Hola a todos. Ni nombre es andrea, sin embargo escogi este nick por que originalmente escribimos este fan fic entre 3 personas; sin embargo por circunstancias del destino me toco a mi estarlo publicando.
Primero que nada gracias a todos aquellos que estan leyendo esta historia salida de la mente loca de tres adolescentes y por favor dejen sus post. Anima mucho saber la opinion que tiene la gente subre su trabajo.
A las personas que me han seguido mil gracias y espero que tengan la paciencia para ver terminada esta historia.
Adeu y dejen sus comentarios
Aclaración: A pesar de que me encantaría ser dueña de estos personajes... son de JK Rowling, bendita su imaginacion que nos dio estas maravillas )
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La luna se elevaba resplandeciente sobre un cielo cuajado de estrellas. El bosque prohibido se veía tranquilo y los terrenos de Hogwarts quietos… demasiado quietos.
Un escalofrío recorrió la espalda de Hermione Granger. No sabia el porque pero esa noche la angustia que oprimía su pecho no la dejaba descansar… no la dejaba cerrar los ojos.
Hacia tanto tiempo que había logrado ignorar los pinchazos en su pecho, pero esa noche era diferente; esa noche los pinchazos dieron paso a golpes y los golpes a una presión que ni siquiera le permitía respirar, algo iba a pasar, algo grande pero no sabia que. Sin embargo sabia que el sueño que había tenido noches atrás era el responsable de eso...
Un ruido repentino saco a la chica de su ensimismamiento; no pudo ver mas allá de lo que el trozo de luna iluminaba su habitación, aun así trato de escudriñar en la oscuridad buscando señas de movimiento. "Debe ser Crookshanks" pensó y volvió a mirar por la ventana pero inmediatamente un cosquilleo en la nuca le advirtió que estaba siendo observada; sus sentidos rápidamente se pusieron en alerta total.
Esta vez bajo del alféizar de la ventana, su bata que hasta ese momento se encontraba por sus muslos cayó hasta tapar sus tobillos, tan ligera como el aire. Sus dulces facciones estaban tensas demostrando lo temerosa que se encontraba.
El claro de luz de luna se acabo; solo la oscuridad se abría ante ella. Se detuvo unos instantes mientras sus ojos se acostumbraban a las sombras. Podía sentir los latidos de su corazón en la garganta.
Los bordes de la cama aparecieron borrosos frente a sus ojos. Confiada dio un paso seguro hacia ese lugar mientras sentía que su corazón volvía a donde pertenecía. No había dado ni tres pasos cuando vio que la puerta de su habitación se abría deslumbrándola con el resplandor que inundo su habitación. Sus ojos solo alcanzaron a ver la sombra de una persona… la sombra de un chico. Los ojos marrones de la chica se empezaron a cerrar pesadamente sin darle tiempo de correr tras el muchacho. No supo nada mas solo se hundió sin pensamientos y sin sueños.
Un joven de pelo platinado, muy apuesto, con espalda ancha corría muy aprisa por los pasillos de la casa de G. G.
Draco Malfoy corría desesperado por las escaleras que daba a las sala común de Gryffindor, no le importo el hecho de que hacia mucho ruido ya que había tomado muchas medidas para poder ingresar sin ser visto ni escuchado por los Gryffindors. Atravesó el retrato de la señora Gorda sin preámbulo y sin detenerse a mirar hasta que llego cerca de su sala común. Tomo aire lo más profundo que pudo tratando de serenarse. De ahí en adelante camino a su sala común haciéndose muchas preguntas. "¿Por qué no pude? Tuve la estúpida oportunidad de obtener lo que a Voldemort le hacia falta, pero no pude. ¿Como esa sangre sucia pudo distraerme de mi misión?". Recordaba perfectamente el momento en que Voldemort le había asignado la misión como si hubiera sido ayer.
(HACE DOS SEMANAS EN EL BOSQUE PROHIBIDO)
- Draco, tu eres mi mano derecha al igual que tu padre lo fue. Necesito que averigües algo muy importante.
- Sabes que estoy a tus servicios- dijo el chico rubio con tono sarcástico, aunque el Señor Oscuro pareció no notarlo.
- Necesito que me traigas el diario de todas las sangres sucias que estén en Gryffindor, no preguntes el porque o el para que, tu solo hazlo mi fiel vasallo, confío en ti… solo en ti
- No es necesario que se preocupe sabe que lo haré cuésteme lo que me cueste - respondió el rubio.
Ante esto le Señor Oscuro sonrió y con esto le tendió un pedazo de pergamino donde venia la contraseña de la sala común de los Gryffindors y unos hechizos para que practicara puesto que le serian muy útiles en cualquier circunstancia en donde se encontrara.
(DE VUELTA AL MOMENTO ACTUAL)
Tenía ya todos los diarios excepto el de la sangre sucia, pero solo era cuestión de tiempo para obtenerlo también. Aunque sabía que tenía que cambiar un poco de estrategia; la mayoría de las chicas llevaban sus diarios en la mochila ya que siempre tenían banalidades que escribir. Pero no Hermione Granger, ella siempre lo dejaba en su alcoba y se dio cuenta de esto ya que desde el primer momento que se le había encomendado esta misión las había estado siguiendo a todas ellas y fijándose mucho de adonde iban o que hacían. En esas dos semanas se había dado cuenta que Hermione Granger era muy diferente que el resto de sus compañeras de curso. De nuevo volvió a su cabeza la pregunta del porque el Señor Oscuro necesitaba los diarios de todas las sangre sucias que había en la casa de G. G., tarde o temprano lo descubriría.
Al entrar a la sala común se encontró con la figura perfectamente esculpida de Pansy Parkinson
- Últimamente has estado llegando muy tarde mi amor¿Dónde has estado?- dijo la morena acercándose tentativamente a el.
- No es asunto tuyo Pansy y sabes que no es correcto que interrogues a la mano derecha de Lord Voldemort.- dijo Draco fríamente pero acercándose al cuerpo de su novia dejando poco espacio entre ellos.
En ese momento el cerebro de Pansy captó la indirecta y supo que era una misión que su señor le había encomendado. Draco la tomo por la cintura y clavo su boca en su cuello haciendo un trayecto desde su garganta hasta su boca, dejándole ver el deseo que él tenia en ese momento de poseerla nuevamente. La tomo de la mano y la llevo a su habitación.
A la mañana siguiente Hermione despertó sobresaltada en el suelo de su habitación… la luna, el ruido, el miedo, la luz, acudían a su mente como si todo hubiera sido un sueño. El frío subió a través de su cuerpo haciendo que se estremeciera, se levanto despacio entumida por las horas que había pasado sobre el suelo.
No se sentía completamente alerta; imagino que era el efecto del polvo para dormir que había visto en el suelo. "El chico", pensó después de un rato de estar levantada y recordar lo que le pasó la noche anterior. Inmediatamente se dirigió hacia la puerta y la abrió; como era de esperarse el pasillo estaba vacío ya que era cerca de las 11 de la mañana. "Todos deben de estar en clase" pensó para sus adentros. Una vocecilla dentro de su cabeza agregó: "¿Que esperabas, que el tipo aquel siguiera aquí?". Volvió a entrar a su habitación y se vistió pensando en contarles a sus mejores amigos lo que había sucedido.
En ese momento, en otra parte del castillo, un muchacho con ojos grises y pelo rubio platinado se despertaba perezosamente con una magnifica chica al lado, con cabello negro, lacio y tez blanca que contrastaba a la perfección con los ojos negros. Mientras Draco la miraba pasaban imágenes borrosas y confusas de la otra noche. Recordó el cuerpo de Hermione en el alféizar. Sus piernas estaba descubiertas dejándole ver sus muslos bien torneados, a simple vista se veía que su piel era suave y delicada. Ese día tenia que quitarle el diario a la sangre sucia.
La figura desnuda de Pansy apareció frente a sus ojos cuando ella se levantó.
-¿A donde vas?- Pregunto Draco en un tono frío
- Tengo que reunirme con mis amigas a terminar un trabajo que nos puso Snape- se excuso Pansy, quien ya se estaba vistiendo.
Draco se levanto también y la tomo por la cintura, besándole el cuello y mordisqueándole el lóbulo de la oreja. El chico se separo de ella y entro al baño sin siquiera despedirse. La morena, acostumbrada a la arrogancia del rubio salió para cumplir su cita.
Cuando salió noto que Pansy ya no estaba en su habitación. Realmente el no quería que ella se quedara a estorbar y empezara a preguntar cosas sin sentido.
El rubio se escondió atrás de una estatua cerca del retrato de la Señora Gorda espero no sabia muy bien que pero decidió entrar después de pensarlo por mucho tiempo.
Subió las escaleras para llegar a la habitación que la noche anterior había irrumpido, el Slytherin llevaba puesta una bufanda y su túnica con el signo de su casa, busco por toda la habitación el diario hasta que por fin lo encontró. El rubio se había quitado la bufanda puesto que el cuarto de la prefecta estaba hechizado con un hechizo (me lo juras) para que la temperatura estuviera siempre cálida. Salió rápidamente de la casa de Godric Gryffindor sin ser detectado pero olvidando algo que lo podría delatar.
(En el Gran Comedor, en ese mismo instante)
- Ron tengo que contarte algo… es muy importante, al principio pensaba que era un sueño pero después me di cuenta que no era así, que en realidad paso. –dijo Hermione con un tono de angustia y suplica para que le creyeran.
- Adelante Hermione te escucho ¿Qué te pasa?- dijo Ron pasándole un brazo por atrás del hombro para reconfortarla, este simple gesto hizo que Ron se sintiera muy emocionado de poder tocar a la persona que era dueña de sus sueños desde hacia ya bastante tiempo.
- Es que creo que… alguien entro a mi cuarto, un hombre, no reconocí su rostro pero sentí un aroma muy fuerte, tampoco se si en realidad era un hombre solo siento que lo fue - dijo Hermione en un susurro.
Ante este secreto rebelado el chico fue quitándole poco a poco su brazo de atrás de la espalda de la castaña, no supo el porque lo hizo pero entendió que se sentía celoso de, tal vez, una ilusión que le había provocado la propia mente de la chica. El había experimentado ese tipo de sueños y sabia que podían llegar a ser peligrosos si se tomaban en cuenta, por lo mismo decidió no darles importancia y bajar a su "amiga" de su nube
- Estas loca, solo fue producto de tu mente, no es necesario preocuparse por nada, aparte no creo que alguien allá entrado y si lo hizo nos hubiéramos dado cuenta. – dijo Ron muy seguro de si mismo.
Hermione se sintió desfallecer, siempre la habían tirado a loca en todos los aspectos… ya no mas, ya no iba a soportarlo mas, nunca mas dejaría que alguien la pisoteara… siempre era lo mismo con sus amigos y con sus compañeros. Estaba harta de ser tratada así.
Se levanto y con una mirada fulmino a su amigo, salió caminando del Gran Comedor con paso rápido. Estaba muy enojada con todo el mundo, nunca se había sentido de esa manera, tan incomprendida, tan anormal.
Subió las escaleras de mármol para llegar a la casa a donde pertenecía, subió otras escaleras para llegar a su dormitorio y al entrar, reconoció el aromo que la otra noche había percibido Vio que su cuarto estaba un poco desordenado, cualquier otra persona que hubiera entrado a su cuarto no notaria la diferencia de cómo lo había dejado en la mañana pero ella sí ya que era muy meticulosa en sus cosas y en el orden en como las dejaba y el tener memoria fotográfica le servia de mucho. Noto que había algo debajo de la cama, se agacho y tomo una bufanda de donde provenía ese olor tan seductor. La bufanda tenia franjas negras y plateadas.
"Un Slytherin estuvo aquí" pensó Hermione "Pero ¿Por qué¿Para que?" esbozo una pequeña sonrisa burlona "Esto me servirá para detectar al intruso."
La guardo en su mochila hasta esperar que le tocara alguna clase con las serpientes. Como escuchada por los dioses la maestra de Herbología se había enfermado, así que se suspendió la clase y pasaron sin preámbulo al aula de la maestra McGonagall que compartían con los Slytherin. Se sentó, bastante más cercana a las serpientes de lo habitual poniendo especial a sus cuellos, rápidamente identifico a tres personas que no traían la bufanda: Jack Spencer, Blaise Zabinni y Draco Malfoy. "Esto será un pequeño inconveniente" pensó Hermione, tendría que hacer uso de toda su astucia y así fue. Hizo que se le cayera un lápiz hasta los pies de Spencer, sabia que esto le costaría varios insultos pero esto valía la pena, se levantó y se acerco.
- Disculpa me podrías pasar mi lápiz.- dijo Hermione cortésmente
Spencer nada mas levanto la mirada y la volvió a agachar, con su pie empujo el lápiz más lejos para fastidiar a la castaña. El lápiz, por fortuna para Hermione pasaba justo a un lado de Zabini hasta llegar a los pies de Malfoy. Pasó rápidamente a un lado de ambos poniendo especial cuidado en su aroma. Se agacho para tomar su lápiz y entonces… el aroma de Draco Malfoy la embriago, era exactamente el mismo que había en la bufanda, esto la paralizo por un momento hasta que Malfoy volvió la mirada al sentirse observado.
-¿Qué quieres sangre sucia? Aquí no hay nada para los de tu clase. -dijo sarcásticamente Draco.
- No lo se ¿no tienes frío en el cuello? - dijo mordazmente la castaña con una sonrisa de triunfo y con esto se alejo hasta llegar a su lugar
Esto dejo helado al rubio. ¿Cómo había cometido un error de principiante? Tendría que ser mucho más cuidadoso con lo que hacia ya que desde ese momento Granger lo estaría vigilando. Toda la clase estuvo vigilándola como un halcón vigila a su presa. Cuando termino la clase, Hermione fue la primera en salir del aula, como había mucha gente en la puerta no la pudo seguir.
"Maldición" pensó Draco "No importa, después podré recuperarla"
(YA EN LA NOCHE EN EL BOSQUE PROHIBIDO)
La luna en cuarto menguante iluminaba un poco el claro del bosque donde se encontraban reunidos un grupo de chicos, todos pertenecientes a la casa de S.S.; todos ellos vestían con un sobretodo negro, estaban cubiertos hasta los ojos, ninguno de ellos era reconocido a simple vista. Estaban inclinados hacia una persona alta que traía el mismo tipo de sobretodo solo que el no tapaba su rostro. Voldemort se veía impresionante ante las miradas de muchos de sus vasallos que era la primera vez que lo veían ya que el siempre estaba cubierto hasta la cabeza y lo único que oían era su voz, fría y soberbia a través de la tela.
-¡Malfoy!, acércate. ¿Has hecho lo que te he pedido?- dijo el señor Tenebroso con voz alta y clara. Una sombra que estaba atrás de todos observando el panorama, se acerco rápidamente al centro, donde se encontraba el amo de todos los demás, menos de el.
-Si.- dijo altivamente
- Acércate y entrégamelos.- dijo Voldemort. Draco saco, de un bolso que le colgaba en la espalda, 17 pequeños diarios. Todos se quedaron perplejos y las dudas que Pansy había tenido al principio de lo que le pasaba a su novio se esfumaron dando lugar a un sentimiento de orgullo y soberbia infinita.
- Aquí están todos los diarios de las sangre sucias de todo Gryffindor, señor - dijo Malfoy con un tono de superioridad.
- Acompáñame Malfoy - dijo el señor Oscuro dando media vuelta y dejando a los otros mortíos atrás. Lord Voldemort condujo al rubio a una sección apartada del bosque para poder hablar a solas con el chico sin ser interrumpidos por nadie y sin ser oídos tampoco.
- Si es que eres tan…curioso, como se que lo eres. Ya habrás abierto los diarios de estas chicas ¿no es así¿O es que acaso no te interesa saber que traigo entre manos? - dijo Voldemort con una sonrisa macabra.
- Es cierto señor, ya los he abierto, y sigo sin comprender que es lo que busca. Todas esas mocosas son superficiales, no se porque le a de interesar lo que niñas de entre 11 y 17 años piensan o sienten. ¿O es que acaso usted siente? - dijo Malfoy Voldemort se acerco peligrosamente a el.
-¿Que es lo que me quieres decir¿Que acaso soy débil? - dijo Voldemort
El rubio no se movió de donde estaba, no le tenia miedo, desde hacia mucho tiempo que le dejo de tener miedo a ese ser que no podía sentir…sentía lastima por el.
- Nada, señor. –dijo Malfoy sin dejar de sostener la mirada de quien tenia enfrente.
- Y bien, que es lo que dicen. - dijo el señor Oscuro apartándose del rubio.
- Ya se lo dije señor, banalidades, meras superficialidades, nada interesante… pero hay alguien… tal vez le pueda interesar. –dijo Draco dejando al señor Oscuro con el privilegio de la duda, siempre había desobedecido a Voldemort, no tenia respeto por nadie ni por nada, sabia que el señor Tenebroso se podría llegar a harta de el y podría matarlo pero sabia, mejor que nadie, que nada le iba a pasar dentro de un buen rato puesto que necesitaba a un vasallo fiel junto a el y ninguno de los otros mortíos que estaban en el claro del bosque llenaban sus expectativas solo, el hijo del que alguna vez fue su mano derecha, antes de que muriera en manos de Aurores.
- No te hagas el importante Malfoy, dime ya de quien se trata o… podría ser tu última noche aquí.- dijo Voldemort con un tono amenazador en la voz.
- Se trata de Granger, señor, al parecer ella a tenido un sueño, no dice exactamente lo que ve solo alcanza a ver a una mujer de cabello rojizo, lacio. Su pelo es largo, leí, le llegaba hasta la cintura. Al parecer la sangre sucia ha estado soñando eso constantemente y cada vez el sueño se va completando poco a poco, pero ya no escribió más, dice que es mejor escribir eso en otro lugar ya que siente que ni su cuarto ni su diario son seguros.
- Averigua todo lo que sabe. No me importa el método.- dijo Voldemort y con esto desapareció de la vista del muchacho.
Este dejo una gran incógnita frente al muchacho¿Como le iba a sacar la información a la sangre sucia sobre ese sueño? Tenia que discutirlo con su pandilla.
- Ya regreso- oyó a lo lejos decir a uno de los de nuevo ingreso. Cuando se acerco mas a donde estaban los otros mortífagos llamo inmediatamente a Pansy, Zabini y Spencer.
- Que es lo que sucede Malfoy? –dijo Spencer
- Necesito que me ayuden a pensar en algo para acercarme a Granger. - dijo tranquilamente Malfoy.
-¡¿QUE?!- gritaron todos al unísono
- No es para lo que creen, el Señor Tenebroso, quiere que me acerque a ella para sacarle una información que el necesita. -dijo Malfoy excusándose.
-¿Pero que tipo de información necesita que nosotros no podamos sacar de otra fuente?- dijo Zabini.
- Eso no es de tu incumbencia Blaise ¿Me van a ayudar si o no?- dijo Malfoy con tono firme y frío.
- Si, por mi parte siempre te voy a ayudar en todo lo que me pidas. -dijo Pansy acercándose a el y posando su mano en el abdomen perfectamente bien marcado de su novio.
- Entonces den ideas - ordeno Malfoy
- Podemos ponerle un poco de la poción de la verdad en su jugo de calabaza en la mañana. - dijo Spencer
- No seas imbécil. - dijo Pansy- No crees que se vería sospechoso que nos acerquemos a la mesa de los Gryffindors. Es obvio que ella no confía en nosotros… entonces debemos ganarnos su confianza.
- Si pero ¿Cómo? - dijo Zabini
- La mejor manera de acercarse a una mujer y ganarse su confianza es por medio de una rosa. Enamórenla, sedúzcanla. –dijo Pansy con una seguridad común en ella con respecto a esos temas.
-¿Quién será el que se atreva a tocar a esa asquerosa sangre sucia? - pregunto Zabini.
Todos observaron a Draco ya que el era a quien le había encomendado esa misión, y lo tenia que hacer le gustara o no. Aunque tenia un consuelo, en vacaciones de verano la chica se había puesto muy bien así que por lo menos se divertiría un poco jugando con ella.
- No me quedas mas que aceptar que tengo que ser yo ¿verdad?- dijo Malfoy un poco decepcionado de su suerte, pero con el recuerdo de la ventana todavía muy presente en su memoria.
- No te preocupes amor.- dijo Pansy- todo acabara rápido. Granger es fácil.
A la mañana siguiente en el Gran Comedor era hora de que entregaran el correo. Hermione sabia que no tendría cartas o ningún tipo de correspondencia. Hacia años que nadie le mandaba nada ni por equivocación, pasando por alto el diario. Pero esa mañana era diferente, una gran lechuza negra se había posado cerca de ella, llevaba una rosa roja y un pequeño pedazo de pergamino.
La castaña tomo la rosa y el papel. Todos se había percatado que la chica había recibido algo y las compañeras de curso se acercaron a ella para preguntar quien se lo había mandado. Hermione respondió con un sencillo "No se" y se alejo de las miradas celosas y metiches que algunas niñas le habían mandado. Abrió el papel un poco desesperada y leyó:
Hermione G.
Si tu me dices "¡Ven!", lo dejo todo…
Que tu voz cure mi alma
Tus ojos mi corazón
Tus manos me llenes de calor
Y tu risa me de valor.
Deseo tanto besar esos labios
Que no tienen dueño
Deseo tanto que seas mía
Lo deseo con mucho fervor
Atte:
D. M.
P.D.: Nos vemos hoy en el baño de los prefectos a las 8:30, te estaré esperando. Arréglate para mí.
"¿D. M.¿Quién será?" se pregunto Hermione, no conocía a nadie con esas iniciales, al menos nadie cercano. Miro para todos lados, tratando de encontrar nerviosismo en alguno de sus compañeros. Nadie. Decidió asistir esa noche para conocer a la persona que le había mandado el mensaje. Estaba emocionada, nunca había tenido un admirador secreto. Volvió a leer la nota para reconocer la caligrafía; era fina y entendible, parecía hecha a molde pero había sido escrita a mano, era elegante. Hermione no conocía a nadie que pudiese escribir así ni mucho menos a alguien a quien le gustara la poesía.
Mientras tanto en la mesa de Slytherin unos ojos grises habían observado todo, desde la primera impresión hasta la seguridad de saber que esa noche ella iba a ir. "Caíste en mis redes Granger, eres mía" pensó Malfoy viendo la reacción de la chica desde donde se encontraba.
Hermione salió del Gran Comedor con dirección a la torre de Gryffindor. Mientras caminaba mecánicamente estaba pensando en que ponerse. Casi no llevaba ningún otro tipo de ropa, puesto que no necesitaba otra que no fuera su uniforme. Pero esas vacaciones su mamá le había comprado unos hermosos vestido que no supo el porque se los llevo. Tal vez porque deseaba que ese año alguien se fuera a fijar en ella; había cambiado radicalmente: la niña que antes se escondía tras los libros, ahora salía de su capullo convertida en una hermosa mariposa; su cuerpo sin forma hacia 1 año había cambiado dando paso a un esplendoroso y magnifico cuerpo; su porte era un poco mas seguro que años pasados pero seguía caminando un poco encorvada, los miedos todavía no desaparecían del todo; su pelo seguía cayendo desordenadamente por su espalda pero ahora su cara era mas visible ya que la castaña había decidido sujetarlo siempre, desde que una vez, en vacaciones, había notado que se le veía mejor de esa forma.
Hermione antes no se preocupaba por esas superficialidades pero ahora por lo menos deseaba que alguien se fijara en ella. Tal vez la baja autoestima que tenia hizo que creyera que necesitaba a alguien cerca de ella para poderse sentir apreciada, pero lo que la castaña ignoraba era que muchos chicos de Hogwarts habían notado ese gran cambio solo que ninguno se había atrevido a acercársele pensando que estaba fuera de su alcance. La veían pasar y se quedaban embelesados viéndola. Hermione nunca noto las miradas que los chicos le dirigían y tampoco ponía atención a las miradas celosas que las chicas le habían dirigido puesto que nunca se había sentido hermosa aunque sabia que había cambiado.
Sin darse cuenta llego a su habitación, abrió las puertas de caoba con tallas de su ropero. Estaban colgadas 9 túnicas iguales a la que traía puesta y escondidos hasta el rincón 5 hermosos vestidos de diferentes tonalidades, ninguno era igual al otro solo eras semejantes por la tela con las que los habían confeccionado: seda.
Hermione saco los 5 vestidos, todos ellos le llegaban un poco más arriba de la rodilla. También saco los accesorios que su mamá le había comprado para los vestidos, esto incluía collares, pulseras, anillos, medias y zapatos incluso la ropa interior que podría usar para que no se notara.
Miro en dirección a donde se encontraba su reloj y se fijo que le quedaba una hora para ver que se iba a poner en la noche antes de que comenzara su clase de Defensa contra las Artes Oscuras. Se coloco el primero que tenia a la mano; era un vestido negro estilo halter con un escote en V, era muy provocativo, se coloco unos zapatos picudos, negros, con poco tacón; le agrado lo que veía pero decidió que era mejor usar otra cosa. Se cambio rápidamente por un vestido rojo sangre estilo estraple, se cambio de zapatos ahora por unas sandalias del mismo tomo que el vestido, con tacón mucho mas alto que los anteriores. No la convenció, así que se quito el vestido y paso con el siguiente. Un hermoso vestido blanco de tirantes, no le quedaba tan apretado como los demás. Saco unos zapatos abiertos con un tacón de unos 7 cm. de altura.
"Este va a ser" pensó Hermione segura de la decisión que había tomado. Miro el reloj y se dio cuenta que solo le quedaban 15 min. para que comenzara la clase, así que se quito lo más rápido que pudo el vestido y se cubrió con el uniforme color gris y con la túnica que tenia el estampado de Gryffindor.
Nole importo en que estado había dejado su cuarto sólo se apresuro para llegar a tiempo para que no le pusieran retraso y para que sus amigos no la bombardearan con preguntas como en donde se encontraba o que había hecho en ese tiempo.
Las horas pasaron muy rápido y cuando menos acordó ya eran las 7:30 de la tarde, Hermione se dirigió corriendo hasta la torre de su casa y subió lo mas aprisa que sus piernas le permitieron las enormes escaleras. Se quito la falda, los zapatos, las calcetas, la corbata y la camisa. También se quieto su ropa interior y se metió corriendo al baño para darse un pequeño tiempo de relax.
Al salir, fresca y seca se dirigió a donde estaban sus medias, ya que no había perdido tiempo y se había colocado su ropa interior en el baño. Se había puesto unos panties muy lindos con encaje, también su brasier tenia encaje pero éste era estilo estraple para que no se notara con el vestido de tirantes que había escogido. Se coloco las medias color champán y después el hermoso vestido blanco. Fue al espejo y se hizo una cola alta, la amarró con un listón blanco. Después se coloco muy poco maquillaje.
Para las 8:15 estaba lista, sabía que no había nadie en la sala común pues todos estarían cenando, pero por si las dudas se coloco una capa negra. Bajo con cuidado las escaleras asegurándose de que estuviera solo. A las 8:20 se encontraba en el tercer piso rumbo al baño de los prefectos. Llego al baño faltando 5 minutos para la hora.
En ese momento por primera vez desde que leyó la carta de pregunto¿Por qué en el baño?, una lluvia de ideas se le vino encima. "¿Por que no había pensado en eso antes¿Y si es una trampa¿Tan desesperada estabas por que te hicieran caso que ni siquiera pensaste que podría ser una trampa?... No va a venir... ¿Pero y si viene¿Pero que tal si no¡Mierda eres una estúpida Hermione!" se calmo por un momento y vio su reloj (8:40). "No va a venir, que ingenua Hermione".
Justo cuando se dio la vuelta se percato que ya no estaba sola. Un encapuchado la observaba desde hacia unos minutos. Por primera vez Draco Malfoy se había queda sin palabras. "La sangre sucia tienen lo suyo después de todo" pensó Draco al verla así vestida. El vestido era espléndido, le quedaba magnifico. Hermione no había reconocido todavía al extraño. El chico se fue acercando lentamente a ella hasta dejar poco espacio entre sus cuerpos. Por un instante sus alientos se mezclaron. Un impulso muy grande se apodero de ambos pero solo uno se controlo.
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¿Les gusto¿Como va la historia? Respondan y leános a la misma hora y en el mismo lugar jejejeje
Besos con aroma a menta y cubiertos de chocolate blanco jjejeje
