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Hace mucho tiempo, en una época que parece arrinconada en el tiempo, en la antigua región de la que se ha olvidado el nombre vivía una guapo doncel de piel clara, cabello rubio largo, ojos grises, labios carmín, figura esbelta y de nombre Draconis que vivía a las orillas de un pueblo en una casa bajo la sombra de un sauce a las orillas de un lago, era muy apreciado por los habitantes del pueblo, con su mirada de neblina, una persona de genio pero de trato amable y elegante, siempre estaba dispuesto a ayudar a quien lo requería y se lo merecía, el pequeño pueblo era un lugar pacifico, alejado y oculto entre la neblina de la montaña, donde se había refugiado tras morir sus padres en una guerra mágica y era el porcionista que el pueblo necesitaba, por lo que decidió quedarse allí haciendo algo que le gustaba tanto, como las pociones.

Todos los habitantes de Runa convivían de forma pacifica, tenían sus problemas pero nada fuera de lo normal, una noche de tormenta llego un extraño al lugar a pedir posada el mago guerrero llamado Harry, los habitantes de Runa estaban en la posada discutiendo si era oportuno dejar que permaneciera allí un hombre como el, que tenía muchos enemigos y podría perturbar la paz del lugar.

Harry les aclara –Sólo me quedare esta noche debido a la tormenta, pero me marchare mañana a primera hora, de todos modos no me quedo más de una noche en cualquier lugar-

El jefe del pueblo un hombre desconfiado llamado Severus le responde –En tal caso…-

En ese momento es interrumpido por el sonido de la puerta debido a que había entrado alguien. Remus el dueño de la posada quien ha abierto la puerta, ante la mirada de los presentes dice –Es Draconis, esta empapado...-

Varias personas observan al joven, Remus le pregunta -¿Por qué te mojaste, donde estabas niño?-

Draconis, con el agua goteando de su cabello y su capa verde, empapado, con una sonrisa responde –Sólo me moje un poco, le lleve una poción a Andri para su dolor de espalda, pero me quede ayudándola un poco con su sembradío, sabes que es mayor y a veces se pone mal, además es la que me facilita muchas hierbas para las pociones y cuando venia a medio camino, comenzó a llover, como no quiero mojarme más, he venido a quedarme aquí ya que mi casa aun esta lejos-

Remus le dice mientras le guía a una mesa –Ay Draco… Tienes que tener cuidado-

Draconis le responde encogiéndose de hombros –Sí lo se, pero no te preocupes por mi, estaré bien- le responde sonriente, restándole importancia.

-Siéntate te traeré una manta y algo caliente, luego te prepare tu habitación –le dice ayudándola a sentarse y luego se dirige a buscar las cosas-

Severus un tanto preocupado, pero sin demostrarlo le dice a Remus quien es su pareja: -¿Draconis esta bien?-

Remus sonriendo tranquilizador le guiña un ojo y dice –Si sólo mojado, voy a llevarle una bebida caliente-

Severus le responde –Esta bien- luego vuelve su mirada al joven mago guerrero, alto, de piel morena, ojos verdes, que llevaba capa color borgoña, al igual que una espada con empuñadura dorada y le dice –Se puede quedar pero solo esta noche- el joven estaba mirando a Draconis y no escucho nada. Así que el hombre de aproximadamente 35 años le dice –¡Oiga!-

-Disculpe, me distraje– dice mirando a Severus -Gracias por permitir quedarme, mi nombre es Harry-

De acuerdo –contesta un poco molesto Severus, que era un hombre bueno, pero desconfiado y con un carácter complicado, para luego retirarse del lugar-

En tanto Harry se queda apoyado en la pared observando a Draconis, mientras Remus se acerca al joven, coloca una taza con chocolate caliente sobre la mesa y una manta sobre los hombros del rubio a quien había adoptado como un hijo, los suyos habían muerto en la guerra –Toma niño y cuídate, no vaya a ser que te enfermes-

Sí Remus, gracias por todo –Le dice sonriendo y observándola con su mirada picara-

No hay de que sabes que te queremos –le dice con alegría- bueno me marcho a preparar la habitación de los huéspedes, esta noche hay un nuevo visitante en el pueblo.

¿Si? Y ¿Quién es? –Pregunta Draconis con su natural ansia de conocimiento-

Es aquel joven –Señalando al joven de ojos verdes- Es un mago guerrero y su nombre es Harry.

Draconis mira al caballero, al hacerlo se siente apenado y se sonroja –A ya veo-

Bueno niño te dejo, tengo que hacer –dice marchándose Remus- Si necesitas algo solo llámame, tu habitación es la de siempre que te quedas aquí-

Sí, gracias Remus –Dice el joven con cariño en sus palabras desde que había llegado a Runa había sido "adoptado" por Remus y por lo tanto por su pareja-

Remus se va diciéndole -De nada Draco- y el se queda allí bebiendo su chocolate, en tanto Harry le observa detenidamente, el siente que alguien le esta viendo y alza el rostro para conseguirse con los ojos verdes del recién llegado y su mirada penetrante, fuerte pero llena de deseos de justicia, el joven se sonroja pero no baja la mirada, el guerrero no puede dejar de mirar esos ojos grises limpios, con una mezcla de amor, bondad, inteligencia y astucia. En ese instante el mundo parecía mas brillante y sólo ellos lo notaban, él pelinegro se acerco con su usual valor al rubio, quien lo miraba expectante.