando una piedra como almohadón. — Dormiré un poco que no pude dormir la noche anterior.
— Bien…mantén la mente tranquila o ya verás… — la amenazo y este salió caminando a paso lento.
No sé si esto lo que estoy haciendo está mal, pero…Inuyasha tiene toda la culpa de lo que pasa. Sé que di mi promesa de estar a su lado…pero después de aquellas acciones no me dio más remedio que aceptar esto. El cuento de hadas que sueñe durante mucho tiempo…ahora se ha convertido en un cuento de demonios…
...
Todos permanecían en silencio mutuo después de aquel acontecimiento que hizo que todos se pusieran confusos por aquella actitud que tomo Kagome cuando se unió al bando de Naraku. Shippo mantenía su cabeza baja al igual que Kirara, Sango permanecía callada y junto a ella estaba Miroku quien partió una pequeña rama por la mitad y lanzarla a la flama del fuego que había hecho anteriormente…con ellos se encontraba Kikyo quien también mantenía silencio mientras sentía la mirada de todos sobre ella en algunas ocasiones, pero ella no le importaba el asunto de Kagome, la misión es enfocarse en la recolección de los fragmentos y la derrota de Naraku –eso es lo que realmente piensa la miko muerta en estos momentos-.
Inuyasha se había alejado demasiado de los muchachos estando en lo profundo del oscuro bosque, donde no perdió tiempo y comenzó a golpear un árbol con sus puños descargando todo lo que sentía en este momento.
— ¡Mierda! ¡Mierda! — siguió golpeando al árbol que no tenia culpa de nada, para después romperse en dos partes cayendo la parte de arriba al suelo debido a la fuera sobrenatural del joven medio demonio. — ¿Por qué tuvo que suceder esto?
Yo fui quien le dio esos fragmentos de Shikon a Naraku… — recordó el rostro de la joven manchado de sangre al momento de mencionarle esa oración.
Hay una razon por la que estoy haciendo esto…y la razon es simple…toda la culpa la tienen Inuyasha y tu… la razon es simple a primera vista ¿no lo crees?
— Kagome ¿esto es lo que has estado guardando todo este tiempo? — hablo inconscientemente tumbándose en el suelo para comenzar a golpearlo.
Aun no podía despertar de esa pesadilla…Kagome yéndose con Naraku y sus secuaces ¿Era todo por su culpa?
— Por supuesto que si… — se respondió a si mismo acompañado de un gruñido de molestia. — Tengo la culpa de esto…
Ya más calmado fue con su equipo quienes estaban hablando de algo importante…los que mantenían esa charla más tiempo eran Miroku y Kikyo.
— ¿Y qué piensa Señorita Kikyo? — llamo Miroku la atención de la joven miko. — Tengo entendido en que las palabras de la Señorita Kagome tienen un poco de razón.
— La verdad no niego que tenga razón monje. — contesto la sacerdotisa mirando el fuego. — Desde hace mucho tiempo el corazón de Kagome se mantuvo con una pequeña pizca de maldad, si creían que su alma era tan pura sin desperfectos, pues todos incluyéndome estábamos equivocados.
— ¿A qué te refieres Kikyo? — Inuyasha se sentó junto a ella para entender todo mejor.
— Yo ya una vez lo mencione cuando estuve en el Monte de las Ánimas…todos los humanos somos o seremos víctimas de la confusión propia…Kagome se mostraba como una persona amable y cálida que nunca mostraba rencor hacia los demás…solo que las cosas cambiaron al momento de sentir celos por mi… — se levanto de su lugar. — Es una estúpida por haber caído tan bajo como lo hizo…puede que no merezca ser mi reencarnación al no afrontar lo que le tenía que esperar en esta vida.
— ¿Cómo te atreves a expresarte así de Kagome? — se levanto también la exterminadora casi perdiendo la paciencia, tener que mirar a Kikyo todo momento y luego escuchar esas palabras proveniente de la joven miko. — Kagome tiene razón en sus palabras…al menos di algo que nos ayude a cómo recuperarla.
— ¿Recuperarla dices? — la reto Kikyo. — No se puede recuperar a alguien que ha caído en la tentación…así son las cosas, nuestra meta es buscar los fragmentos de Shikon restantes y el cómo derrotar a Naraku.
— Yo no hare nada hasta que Kagome esté a salvo con nosotros…no quiero que nada malo le pase a mi amiga mientras este en las manos del malvado de Naraku.
— La presencia de Kagome hace falta… — menciono Shippo y todos guardaron silencio. Kikyo no soporto más y se dio la vuelta para irse al bosque mencionando que iría por almas.
— No te angusties Sango… — la consoló Shippo. — Todo saldrá bien…la Kagome que conocemos debe estar allí aun…solo es cuestión de hacerla entrar en razón.
— Creo que tienes razón Shippo…todavía no pierdo las esperanzas…
Inuyasha se quedo callado y fue a una rama para ver la luna con más claridad…— Tonta Kagome…
...
Sintió algo viscoso en su cuerpo y que olía repugnantemente mal…no pudo respirar mas al estar ahogándose y trato como sea salir del agua llegando a la orilla. Cuando abrió los ojos aliviada por salir sana y salva, pero detuvo sus movimientos para que su cuerpo se petrificara por lo que veía en sus manos y en sus ropas.
Sangre derramada por todas partes…en su ropa, rostro, manos, pies, en aquel lago donde había un mar de sangre que corría con tranquilidad…comenzó a temblar mientras el cabello azabache caía como cascada sobre sus hombros para que después ella diera un grito del susto.
No sabía lo que estaba pasando ¿Acaso ella mato a alguien para que toda esa sangre se derramara? ¿Tanto fue su emoción que lo hizo inconscientemente?
— ¿Qué rayos es esto? — sus ojos temblaban al estar de par en par mirando toda la sangre que estaba a su alrededor. — ¿Acaso hice todo esto? ¿Me deje llevar por la locura? ¿Realmente mi ser interior pide esto?
Muchas preguntas sin respuestas se formulaba ella misma, estaba tan asustada…corrió todo lo que podía a dirección desconocida para tratar de escapar.
— ¡No! — dio un pequeño grito. — Aun no estoy lista para vengarme…necesito más tiempo.
Sintió dos presencias más adelante y vio dos cuerpos tirados…se acerco a pasos lentos mientras sus ojos marrones veían a aquellas personas sin vida que por la oscuridad no podían mostrar sus apariencias. Cuando se acerco un poco mas…una sonrisa comenzó a dibujarse en su rostro, una sonrisa que casualmente poseen aquellas personas psicópatas.
Dios una risita para después alargarla con una más fuerte y tenebrosa…extendió los brazos hacia los lados y miro la luna teñida de rojo…
— ¡Por fin! ¡Por fin! ¡He cumplido mi venganza en contra de aquellos que me han lastimado! — no paraba de reír a carcajadas al mirar los cuerpos de un hanyou y una miko. — Cómo se siente ¿eh? — los reto aun sabiendo que estaban muertos. — Esto demostró que no debieron subestimarme…pudieron haberme herido el corazón pero eso no iba a derrotarme fácilmente. — hubo un silencio y su sonrisa se iba cerrando para después ocultar sus ojos con el cabello y mostrar una mirada sin sonrisa alguna. — Espero que se la pasen bien en la próxima vida…tuve paciencia de ustedes con esperanza de que todo se volviera de mi lado aunque me equivoque…no tuve más opción que hacerlo. Así que ustedes no deben sentir culpa…ya lo pagaron con la muerte…hice mi propia justicia. — comenzó a caminar nuevamente sin rumbo. — ¡Qué bien se siente! ¡Ahora comprendo a aquellos que dicen que la venganza te endulza! — comenzó a reír nuevamente sin parar. — ¡Estoy feliz! ¡Estoy feliz! ¡Estoy feliz!
Sintió que alguien la zarandeaba y abrió los ojos rápidamente para encontrarse con Kagura con una mirada de fastidio. — Se ve que tienes el sueño pesado, me costó trabajo despertarte.
— ¿Pasa algo? — Kagome se levanto un poco para recordar el sueño. — Simplemente fue un sueño... ¿Sera acaso alguna visión de lo que seré a partir de ahora? — miro sus manos que en el sueño estaban manchadas de sangre.
— Tienes ordenes de Naraku…quiere verte en este momento… — le extendió un traje de miko, pero el color era rojo como la sangre, al igual que las marcas de sangre que tenia allí.
— Enseguida… — tomo el traje y se fue alejando de Kagura. — No tardare mucho…
— Kagome… — la detuvo la mujer de los vientos. — Ten cuidado con Naraku…ni creas que él te dará un trato especial.
— Ya lo tengo en mente… — se despidió con una sonrisa fría dejando sola a la mujer.
Puede que Naraku no sea el único problema aquí… — pensó Kagura seriamente para salir de aquel lugar. — Pero tengo un presentimiento…
Al sentir no sentir la presencia de Kagura…la azabache salió de su escondite con una mirada seria, fue al manantial y se miro completamente, traía puesto aquel traje y su cabello estaba atado a una coleta alta dejando unos ligeros mechones al lado de su rostro…aquellos rastros de sangre seguían intactos, en una mano tenía su antiguo traje de colegiala…lo miro de mala gana y lo desgarro con sus manos de manera tranquila para así terminar con aquellos vínculos que la ataban a muchas cosas que ya no tenían sentido.
Salió de aquel tranquilo lugar para ir hacia donde estaba Naraku quien ya la esperaba…Kagome miro todas partes y dio un suspiro agotador para caminar y estar frente a frente con Naraku.
— ¿Me dirás que pasa?
— ¿Tuviste problemas para dormir? — preguntaba este sonriendo burlonamente.
— Cállate…es algo que no te concierne.
— Como quieras…pero cuando intentes huir de mi, sabré donde encontrarte por aquella marca que te puse.
— ¿Qué insinúas? — lo miro la chica ofendida. — ¿Crees que te abandonare? Yo no quiero volver a esa vida, fue ya tanto lo que tuve que soportar, así que no me vengas con esas cosas. Te doy mi palabra que nunca me iré de tu lado…esta es la vida que decidí llevar y eso no cambiara. — bajo la mirada un momento para volverla a levantar. — Dime ¿hay algo que tengo que hacer?
— Quiero que hagas algo… — Naraku le dio la espalda manteniendo su sonrisa. — Quiero que robes la espada de Inuyasha.
— ¿Te refieres a Tessaiga? ¿Para que la quieres?
— Inuyasha está indefenso cada vez que no tiene su espada consigo…ya que tu puedes tocarla, aprovecharemos para así robársela y poder derrotarlo…esa tarea te concierne a ti y deberás cargar con toda la responsabilidad.
— ¿Cuánto tiempo tengo para robarla?
— Tienes dos días para hacerlo…pero ahora iras a buscar algún fragmento de Shikon…supe que en la zona oeste a unos kilómetros de este lugar, allí habitan algunos monstruos que traen los fragmentos de Shikon. Intenta traer unos…y si te encuentras con Inuyasha, tenle piedad aunque sea estas veces, cuando no tenga a Colmillo de Acero, todo terminara.
— Como digas… — con mirada determinante pasó del lado de Naraku para salir de la cueva.
— Kagome… — la voz del medio demonio la detuvo. — La marca puede algún día producirte una segunda personalidad.
— ¿Eh? Te refieres a…
— Vete ya.
Kagome se mantuvo de piedra y camino para salir de la cueva y mirar sus manos… — Entonces eso quiere decir…
Su lado amable y suave será tragado por un lado psicópata…
Continuara.
Próximo Capitulo # 2: "Luna".
