Disclaimer: No me pertenecen ni la historia, ni los personajes. La historia es de Biianca23 y los personajes de Inuyasha son de Rumiko Takahashi, yo sólo hago la traducción.

El Salto del Demonio

Summary: Inuyasha ha vuelto a convertirse en un demonio completo, solo que esta vez, es diferente. Deja que su sangre demoníaca salga voluntariamente, y deja que tome el control. Sabe lo que quiere, y no parará hasta conseguirlo…

Capítulo 1: Los comienzos

Era un día glorioso en el Japón feudal. Los pájaros cantaban, el viento fluía, y un grupo de amigos viajaban felices juntos. Bueno, todos excepto un malhumorado medio demonio.

—¿Por qué demonios andamos afectados como un montón de idiotas? ¡Deberíamos estar buscando los fragmentos de la esfera! —el grupo suspiró.

—Inuyasha, acabamos de pelear contra un gran grupo de demonios, ¡estamos realmente exhaustos! —dijo Kagome, enfadada.

—Keh. Estúpidos humanos, siempre cansándose sin razón —refunfuñó. Miroku se giró hacia Inuyasha.

—Creo que Kagome tiene razón. Ese grupo de demonios era particularmente grande, y nuestra fortaleza casi se ha agotado. Yo digo que volvamos a la aldea de Kaede y que descansemos.

Kagome se iluminó instantáneamente. ¡Sí! ¡Esto es perfecto! ¡Mientras todos están descansando, puedo volver a casa! Casi es época de exámenes, y de verdad que necesito estudiar.

—¡Entonces está decidido, volvemos a la aldea de Kaede! —el grupo, exceptuando a Inuyasha, caminó felizmente de vuelta a la aldea. Inuyasha refunfuñaba por detrás, mascullando algo sobre humanos perezosos.

Era tarde por la noche cuando llegaron a la aldea, y todos estaban ansiosos por irse a dormir. Miroku, Sango, Shippo y Kirara estaban dentro de la cabaña de Kaede, preparándose para una buena noche de sueño. Kagome, sin embargo, estaba ocupada discutiendo otra vez con Inuyasha.

—¡INUYASHA! ¡Necesito ir a casa! ¡Tengo que hacer exámenes, y necesito estudiar!

—Pensé que te había dicho que no ibas a volver, a menos que vayas a ver a tu familia. Estudiar es una pérdida de tiempo, y además, yo- —Inuyasha captó su error—. Arg, es decir, nosotros, te necesitamos aquí para que busques los fragmentos.

Hubo un minuto o dos de silencio antes de que Kagome hablase.

—¿Eso es todo para lo que sirvo Inuyasha? —Kagome estaba próxima a las lágrimas—. ¡No puedes intentar entender que la educación es algo importante en mi época, y que si no apruebo, voy a tener que repetir el curso otra vez! —Kagome se estaba desesperando.

Inuyasha bufó.

—Keh. Como si me importara. No vas a ir y es definitivo —masculló una última idea—: Kikyo era muy lista sin esos malditos exámenes —pero Kagome lo oyó.

—¿Perdona? ¿Volvemos a que me compares con Kikyo? Pensé que habíamos pasado por esto. ¡NO SOY KIKYO! ¡SOY KAGOME! ¡Y disculpa por no ser tan lista como tu preciosa sacerdotisa! —terminó Kagome, respirando extremadamente fuerte.

Inuyasha la fulminó con la mirada.

—Sí, tienes razón, no debería compararte con Kikyo. Después de todo, ¡no hay nada que comparar! ¡Ella es mejor que tú en todo!

Kagome se congeló, y puso las manos en puño. Por supuesto que iría tan lejos con eso. Pensó amargamente. Estaba acostumbrada a él, y a sus crueles palabras.

Pero hoy, Kagome no tenía ganas de sentarse y aguantar. Contraatacaría.

—¿Oh sí? ¿Te crees que tú eres mejor? ¡JA! ¡Kouga tiene más fuerza en una de sus piernas que tú en todo tu cuerpo!

Inuyasha gruñó, luego se acercó más y más a Kagome. Kagome empezó a sentirse asustada mientras él caminaba hacia ella con una mortífera sonrisa en su rostro.

Dio con la espalda en un árbol y jadeó. ¡Oh no! ¿Qué está haciendo? Esperó a que hiciera algo, ¡cualquier cosa!

Él se inclinó y susurró en su oído con malas intenciones en su voz:

—Si crees que ese lobo enclenque es más fuerte que yo, ¿por qué no te vas con él, y dejas que te proteja? O mejor aún, deja que se aparee contigo, ya que crees que es tan genial.

Kagome estaba asustada. Más asustada de lo que lo había estado en su vida. Nunca había oído a Inuyasha hablar con ella en ese tono. No podía pensar en algo que decir.

—Umm… Yo… Yo- —Inuyasha la interrumpió.

—¿Qué? ¿Ahora no tienes nada que decir? ¿Demasiado ocupada en pensar en chingar con tu lobito?

Kagome se enfadó otra vez.

—¿Perdona? ¡Cómo te atreves a acusarme de hacer esas cosas!

Inuyasha bufó.

—Puedo acusarte de hacer lo que quiera. Sólo vete a casa. De todos modos no me sirves. Todo lo que haces es criticar, quejarte y lloriquear por todo —era eso. Kagome había tenido suficiente. No se preocupó por pensar antes de hablar, las palabras simplemente salieron.

—¡BIEN! ¡Si piensas que soy tan inútil, entonces por qué no te vas a chingar con tu puta muerta, te dará algo que hacer en vez de cabrearme todo el rato! ¡Y puede que vaya a ver a Kouga, él es mucho más amable de lo que tú nunca podrás ser conmigo! —y con eso, Kagome se marchó pisando fuerte.

La cabeza de Inuyasha estaba dando vueltas. Esas palabras seguían repitiéndose en su mente. "Y puede que vaya a ver a Kouga…" "Ve a chingar con tu puta muerta…" Inuyasha gruñó viscosamente, y corrió hacia el pozo donde estaba a punto de entrar Kagome. De ninguna manera se iba a ir ahora.

Kagome lo vio corriendo hacia ella, viéndose incluso más enfadado que antes. Entró en pánico e hizo lo único en lo que pudo pensar:

—¡SIÉNTATE!

El rostro de Inuyasha se plantó en el suelo con un sonido fuerte, justo cuando Kagome desaparecía dentro del pozo.

Elevó su cara del suelo y gruñó.

—Mierda. Se ha ido. Solo espera hasta que ponga mis manos en ella…

¿Qué harás cuándo tengas tus manos sobre ella, medio demonio? —retumbó una voz profunda.


He aquí la nueva historia, espero que os guste. Al principio es un poco fuerte, pero a mí me enganchó y espero que a vosotros también.

Esperaré vuestros comentarios.

Besos. ^_^