ONCE IN A COFFE SHOP

No era sorpresa que me sentara en la mesa junto al gran ventanal que daba al parque, me gustaba ese lugar, se podía ver a los niños salir de la escuela pidiendo helado; las personas siempre iban a esta cafetería por algo rápido y se iban, en esa mesa en particular nadie pasaba y yo no estorbaba. También había muy pocas probabilidades de que alguien me reconociera, ya fuera por los libros o por mi viejo personaje: Kurt.

Después de unos tres años de que se acabó la serie, dejé de ver cámaras por todos lados y la gente sólo se atrevía a pedirme una firma si se trataba de alguno de mis libros, eso siempre me agradó. Mis co-estrellas tuvieron suerte; a Lea, Naya, Heather, Amber, Chord y Kevin los dejaron de seguir cerca de los dos años del final, y Darren, él tuvo muchísima más suerte, lo dejaron en paz a los seis meses que todo acabó.

Siempre tuvo una extraña habilidad para mantener su vida personal bajo cubierta, incluso cuando tuvo a sus gemelos con Mia logró que la prensa se mantuviera estática y no se metieran donde no les correspondía. Hace tantos años que no lo veía, después de todo lo que pasó entre nosotros y todos los secretos que se quedaron guardados, simplemente decidimos alejarnos como viejos amigos, cómo lo que los demás pensaban que éramos. Bien, lo admito, de vez en cuando me permito recordar esos días y esta cafetería en particular me ayuda a no perder las riendas de lo que siento con los simples recuerdos. Aquí fue donde nos despedimos.

Basta de lástima, Chris, me digo después de una ronda de recuerdos e intento terminarme mi café, hasta que, este día en particular, algo me detiene. Escucho que alguien dice mi nombre completo como una plegaria, y me limito a rogar al cielo que esa voz tan espantosamente conocida sólo sea producto de mi imaginación. Pero entonces vuelve de nuevo ese sonido, esa voz, y antes de que pueda hacer nada me encuentro volteando bruscamente hacia el origen de la voz y mi estómago decide dar un paseo por mis pies. Esos labios, que definitivamente no eran una invención de mi cabeza, se estaban curvando lentamente en una sonrisa y esos ojos multicolor habían decidido llenarse de alegría e iluminar todo el mundo de paso.

Darren.